Hola chicas aquí está el nuevo capítulo, siento haber tardado tanto en actualizar, pero es que he estado enferma. Además lo bueno se hace esperar, ¿no? En este capítulo se encuentran Alec y Laura. Un beso y un abrazo muy fuerte Cintia =).
PD: Espero que os guste y me dejeis comentarios.
Salí de la sala central y me dirigí hasta la habitación de Leila porque fuéramos lo que fuéramos, tenía que despedirme de ella.
Ella estaba allí en toalla, se estaba secando su pelo rubio se lo estaba dejando ondulado.
-Ah, Alec ya estás aquí.-Me dijo.
-Sí, vengo porque...-No terminé mi frase cuando ella me interrumpió.
-Alec he pensado que hoy por la noche podríamos salir juntos a comernos unos cuantos humanos, bueno como no tenemos ninguna misión. Y quizás podríamos tomarnos el postre aquí después.-Esto último me lo dijo con una sonrisa pícara, se la devolví sabía muy bien a que se refería.
-Leila no voy a poder yo si tengo una misión.-Al decirle esto su sonrisa desapareció.
Me acerqué a ella y la besé, no quería irme y dejarla enfadada. Ella puso sus brazos alrededor de mi cuello.
-¿Y si nos comemos el postre ahora?-Me susurro al oído.
-Está bien.-Le contesté con otro susurro apenas audible.
Después de llegar al clímax con Leila, me levanté corriendo, no tenía mucho tiempo, y aquí estaba yo malgastándolo teniendo sexo con Leila.
-¿Ya te vas?-Me preguntó.
-Tengo que irme no tengo mucho tiempo, pero te prometo que cuando vuelva tendremos nuestra cena y nuestro postre.-La dije sonriéndola pícaramente ella me devolvió la sonrisa.
Me terminé de ponerme mi ropa que estaba en el suelo, y Leila se levantó de la cama tapándose con una sábana se acercó y me dio un beso.
Cogí mi coche y salí a bastante velocidad de Volterra, tenía claro que no iba a respetar los límites de velocidad. Cuando por fin llegué a España, aparqué mi coche y me dirigí hacia el piso de la tía de Nahuel. Llamé al timbre y me contestó una muchacha probablemente sería una asistenta o quizás la híbrida.
-¿Diga?-Preguntó la voz que salió del telefonillo.
-Hola buscó a la señora de la casa, soy Alec un viejo amigo suyo.Respondí
-Espere por favor.-Contestó.
Esperé un minuto y medio.
Subí por el ascensor, la asistenta ya me estaba esperando en la puerta y me condujo por el mismo pasillo por él cual, hace seis años accedí hacia el salón del piso, ya que cuando venía a España para saber sobre la híbrida, me encontraba con la tía de Nahuel en sus oficinas. La decoración del pasillo había cambiado, probablemente Nahuel y su tía tenían tanto dinero, que cambiaban de decoración cada año. Igualmente el pasillo estaba decorado con una decoración moderna y lujosa. Esta vez por el pasillo accedí hacia una terraza en la cual se encontraba mi supuesta vieja amiga, leyendo el periódico.
-Señora aquí está el joven Alec.-Dijo su asistenta.
-Gracias Rebeca puedes retirarte.
-Hola Alec.-Me saludó ella.
-Siéntate por favor.-Me ofreció.
-De acuerdo.-Contesté y me senté.
-Dime Alec que haces aquí creía que no vendrías hasta el mes que viene.
-Así era, pero debo llevarme a la híbrida conmigo.-La contesté, ella puso una cara de tristeza.
-No te la ibas a llevar cuando tuviera ocho años, solo tiene seis faltan dos años.-Me contestó a punto de gritarme.
-Sí, pero mis amos quieren que se la lleve ya.-Repuse.
-¡Oh por Dios, Alec!¡Tú ni siquiera la llamas por su nombre!-Me dijo gritándome esta vez.
-Da igual que no la llame por su nombre ella es mía, ¿o se te olvida?-Dije en un tono normal, salvo cuando la dije que la híbrida era mía, eso lo dije con tono posesivo y con una sonrisa pícara de las mías.
-¡Mira Alec, me da igual que sea o te creas que es tuya ella no se va a ir contigo!¡Nunca te quisiste hacer responsable de ella, ni siquiera la has visto alguna vez y, ¿ahora vienes a llevártela?!¡Además, para que lo sepas se llama Laura!-Me dijo de nuevo gritando.
-Yo solo te pedí que la cuidaras por mí, nunca te pedí que la quisieras, además me debías un favor.-Dije esta vez en tono de reproche.-Ya sé que se llama Laura yo fui él que te dijo como se llamaba.-Contesté en el mismo tono de reproche que antes.
-Esta bien te la puedes llevar.-Contestó a punto de llorar.
-No te estaba pidiendo permiso.-Repuse.-¿Dónde está?-Pregunté.
-No está aquí, está en el instituto.-Contestó con tono de tristeza.
-Bien la esperaré.-Dije finalmente.
Pasó media hora y la asistenta vino de nuevo y se dirigió hacia la tía de Nahuel.
-Señora, la señorita Laura ya está aquí.-Dijo la asistenta, que era de pelo castaño, de mediana edad y de estatura y constitución normal. Luego se fue con el permiso de la tía de Nahuel.
Después de que se fuera entró a la terraza una muchacha que aparentaba unos dieciséis años, era alta, delgada, de pelo moreno, pero cuando miré sus preciosos ojos verdes, supe que era ella, la híbrida. Era preciosa, tenía el mismo rostro de ángel que tenía de pequeña, solo que ahora era más maduro. Vestía unos pantalones pitillos negros, una camiseta blanca con un dibujo, un chaleco rojo y llevaba unos tacones también negros.
