
4. 27 Caza
¿Y yo era la niña de la familia? A veces me parecía ser más madura que el resto de ellos. Pero la verdad que se ponía interesante la noche.
Seguimos a Emmet por el bosque y yo no tarde demasiado en adelantarle. Su gran tamaño debía ser un estorbo a la hora de atravesar un bosque lleno de árboles. Y eso le cabreaba mucho a veces… y aun más cuando Jacob le adelanto sin ningún problema.
- ¡Haber quien caza la mejor presa tortuga reumática! –rió y desapareció entre la espesura del bosque.
Me pare en seco y Emmet se detuvo a pocos pasos detrás de mi.
-¿Ocurre algo pequeña? –pregunto algo preocupado.
-No en realidad estaba pensado… que pienso encontrar la mejor pieza de todas- me gire y le dedique una sonrisa.
-¡Ten cuidado! –le oí gritar y reír detrás mía.
De repente cada uno nos encontrábamos en una parte diferente del bosque cazando… la mejor presa. Reí para mi misma, la verdad que esos no eran mis auténticos motivos para separarme de “tío” Emmet, pero quería comprobar una cosa.
Podía escuchar como Emmet derribaba árboles mientras cazaba. Nunca se le dio bien eso de ser sigiloso y menos cuando se encontraba tan excitado con la caza.
Empecé a seguir mis instintos, no eran tan buenos como los de cualquier vampiro pero era bastante útiles y no tarde demasiado en encontrar el rastro de Jake.
¡Pero como demonios se puede ser tan patán! ¡Si algún día huíamos de algo en un bosque, estaba completamente segura que una niña de 4 años podría encontrarnos! Pisadas en barro fresco, ramas rotas, árboles medio tumbados… ¿Pero que estaba cazando este? ¡A King kong o un dinosaurio! ¡Por dios pero que caos estaba organizando!
Un ruido me asusto. Provenía justo de unos arbustos que había dejado atrás.
Eso no me gustaba nada. Odiaba notar la presencia de algo detrás de mí. Me gire pensando que me encontraría con la silueta de Jake. Pero que equivocada estaba. Un oso pardo se ponía en pie y dando un horripilante gruñido se abalanzaba sobre mi.
¿Cómo no me había dado cuenta de ello? ¡Maldita sea! ¡Estaba tan centrada en el rastro de Jake que olvide por completo que podían aparecerme animales salvajes!
Retrocedí un paso hacia atrás y mi espalda se topo con un árbol. No había huida posible de allí. Nunca me había enfrentado yo sola a un oso. Mi padre se volvería loco antes que dejarme pelear con algo semejante. Su palabras cuando se lo sugerí hace un tiempo fueron muy simples “no estoy dispuesto a perder a mi hija por comida”, siempre pensé que era demasiado protector, pero ahora lo echaba en falta.
Sin mas dilación el oso se elevo varios metros a pocos centímetros de mi… cerré lo ojos esperando sentir como una garra desgarraba mi piel… pero no fue así… un lobo gris lo tumbo sin ningún esfuerzo. Clavo sus colmillos afilados en su cuello mientras el oso intentaba deshacerse de el con sus garras.
No podía creerlo, era… podía ser… ¿un licántropo? La verdad es que no lograba recordar su aspecto con mucha claridad, pero estaba completamente segura de que aquel lobo lo había visto en alguna parte… pero… ¿Dónde?
Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando el oso clavo su mandíbula en el costado del lobo provocando un profundo aullido lastimero. Sin piedad alguna el oso lo lanzo contra el tronco de un árbol seco, que cayo fulminado con el cuerpo mal herido de este.
Aquello me enfureció tanto… ¡me había salvado al vida! ¡Y por mi culpa ahora estaba en ese lamentable estado! El oso no pensaba dejarlo mal herido y recorrió la distancia que les separaba completamente desbocado para rematar aquel cuerpo… que… ¡Oh dios mío! ¡Ahora era humano! ¡Era…! ¡No tarde ni unos escasos segundos en reaccionar y abalánzame sobre el oso! ¡No lo pensé! Solo deje actuar esa ira que me quemaba las manos y la garganta, los ojos me ardían, sentí como mis colmillos deseaban desgarran y arrancar cada pedazo de aquel oso.
La batalla no duro demasiado, solo recuerdo cientos de pedazos rodeándome y como acabe cubierta de sangre. Sin saber como había ocurrido todo aquello me puse en pie a duras penas lamiéndome las yemas de los dedos descontroladamente. Me sentía muy extraña. Mi cuerpo me suplicaba que continuase, deseaba mas sangre, deseaba más muerte. Camine hacia aquel cuerpo desnudo e inmóvil.
Se movió lentamente y sus ojos negros se clavaron en mi, sus ojos no ocultaban nada, solo el horror de lo que acababa de presenciar manchaba su fiera mirada.
Su melena negra la envolvía en un manto, que cubría su desnudez. La nube que ocultaba la luna llena dejo paso a la tenue luz de esta.
Leah. Leah Clearwarter.
O_o_kristy_o_O
|