POV Alma
Después de una semana aun tenía el miedo en mi cuerpo. Jacob hacía todo lo posible para que olvidara todo lo ocurrido.
Me llevaba de cena a la playa. Era todo un sol. Pero yo sabía que lo que pasado, pasado no está. Ha ocurrido y me ha afectado.
Ahora mismo estoy al lado de la ventana de mi habitación.
Me gusta ponerme ahí sentada mirando cuando la lluvia cae del cielo… me tranquiliza mucho. Pero hoy no llovía.
Y volvieron las imágenes de Nahuel en el bosque y empecé a llorar, silenciosamente.
- Cariño… ha venido Jacob. –dijo mi padre desde la puerta.
- Dile que ahora bajo.
Mi padre sabía que estaba llorando pero me dejó.
Me puse las zapatillas y cuando levanté la vista estaba Jacob observándome desde el marco de la puerta.
- ¿Estás bien? –me preguntó.
- Perfectamente. –me sequé la última lágrima que se me escapó.
- Si quieres… no se… ¿Qué te apetece hacer?
- Lo que tú quieras. –le dije mientras entraba en el aseo y me lavé la cara.
- Alma. De verdad. ¿Por qué lloras? ¿Quieres decírmelo?
- Vamos…
Salimos de casa y no cogí el coche. Me apetecía andar.
- Me apetece andar. –le dije la verdad.
- No quiero ser pesado… pero, cuéntame. ¿qué ocurre?
- Nada… Me acuerdo de todo y no puedo soportarlo y me causa mucho dolor. Y me pongo así. Pero, Jake… lo siento.
- No pasa nada. –me paso su brazo por mis hombros y eso me tranquilizó. – Me gusta que me cuentes esas cosas.
Cuando estaba con él se me olvidaba de todo, hasta como me llamaba.
Entonces como imanes él se acercó y me dio un beso muy dulce. – Te quiero.
- Venga… ¿Dónde vamos?
- Pues por lo que llevamos ya… al pueblo.
Era sábado. Y no me apetecía nada estar en casa. Solo que estar con Jacob.
- Me apetecería saber más. –dije pensando en Reneesme.
- ¿Más de que? –me miró.
Llegamos al parque donde siempre íbamos antes, de adolescentes y nos sentamos.
- Más sobre… Reneesme.
- ¿Por donde quieres que empiece?
- Tú y ella… ¿Cómo fue?
- Te lo voy a confesar todo. –sonreí al saber que Jacob confiaba en mí – Cuando ella nació era la medio vampiro medio humana. Eso… era algo extraño. Y ¿tú te acuerdas cuando fuiste muy pequeña el problema con la manada?
- Sí. Se solucionó todo.
- Pues Reneesme era la primera. Y nadie sabía si iba a ser buena para esto. Aceptamos los vampiros… pero no sabíamos. Pero ella se hizo más mayor, más rápidamente que tú. Y yo la veía como la hija de Bella. Nada más. Pero cuando empezó a tener los 12 años. El año que murió. Empezamos a estar muy juntos los dos. Estaba muy a gusto con ella. Pero era muy egoísta, la verdad. Se enfadaba de nada. Y apareció un día un hombre con un niño. De la misma edad que Reneesme o un poco más.
- Nahuel.
- Exacto. Yo empecé a querer a Nessie de otra forma muy distinta… ella solo me veía como su hermano mayor. Y Nahuel y ella jugaban. Era normal, niños. Pensaba yo. Pero cuando iba a ver a Nessie ella no estaba, estaba con Nahuel y un día la vi besándose con él. Me partió el corazón. Pero por otra… me alegré por ella.
- ¿Y que ocurrió?
- Nahuel y ella eran como inseparables, pero Nahuel la dominaba mucho. Cuando tuviste tu cercamiento con él en el bosque soñé con ella y me contó que abusó de ella.
- ¿Qué? Entonces…
- Entonces ella lo quería pero me dijo que se fijo en sus últimos días quien estaba con ella.
