Noche sin tregua

Autor: neni_bella
Género: + 18
Fecha Creación: 21/07/2011
Fecha Actualización: 21/07/2011
Finalizado: SI
Votos: 4
Comentarios: 5
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Capítulos: 14

-si, soy una puta. -cada uno trabaja en lo que el gusta. -no me gusta mi trabajo. esa noche pretendía ser como otra cualquiera pero un incidente hará que su vida cambie para siempre.

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Capítulo 7: El amor y el odio van cogidos de la mano

Noche sin tregua

-Edward, lo siento pero no puedo quedar.-decía Jacob.-una amiga está grave y la están llevando al hospital; tengo que ir con ella.

-tranquilo, Jake, está bien.-contestó el otro escuchando la ansiosa voz de su amigo.- ¿quieres que vaya? Tal vez pueda ayudar…

-no hace falta, tranquilo.-respondió Jake temblando.

-vale, voy ahora mismo.-dijo Edward seguro al escuchar como su amigo estaba a punto de colapsar.-te haré compañía y tal vez pueda ayudarte llamando a mi padre.

-gracias, Edward, eres un amigo.-agradeció Jake.

-¿estás en el central?-cuestionó.

-si, claro.-dudó pero luego con voz suplicante añadió.-ven rápido, Edward, por favor; tengo miedo.

-Tranquilo, Jake, en menos de diez minutos estoy allí.-prometió.

Colgó y se pasó las manos por el pelo negro. Estaba asustado; mucho. Temía que Bella muriese y es que el estado en el que estaba era grave. Se encontraba en el pasillo del hospital, dando vueltas de un lado a otro. Hacia cinco minutos que se habían llevado a Bella a quirófano pero a él se le había hecho eterno; sentía que llevaba allí parado horas e incluso días y que cuanto más tardasen en decirle algo sobre su amiga menos posibilidades de salir tendría.

-¿Jake?-este se dio la vuelta para encontrarse a un médico hablándole.

-Carlisle.-pronunció el chico acercándose a él.- ¿Cómo está ella?

-he atendido personalmente a tu amiga en cuanto he sabido que la conocías.-le explicó.

El hombre era alto y rubio. Tenía unos ojos azules bastante llamativos y era realmente apuesto. Parecía más un modelo o actor famoso que un cirujano experimentado pero si lo conocías un poco descubrías que Carlisle Cullen había nacido para eso.

-¿Bella está bien, Carlisle?-preguntó ansioso Jacob.

Jake era como de la familia para todos los Cullen y con Carlisle, el padre de Edward, no era la excepción. Tenían mucha confianza.

-no voy a mentirte, Jake, tu amiga está muy grave.-explicó con voz serena.-tiene contracturas varias y un golpe en la cabeza. Tiene dos costillas rotas y una de ellas le ha perforado un pulmón. Hemos conseguido parar la hemorragia pero ha perdido mucha sangre. El problema es que su cuerpo no es compatible con la sangre común. El tipo que ella tiene es muy difícil de encontrar y hay muy pocos donantes.

-pero hay, ¿verdad?-preguntó esperanzado.-dime que hay alguno en este hospital, por favor, Carlisle…

-lo siento, Jake, pero no.-contestó con semblante serio pero triste.-si no aparece ningún donante la cosa puede empeorar mucho más de lo que ya está. Estamos llamando a los hospitales de los al rededores para encontrarlos. Te avisaré por lo que sea.

-gracias, Carlisle.-agradeció el chico a punto de llorar.

-haré cuanto esté en mi mano, Jake-prometió para luego irse a atender a más pacientes.

Jacob se dejó caer en una de las sillas del pasillo y enterró su cara en las manos mientras apoyaba los codos en sus rodillas. No lo entendía… ¿Por qué Bella? ella era una persona maravillosa, no merecía que le pasara nada como eso. También se preguntó que le había pasado. El estado en el que la había encontrado apuntaba a que había sido violada pero él intentaba no pensar en eso. Pero si al final había pasado eso juró que mataría al tipo.

Las lágrimas acudieron a sus ojos y empezaron a correr libremente por su cara. ¡Era injusto! Daría lo que fuese por estar en el lugar de ella. ¡Lo que fuera! Todo sonaba como algún problema dada la condición de la chica pero ella solo se había metido a ese mundo para poder salvar a su hermana de morir. ¡Era más que injusto! Sollozó en alto. ¡Bella no podía morir! Se decía a si mismo que Carlisle la salvaría; que era un gran médico, el mejor. Pero no conseguía convencerse. Levantó la cabeza chocándola contra la pared.

-¡mierda, joder!-gruñó.

De repente la puerta del hospital se abrió con un estruendo y por ella entró un hombre joven corriendo. Tenía el pelo muy rubio y ojos azul eléctrico. Se veía fatigado, asustado y ansioso. Miró a su alrededor en busca de algo y luego centró su atención en la secretaría. Corrió hasta allí, empujando por el camino a dos señoras que estaban ahí y llegó para hablar con la secretaria ignorando a un señor que estaba delante de él haciendo una consulta.

-¿Dónde está Isabella Swan?-preguntó entrecortadamente intentando recuperar el aliento.

-lo siento, señor, pero tiene que esperar a la cola.-contestó educadamente la chica morena que estaba en recepción.

