POV Edward
- Alice, luego te traigo tu coche.
- Tranquilo, Ed. ¿Cómo está la niña?
- Afectada. Jacob y ella lo han dejado.
- ¿Qué dices? Voy hablar con ella.
- No, Alice. Hoy no. –dijo Bella. –Se ha quedado en casa, quería estar sola.
- Recordar que Nahuel no está aquí… -dijo Esme.
- ¿Qué quieres decir?
- Haber si va vuestra casa. Él es así.
Yo y Bella nos quedamos mirándonos.
POV Alma
Continué mirando la lluvia caer y me fui al ordenador.
Olvidé que tenía de fondo una foto mía y de Jake… Jacob. La eliminé.
- No puedo más. Y solo es un día. Horas… Mañana encontraré a Nahuel y hablaré con él.
Me conecté al Messenger y vi a Seth conectado y empezó hablarme.
Ø Seth, ahora no. Lo siento. Solo ha sido que se ha conectado solo.
Ø ¿Qué ha pasado?
Ø Nada. Adiós.
Ø Estoy para lo que sea.
Ø Gracias.
Me acosté pero no podía dormir. Eran las cuatro de la mañana y abrí el cajón.
Saqué las fotos.
Empecé a llorar.
- ¿Por qué fui tan estúpida?
Entonces decidí hacerle una carta. Al menos no podía verle enfadado.
Jacob… ¿Qué nos ha pasado? Que sepas que me arrepiento y que tengo toda la culpa y sí… lo hecho, hecho está. Pero joder. No me atrevo a decírtelo a la cara, soy cobarde y tengo miedo. Así que te lo voy a decir aunque no me creas… te quiero. No podía aguantar más, me has dejado y con razón… pero es que lo odio… y voy a buscarlo y… no se que voy hacer. Se ha ido y sé que te provocó. Lo sé todo. Estoy nerviosa y no se que ponerte son las cuatro de la mañana y te voy a dar el último beso así que no te vas a enterar… ya te lo he dado. Estabas dormido. Te querré siempre. Espero que encuentres a alguien mejor que yo.
Estaba destrozada pero fui hasta su casa y tenía la ventana abierta como de costumbre. Y entré sigilosamente y se la puse al lado de la cama para que la viera. Me acerqué hasta él y su habitación ya estaba ordenada y estaba dormido, pero tenía tristeza en su cara. Me acerqué hacia él y le di un beso en los labios. – Siempre serás mi lobito.
Me fui y busqué en el móvil y tenía el número de Nahuel.
- Donde estás. –dije seriamente.
- Vaya. Alma. No creo que quieras saberlo.
- Estoy preguntándotelo. Quiero hablar contigo, seriamente. Ya. Dímelo y voy.
- Estoy más cerca de lo que crees.
- Estoy en el bosque. Te espero.
Colgué y entonces apareció Nahuel.
- Sabía que ibas a llamarme.
- ¿Por qué eres tan cabrón?
- Te quiero y no puedo remediarlo.
- ¡Quieres a Reneesme! ¡No a mí!
- Tienes razón.
- Déjame en paz… -empecé a llorar. – Jacob me odia por tu culpa.
- Te lo has ganado tu sola. Para que me besas.
- Eres tú. ¡Tú le provocaste! ¡El culpable eres tú!
Nahuel empezó a reírse pero se acercó más a mí.
- No te quiero volver a ver. Vete a tu casa. Y no vuelvas. –le dije llorando aun.
- Sabes que no puedo… -se acercó aun más, y podía notar su aliento en mi cara.
- Déjame en paz… te lo suplico…
- ¿A cambio de que?
- Lo que sea.
Entonces me cogió de la cintura y me puso contra un árbol. - ¡Déjame! –le pegué un empujón.
- No pienso permitir que te aproveches de mí. Eso no. No soy ninguna…
- Me dijiste lo que fuese. Así que. Como tú quieras. Pero volveré.
- Por favor.
- Y si no haces lo que te diga asegúrate que tú y yo seremos los únicos vampiros de aquí y tu nóviele dile adiós también.
- ¡No tocarás a mi familia ni a Jacob! ¡No lo voy a permitir!
Se fue y me caí al suelo llorando.
- ¡Te odio! – grité con todas mis fuerzas.
Oí un ruido y me alarmé por si volvía.
- ¡Déjame! –grité otra vez.
- Ey… Alma. Alma. ¿Por qué lloras? ¿Qué haces aquí? –era Seth.
- Seth… -dije casi sin voz. – Tengo miedo.
Me abrazó y me pidió explicaciones pero no podía. Se lo contaría a Jacob.
- No puedo… Se lo dirás a Jacob. Y él y yo…
- ¿Qué ha pasado? –se puso serio. -¿Te ha hecho algo? Te lo prometo.
- Nahuel.
- Vaya… ¿Pero…?
- Pero nada. Jacob y yo lo hemos dejado por su culpa, aunque Jacob ahora piensa que es mi culpa. Le quiero pero… se piensa que estoy con Nahuel. Solo porque él me dio un beso, yo no quería. Y ahora… Nahuel. Tengo miedo.
- Tranquila. No va a pasar nada.
- Ya ha pasado.
- ¿Te ha hecho daño? – empezó a mirarme.
- No, estoy asustado porque dice que está enamorado de mí. Y es mentira es de Reneesme. Pero él se piensa que ella se ha reencarnado en mí o algo así. Y… ahora casi… ha abusado de mí, pero no se lo digas a nadie.
- ¡Qué ha hecho qué! –dijo levantándose y yo hice lo mismo.
- Prometiste no decírselo a nadie y menos a Jake…
Miré la hora en el móvil y tenía un mensaje.
No digas nada. Te quiero.
- Joder… Nahuel. Si acaba todo esto con lo que él quería… me lo voy a pensar.
- Ni se te pase por la cabeza, Alma. –replicó Seth. – Usa bien la cabeza. Ten cuidado. Llámame si quieres.
Me fui a casa y estaba asustada.
Mis padres estaban todo el tiempo en la casa grande.
Mejor, así estaba más tranquila.
|