Era medianoche y Edward todavía estaba despierto,atormentándose por la elección que tenía que hacer.Estaba tendido horizontalmente de espaldas en la cama,los tobillos cruzados y las manos descansando bajo su cabeza cuando el sonido de golpes sobre el vidrio interrumpió su tortuosa consideración de su futuro.Sus ojos se abrieron de golpe,giró su cabeza hacia la puerta del dormitorio y escuchó por un minuto,pero ningún otro ruido le siguió.
Decidiendo que Bella debía haber dejado caer algo;Edward casi hizo caso omiso del sonido y volvió a debatir su futuro,pero luego volvió a pensar en ello.Debería ir a ver si se había cortado o necesitaba algún tipo de ayuda por lo menos,decidió Edward y se incorporó sobre la cama.Empujando las mantas,balanceó sus pies al piso y se puso de pie para cruzar la habitación.
La oscuridad silenciosa que lo esperaba cuando caminó fuera del dormitorio lo hizo detenerse,pero fue la leve brisa gélida que dejaba el salón para susurrar contra su carne descubierta lo que finalmente puso de punta los vellos de su nuca.Algo estaba mal.
Edward estuvo a punto de regresar para agarrar sus vaqueros,pero un miedo repentino por Bella lo detuvo.En vez,se movió silenciosamente por el pasillo;sus ojos y oídos luchando por ver o escuchar algo en medio de las formas oscuras de la sala que tenía delante.
Había avanzado solo un par de pasos cuando Edward escuchó el suave sonido amortiguado de las puertas corredizas deslizándose.
El sonido lo hizo detenerse cautelosamente,entonces el cese de la brisa que lo había alarmado hacía sólo unos momentos hizo que su corazón empezara a latir con fuerza cuando se dio cuenta de que alguien acababa de dejar la casa.
—¿Bella?—Llamó,avanzando rápidamente hacia adelante—.¿Bells?
El miedo se apoderó de él cuando no recibió respuesta.Edward se detuvo en la entrada de la sala y pasó una mano sobre la pared buscando el interruptor que sabía que estaba ahí.Lo encontró y lo accionó,la luz cegadora inundó la habitación inmediatamente.Edward comenzó a parpadear furiosamente en un esfuerzo por ajustarse al cambio repentino de la oscuridad a la luz.
—¿Bella?
A pesar de sospechar que ya estaban fuera,miró con atención alrededor de la habitación buscando con sus ojos un intruso.Cuando su mirada cayó en la figura quieta de Bella sobre el sofá,el corazón de Edward pasó por alto un latido,pero se detuvo totalmente cuando descubrió la estaca que sobresalía de su pecho.
—Oh Jesús,—exclamó y avanzó rápidamente hacia ella.El dolor de algo afilado se disparó en su pie cuando alcanzó la mesa de centro,recodándole que había sido el sonido de vidrios rotos lo que lo había atraído allí.Aparentemente,el sonido no había sido causado por el intruso al romper una ventana.Saltando sobre el pie ileso,Edward observó de costado al florero hecho añicos en el piso junto a la mesita de centro.
Debían haber golpeado la mesa cuando huían,arrojando el florero al suelo.
Edward arrancó el trozo de vidrio de su pie,lo tiró a un lado y continuó hacia el sofá,solamente para detenerse allí,inseguro sobre qué hacer.Bella estaba tendida como muerta,su cara totalmente carente del color encima de la colcha tejida que cubría su cuerpo.Su mirada cambió de su cara a su pecho de mala gana.La colcha estaba tejida en verde y azul,pero lucia un gran parche rojo donde la estaca estaba clavada a través de ella,un parche que crecía a cada segundo.
—Oh dios.
Edward vaciló entonces—no sabiendo qué más hacer—se agarró de la estaca y tiró fuertemente de ella hacia su cuerpo.Hizo una mueca ante la resistencia que recibió y el sonido de mojada succión que hizo cuando se liberó.Edward la arrojó al suelo con un movimiento que soltaba toda la rabia que lo estaba carcomiendo por dentro,junto con su miedo y pesar.
Bella permanecía tendida tan quieta y parecía tan pálida,Edward temía que estuviera muerta,pero su corazón no aceptaría la posibilidad.No podía morirse cuando acababa de encontrarla.Había esperado treinta y cinco años a una mujer como ella,nunca encontraría otra.Tenía que conseguir alguna ayuda para ella,tenía que hacerlo,tenía que salvarla…Pero primero tenía que conseguir algo que ponerse.
