Colgando,Edward retrocedió alrededor de la cama.Levantó a Bella en sus brazos y la llevó a la puerta,vaciló,repentinamente preocupado de que su atacante hubiera vuelto para terminar el trabajo.Después de todo,seguramente Edward también debería haber sido un objetivo.Y todavía estaba vivo.
Esa idea lo hizo fruncir el ceño y balancearse incómodamente sobre sus pies.Consideró dejar a Bella y registrar la casa,pero no pensaba que tuviera tiempo antes de que el taxi llegara.Era también reluctante a dejar a Bella a solas.
Apretando sus dientes,Edward decidió que simplemente se movería rápidamente y esperaría lo mejor.Doblándose ligeramente para alcanzar la puerta con la mano bajo sus piernas,giró el pomo y la entreabrió.Edward se enderezó y usó su pie para terminar de abrirla.
El salón estaba tan oscuro y silencioso como la última vez que había entrado en él.Sin embargo,esta vez no había ninguna brisa acusadora.Se apuró hacia la entrada atravesando el salón,atento a cualquier señal de otra presencia.
Una nube pequeña de alivio se escapó de sus labios cuando llegó a la intersección de pasillos justo ante la entrada del salón.El pasillo a la derecha conducía al comedor y terminaba en la cocina.Edward giró a la izquierda y se trasladó a la puerta principal.Parando allí,echó un vistazo a la calle oscura y vacía afuera,entonces depositó a Bella sobre sus pies.Un gesto fruncido curvó sus labios cuando notó que la toalla blanca destacaba bruscamente donde se alzaba encima del escote de la blusa negra.Los colores contrastantes hacían más que obvia su presencia.
No queriendo que nada llamara la atención del taxista sobre su herida,Edward empezó a retroceder por dónde había llegado para detenerse cuando descubrió el ropero de los abrigos.Puso a Bella sobre un banco pequeño junto a la puerta principal,acomodándola de modo que no se deslizara y luego abrió el ropero.
—Gracias,Tanya,—murmuró mientras sacaba un grueso y acolchado abrigo de invierno del ropero—.Te pagaré por esto.
Edward se las arregló para ponerle el abrigo a Bella y llevarla afuera al camino antes de que el taxi llegara.Se estaba parando en la acera con Bella que parecía estar de pie,inclinándose contra él cuando el automóvil paró,pero la verdad era que la estaba sujetando para que se mantuviera erguida.Era un peso muerto.En silencio envió una oración para que esto funcionara,empezó a avanzar mientras el taxi se detenía en la calle ante él.El cuerpo de Bella empezó a caer inmediatamente.
Dejando escapar una risa forzosa,Edward la enderezó y caminó al automóvil.
—Creo que has bebido demasiado,dulce,—se las ingenió para abrir la puerta y moverlos a ambos hábilmente en el asiento mientras reía un poco.
—¿Está bien?—preguntó el conductor,girando en su asiento para echarles el ojo con desconfianza.
Edward colocó a Bella en su regazo con el propósito de que su cabeza cayera contra su cuello y mintió:
—Sí.Sólo bebió demasiado en su fiesta de cumpleaños.
—¿Sí?
El conductor echó un vistazo hacia la casa y Edward siguió su mirada,revelando que notaba que tanto el salón como el dormitorio tenían las luces encendidas con el propósito de que no pareciera tan vacío como en realidad estaba.
—Pensamos que dormiríamos fuera de casa después de la fiesta,pero su hermana tiene la cama más horriblemente incómoda que uno se puede imaginar en el cuarto de huéspedes,—respondió Edward con nerviosismo—.Y tengo que dormir un poco antes del trabajo mañana.
—¿Tú comprendes,cariño?—Preguntó y echó un vistazo a la cabeza de Bella donde estaba tendida contra su pecho,antes de añadir—:Hmm,pienso que está inconsciente.
—Fiesta de cumpleaños,¿no?—dijo el conductor y definitivamente había sospecha en su voz.
Comprensible,supuso Edward,desde que era lunes por la noche y la mayoría de las personas evitaban ir a fiestas por la noche entre semana,pasándolas normalmente para el fin de semana.
—Sí.Su trigésimo,—mintió—.No lo está tomando bien.Más aún,no sé por qué no podían tener la fiesta el fin de semana en vez de una noche de semana,pero ella y su hermana insistieron en que tenía que ser en la fecha verdadera.
»Mujeres,—añadió Edward con templada aversión,luego cayó en silencio y contuvo la respiración mientras esperaba a ver si había logrado calmar las sospechas del hombre lo suficiente para que los llevara a su apartamento…O si el tipo iba a agarrar su radio y llamar a la policía.
