POV Jacob
Estaba tan cabreado que ahora no podía pensar en claridad.
Me fui a dormir para descansar.
Estaba soñando en Alma y estaba destrozado.
Pero… ahora veía a, Reneesme.
- ¿Qué haces aquí?
- Jacob, no das cuenta que Alma está mal.
- Yo también.
- Lo sé. Y sabes que los dos habéis actuado mal. Así que no lo tengas en cuenta que la culpa no ha sido de ella aunque ella diga lo contrario. Nahuel. Se piensa que me reencarnado en el cuerpo de Alma. Va a por ella. No la quiere dejar escapar. Así que cuídala. Por si le hace daño.
- ¿A ti te hizo daño?
- Mucho. Mis últimos días aun estaba viva y sabía perfectamente quien estaba a mi lado. Él no. Y muchas veces intentó abusar de mí y nadie lo ha sabido nunca, incluso mi padre no lo sabía.
- ¿Por qué…? Por que no te quedaste conmigo.
- Porque yo sabía perfectamente que no estabas del todo enamorado, te faltaba imprimarte de la persona perfecta, apropiada para ti. Y la estás dejando escapar. ¡Por dios Jacob! ¡Pareces tonto!
- Tienes razón pero estará enfadada.
- Mira a ver. Yo lo se todo. Y… dios, no. Despiértate. Nahuel tiene a Alma acorralada.
Me desperté y vi una carta.
Jacob… ¿Qué nos ha pasado? Que sepas que me arrepiento y que tengo toda la culpa y sí… lo hecho, hecho está. Pero joder. No me atrevo a decírtelo a la cara, soy cobarde y tengo miedo. Así que te lo voy a decir aunque no me creas… te quiero. No podía aguantar más, me has dejado y con razón… pero es que lo odio… y voy a buscarlo y… no se que voy hacer. Se ha ido y sé que te provocó. Lo sé todo. Estoy nerviosa y no se que ponerte son las cuatro de la mañana y te voy a dar el último beso así que no te vas a enterar… ya te lo he dado. Estabas dormido. Te querré siempre. Espero que encuentres a alguien mejor que yo.
- Ha venido… -me toqué mis labios.
¿Dónde estará?
Me puse unos pantalones y una camiseta con unas deportivas y salí corriendo.
Me encontré con Seth.
- ¿Qué pasa Jacob?
- Alma… ¿Sabes donde esta?
- Lo único que se que está en su casa. La he visto hace un poco.
- ¿Está bien?
- Estaba perfectamente. Destrozada pero no me ha dicho por que… ¿ha ocurrido algo?
- No. Bueno, sí. Ya te lo contaré. Voy a verla.
¿Voy o no voy?
Me fui hacía su casa y la ventana estaba cerrada. La abrí.
Entré y no estaba. Pero se oían ruidos. Estaría en el aseo.
Llamé a la puerta del aseo y no se oía nada. Pero oí como cerraba la luz.
Abrió la puerta muy rápido y salió corriendo.
- Alma, espera. Soy yo. –pude decir.
¿Por qué huía? - ¿Por qué huyes?
- ¿Jacob?
- Claro.
Entonces salió de donde quisiera que estuviese y salto a mi cuello. Me abrazó muy fuerte.
- Lo siento, lo siento. – estaba llorando.
- ¿Qué te ha hecho Nahuel?
- ¿Quién te ha dicho?
- Eso es lo de menos. ¿Te ha tocado? – dijo un sí y un no en la cabeza pero sin parar de llorar.
- Tengo miedo. Márchate si has venido aquí solo por eso. Prefiero estar aquí. Sola.
- Alma… Estás asustada. Lo veo en tu mirada. Te piensas que no te conozco pero es todo al contrario. Dime que te ha dicho.
- Nada. De verdad. Vete.
- Llámame o piensa en mí si ocurre algo.
La abracé y estaba sollozando y me dijo. –Te quiero.
- Lo siento, y lo sé. Soy un idiota. Me he comportado así. No era yo. Pero pensar que estaba ocurriendo lo mismo… no podía creérmelo. Lo mataré algún día.
- Jacob… te quiero, pero cortaste conmigo. Y es mejor no estar juntos. ¿Por qué? No lo se… no quiero que nadie esté en peligro, ¿Vale? Hazme caso. Por favor. –le vi el brillo en sus ojos.
Y estando con ella sonó su móvil, un mensaje.
- ¿Quién es a estas horas? –le pregunté mientras ella leía.
- Esto… se han equivocado. – tiró el móvil a la cama. – Me voy a dormir. Tú deberías de hacer lo mismo.
- Si quieres me envías otra carta.
