By. Yurika Cullen
*-B-pov-*
La mañana llego rápido, los rayos del sol se filtraban por la ventana y me daban de frente en el rostro, pero yo estaba tan cómoda que no quería abrir mis ojos, había sido una noche muy tranquila a pesar de todo, había dormido como hace mucho tiempo no lo hacia y todo gracias a Edward. ¡Edward! Abrí mis ojos rápidamente al recordar con quien había dormido, claramente aun estaba ahí, pues sentía su pecho subir y bajar por su respiración, además del fuerte agarre a mi cintura. Levante el rostro suavemente y me lo encontré viéndome divertido.
— Buenos días— me dijo con una sonrisa torcida
— Buenos días— le respondí suavemente— ¿Qué hora es?—
— Aun es temprano, son las siete de la mañana—
— Ah— fue mi simple respuesta, no sabía que decir ni como actuar, luego de que confesáramos que nos gustábamos ¿Cómo nos trataríamos? ¿Seguiríamos como si nada o ahora seria especial?
— Si quieres puedes volver a dormir, yo tengo que bajar a hablar con los chicos— se acerco y me dio un suave beso en los labios, luego se levanto. Definitivamente algo cambiaria, pensé sonriendo
— No, me levantare también, voy a mi cuarto a cambiarme— dije parándome de la cama— nos vemos en el desayuno— él asintió y yo comencé a caminar hasta la puerta, estaba a medio metro de ella, cuando sentí los brazos de Edward tomarme por la cintura, girarme y arrinconarme contra la puerta mientras me besaba, yo gustosa enrede las manos en su cuello y le correspondí. Luego de un largo beso se separo pero se quedo cerca de mí mientras me miraba directamente
— Ahora si son buenos días— me dijo sonriendo, yo le respondí con una sonrisa igual a la suya— nos vemos en el desayuno— me dio un casto beso en los labios y se alejo, yo algo aturdida y emocionada salí rápidamente a mi habitación para cambiarme, definitivamente las cosas iban a cambiar, y tal vez para mejor.
Durante el desayuno, estuve con una sonrisa idiota plasmada en mi cara, pero no podía evitarlo, aunque claramente Edward y yo no éramos nada más que amigos, bueno, tal vez amigos que se besan, no podía evitar sentirme realmente feliz, hacia mucho que no sentía nada por nadie y que fuera especialmente él me animaba mucho, Edward era un tipo de hombre muy interesante, tenia una mescla de misterio, seriedad y dulzura que me encantaba.
— Hoy estaré con los chicos, si necesitas algo me avisas— me dijo Edward cuando nos levantábamos de la mesa, en cuento Jasper y Emmett se fueron, tenía una sonrisa tal vez igual de estúpida que la mía. Yo asentí sonriéndole también. Edward se acerco rápidamente y me planto un beso en los labios inmediatamente le cruce los brazos por el cuello
— ¡Hay perdón!— ambos nos separamos y vimos a Alice que venia a recoger la mesa. Yo me sonroje furiosamente, Edward solo sonrió de manera torcida
— Eh, Alice…— empezó a decir Edward
— Yo no he visto nada— término ella guiñándonos un ojo
— Gracias— dijo él, yo no pude decir nada, me moría de vergüenza. Luego salimos cada uno por su camino.
Estuve en el jardín leyendo toda la mañana, aunque me daba un poco de nervios por lo de la noche anterior, Edward me aseguro que los sensores estaban activados y que ellos estarían pendientes de mi todo el tiempo. Vi a James un par de veces haciendo sus típicas rondas y no pude evitar sentir un estremecimiento, la mirada de James nunca me gusto, pero esta vez era diferente, me miraba como si fuera una botella de agua en el desierto, como si estuviera esperando por mi, me hizo sentir tan indefensa que me asustaba. Luego de verlo pasar la tercera vez, ya no me parecía tan atractiva mi lectura, por lo que preferí entrar a la casa y buscar a los chicos.