-¡me da igual la cola!-chilló enfadado.- ¿Dónde está Isabella Swan?

Sus gritos llamaron la atención de Jacob y cuando escuchó el nombre se levantó como un resorte y anduvo casi sin pensarlo hasta él.

-¿Jasper?-preguntó dubitativo.

El aludido se volteó a mirarle con odio en los ojos. Lo escaneó de arriba abajo sopesando quien podía saber su nombre en aquella ciudad que pisaba por primera vez y después de unos segundos habló.

-¿Quién eres, que quieres y como sabes mi nombre?-preguntó sin andar con rodeos.

-soy Jacob Black, el amigo de Bella de aquí.-contestó.-yo te he llamado.

Al rubio se le suavizaron las facciones y el miedo se dibujó en su cara. Soltó un sollozo que intentó ocultar y luego cogió de los hombros a Jacob. El otro se tensó pensando que iba a pegarle o algo por el estilo.

-Bella me ha hablado mucho de ti y luego tendremos tiempo para hablar.-dijo rápidamente casi trabándose con las palabras.- ¿Dónde está? ¿Qué tal se encuentra?

-el padre de mi mejor amigo se ha encargado de ella; es el mejor médico de aquí.-contestó el otro.-pero no puede hacer nada por ella en este momento. Ha perdido mucha sangre y no hay donantes compatibles con ella.

-¿ese es todo el problema? ¿Si se le da sangre se recuperará?-Jacob asintió.-perfecto, que tomen la mía.

-no me has entendido.-negó.-la sangre de Bella es de un tipo bastante inusual y su cuerpo no acepta las que suelen haber comúnmente.

-te he entendido perfectamente.-rebatió el otro.-pero yo soy compatible con ella.

-¿de verdad?-preguntó esperanzado.

-si, lo descubrimos hace unos años.-explicó Jasper.-tuvo un accidente mientras jugaba en la calle; un coche la atropelló cuando iba detrás del balón.-rió amargamente.-Bella tiende a tener accidentes frecuentemente…la cosa es que también necesitó sangre esa vez y tuvieron un problema como este para conseguir sangre. Sus amigos pedimos que nos hicieran pruebas para ver si éramos compatibles y al final resulté ser yo el adecuado.

-perfecto, vamos.-agarró al hombre de la muñeca y tiró de él.-no hay tiempo que perder; ven conmigo.

Los dos corrieron con Jacob delante mientras este buscaba a Carlisle por los pasillos. Lo vio al final de uno de ellos y no dudó en encaminarse hacia él gritando e ignorando a la gente que le reñía y le gritaba.

-¡Carlisle! ¡Carlisle!-gritó haciendo que el aludido se girase a mirarle.

-Jake, ¿Qué pasa?-le preguntó cuando llegaron hasta él.-estamos en un hospital, sabes que no puedes chillar.

-es compatible.-le dijo señalando a Jasper.-él puede darle sangre a Bella.

-¿estás seguro?-cuestionó el médico.

-lo he hecho antes-aseguró.

-muy bien, acompáñame.-le dijo-Jake, vuelve a la sala de espera o estate en el pasillo.

Carlisle desapareció a todo correr con Jasper detrás de él y Jacob se dirigió de vuelta a la silla donde había estado momentos antes de que Jasper siguiera. Se volvió a sentar y cerró los ojos. Entonces hizo algo que llevaba sin hacer demasiado tiempo; rezó. Para que Bella sobreviviese porque sabía que aunque tuviese sangre para realizar la operación, todavía había muchos problemas que podían surgir. No era médico ni de cerca pero sabía que un pulmón perforado por una costilla rota era bastante peligroso.

El miedo volvió a su cuerpo y las lágrimas a sus ojos. Volvió a temer por la vida de su amiga y los sollozos no tardaron en aparecer saliendo de su garganta. Estaba tan ensimismado de lo aterrado que estaba que no sintió a Edward entrar al hospital. Pero él si que lo vio y fue directo adonde él. Cuando estuvo a su lado se agachó a su altura y lo llamó.

-Jake.-el aludido levantó la cabeza y Edward pudo ver los ojos hinchados y rojos.- ¡OH, Dios, Jake!

-Edward, no quiero que muera.-sollozó.

-tranquilo, Jake, todo va a ir bien.-se sentó a su lado y le pasó un brazo por los hombros.-mi padre es un gran médico.

-pero tú no viste su estado, Edward. Era horrible…estaba hinchada, sangrando por todas partes, golpeada…-otro sollozo más fuerte aún escapó de su garganta y se derrumbó en brazos de su mejor amigo.

Estuvieron así un rato mientras Edward intentaba, en vano, consolarlo. Jacob estaba destrozado; no soportaba la idea de perder a su mejor amiga. Pasó una hora, dos horas, tres horas y a la cuarta dejó de llorar por falta de lágrimas. Pero no fue hasta 45 minutos más tarde cuando por fin Carlisle apareció por un pasillo con cara de cansancio pero con una sonrisa en la boca bailando. Su hijo le hizo una señal para atraer su atención y este se acercó.

-¡Ey, chicos!-les llamó haciendo que Jacob levantase la cabeza.

-¿Qué tal está?-preguntó ansioso.