Saludó a la tía de Nahuel cariñosamente.
-Mamá, ¿qué tal todo hoy en la empresa?-Preguntó la híbrida.-Espero que no hayas tenido muchos problemas.-Dijo.
-No tranquila hija todo ha estado bien, apenas hemos tenido que rellenar unos papeles.-Contestó la tía de Nahuel, la híbrida al oír la respuesta de su supuesta madre sonrió.
Luego se me quedó mirando muy fijamente.
-Disculpa mis modales, yo soy Laura, encantada.-Me dijo sonriéndome, no sé por qué pero le devolví la sonrisa.
-Yo soy Alec encantado.-Contesté y ella me tendió la mano, al estrechársela volví a sentir que me hervía la sangre y me estremecí un poco.
-Hija pero siéntate.-Dijo la tía de Nahuel.
-Claro mamá.-Contestó la híbrida.
-Mira, sé que no me conoces. Así que seré claro y rápido.-Dije sentándome de nuevo.-Tienes que venirte conmigo a Volterra.
-Hace seis años mis...-Antes de acabar me di cuenta de que quizás, la tía de Nahuel no le había hablado de mis amos los Vulturis, estaba al corriente de que la híbrida sabía lo que era, y lo que era su supuesta madre, su supuesto primo Nahuel y ahora también sabía lo que yo era por mis ojos.-¿Sabe quiénes son mis amos?-Pregunté a la tía de Nahuel.
-Sí, lo sabe.-Contestó esta.
-¿Os réferis a los Vulturis?-Preguntó la híbrida.
-Sí, a ellos, mis amos.-Repuse
-Sé quienes son y lo que hacen.-Al decir esto último puso mala cara.
-Alec, lo único que no sabe es la verdad sobre ella.-Me dijo la tía de Nahuel mirándome con mucha tristeza.
-¿Cómo que no se la verdad sobre mí? Mamá se que soy tú hija y que Nahuel es mi primo y que sois mi única familia.-Contestó la híbrida algo sorprendida por lo que acababa de decir su supuesta madre.
-No tú no eres mi hija.-Contestó la tía de Nahuel a punto de llorar.
-¡No mamá!¡Eso no es cierto!-Gritó la híbrida llorando.
-Sí es cierto, hace seis años mis amos los Vulturis me mandaron a ir a por ti a Seattle, tú familia había muerto y yo tenía que ir a por ti para que tú, te unieras a la guardia Vulturi.-Contesté.
-Pero eso es imposible.-Dijo aun llorando.
-No, es cierto.-Repuso la tía de Nahuel.
-La sorpresa para mí, fue cuando mis amos como recompensa por haber cumplido mi misión con éxito, me recompensaron encargándome que te cuidara hasta que hubieras cumplido tu proceso de crecimiento.-La dije.-Yo no quería cuidarte porque te odio.-La dije con toda sinceridad, ella me miraba con odio.-Así que decidí que te cuidaría la que ahora es tu supuesta madre, ya que ella y Nahuel me debían un gran favor, y yo solo vendría cada mes a haber como te iba, pero nunca te vería a ti sino a tu supuesta madre, es más, para evitar encontrarme contigo quedábamos en su empresa.-Repuse finalmente.
-¿Cómo has podido decírselo tan fríamente Alec?-Preguntó la tía de Nahuel con una gran tristeza y con tono de reproche.
-Solo me he limitado a decirle la verdad, además si lo piensas bien tu supuesta madre siempre me dijo que te sorprendía lo bien que hablabas el inglés, piénsalo, ¿cómo no ibas a hablarlo bien si eres una americana?-Contesté ahora la híbrida me miraba con más odio aun.
-Alec de verdad que no tienes corazón.-Me dijo la tía de Nahuel.
-Así que ahora que sabes toda la verdad tienes que venirte conmigo a Volterra.-Dije.
-¡No pienso irme contigo a ningún lado!-Respondió la híbrida.
-Oh, créeme que lo harás.-Contesté esta vez con tono de enfado.-Me debes la vida y ahora tú te tienes que venir conmigo para salvármela a mi.-Repuse.
-¡No es mi problema que tus amos quieran matarte por no haber cumplido tu misión!.-Me contestó.
-O te vienes conmigo o haré algo de lo que siempre te arrepentirás.-Dije.
-Laura hazle caso y vete sabes que yo siempre estaré ahí para ti solo tienes que llamarme.-Dijo la tía de Nahuel.
-Está bien mamá solo me voy para que no os pase nada malo ni a ti ni a Nahuel.-Contestó la híbrida, sonreí porque había conseguido lo que quería.
Después de que la híbrida dijera eso, la tía de Nahuel mandó a la asistenta que preparara toda la ropa de la híbrida en maletas y sus cosas más personales e importantes.
La híbrida se despidió de la que creía que era su madre con un beso y un fuerte abrazo y también se despidió de la asistenta.
-Mamá despídeme de Nahuel por favor.-Dijo la híbrida llorando.
-Vale cariño llámame cuando llegues.-Contestó.
Salimos del lujoso edificio y después de meter todas la cosas de la híbrida en el maletero del coche nos montamos en él. La híbrida quería montar en el asiento de atrás pero yo la obligué a que se sentara en el asiento del copiloto. Se notaba que no quería estar a mi lado.
Arranqué el coche y nos fuimos hacia Volttera, la híbrida y yo.
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