Toque dos veces antes de entrar al cuarto de monitoreo, Jasper y Edward estaban cada uno en un portátil, uno digitando y el otro buscando información respectivamente.
— ¡Hola! ¿Les incomoda tener compañía?— Jasper negó sonriendo
— Claro que no Bella, puedes venir cuando quieras— Edward corrió una silla a su lado y me hizo señas para que me sentara— ¿Cómo ha estado tu día?— me pregunto cuando estuve acomodada junto a él
— Bien, sin Aro, puedo decir que se siente casi normal— sonreí— aunque quise venir con ustedes, porque James me intimida—
— ¿Por qué?— me pregunto Edward, Jasper me miraba claramente interesado también
— Su mirada jamás me ha gustado, pero hoy me miraba diferente, fue mucho peor—
— ¿Cómo te miraba?— pregunto Jasper
— Como si estuviera esperando algo, me hizo sentir como si yo fuera su propiedad— Edward y Jasper fruncieron el seño
— ¿Su propiedad?— volvió a preguntar Jasper
— Si, siento como si me estuviera esperando, como si en cualquier comento fuera a venir por mí—
— Tranquila, no pasara nada— me dijo Edward abrazándome por los hombros y besando mi sien
— ¿Y Emmett?— pregunte a Edward para calmar un poco el ambiente tenso que se había creado y por curiosidad
— Se fue a investigar sobre el abogado, encontramos cosas muy interesantes Bella, pero te lo contare todo cuando él vuelva—
— ¿Emmett? ¿Edward estas seguro que es el indicado para interrogar a alguien?—
— Aunque Emmett parezca un estúpido el noventa por ciento del tiempo, en realidad es muy astuto, y su apariencia intimidatoria mesclada con su carisma y amabilidad le hacen soltar la lengua a cualquiera, te sorprenderías saber el montón de veces que nos ha salvado las misiones por eso— me comento Jasper, yo sonreí al imaginarme a Emmett interrogando a la gente con esas típicas preguntas imprudentes— Y hablando del rey de roma— dijo mirando su portátil y apretando un botón en su teclado, yo mire igualmente y pude ver un gran Jeep entrar por el portón de la casa y mas tarde a Emmett bajando de el con su típico semblante relajado y a Alice mas atrás bajando unas bolsas
— ¿Alice?— pregunte
— Teníamos que despistar a James, el plan era que Emmet acompañara a Alice al centro comercial— respondió Edward. Yo asentí y en minutos estaba Emmett entrando escandalosamente a donde estábamos
— ¡Hola gente! ¿Me extrañaron?— yo sonreí
— No sabes cuanto extrañamos tus imprudencias hermano— dijo Jasper
— Que bien, pero no te preocupes Jasper, justo vengo a informarte que tu adorada Alice compro unos trajecitos que te van a matar, además fuimos a la tienda de lencería y…—
— ¡Emmett!— lo regaño Jasper, jamás lo había visto sonrojarse de esa forma. ¿Alice? ¿Jasper sonrojado por Alice? ¿De que me perdí? Mire a Edward como pidiendo una explicación silenciosa, pero la respuesta no fue nada silenciosa
— Nuestro amigo Jasper, al parecer cayó en las redes de tu amiga— dijo con su sonrisa torcida
— ¡Eso no es verdad!— volvió a decir Jasper aun mas rojo
— ¡Hermano! Tienes que ver tu rostro, estas mas rojo que Bella cuando se avergüenza— ahora la que se sonrojo fui yo
— ¡No digas tonterías! Además el que esta tras una rubia despampanante no soy yo— lo reto Jasper
— No, soy yo, pero a mi no me avergüenza decir que me gusta Rosalie— yo abrí aun mas los ojos, esto se estaba poniendo bueno
— ¿Emmet, te gusta Rosalie?—
Pregunte
— ¡Me fascina!— me respondió sonriendo
— ¿Se lo has dicho?—
— Cada que puedo, pero ¿no les parece gracioso? Los tres vinimos a una misión— dijo bajando el tono de voz— y los tres encontramos el amor aquí— Edward empezó toser— ¿Qué pasa Edward?— dijo dándole unas fuertes palmadas en la espalda— No te ahogues hermano, no puedes negar que estas babeando por Bella y ella también babea por ti— ahora quien se iba a ahogar era yo
— ¡Emmett! Deja de decir imprudencias y mas bien dinos como te fue— lo regaño Edward, Jasper le dedico una mirada de. ¿Vez que no es bueno burlarse de los otros?