- ¿Quién estaba con ella? –pregunté.
- Yo. Nahuel se marchó y hasta este año no supimos nada de él.
- Se marchó y ya está. ¿No dijo nada? ¿No se despidió de Reneesme?
- No la vio ni morir. Y yo si. Nunca se me irá la imagen de la cabeza. –me acerqué a él para abrazarlo. –Pero sabes que… gracias a dios, tu madre te tuvo a ti. Y ahora se lo que es estar imprimado y enamorado. Cuando estuve ese día tirando cosas de mi habitación y tú entraste, sabía perfectamente lo tuyo con Nahuel. Pero quería que me lo contaras tú. Y me cabreé. Lo siento.
- Tranquilo. Ya está todo. ¿No?
- Nunca me cansaré de decirte lo mucho que te quiero.
Nos besamos y me fui corriendo al columpio.
- Me acuerdo cuando de pequeña me columpiaba aquí y tú me empujabas. –sonreí.
- ¿Quieres? –me retó con una sonrisa picara.
- No, Jake. –me reí. – No por favor.
Vino detrás de mí y empezó a empujarme.
- Para, por fa… -dije como pude. El aire estaba en mis pulmones y me sentía como si fuese niña otra vez.
Jake me paró y bajé.
- Eres… lo que no hay. –dije señalándolo con el dedo.
- Y tú eres la cosa más bonita que nunca tendrá nadie. Por que la tengo yo.
- Idiota.
Me robó un beso y me cogí a su cuello.
POV Andrew
Era sábado y quedé con María para pasear.
Íbamos por lo último del pueblo donde había un parque donde antes íbamos mucho y vi a una pareja besarse.
- ¿No es Alma? –dijo María.
- Y el otro Jacob. Vaya…
Nos acercamos y los vi muy encarame lados. Me alegré de que todo fuese bien.
- ¡Ey! Parejita. –dije sonriendo y María me pegó un codazo.
- Déjalos…
- Tranquila.
Nos acercamos y estos se dieron cuenta y vinieron hasta nosotros.
- ¡Andrew! –vino corriendo Alma a abrazarme. - ¡María! Vaya… ¿Cómo estáis?
- Tú… tú. ¿Qué tal el examen? –le preguntó María.
- Si os lo digo no os lo creeréis.
- Sorpréndenos.
- 10.
Me quedé perpleja y la abracé. – Enhorabuena.
- Gracias. ¿Y tú, Maria?
- Aun no se la nota. El lunes tengo que ir.
- Pues te llamaré.
- Vale. –sonrieron las dos.
- Jacob, tío… ¿Cómo va? –nos dimos la mano y fuimos hablar.
- Muy bien y tú.
- Bien. Aquí esperando que sea la semana que viene.
- ¿Escapada romanticota? –se rió Jacob.
- ¿Cómo lo sabes?
- Se te nota. Me alegro de veros.
- ¿Y tú?
- Pues aquí estamos por aquí, porque Alma acaba de salir se podría decir del hospital.
Lo llevé a un lado del parque y sabía pro donde iba.
- ¿Qué ha ocurrido?
- Un vampiro del pasado la confundió con su hermana difunta y estaba ciego.
- Fue a por ella.
- Sí. Pero está bien.
- Si necesitáis algo, se que mi ayuda no sirve mucho pero… contad conmigo.
- Gracias, tío.
Volví con ellas y nos despedimos.
- Andrew, a ver si quedamos. Se lo he dicho a María.
- Sí. Por supuesto. Ya hablamos.
Nos fuimos y ellos también.
- ¿A dónde vamos?
- Pues… a organizar una escapada.
- ¿Qué? –sonrió María.
- Sí. Vamos a buscar en Internet.
Fuimos a mi casa y encontramos un apartamento en la playa que nos gustó a los dos y de buen precio para un fin de semana. Nos pusimos en contacto con la propietaria y para la semana que viene nos iríamos.
- Te quiero, Andrew.
|