-tranquilo, ya ha pasado todo.-respondió con una sonrisa.-ahora la están llevando a su habitación para que descanse pero estará dormida un rato más.

-¿puedo verla?-preguntó.

-claro, sígueme.-se dio la vuelta y le guió.

-oye, Jake, yo te espero aquí, ¿vale?-propuso Edward.

-ni hablar, tú te vienes conmigo.-contestó Jacob.-así te la presento. Te va a caer genial, ya verás.

El chico le sujetó de la muñeca y tiró de él para llevarle detrás de Carlisle que ya les llevaba unos metros de ventaja por le camino. Anduvieron siguiéndole por los blancos pasillos mientras que al hombre se le veía muy feliz saludando tanto a enfermeras, como a doctores como a pacientes. Estaba claro que disfrutaba su trabajo. Al final, pararon en frente de una habitación individual con el número 286 en letras negras en la puerta.

-aquí es.-les indicó.-tardará una media hora en despertar; le han dado sedantes para el dolor.

-muchas gracias, Carlisle, de verdad.-agradeció por enésima vez Jacob.-es una amiga muy importante para mí.

-es mi trabajo, Jake.-respondió.-y lo disfruto.

-oye, ¿y Jasper?-cuestionó.- ¿está dentro con ella?

-lo han llevado a la sala de reposo a darle de comer y que descanse, tardará un rato.-explicó.-le han tenido que extraer mucha sangre.

Jacob entró en la habitación primero y fue directo a la cama. Edward se quedó atrás para hablar con su padre.

-has hecho un buen trabajo.-lo felicitó.

-si, pero ha sido difícil.-explicó.-puede que te asuste ver el estado en el que está ahora ahí dentro, hijo, pero cuando la han traído era cien veces peor. No me extraña que Jake estuviera tan mal. No le deseo ni a mi peor enemigo que le ocurra eso.

-¿tan mal estaba?-preguntó curioso él.

-las películas de matanza donde hacen que corten los brazos con hachas y la sangre sale a borbotones tenía menos sangre.-comentó él con una sonrisa amarga intentando hacer un chiste.-era horrible.

-voy con Jake, papa, deberías volver al trabajo.

-dentro de un rato pasaré a hacerle más revisiones por cualquier complicación que pudiera pasarle; díselo a Jacob.

-muy bien, adiós, papa.-se despidieron y Carlisle se fue dejando a Edward en la puerta solo.

Dudó al entrar; no estaba seguro de tener que estar allí dentro. Pensó que esa chica tendría familiares, a Jake y a amigos para cuidarla y él estaría como un intruso allí. Decidió, al final, entrar a comunicarles lo que su padre le había dicho así que abrió la puerta después de tocar tres veces tímidamente. Claro que toda la gente que esperaba encontrar se resumió en su amigo Jake. Frunció el ceño confuso; ¿acaso su familia no sabía que la chica estaba ingresada?

-¿no habéis avisado a su familia?-le preguntó a su amigo acercándose poco a poco a él.

-no tiene familia.-respondió el moreno.

Edward sintió pena por ella aún sin conocerla. Pero esa lástima desapareció en cuanto se acercó lo suficiente para verla. Se quedó congelado en el sitio, sin poder dejar de mirarla, dejando que poco a poco el miedo se extendiese por el cuerpo. Y es que no podía dar crédito a lo que veía; ¿Por qué estaba Bella en esa cama del hospital? ¿Y por que estaba tan llena de magulladuras? No podía creerlo. ¿Ella era a la que habían pegado una paliza? Sus puños se cerraron clavando las uñas en la piel.

-¿Edward?-lo llamó Jacob confuso por el repentino cambio de expresión de su amigo.

Pero él no respondía. Su cuerpo estaba paralizado y casi sentía todo el dolor que ella había sentido en sus carnes. ¿Cómo alguien podía hacer semejante barbaridad? Estaba hecha una pena y aún así le parecía la mujer más hermosa del mundo. Su corazón latió violentamente dentro de su cuerpo sintiendo que iba a salirse por su boca en cualquier momento gracias a los grandes saltos que daba. Iba a sobrevivir, ¿verdad? Su padre había dicho que ya estaba fuera de peligro… no iba a haber complicaciones… el miedo se mezcló con una nueva sensación, la ira. Iba a matar a quien hubiera hecho eso. Pero en ese momento solo quería que ella saliese adelante y estar a su lado.

-Bella.-murmuró con voz lastimera sin poder apartar la vista de ella.

Tenía ganas de llorar, de hacer ver que él sufría tanto como ella. Y ese gesto no pasó desapercibido para Jacob que miró confuso a Bella y a Edward en intervalos. Entonces una lucecita se encendió en su cabeza y no pudo ocultar su sorpresa cuando llegó a esa conclusión.

-Edward, ¿la conoces?-le preguntó entre asombro y seriedad.

Edward por fin volvió a la realidad y miró a su amigo quien esperaba expectante su respuesta. Se sintió nervioso entonces, ya que sabía que su amigo le pediría explicaciones de porque conocía a Bella y sintió miedo al pensar en que podría decirle. ¿Debía contarle la verdad o mentirle? No, decidió que no podía mentirle. Era su mejor amigo y por lo visto Jacob quería de verdad a Bella. Y aunque sintió una punzada de celos al ver a su amigo sujetando la mano de la chica, pensó que en realidad Jake sería mejor para ella que él.