— Creo que primero deberíamos poner al tanto a Bella de lo que encontramos— dijo Jasper, ahora los tres se pusieron serios
— ¿James donde esta?— pregunto Edward antes de empezar a hablar, Jasper miro su portátil de nuevo antes de hablar
— Se esta bañando— hizo un mal gesto mientras nos informaba, como si fuera a vomitar. Yo mire a Edward asustada
— ¿No me dijiste que…?—
— No hemos puestos cámaras en las habitaciones Bella, bueno, después de lo de anoche, la de James es la única— rió Edward. Yo respire aliviada
— Habla de una vez Edward, me tienes ansiosa— le dije
— Veras, nuestro querido Hacker— dijo Edward señalando a Jasper— ha encontrado mucha información importante, lo mas importante que debes saber es que, el apellido de Cayo, es Vulturi—
— ¡¿Vulturi? Pero ese es— deje la frase inconclusa
— Si, es el apellido de Aro, son hermanos— yo no lo podía creer, comenzaba a ver las cosas de otra manera
— Si son hermanos, Cayo no tendría problemas en falsificar el testamento de mi padre—
— Aja, pero no solo eso es lo interesante, Cayo dejo de ejercer su titulo de abogado hace diez años, porque fue acusado de estafa en la empresa en la que trabajaba, al parecer engaño a algunas de las personas con las que trabajaba y los hizo firmar de manera engañosa papeles que le cedían propiedades y grandes sumas de dinero—
— ¡Cayo llego a trabajar con mi padre desde un par de años antes de su muerte y todo porque Aro se lo recomendó!—
— Eso es cierto, pero además, él no usaba el apellido Vulturi, estaba trabajando con una tarjeta profesional falsa que lo identificaba como Cayo Fecinety— me informo Jasper
— Eso nos da unos cuantos delitos para arrestarlo— informo Edward— ¿Qué averiguaste Emmett?—
— No mucho, pero también es importante, en la antigua oficina donde trabajaba me informaron que, Cayo desapareció hace seis años, al parecer tuvo problemas con un "cliente" llamado Aro Vulturi— todos lo miramos interesados— según me informaron, Cayo luego de hacerle unas cuantas diligencias a Aro, le robo una fuerte cantidad de dinero de la empresa que por ese tiempo Aro administraba, que viene siendo la empresa de los Swan y que él aun administra, al parecer el hermanito Cayo, es tan estafador como Aro y lo engaño para robarle, según me conto la señorita Stanly su ex secretaria, la suma fue realmente fuerte y Aro estaba como loco buscándolo, pero no pudieron dar con él—
— Bien, cada vez más encontramos información interesante, aunque todo se muestra mas enredado, en realidad se han destapado muchas cosas, tenemos que investigar en la empresa, si la cantidad de dinero fue tan grande como parece, alguien de allí tiene que darnos información importante, tenemos que saber, que tan enterados de esto están los socios de la empresa y que medidas tomo Aro frente al robo. ¿Bella?—
— Dime Edward—
— ¿Cuáles son los socios más importantes de la empresa?—
— El mas importante es Eleazar Denali, hasta donde yo tenia entendido, él tenia el treinta por ciento de las acciones, mi papá tenia el sesenta y unos cuantos mas se repartían los diez restantes, pero no se como están las cosas ahora y cuanto tiene la parte de los Swan y la parte de los Denali, desde la muerte de mi padre no tengo la menor idea de cómo están las cosas en la empresa, Aro no me deja ir allá tampoco—
— ¿Qué clase de persona es Eleazar?— me pregunto Edward
— Es alguien tan honesto como mi padre, te lo puedo asegurar, yo nunca me convencí mucho de Aro, pero Eleazar es realmente un buen hombre—
— Entonces, tendremos que hacerle una visita a los Denali, Jasper, investiga la dirección del señor Denali, tenemos que verlo cuanto antes—
— Dame cinco minutos— y empezó a teclear rápidamente, luego de unos minutos que no fueron mas de dos, le escribió la dirección en un papelito— Aquí tienes—
— Muy bien, ¿Qué hace James?— volvió a preguntar Edward
— Esta aun en su habitación—
— Dile que nos fuimos a almorzar fuera o lo que sea, Bella, vámonos— yo me levante sorprendida
— ¿Me vas a llevar?—
— Claro que si, necesito que estés presente, de lo contrario el señor Denali no confiara mucho en un desconocido— yo asentí— no te preocupes, no dejare que te pase nada—
— Ya lo se—
Salimos rápidamente y subimos a su auto, Jacob estaba como siempre en la cochera.