Me fui de la casa para ir hablar con Edward.
POV Alma
Cuando se fue me puse encima de la ventana. Y vi a Jake como se iba y miró hacía arriba y me vio.
Empezó a sonar el móvil y fui a ver. Nahuel.
- ¡Déjame!
- No quiero que se lo cuentes a nadie. ¿De acuerdo?
- Pero como sabes lo que hago, donde estoy…
- Estoy más cerca de lo que piensas.
- Pues esto quiero que termine. Si hago lo que quieres ¿desaparecerás?
- Para siempre.
- Mañana voy a correr al bosque. Tarde-noche.
- Muy bien… Mira pensaba que no habías comprendido el juego. Por ahora Jacob está a salvo.
- Déjalo.
- No lo voy a tocar. Si no cumples verás… fliparas y todo.
Colgué. Empecé a llorar.
Tenía demasiado miedo para estar en la casa, sola.
- Jake… ¿Puedes volver?
- ¿Qué pasa?
- Nada, tengo miedo. No quiero estar sola.
- Ahora voy.
En menos de un minuto Jacob estaba llamando por la puerta.
Le di un abrazo.
- ¿Qué ha ocurrido?
- Nada… de verdad. Tengo miedo al estar sola. Y… ¿No te importaría pasar la noche, por lo que queda aquí? Tranquilo me voy al sofá, y tú en mi habitación si quieres pero es que tengo miedo.
- Me lo vas a decir.
- Algún día… puede ser.
- Me voy a cagar en todos sus muertos.
Gracias por quedarte.
Jacob se acostó en el sofá y le bajé una almohada y unas mantas y yo también, aunque no iba a dormir.
- Si pasa algo, golpéame. – sonreí.
- Gracias, de nuevo.
Me senté en el sofá envuelta por la manta y miraba todos los lados.
- Aquí no puede entrar, y no puede hacerte daño. Estoy aquí.
- Eso es lo que tengo miedo…
- ¿Por?
- Nada, duerme.
- Tú también.
- Lo intentaré.
Como no podía dormir me fui a la cocina y me hice un café.
Volví al sofá y me pareció ver a Nahuel acercarse a Jacob con sus dientes.
Grité. -¡No!
Pero esa imagen desapareció rápidamente. Mi cerebro había creado esa imagen. Pero Jacob se despertó.
- ¿No que? ¿Qué pasa?
- Nada… he tenido una pesadilla. Duérmete.
Eran las ocho de la mañana cuando mis padres entraron por la puerta y yo estaba mirando fijamente a Jacob. Me encantaba mirarlo.
- Hija, ¿Qué ha ocurrido? – me preguntó mi madre.
- Nada… solo que tenía un poco de miedo y Jacob vino a verme. Solo eso.
- Ya hablaremos con más tranquilidad, Bella. –dijo mi padre. Debió de leerme un poco la mente y no pensé en nada de Nahuel. Solo pensaba que quería mucho a Jacob.
Subí a cambiarme y cuando bajé Jacob estaba en la cocina con mis padres.
Me puse unos pantalones cortos con una camiseta y chaqueta de deporte y mis deportivas. Estaba preparándome para correr luego.
- ¿Te vas a correr? –me preguntaron.
- Más tarde lo más seguro.
- Me apunto hacer una carrera. –dijo mi padre.
- No… es que no se si iré. Si tengo ganas si, tranquilo. –intenté no parecer asustada y sonreí.
- Bueno, yo me voy a casa. Tengo que hablar con la manada.
- ¿Con la manada? –pregunté y pensé en Seth. Mi padre mi miró.
- Sí. Una reunión que nos ha dicho Seth que vayamos que es importante.
- ¿Seth? Oh… cuanto tiempo sin hablar con él. Mira me voy y hablo con él.
A ver si iba a decir algo y no quería… y mi padre como siempre me miraba. No decía nada.
Me fui con Jacob caminando.
- ¿Estás mejor?
- Si te digo que sí, te mentiría. –le confesé.
- ¿Pero porque no me lo puedes decir?
- Por que no puedes bastarte con un simple te quiero pero ahora no podemos estar juntos por si acaso.
- Por que sé que Nahuel está detrás de eso y si te ha amenazado me tiene igual, dímelo y te ayudaré.
- No. No ocurre nada.
Jacob no se había quedado tranquilo pero el camino era muy silencioso.
Ya te dije que si salía como está todo planeado, te lo contaré. Te lo juro.
No dijo nada. Solo me miró.
¿OS HA GUSTADO? lo más fuerte ha pasado... pero ahora creo que mi novela irá a la recta final! :) aun falta pero no mucho...
|