-si; algo así.-le contestó.

-tú…esto…me refiero a…no sabía que tú…-empezó a tartamudear Jacob.- ¿te has acostado con ella?

-¡no!-se apresuró a negar Edward no queriendo que pensase que había ido en busca de una prostituta pero tuvo que rectificar.-bueno si…pero no es lo que piensas… ¡mierda! Si, me he acostado con ella.

-vaya…-murmuró Jacob.-no sabía que recurrieses a…mujeres de la calle. Ahora entiendo porque decías no necesitar novia…

-no, no pasó así.-negó él.-no recurro a esa clase de servicios. No fui adonde Bella para eso.

-para empezar ya me sorprende que te sepas su verdadero nombre.-murmuró el moreno.-me dijo que solo sus mejores amigos se lo sabían…

-le pagué 4000 y le exigí saber su nombre.-reveló Edward haciendo que el otro quedase con la boca abierta.-pero pagué porque te dejase en paz.

-¿Qué?-cuestionó asombrado.- ¿para dejarme en paz? ¡Entonces por eso no respondía a mis llamadas! Joder…

-le dije cosas que debieron de dolerle.-explicó.-le dije que no era apropiada para ti; que podía ponerte en evidencia si alguien descubría quien eras… y por eso se alejó de ti.

-porque le pagaste.-susurró.

-no.-Jacob lo miró confundido.-no cogió el dinero. Lo dejó todo. Se ha separado de ti porque te quiere y pensaba en ti.

-¡joder, Edward!-casi chilló Jake.- ¿por que hiciste eso?

-estaba preocupado por ti y que no me dijeses con quien salías no ayudaba en absoluto.-murmuró Edward viendo que había hecho mal con todo lo que había ocurrido.

-es mi mejor amiga aparte de ti.-dijo Jacob.-la conocí en circunstancias…digamos que difíciles y nos hicimos muy amigos.

-lo siento, de veras, Jake.-se disculpó Edward aún mirando a Bella.-créeme que si pudiera volver atrás en el tiempo no volvería a cagarla de esa forma.

-no sabía que pudieras decir la palabra cagar y menos en este contexto.-comentó Jacob sin conseguir que Edward lo mirase.-pero hay algo que no entiendo. Si fuiste a pagarla para que se alejase de mí… ¿Cómo es que te acabaste acostando con ella?

Esa pregunta consiguió la atención de Edward quien lo miró con aire arrepentido y vergonzoso. Suspiró sonoramente y se dispuso a revelar su desliz con Bella aunque tenía clarísimo que no pensaba confesar que estaba enamorado de ella. Si eso más adelante…

-tú sabes que siempre he estado centrado en mi trabajo y no he sentido necesidad de tener nada carnal y tampoco no carnal con mujeres; era como ser asexual.-Jacob soltó una risita que se apresuró a esconder.

No quería que Edward pensase que no estaba escuchándole pero es que las palabras que su amigo estaba diciendo no eran para nada las que solía utilizar. Es como si estuviese sacando el hombre joven que debería ser y que nunca sacó y dejar a un lado su faceta de hombre frío y exageradamente trabajador que tenía desde hace tiempo. Y en ese momento se dio cuenta de que llevaba ya un tiempo cambiado y que ese cambio se llevaba dando desde el día en el que Bella le dijo que no iba a poder verle. Entonces se preguntó si ella había tenido algo que ver. Sin que nadie le respondiese supo que así era.

-entonces tú empezaste a llegar tarde y no decirme con quien quedabas y mandé un detective privado a saber con quien quedabas. Supe que era una tal llamada Delice, ya que nadie sabía su verdadero nombre, así que fui en su busca.-siguió explicando Edward bajo la atenta mirada de su amigo.-en cuanto la vi se me revolucionaron las hormonas de hombre que tenía dormidas desde…prácticamente mi etapa rebelde de adolescencia. Se me hacía irresistible y tuve que poner toda mi voluntad en no saltarle encima nada más verla. Lo conseguí y pude explicarle mi trato pero ella siguió seduciéndome y aunque no lo creas, Jake, soy hombre. Lo que pasó creo que no hace falta explicártelo, ¿verdad?

-ahórrate los detalles.-pidió Jacob.

-esa es la historia resumida.-terminó él.

-creo que después de sincerarte tú tendré que explicarte como conocí a Bella.-murmuró el otro.

El moreno le contó como Bella le había salvado en aquel callejón y como se hicieron amigos. Edward siguió confuso después de todo y, curioso, le preguntó por que Bella tenía esa vida. Jacob le explicó que no era que el gustase y cuando le pidió que se lo contase Jake le explicó la historia de su amiga porque no quería que Edward pensase mal de su mejor amiga y quería dejar las cosas claras. Cuando terminó, el otro no sabía donde meterse de lo mal que se sentía Por haber tratado de la forma que lo hizo a Bella.

-me siento como una mierda.-murmuró Edward.-la he tratado fatal.

-las apariencias engañan, colega, y deberías haberlo sabido antes de decir nada.-le medio reprendió.