— Jacob— lo llamo Edward
— ¿Qué pasa?— le respondió con su habitual tono osco
— Necesito tu ayuda— Jacob bajo un poco la guardia y le presto atención— necesito que me avises si James sale o hace alguna llamada, se que Jasper y Emmett están pendientes, pero necesito que ustedes también lo estén, para prevenir cualquier incidente que al resto se le pase por alto, si notas algo sospechoso, llámame— y le entrego una tarjeta, Jacob asintió
Salimos rápidamente de la casa y nos adentramos en la ciudad, Edward iba rápido por lo que en poco tiempo estábamos en la zona residencia del otro lado de la ciudad, cuando llegamos hasta ese puto, Edward bajo la velocidad y me hablo.
— Bella, Eleazar no puede saber que supuestamente trabajo para Aro—
— ¿Por qué?—
— Porque si es un hombre honesto como dices, entonces desconfiara de mi, esta vez necesito toda tu ayuda Bella, tu serás quien hable con él—
— ¡¿Qué? Pero Edward ¿Qué le diré?—
— Primero que todo le vas a decir que ya que Aro esta de viaje, estas aprovechando esta oportunidad para poder salir, pues él no te deja, con cada palabra que tu le digas, yo analizare su reacción y veré si es conveniente intervenir o no, pregúntale por la empresa y como van las cosas, no lo hagas con mucho interés, si te pregunta por mi, le diremos— El pensó y analizo las cosas rápido— dile que somos novios— yo sentí mi corazón acelerarse y lo acalle internarte, esto solo era por la "misión" que teníamos— no le des muchas especificaciones al respecto, si las cosas salen bien, entonces yo intervendré y hablare con él, pero si por el contrario, vez que no digo nada, entonces te despides, le dices que solo estabas visitando a los viejos conocidos pues no tienes muchos amigos y listo, nos vamos—
— Muy bien, solo espero no ponerme muy nerviosa— él tomo una de mis manos
— Tranquila, todo saldrá bien, estas conmigo, yo te protegeré ¿Recuerdas?— yo asentí. Edward me dio una suave sonrisa y arrancamos de nuevo.
Llegamos a la mansión de Eleazar, nunca había estado ahí, cuando mis padres venían yo siempre declinaba la invitación, esa casa era tan grande como la mía, Edward aparco afuera de la casa.
— ¿Nunca estuviste aquí?— me pregunto Edward ayudándome a bajar
— No, nunca me lleve bien con su hija, así que cuando mis padres venían aquí, siempre sacaba alguna escusa, igual que ella, jamás fue a mi casa tampoco—
— Ya veo— dijo tomándome la mano mientras nos acercábamos al portón y tocar el timbre, yo me sorprendí un poco— se supone que somos novios— me dijo sonriendo de esa forma torcida que tango me gusta, yo le regrese la sonrisa.
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