—Parece simpática.Me gusta,—comentó Edward,viniendo desde el pasillo de la cocina ahora que su anfitriona se había ido.
—Es simpática.
Bella cerró con llave la puerta y observó a Tanya subir en su automóvil.La mujer puso en marcha el motor,luego echó un vistazo hacia la casa,la descubrió y le saludó con la mano.Bella le devolvió el saludo y sonrió cuando le dijo:
—Y tú le gustas,también.
—Recogí eso,—murmuró,cuando se movió más allá de él en la sala.
—Nos escuchaste,¿no?—preguntó Bella divertida cuando cayó en el sofá.Estaba exhausta.Eran las ocho de la noche y el único sueño que había tomado desde el día anterior había sido la breve siesta en el cine.
—Pareces destrozada.—Edward escogió el sofá a su lado.
—Lo estoy,pero debo llamar a Marco y averiguar qué está ocurriendo en casa.—Bella empezó a ponerse de pie,pero Edward la agarró del brazo y la obligó a volver a sentarse.
—Puede esperar,—le garantizó—.Estamos a salvo por ahora.
—Puede que sí,—le permitió Bella—.Pero no podemos quedarnos aquí para siempre.¿Qué vamos a hacer mañana?
—Nos preocuparemos de eso mañana por la mañana,—dijo firmemente—.Debemos estar seguros hasta entonces por lo menos.
—No estoy segura de que lo estemos,—dijo con abatimiento—.¿Qué pasa si mamá va al refugio para explorar?
Edward permaneció en silencio por un momento y luego suspiró.
—Crees que leerá la mente de Tanya y sabrá que estamos aquí.
Bella asintió con la cabeza.
—Está bien.Eso podría ocurrir,pero,Bella,estás totalmente exhausta.Nunca he visto a alguien tan extenuado como tú pareces estar en este momento.Tienes que descansar.
—Solo…
Edward levantó una mano para hacerla callar y luego dijo:
—Tanya no estará en el refugio hasta dentro de unas horas como para que puedan leerla.Así que,puedes dejar de preocuparte y dormir por ese tiempo por lo menos.
Bella mordió su labio.
—¿No dije nada para aliviar tus preocupaciones?—preguntó.
—No,—admitió en tono apenado.
—Está bien,así que sólo relájate durante diez minutos entonces.Ha sido un día estresante entre el centro comercial y mi familia.
—Me gusta tu familia,—dijo Bella con una sonrisa.
Edward hizo una mueca,pero dijo:
—A ellos les gustaste también.Mientras tú estabas en el baño,tanto mi madre como Alice dijeron que estabas buena y para morderte.
La sonrisa de Bella se destiñó.
—No dirían eso si supieran lo qué soy,¿o sí?—no era una pregunta,pero Edward la trató como si lo fuera,su expresión se tornó atenta.Esperaba su respuesta con curiosidad.
—Creo que lo harían,—dijo finalmente—.Si creyeran que tú podrías hacerme feliz,lo harían.Y pienso que tú podrías hacerme feliz.
Bella sorbió su aliento ante esas palabras tan seriamente dichas.Todavía estaba tratando de absorberlas y considerar qué podrían representar cuando frunció el ceño y dijo:
—Todavía estás muy pálida.Un donante no fue suficiente,¿o sí?
—No importa.—Bella se encogió de hombros,a disgusto con el tema—.No hay mucho que pueda hacer sobre ello por el momento,de todos modos—señaló.
Edward atrapó su barbilla con un dedo y llevó su cara hacia atrás para encontrar su mirada.
—Sí,puedes,—dijo seriamente—.Yo estoy aquí.
Bella tragó.Se le estaba brindando y se sentía tentada por la propuesta,pero…
—No,no debo hacerlo…simplemente no puedo…—se detuvo y agitó su cabeza confusa.
—Sí,claro,—dijo firmemente,entonces señaló con el dedo afuera—,no es como si no lo hubieras hecho antes.
—Sí,pero eso era diferente.No te conocía entonces.
Edward arqueó una ceja ante su mirada de incredulidad.
—¿Así que está bien ir por ahí besando y mordiendo a desconocidos,pero no a los amigos?
Bella frunció el ceño.
—Generalmente no necesito besar para alimentarme.Tú eras diferente.No podía entrar en tus pensamientos.
—Muy bien,cambiaré mi pregunta.¿Por qué podías alimentarte de mí cuando no me conocías,pero sientes que no puedes ahora?
Se encogió de hombros incómodamente y trató de ordenar sus ideas en su propia mente con el propósito poder explicárselo.No es que no quisiera morderlo—Bella había querido morderlo cada minuto que había estado cerca de él desde ese primer mordisco—pero ya no era simplemente un extraño más con un lazo alrededor de su cuello.Era Edward,un hombre que le gustaba y disfrutaba pasando el tiempo con él y quería desesperadamente protegerlo de su madre y su tío.
—¿Ayudaría si te dijera que lo disfruté la última vez?
Bella echó un vistazo arriba bruscamente,tragó entonces y lamió sus labios,calmándose cuando Edward extendió la mano para frotar un dedo ligeramente sobre de la humedad que había dejado.
—¿En serio?—preguntó,su voz quebrándose y volviéndose más ronca—.¿Te atreverías a darnos placer mientras te alimentas de mí?
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