-lo siento, Jake.-susurró.

-deberías pedirle perdón a ella y no a mí.-debatió el otro.

Los dos chicos se quedaron callados observando a Bella. Uno maldiciéndose a si mismo y al cabrón que le había hecho eso a la chica y el otro deseando que despertase para darle un abrazo.

Bella gimió al sentir todo el cuerpo adolorido. No sabía cuanto tiempo que estaba inconsciente pero sintió que llevaba años dormida. Las imágenes volvieron poco a poco a su mente y tuvo unas ganas horribles de ponerse a llorar. Mike Newton era lo único que le venía a la cabeza y desde luego no era para elogiarlo. Lo odiaba; con todas sus fuerzas. Entonces, sintió que sus manos no estaban atadas y desde luego recordaba que la última vez que había estado despierta las tenía atadas con un cable. Aún así, las muñecas le dolían mucho también.

Se decidió a abrir los ojos y fue levantando los párpados poco a poco, dejando que la luz se filtrase en sus pupilas. En cuanto lo hizo, sintió un apretón en la mano y a alguien llamándola. Parpadeó intentando eliminar la luz que sobraba en sus retinas y enfocó la vista en la masa que estaba a su lado. Reconoció a su amigo al de unos segundos.

-¿Jake?-preguntó con voz débil.-Jake.

-Ey, pequeñaja.-la saludó él respirando más tranquilo por la recuperación de su amiga.-por fin despiertas, dormilona.

-tienes mi misma edad, grandullón.-contestó ella sonriendo débilmente.

-te llevó tres meses.-rebatió divertido.

Ambos rieron un poco pero cuando Bella enfocó su vista detrás de su amigo se congeló. Y es que ahí estaba Edward parado. Tenía el semblante serio pero también tranquilo. Claro que ella solo recordaba lo mal que lo había tratado y que ella le había dicho que no quería volver a verle.

-¿Qué haces tú aquí?-le preguntó temerosa.-te dije que no quería volver a verte.

Las lágrimas acudieron a sus ojos y trató de retenerlas; no podía permitir que él volviese a verla llorando. Ella no merecía eso… ¡quería que se fuese! Solo sufría al verle una y otra vez…quería ser feliz o por lo menos no pasarlo tan mal… quería olvidarle y poder seguir con su vida como estaba hasta antes de conocerle y enamorarse de él.

-Bella, yo…-empezó a hablar Edward pero ella lo cortó.

-¡fuera!-gritó-¡no quiero verte!

-¡tranquila, Bella!-le dijo Jacob agarrando su mano con un poco más de fuerza.-él sabe toda tu historia; yo se la he contado y él me ha contado lo vuestro. Edward solo quiere pedirte perdón.

La chica se quedó helada entonces pero a diferencia de lo que pensaban los chicos, que era porque Edward quisiera pedirle perdón, era por la cosa de que su amigo hubiese revelado algo que ella específicamente le había pedido que guardase como un secreto. Las lágrimas desbordaron sus ojos en ese momento.

-¿tú…tú le has contado mi historia?-le preguntó a su amigo.- ¿mi vida?

-tenía que saberlo, Bella. Él estaba equivocado sobre ti.-explicó el moreno.

-le has contado todo.-murmuró-aún después de que te pidiese que me guardases el secreto.

-Bella, era necesario.-trató de hacerla entender.

-¿Qué clase de amigo eres?-pronunció enfadada y triste-¡pensaba que eras mi amigo! Se supone que los amigos no revelan secretos.

-Bella, yo…

-y tú-se dirigió a Edward quien di un brinco al ver que Bella le hablaba directamente.-yo no he contado nada de lo nuestro, ¿Por qué cojones tú tenías que hacerlo? No necesito recordar que pagaron por mi y menos que uno de mis amigos lo sepa de esa forma.

Edward dio un paso adelante haciendo amago de tomarla de la mano pero ella se alejó cuanto pudo haciendo que las heridas que tenía doliesen y gimiese de dolor.

-¡aléjate!-gritó.

-pero, Bella…-intentó meter baza Jacob por su amigo pero ella soltó su mano también.

-¡y tú también fuera!-chilló-¡no quiero volver a veros a ninguno de los dos! ¡Fuera de mi vida!

Los dos intentaron hablar pero ella no los escuchaba y lo único que consiguieron fue que gritase y llorase más alto hasta que pensaron que alguien fuera se enteraría de todo el embrollo antes de poder solucionarlo. Y así resultó ya que la puerta se abrió y un chico entró por ella. Jacob reconoció a Jasper, el que había donado la sangre para Bella, pero Edward solo frunció el ceño evaluando con la mirada al recién llegado e intentando saber por que estaba en esa sala. Pero Jasper fue directamente adonde Bella estaba tumbada y fue entonces cuando ella lo reconoció.

-¿Jasper?-preguntó con voz dudosa y él se acercó hasta ella-¡Jasper!

El hombre la acunó en sus brazos y ella enterró su cara en su pecho llorando amargamente. El rubio frotaba su espalda para tranquilizarla haciendo que Edward crispara los puños de celos.

-Bella, pequeña, tranquila.-le decía.-todo va a estar bien. Yo estoy contigo.

-Jasper-sollozó-haz que se vayan, por favor, haz que se vayan.

