POV Andrew
- Venga coge la mochila. –le dije a María.
- Lo tengo todo.
Lo pusimos en el coche y en marcha a la playa. Nos llevaría un par de horas.
- ¿A cuanto está?
- Una hora.
- Bueno…
Puse la radio y María no paraba de mirarme y de sonreír.
- ¿Qué pasa? –sonreí ahora.
- Nada. ¿No puedo mirarte?
- Claro.
Empezó a llover, que justo.
- Si hombre… -susurró María.
- No pasa nada… seguro que para.
- Y si no… pues en el apartamento.
- Claro… mientras estemos juntos.
Llegamos pronto a Cullera, hacía un poco de fresco. Pero ya no llovía.
Era pleno noviembre.
Cogimos las maletas y subimos al quinto piso.
Entramos y era todo muy grande.
- Vaya… ¡Que chulo! –exclamó mi novia.
- Ya ves…
Continuamos y lo más entrar estaba el comedor y luego una gran terraza.
- Si esto parece un piso normal. Pero de normal no tiene.
En Internet parecía más pequeño.
- Bueno dejamos todo esto y cocino. ¿Qué te apetece comer?
- Algo fácil… no te calientes la cabeza.
Dejé en la habitación las maletas y era grandísimo. Estaba la cama de matrimonio y luego un aseo.
- Ven. –la llamé.
- ¿Qué pasa?
Al entrar se quedó con la boda abierta. -¿No, nos hemos equivocado, verdad?
- No. Esta muy bien, ¿eh?
- Vaya… espero que los minutos no acaben.
- Te quiero. –le susurré mientras nos dábamos un beso.
Puse mi ropa en el armario y la de ella, también.
Fui a la cocina y estaba haciendo unos bocadillos.
- He puesto nuestra ropa en el armario.
- Vale. Ya está, ¿vamos a comer?
Cogí los bocadillos y ella cogió la bebida y fuimos al comedor.
Comimos en silencio, nos mirábamos pero nada de conversación. Una vez terminamos de comer, nos pusimos la televisión; nos acomodamos en el sofá y le pasé mi brazo por sus hombros.
- Es la primera vez que un chico me sorprende así.
- ¿De verdad?
- Sí. Yo creía que tan solo ocurría en los Bet Seller’s y en películas. Y ahora lo descubro. Es real.
- ¿Yo? –sonrió.
- Y el amor. –ella también sonrió.
Miramos una película de terror.
Una vez terminó y estábamos lo bastante asustados, fuimos a dar un paseo.
- Que frío hace. –comentó mi novia.
- La verdad es que un poco sí.
Damos un corto paseo y luego volvimos al apartamento.
- ¿Qué hacemos? –le pregunté.
- ¿Qué hora es? –me preguntó.
Miré el reloj y ya había pasado el día sin darnos cuenta.
- Vaya, son las ocho ya.
- ¿Ya? Pues vamos a ver que cenamos y una sorpresa… -me miró picadamente.
- ¿Sorpresa? –pregunté levantando una ceja –Me gustan las sorpresas.
Entramos al piso y cenamos ligero. Una ensaladita. Y mientras tanto yo pensaba que sorpresa será…
Al terminar de cenar ella se levantó.
- Lava tú los platos, voy a cambiarme.
- Vale.
Me dio un beso en la mejilla y luego se metió en el armario.
Yo lavé los platos y coloqué luego todo en su sitio.
De pronto oí una canción. Logré recordar que era la favorita de María. Jóvenes eternamente. Pol no se que.
Fui acercándome al comedor, de ahí provenía la música.
Entonces vi a María en la puerta de la habitación en un picardías. Estaba… muy sexy.
- Estas… wow… vaya… -pude decir.
Ella rió un poco y se acercó hacia mí.
Me cogió de las manos y nos miramos ambos. Bailamos al ritmo de la música.
- Dime que esto es mi sorpresa. Porque me he sorprendido.
- Eres muy listo. –nos acercamos y nos besamos. – Te quiero.
Entonces en ese instante la cogí como una princesa que es para mí y ella se sorprendió. -¿A dónde vamos?
- No te has vestido así, porque sí. ¿O me equivoco?
- Nuevamente… acertaste.
Al llegar a la habitación nos dejamos caer en la cama. Ella mientras me quitaba la ropa, yo tan solo la besaba y le ayudaba, Me puse la protección y mientras nos besamos, ella se quitó su picardías y paso la… sorpresa.
- Te quiero… -susurré.
- Y yo también te quiero.
Nos dormimos los dos abrazados y de pronto noté como alguien me miraba. Me desperté y lo vi. Era imposible. Pero desapareció. No era posible que lo hubiese visto. Me volví a dormir, pero pensando que me había ocurrido.
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