El conductor permaneció en silencio durante mucho tiempo y luego dobló en su asiento y arqueó una ceja a Edward.
—Así que,¿va a decirme dónde quiere ir,señor?
Dejando escapar un lento suspiro de alivio,Edward sonrió y dio la dirección de su edificio de apartamentos,se instaló en el asiento luego y miró detenidamente a Bella.
El viaje le pareció eterno,aunque sabía que ése era un resultado de su preocupación por Bella,no un reflejo legítimo del tiempo pasado.Fue hasta que el taxista detuvo el automóvil en una parada frente del edificio que Edward se dio cuenta de que no tenía dinero para pagar el viaje.Tenía un escondite de efectivo en un cajón del escritorio en su apartamento,pero tendría que despertar al portero para que lo dejara entrar.
Estaba a punto de explicarle todo eso al conductor,cuando la puerta de su lado del taxi se abrió repentinamente.
Echando un vistazo,Edward se encontró mirando fijamente al primo de Bella,a Marco.
—¿Qué ocurrió?
Preguntó Marco,su mirada preocupada cambiando de lugar a Bella.
—Te explicaré dentro—farfulló Edward mientras se esforzaba en salir del asiento trasero dentro.Marco estiró sus brazos para sostener a Bella y facilitarle la tarea,pero él sacudió su cabeza,incapaz de dejarla ir.
—Paga al conductor por mí,¿quieres?
Marco abrió la puerta delantera del taxi para preguntar cuánto era la tarifa mientras Edward se ponía de pie y se enderezaba con su carga.El primo de Bella pagó al conductor,cerró ambas puertas y luego cogió el brazo de Edward cuando se puso en camino hacia la puerta principal de su edificio de apartamentos.
—No puedes entrar.Hay alguien esperando en el salón en caso de que ustedes dos vengan para aquí,—dijo.
—Ven conmigo.
Edward no dudó en seguir a Marco.Sabía sin una sombra de duda que el hombre quería a Bella y la ayudaría.
—¿Qué ocurrió?—repitió Marco tan pronto como tuvo a Edward establecido en el asiento delantero de su Jeep,con Bella sobre su regazo.
—Ellos nos encontraron,—anunció Edward con gravedad,decidiéndose a preguntar lo que lo había estado preocupando desde que había encontrado a Bella tendida de espaldas sobre el sofá—,todas esas películas y libros eran equivocados sobre el ajo y las cruces,¿y sobre las estacas?
—¿Qué?
Marco le miró detenidamente con confusión.
—¿Ser estaqueado puede matar a tu gente?—aclaró Edward.
Los ojos de Marco se abrieron incrédulamente,entonces se inclinó hacia adelante y abrió el abrigo de Bella.
Edward permaneció silencioso y tenso mientras el otro hombre desataba los botones de su blusa y luego extendía la tela a los lados.Encontró sus ojos trasladándose a su herida con preocupación cuando Marco retiró la toalla lo suficiente como para verla.
—Parece un poco más pequeña,—dijo con alivio.
—¡Cristo!—dijo Marco con incredulidad—.¿Eso es más pequeño?¿Con qué la apuñalaron?¿Un poste de teléfono?
—Una estaca,—dijo Edward muy bajo.
—¿Quién la estacó?
Marco dejó que la toalla descansara contra su piel otra vez y colocó los lados de la blusa de nuevo sobre ella,no se molestó en abotonarla.
—Supongo que uno de los tuyos,—dijo Edward,mientras Marco cogia el abrigo sobre ella para mantenerla caliente.
Marco agitó su cabeza con un gesto fruncido.
—Eso no es posible.
—¿Quién más estaría tras ella?
Vio que el hombre no estaba convencido de que tuviera razón y no tenía tiempo para discutir con él.
—Podemos preocuparnos por quién fueron después;ahora mismo Bella necesita sangre.—Vaciló y luego añadió—:apreciaría tu ayuda con esto,pero sólo si prometes no llevarla a ningún lugar cercano a su tío o René y que no los llamarás.Si no puedes prometerlo,entonces me voy de aquí ahora mismo y…
—Está bien.Lo prometo—dijo rápidamente Marco cuando Edward se extendía para tomar la manija de la portezuela.
Vaciló.
—Lo prometo,—repitió,entonces sacó las manos de sus bolsillos y empezó a encender el motor del Jeep solo para detenerse en seguida.
—¿Cuál es el problema?—preguntó Edward.
—Estoy tratando de determinar dónde llevarla.
—No de regreso con su madre,—dijo Edward firmemente.No les daría la oportunidad de terminar lo que habían empezado.
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