POV Alma
- ¿Qué hacemos? –me preguntó Jacob mientras volvíamos a mi casa.
Entonces se me pasó por la cabeza una tontería y quería compartirla con él para reírnos un rato e imaginar.
- Pues… pensaba en abandonar todo esto e irnos los dos solos. Hacer nuestras vidas.
- ¿Qué dices? –preguntó Jake. Me reí.
- Imaginar es gratis. ¿No?
- Ven… vamos.
- ¿A dónde?
- A ese lugar que nos gusta tanto.
Pensé en el prado.
- ¿Una carrera? –me desafió.
Salí corriendo sin pensarlo. - ¡Tramposa!
Oí a Jacob reírse y yo también me reía pero vi que se adelantó y para que no ganase me tiré al suelo fingiendo que me caía. ¡Qué mala era!
Me tiré al suelo y Jake empezó a llamarme y me reía, pero me aguanté.
- ¡Alma! ¿Dónde estás? ¡He ganado! –dijo.
- Estoy aquí… me he caído.
Vino hasta mí y me ayudo a levantarme y salí corriendo. - ¡Sigo diciendo que eres una tramposa!
Llegué y empecé a saltar. - ¡Gané!
- ¡Tramposa!
- ¡Te quiero! –grité sonriendo.
Jake vino hasta mí y yo salté a sus brazos. – Nunca me cansaré de decirlo.
Caímos encima de la hierba y de las flores. Yo encima de él. Empezó a darme besos.
- Yo si que te quiero. –dijo Jacob.
- ¿Qué hacemos esta noche? –pregunté.
- Cenita en casa.
- Muy bien señor.
- ¿Cómo que señor?
Empezó la guerra de cosquillas. Y los besos juguetones.
- Jake… para… -lo frené. Estaba anocheciendo y tenía que avisar en casa de que me iba con Jake.
- Venga.
Y la última siempre tenía que ser la mía.
Le di un pequeño mordisquito en la oreja y me robó un beso.
Fuimos a mi casa y le dije a mi madre que volvería tarde.
Fuimos andando hasta la Push y entramos en casa de Jake.
- Hola, Billy.
- Alma. ¿Cómo estás preciosa?
Hablamos un poco mientras Jake fue a cambiarse.
- Pues sí. He aprobado.
- Y este hijo mío que no me cuenta nada. –reí entre dientes. - ¿Y ahora ya tienes la carrera finalizada?
- No, exactamente. Me tienen que llamar y decirme tal día entras en algún colegio o algún sitio a “trabajar”. Las prácticas.
- A, pues bien, ¿no?
- Sí.
- Alma. ¿Qué quieres cenar?
- Una ensalada… no tengo mucha hambre.
- Vale… ¿me ayudas? –dijo desde la cocina.
Jake era un buen chico, pero la cocina no era su punto fuerte.
- Ya voy cocinero. Oh… Billy, ¿usted que quiere?
- Llámame de tú, Alma. Que ya tenemos suficiente confianza, creo yo.
- Lo siento, Billy.
- Pues… os dejare solos. –miró a Jacob. –voy a ver a Sue.
- Buenas noches. –le di dos besos.
Fui a la cocina y le di una palmadita en el culo. - ¿Y eso?
- Estoy contenta. ¿No puedo?
- Por supuesto.
Por primera vez me sentía segura y contenta. Feliz.
Cenamos y fuimos a dar un paseo por la orilla del mar.
- ¿Quieres quedarte a pasar la noche? –dijo él.
- Hace fresco esta noche. –dije yo.
Empezamos a reír. Coincidimos los dos en hablar a la misma hora.
- Me encantaría. –le contesté.
- Sí. –me contestó él a mí. Continuamos riéndonos pero yo finalicé con una sonrisa. – Si quieres aquí estarás a 42 grados.
Me acerqué a él y nos abrazamos mientras caminábamos y entonces vi la luna.
- No te transformes. –bromeé.
- Esta noche verás. Me transformaré. –dijo con ese tono pícaro.
- Miedo me das.
Saqué el móvil y llamé a mi madre.
- Mamá que me quedo al final.
- ¿A dormir?
- Sí. Iré mañana.
- Tranquila. Que paséis buena noche.
- Gracias. Te quiero.
Colgamos y miré a Jake.
Él miraba la luna. – Es preciosa. –dije.
- No tanto como tú.
Caminamos hasta la casa de Sue.
- ¿Entramos? –pregunté.
- ¿Quieres?
- Por mí sí. Así hablamos con Leah y con Sue. Yo por lo menos que hace… -y me quedé pensando en el accidente. – Una semana.
- Vamos.
Llamamos a la puerta y nos abrió Leah.
La cual cuando me vio me abrazó. -¡Alma! ¿Cómo estás?
- Muy bien, ¿Y tú?
- A mí… cuando me ves no me das esos abrazos y somos casi hermanos.
- ¡Calla! –le contestó Leah a Jake – Pasar.
Pasamos y estaban mirando la televisión.
- Sue… -dijo Jake mientras le daba dos besos y yo luego.
- Cuanto tiempo Alma. ¿Todo bien?
- Perfectamente.
- Papá. Alma se queda ¿vale?
- Tranquilo, hijo.
Leah me condujo hasta su habitación.
- Cuenta.
- ¿Qué quieres que te cuente? –le pregunté.
- No se… cosas.
Era extraña esta situación. Pero me alegré de que Leah cogiera confianza conmigo.
- No se… primero he aprobado. Voy hacer las prácticas.
- ¿De verdad? Madre mía. Enhorabuena.
- Gracias. ¿Y tú?
- Yo… no se… he conocido a un chico… bueno ya nos conocíamos, ¿Vale? Pero… no se si le gustaré.
- ¿Qué dices? ¿Quién es?
- Es Paul.
Me quedé con la boda abierta.
- ¿Me lo dices enserio?
- Sí. –se puso roja. Noté su sangre que subía a las mejillas.
- ¿Y habéis quedado?
- Quedamos… pero él… parecía como un poco inquieto.
- Quedasteis. Los dos solos.
- Sí.
- Pues chica… una o dos citas más y si no ves que no se lanza, pero yo creo que sí. Le dices lo que piensas.
- ¿Si?
- Sí. –dije segura. – Y si quieres que algún día quedemos así en plan parejitas…
- Perfecto.
- Vale. Pues cuando quieras tu y yo nos ponemos guapas para nuestros chicos.
- ¿Guapas?
- Leah… maquillaje… vestiditos… cosas de esas.
- ¿Tacones? –dijo con cara de horror.
- Sí. –me reí. – Tacones.
- Dios…
- Todo saldrá bien.
- Gracias.
Bajamos y Seth y Jacob estaban hablando y Seth me miró.
Este finde no subiré capitulo... mañana se casa mi hermanoo!!! :D asi qe bodorrio por todo lo alto jejeje. Un beso y disfrutad de la noveee!
|