Jacob intentó acercarse y le tomó la mano pero ella chilló otra vez y lloró más fuertemente haciendo que el holter pitase como loco. El moreno se asustó y se echó hacia atrás.

-¡llama a una enfermera!-le ordenó Jasper.-iros fuera. Se está poniendo nerviosa. Dile a una enfermera que necesito que el ponga un tranquilizante.

Los dos hombres salieron al pasillo y buscaron una enfermera para explicarle lo que había pasado, sin entrar en detalles, claro está. Encontraron una y esta se dirigió rápidamente a la habitación dejando a los dos en el pasillo. Todo volvió a estar en silencio y las cosas se tranquilizaron. Más Edward no estaba para nada tan clamado como lo aparentaba. ¿Quién cojones era ese hombre que había abrazado así a Bella? ¿Quién se creía para tener esa confianza? Sus uñas estaban fuertemente clavadas en su piel y hasta estuvo seguro que después tendría marca pero le daba igual. Él debería ser quien la consolara. Gruñó solo con recordar la escena. ¡Joder! Que difícil era todo eso…

-Edward, ¿estás bien?-le preguntó su amigo a su lado.

-¿Quién coño se supone que es ese tipo rubio que la ha abrazado?-inquirió gruñendo en voz alta.

-se llama Jasper. Bella me dio un móvil una vez y me dijo que si alguna vez tenía problemas le llamase; él es quien ha donado la sangre que necesitaba Bella porque era inusual.-explicó Jacob cuidando sus palabras al ver el semblante de Edward.- ¿Por qué?-y entonces cayó en la cuenta.- ¡Dios mío, Edward! No me digas que tú…que Bella… ¡estás enamorado de ella!

Edward relajó un poco sus músculos y miró, por fin, a su amigo. No podía mentirle o mejor dicho no debía ya que Jake le conocía lo suficiente como para saber que no estaba diciendo la verdad. Si que estaba enamorado de Bella; hasta las trancas. Suspiró pesaroso y el moreno tomó eso como una afirmación.

-¿desde cuando?-cuestionó Jacob.

-desde la primera vez que estuve con ella.-respondió después de unos segundos.-me quedé prendado de ella desde esa noche y decidí que tenía que buscarla cuando comprendí que no era tan mala persona al ver que no se había llevado el dinero.

-¿la encontraste?-preguntó curioso.

-si pero me costó bastante. En realidad fue pura casualidad.-explicó.-tuve la esperanza de que no hiciera caso a mi amenaza pero fue leal a vuestra amistad y no volvió a verse contigo. La encontré casi un mes después un día que iba dando una vuelta por la calle al mediodía.

-¿al mediodía?-preguntó confuso.- ¿pero al mediodía tú no trabajas?

-estaba tan preocupado por encontrarla que estaba haciendo que el negocio perdiese dinero rápidamente. Me mandaron a casa a descansar aquel día.-contó recordando el día.-la vi paseando por la calle. No llevaba peluca puesta y estaba…simplemente preciosa.-sonrió solo recordándolo.-la seguí para hablar con ella pero de repente entró en un bar y yo fui detrás. La alcancé dentro del baño y pude por fin hablar con ella aunque no terminó del todo bien.

-deduzco por lo que te ha dicho ahí dentro que le volviste a decir algo hiriente.-comentó Jacob.

-si, al final si.-el moreno alzó una ceja esperando explicación.-al principio ella intentó irse pero no pudo ya que los matones de un tipo la perseguían; un hombre de negocios que intentó comprarla justo el día que yo estuve con ella. Digamos que la soborné ofreciéndole el doble de lo que él le daba. La cosa es que empezó a echarme la bronca y decirme que tenía yo toda la culpa.

-en parte la tenías.

-por eso, quise ayudarla.-sonrió.-aunque desde luego no fue ninguna tortura…la metí a rastras a un baño y cerré con ambos dentro. Los matones entraron al baño y yo supe que tenía que disimular. Lo único que se me ocurrió para hacerles creer que era normal que una mujer y un hombre estuvieran metidos en el mismo baño fue besarla.

-tú lees demasiado…-comentó divertido el otro.

-puede ser.-aceptó Edward.-la cosa es que fue besarla y olvidarme de todo a mi alrededor. En ese momento solo quise tenerla para mí y amarla. Y lo peor, o mejor no estoy seguro, de todo es que ella me correspondió con el mismo ímpetu.-una sonrisa amarga se instaló en sus labios al recordarlo.-conseguimos distraer a los matones pero yo no quería parar y no lo hice. Al principio, ella también siguió pero luego no se que pasó y quiso parar. Y ahí fue cuando la volví a joder.

-¿Porque paraste?-preguntó curioso Jacob.

-no, porque al pedirle explicaciones de porque paraba conseguí que me dijese que había sido porque la anterior noche la había tratado como a una puta y yo, imbécil de mí, solo supe contestarle que era una puta para defenderme.-terminó el hombre.

-si que eres imbécil.-acordó el otro.

-pero la quiero, Jake.-dijo lastimosamente.-y no puedo soportar que le haya pasado eso. Me siento culpable.

-tú no tienes la culpa de que existan tipos tan capullos en el mundo.-le consoló su amigo.

