El olor era muy delicioso, el oso pardo estaba frente a nosotros, la sed, el oso delante mío aumentaba mi sed, su sangre fluía lentamente,lo que lo hacía que me tentara más y más a morder y extraer su cálida sangre.
Edward estaba a mi lado, me tomo la mano, me miro, con la mirada hablo vamos, no es la primera vez que lo haces.
Luego dijo:
-No es la primera vez, si no hubieras cazado antes te hubieras muerto de hambre.
Suspire y dije:
-Es la primera vez que cazo con tigo, a mi lado, estoy nerviosa, siempre hice esto sola.
Se puso en frente mío, me miro con sus hermosos ojos y dijo:
-Vamos.
Me acerque al oso pardo lenta y silenciosamente, mi sed seguía aumentando, me arrodille, vi su rostro,parecía algo molesto,empece a acercarme y mordí su torso, como siempre, era como morder mantequilla,o pan recién hecho, cerré los ojos y empecé a succionar su sangre lento, pero luego un poco más rápido, y luego muy, pero muy rápido, su sangre era dulce, deliciosa, lo sería más si estuviera irritado, pero no me quejaba,la tranquilidad le daba un toque especial.
Sentí cuando Edward mordió el cuello del oso pardo, el succionaba lento, el oso despertó, casi cinco minutos después de que los mordimos y se levantó en sus dos patas, enojado por el dolor que le hacíamos sentir,y también por que le estábamos quitando su sangre, su vida, pero ya era tarde, cayo dos segundos después, abrí mis labios y con el dorso de mi mano, me limpie mi boca de la posible sangre con la que me pude haber manchado al alimentarme.
Me di cuenta que Edward no había tomado casi nada de la sangre del oso, habría tomado una décima parte del oso, Edward se puso a mi lado y dijo:
-Eres rápida y despiadada para tomar sangre, que excitante.
Sonrió.
-Eres una chica muy mala-dijo en tono jugetón.
luego se puso a reír, yo mire al suelo y dije:
-Lo siento, casi no te deje sangre, para ti.
Sonrió y me puso el brazo en mis hombros y dijo:
-No importa, no tenía tanta sed, apenas empezaba. Lo mire y dije: -¿seguro que no importa?, ¿estás seguro?
El me miro y dijo:
-Unas de las cosas más seguro de lo que he estado. Sonreí, me acerque un poco más a él y dije:
-Vamos, debemos ir a la casa Cullen, Alice les debió haber dicho que iría.
Me di vuelta y Edward, me agarro el brazo y dijo:
-No me quiero ir, quiero quedarme aquí más tiempo con tigo.
siempre
|