Doblándose,Edward se puso la camiseta,la única prenda de vestir que había llegado a tomar.Sus vaqueros estaban en el dormitorio y obviamente Bella se había puesto sus ropas otra vez antes de echarse.Después de tirar de la camiseta,Edward la levantó en sus brazos,colcha y todo y regresó por dónde había venido.
Se apuró en el pasillo,no queriendo dejarla a solas y vulnerable otra vez.Edward la colocó suavemente sobre la cama en el dormitorio,su mirada fija en su pálido rostro mientras agarraba sus vaqueros.La llevaría a su apartamento y haría algunas llamadas,decidió.Edward conocía a muchas personas relacionadas con la salud;tenía conexiones en el hospital.De algún modo,conseguiría un gotero y un poco de sangre para ella,los nanos la curarían y todo estaría bien,se aseguró.
Bella había insistido en que debían evitar sus apartamentos porque sería el primer lugar en que su familia buscaría,pero no podían alojarse en casa de Tanya.Su familia la había encontrado allí.Y seguramente,si su familia había verificado ya su apartamento,sería más seguro ir allí.
Edward no estaba totalmente seguro sobre eso,pero no sentía que tuviera otra elección por el momento.Su libreta de direcciones personal estaba ahí con los números de todos a quienes conocía,las personas con las que tenía que contactar si es que iba a salvarla.Tenía que ir allí y no dejaría a Bella sola allí mientras lo hacía.
Terminando de vestirse,se movió a su lado y la miró detenidamente.Iba a tener que llevarla en un taxi a su apartamento,pero no podía llevarla como estaba.Cualquier chofer alucinaría al verla y llamaría a la policía y a una ambulancia inmediatamente.Tenía que limpiarla y tratar de vendar la herida,entonces podría afirmar que simplemente estaba borracha e inconsciente o algo.
Dejándola en la cama,Edward se dirigió al baño en suite y recuperó varias de las níveas toallas de Tanya.Las dejó caer sobre la cama al lado de Bella y luego se trasladó al ropero para seleccionar una camisa limpia para reemplazar la suya empapada de sangre.Vaciló sobre su elección hasta que,definitivamente,escogió una blusa negra que ayudaría a esconder la sangre si volvía a sangrar y luego regresó a la cama y se arrodilló al lado de ella.
Edward exploró el rostro de Bella antes de empezar;buscando desesperadamente cualquier señal de vida,pero no había nada para ver.Tomando una honda bocanada de aire tiró de la colcha hacia un lado y luego retiró su blusa,tratando de no mirar como la sangre mojaba rápidamente la pura seda blanca.
Su primera visión del grueso agujero irregular en su pecho y la sangre que lentamente manaba de ella casi lo hace vomitar.
Tratando de no reconocer la idea de que posiblemente nadie podía sobrevivir a una lesión tan seria,se comió la bilis de regreso por su garganta y limpió rápidamente tanta sangre como pudo.
La herida estaba casi en el centro de su pecho y justo encima de donde empezaba la copa del sostén.Edward presionó una pequeña toalla de mano sobre ella,sostuvo la mitad de la tela bajo su sostén para mantenerla en su lugar y luego sentó a Bella.La mantuvo erguida con una mano sobre la espalda mientras terminaba de quitarle la blusa manchada de sangre con lo demás.Lanzó la camisa destrozada al suelo,tomó la blusa limpia que había encontrado en el ropero y luchó por ponérsela.
En cuanto Edward terminó de colocar la ropa limpia sobre Bella la acostó nuevamente sobre el colchon.Se puso de pie y se dirigió al teléfono que se encontraba sobre la mesa de luz al otro lado de la cama.
Siendo un niño de ciudad,Edward tenía un automóvil para los viajes largos y tenía una cochera por lo que siempre conducía al trabajo,pero encontraba más conveniente tomar taxis a menudo cuando necesitaba desplazarse a otro sitio de la ciudad.Ahorraba todo el tiempo que habría malgastado en buscar un lugar de estacionamiento por lo demás.Por eso sabía el número de una compañía de taxis y marcó el número sin siquiera tener que pensar en él.
Cuando dijo rápidamente la dirección,Edward agradeció haber prestado atención y observado el nombre de la calle y el número de la casa cuando llegaron esa tarde.Estuvo también agradecido cuando el despachador le aseguró que el taxi estaría ahí directamente.La última cosa que necesitaba era tiempo para pensar qué había ocurrido y preocuparse por el estado en el que estaba Bella.
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