-lo se…-murmuró.

La puerta de la habitación de Bella se abrió y por ahí salió Jasper. Edward y Jacob se levantaron al mismo tiempo y se acercaron a él, quien habló antes de darles tiempo a decir nada.

-ella está bien.-les explicó mirando a Jacob ya que a Edward no le conocía.-la han sedado y está dormida. La enfermera me ha dicho que tenemos que ir a dar sus datos a dirección y relatar el parte y como la encontraron. El médico vendrá dentro de un rato a examinarla.

-yo te acompaño.-contestó rápidamente el moreno.-yo la encontré.

-bien.-asintió Jasper.-vamos.

-¿esperas aquí?-preguntó Jacob a Edward.

-si, ve tranquilo.-contestó él.

Los dos chicos se fueron y Edward se quedó solo en el pasillo. La enfermera no tardó mucho en salir de la habitación donde estaba Bella y él la interceptó por el camino.

-perdón.-la llamó haciendo que se girase a verlo.- ¿la paciente de esta habitación se ha dormido ya?

-así es.-contestó ella educadamente.-tiene bastante tiempo dormida. Tenía mucha tensión así que la hemos sedado. Tardará lo menos una hora en despertar; el doctor podrá revisarla así mejor.

-muchas gracias.-agradeció él educado.

Ella asintió con la cabeza y se fue de allí. Edward no pudo resistirlo y decidió entrar a verla. Tocó la puerta, sin saber porque, y después la abrió entrando a la solitaria estancia donde solo estaba Bella tumbada. Se acercó a la cama y la observó ahí tumbada, descansando en paz. Le pareció el más bello de los ángeles. Su mano actuó casi por instinto y la levantó hasta acariciar su pálida mejilla.

-Bella.-susurró mirándola cariñosamente.-no sabes cuanto lo siento. Debería haber sido capaz de haberte dicho lo que sentía y quizás me hubieses dejado estar contigo y protegerte.

Sus dedos se deslizaron por todos los recovecos de su cara delineando sus mejillas, párpado, pómulos y mentón hasta llegar por fin a los labios. Los perfiló suave y dulcemente, como si temiese que fuesen de frágil cristal y se rompiesen con el más leve de los toques. Deseó besarlos y no pudo contenerse.

-Bella, se que tienes prohibido besar y que te besen y que no quieres que lo haga pero…-se agachó hasta dejar sus caras a pocos centímetro de distancia.-no puedo aguantarlo. Tus besos me han hechizado y me es imposible resistirme a ti. Perdóname por lo que voy a hacer.

Terminó de acortar la distancia que los separaba y unió sus labios con los de ella. No fue un beso profundo, simplemente rozó sus labios y los dejó pegados unos segundos disfrutando del leve contacto. Su olor lo envolvió e hizo que su corazón latiese con fuerza. Cuando se separó de ella, se quedó a unos milímetros de su cara contemplándola. Volvió a acercarse esa distancia y la besó con un suave pico de nuevo para luego erguirse mirándola aún.

-Dios…-murmuró.-eres tan hermosa…

Acarició su mano, con la aguja clavada en ella introduciéndole el suero y el tranquilizante, y gruñó. La sujetó y se agachó para besar sus nudillos. Después, entrelazó sus dedos con los de ella y siguió mirándola.

La puerta se abrió de repente y Edward se tensó esperando que por ella entrase el tal Jasper dispuesto a darle una paliza por haber vuelto a esa habitación, más pudo respirar cuando solo se encontró a su padre en el umbral. Este le sonrió confuso y Edward le respondió. Después se dio cuenta de que no había hecho ni siquiera amago de soltar la mano de Bella.

-hola, hijo.-le saludó Carlisle.

-¿vienes a hacerle una revisión?-preguntó ansioso.

-si. Ahora mismo.-afirmó.-por lo que deberías salir.

-papa…-murmuró indeciso.- ¿puedo quedarme?

-Edward, hijo, sabes que no puedes.-trató de convencerlo Carlisle.-la gente que no tiene ninguna relación con el paciente no pueden saber lo que tienen ya que no es legal…y tampoco los familiares o amigos pueden estar mientras los reviso.

-papa, por favor…-suplicó.

-Edward, ¿Qué es ella para ti?-cuestionó.-nunca la había visto contigo.

-la quiero.-declaró.-estoy enamorado de ella.

Carlisle le miró durante unos segundos y luego suspiró. Sabía que si alguna vez su hijo quería contarle su historia lo haría así que no lo obligaría.

-está bien, puedes quedarte.-aceptó al final.

-gracias, papa.-sonrió Edward volviendo su vista hacia Bella.

El hombre se puso al lado del Holter y empezó a anotar los datos que este había recopilado. Frunció el ceño cuando vio los picos altos de ansiedad que había de cuando Bella había visto a Edward y anotó mentalmente preguntarle más tarde.

Edward por su parte seguía contemplando a su amada. Se dedicó a acariciar su mano suavemente mientras no apartaba la mirada de su cara. Sonrió levemente al verla tan tranquila, destilando paz. Deslizó sus yemas por cada uno de los dedos de ella disfrutando de ese simple roce con su piel. Siguió así un rato hasta que subió más hacia el brazo y llegó a la muñeca. Frunció el ceño al sentir algo áspero que le evitaba tocar la suave piel de Bella así que apartó la vista de su cara, a regañadientes, y la fijó en la parte que estaba tocando descubriendo así una venda que cubría su muñeca, y como pudo ver, la otra también.

-papa.-Carlisle lo miró.- ¿Por qué tiene las muñecas vendadas?

-¿Jake no te contó como la encontró o como la trajo?-Edward negó.-tenía las muñecas fuertemente atadas con un cable de alguna lámpara. Casi pierde la movilidad de las manos y las manos en si ya que llevaba mucho tiempo con ello.

Edward se quedó helado sintiendo como poco a poco una sensación de ira se apoderaba de su cuerpo. Quiso entonces encontrar al que había hecho eso a su dulce Bella y estrangularlo después de haberle torturado. ¿Cómo se atrevía a dañar a un ángel como ella? Se mordió el labio con fuerza, ya que la mano la tenía ocupada con la de Bella, hasta que sintió el sabor metálico de la sangre en su boca. Carlisle vio un hilo de sangre correr por la cara de su hijo y se sorprendió ver lo furioso que estaba teniendo en cuenta que Edward era un hombre muy tranquilo, dado a su trabajo, que nunca se exaltaba por nada.

-Edward, no se si eres el adecuado al que decírselo pero tenemos las pruebas de lo que el pasó a la chica.-dijo señalando a Bella.

-papa, dímelo, por favor.-rogó.

-los resultados dicen que ella fue violada, Edward.-soltó de golpe ya que pensaba que así dolería menos.

Edward se quedó estático. ¿Violada? ¿Cómo que violada? Ahora si que iba a matar al tipo que hubiera hecho eso. Con razón estaba tan magullada… Bella se había resistido al hombre que la atacó aunque no la veía con muchas fuerzas. Ella era la típica chica pequeñita a la que daban ganas de proteger y yo había sido incapaz de hacerlo.

-tiene la vagina completamente desgarrada en señal de que se resistió al igual que su cuerpo hinchado y sus magulladuras. También encontramos semen dentro de ella.-miró a su hijo.-lo hemos analizado para saber quien fue.

Carlisle calló, sin saber si debía contarle lo que sabía a su hijo. Jugó con sus manos nervioso sin saber que hacer. ¿Debía decírselo?

-¿Quién es, papa?-preguntó ansioso Edward.

-no se si debería decírtelo, hijo.-contestó sincero él.

-¡por favor, papa! Necesito saber quien es el bastardo que le ha hecho esto a la mujer que amo.-se le veía realmente desesperado.

-bien, te lo diré.-Edward se envaró para escuchar.-el ADN del semen que tenía Bella en el cuerpo es de un hombre que se llama Michael Newton.

Todo el color de la cara de Edward se fue de golpe al saber el nombre del culpable. En ese momento entendió todo y también se dio cuenta de que al fin y al cabo toda la culpa era suya. Si él no hubiese acaparado a Bella aquella noche nada de eso hubiera pasado. Quise llorar y morir por haber sido culpable indirecto de la desgracia de mi ángel pero en vez de eso apreté los puños fuertemente; mataría a Newton.

-hijo.-lo llamó Carlisle.- ¿estás bien?

-si, papa.-no quería preocupar a su padre.-tengo que irme.

Dudoso, miró a Bella. Al final se agachó y dejó un tierno beso en su frente para después despedirse de su padre y salir por la puerta. Empezó a caminar a paso apretado con una idea fija en la cabeza; encontrar a Newton y partirle las piernas. Iba tan ensimismado hacia la salida que no se dio cuenta de que se acercaba a la recepción donde se encontraban Jacob y Jasper hablando con la secretaria.

-¡Ey, Edward!-lo llamó su amigo haciéndolo parar.- ¿A dónde vas?

-voy a cometer un asesinato.-dijo seguro con voz gutural.

-¿Qué?-preguntó confuso.- ¿Qué dices, Edward?

-voy a buscar a Mike Newton y a partirle la cara, las piernas, los brazos y lo que haga falta.-gruñó.

-pero, Edward, ¿estás loco?-cuestionó su amigo asombrado bajo la atenta mirada de Jasper quien seguía la conversación curioso.- ¡no puedes hacer eso!

-¡claro que puedo!-chilló enfadado.

-¡pero si no te ha hecho nada!-Edward entornó los ojos furioso.- ¿Por qué quieres zurrarle?

-¡porque ese bastardo ha violado a Bella!-chilló ya sin contenerse.

-¿Cómo?-Jasper estuvo en medio segundo delante de Edward.-repite lo que has dicho. ¿Es eso verdad?

-¡claro que lo es!-volvió a gritar-¡y pienso hacer que pague por ello!

-¡Edward, para!-Jacob sujetó al hombre-no sabes si eso es cierto.

-me lo acaba de decir mi padre que le han hecho pruebas.-explicó queriendo terminar con eso e irse.-y ahora…déjame irme.

-¿Dónde está ese tal Newton?-preguntó Jasper destilando veneno en sus palabras.

-no lo se, pero pienso encontrarlo-terminó Edward.

Capítulo 6: Descubierta Capítulo 8: Tratando de reparar su error

 
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