Narra Jacob

Así mi vida con un desastre marcado, era el fin, no la volvería a ver nunca más. Lloré por primera vez, me partió el corazón como jamás lo imaginé que lo haría.

Si no me quería, ¿por qué estaba conmigo?

Empecé a temblar y sin controlarme entré en fase.

Ahora Alma estaría ya emprendiendo el vuelo y rehaciendo ahora de adelante su vida, sin preocuparse de un novio pesado y licántropo.

Recorrí sin rumbo por el bosque, solo, sin saber que hacer.

Ahora me gustaría desaparecer, y volver atrás en el tiempo y procurar…  -suspiré –no sé el que podría cambiar.

Lo que no comprendo por que todo esto.

Al cabo de pocas horas me cambié a mi forma humana y me fui, con el ánima por los suelos, hasta mi casa.

Llegué y no estaba mi padre, pero si otra persona que no esperaba que estuviera.

Narra Alma

Esas horas ya habían pasado y ahora me encontraba saliendo del aeropuerto y cogiendo mis maletas me dirigí al primer taxi que había por allí y le dije la dirección donde se encontraba mi nuevo hogar.

-         Gracias. –le dije cuando llegamos y le di el dinero.

Cuando bajé vi mi hogar enfrente de mis ojos, tal y como quería.

Entré en casa y por suerte habían algunos muebles, lo necesario para vivir en una casa, ahora me iría al primer supermercado que encontrara y haría la compra y algunas cosas de limpieza y todo lo necesario. Pronto me pondría a comprar muebles, una televisión, etc.

Dejé mi maleta en la que sería mi habitación.

La casa tenía tres habitaciones, demasiado para mí, pero esta bien, el baño, la cocina y el comedor, moderno todo. Y sin faltar una piscina particular, pequeñita.

Cuando miré toda la casa incluso la terraza, cogí dinero para comprar.

Entré en un supermercado a pocos minutos de la ciudad y compré comida humana para alimentarme lo suficiente, y cosas de limpieza.

Cuando terminé de la compra fui a dejarla en casa y luego a una tienda de ropa para la cama, de ahí paré en una tienda de electrodomésticos.

Acabé comprándome una televisión, la lavadora, que no había y ya está. Los de la tienda me hicieron un gran favor llevándome a mi casa la lavadora y la televisión.

-         Gracias, chicos. –les dije ya que me llevaron en el camión también.

-         De nada guapísima. ¿Eres nueva aquí? –me preguntó el más jovencito.

-         Sí, he venido hoy.

Cuando me lo instalaron todo se fueron, por fin estaba ya en casa y me arreglé la comida en la nevera que había, y luego fui a mi habitación y la arreglé, puse mis cosas en su sitio. Terminé tarde eran sobre las doce de la noche, me hice algo sencillo de comida y luego fui a dormir.

Narra Edward

-         Jacob. –dije saludándole de una forma formal.

Pasó de largo y no me dijo nada, se fue a su habitación y lo seguí.

Notaba como ardía de dolor por dentro, estaba destrozado, pero supongo que después de todo, necesitaría un amigo con el que contar.

-         Jacob. Lo siento. –le dije.

-         ¿Lo sientes? El qué. –dijo molesto.

-         Tú lo sabes.

-         Y tanto que lo sé, no se por qué cuernos me ha pasado todo esto. No sé, no sé. –se llevó las manos a la cabeza y se sentó en su cama.

-         Necesito estar solo. Por favor. –me pidió.

-         Esto… se que no querrás hablar conmigo, ni con nadie, pero ella… quería irse, y como padres…

-         Claro,  lo entiendo, eh. Pero lo que no comprendo todavía por qué… no me quiere. No le he hecho nada para que pasase esto.

-         Lo sé…

Pobre Jacob, estaba tan mal por la elección correcta de Alma, me parecía buena idea de irse, pero también mala, por que ella si no se enfrentaba ahora, ¿cuándo?

-         Edward, gracias por venir, pero te agradecería aun más si me dejar solo. Necesito estarlo.

-         Sí… -susurré y me fui.

Llegué a casa y me encontré a Bella esperándome.

-         Vamos cariño a darles la carta a tu familia, deben de saberlo ya. –me anunció.

-         Claro.

Salimos al bosque y empezamos a correr y llegamos.

-         Pasad. –dijo Alice triste. –aun no lo he dicho, supongo que sería mejor por vosotros.

-         Gracias, Alice. –dije.

Pasamos dentro a la casa y fuimos donde se encontraban todos.

-         Hola. –dijo Bella.

La cara de todos se fijaron en nosotros.

-         ¿Dónde os habéis dejado a Alma? –dijo Rose.

-         Seguro que jugando a cosas con el lobo peludo. –dijo Emmet riéndose.

-         Eh… -nos miramos Bella y yo.

-         No está. –dijo Alice.

-         ¿Dónde está? –preguntó Esme.

-         Leed, será mejor. –dije entregándole la carta a mi padre, Carlisle.

Tomó la carta en sus manos y me miró a los ojos.

-         Querida familia, supongo que mis padres ya os han dado esta carta por lo que yo ahora estoy lejos de vosotros. Lo siento mucho por despedirme así, pero será bastante difícil con una persona en especial, y será peor con vosotros, y no quiero tener ese dolor grabado en mi pecho. Podréis venir cuando queráis a verme, por supuesto. Mis padres saben donde estoy y donde habito. Sin nada más que deciros, que os quiero mucho. ¿Vale? Os amo.

Alma.

Todos estuvieron un par de segundos callados, sin saber que decir, hasta que Carlisle volvió hablar.

-         ¿Dónde está? –preguntó.

-         En…Italia. –dije.

-         ¡¿Qué?! –saltaron todos.

-         Tranquilos chicos, no está con quien os imagináis. Está lejos de ellos, está en la misma ciudad, sí, pero pasará desapercibida. –calmé a los chicos.

-         Tengo un mal presentimiento. –Pensó Jasper.

Ese presentimiento que notaba él, no le pregunté ni nada.

-         Pues yo quiero verla.-dijo Rose y Alice a dúo.

-         Ahora no, más adelante. –dijo Bella.

-         Sí, será mejor. –dijo Esme.

Pasamos casi toda la noche hablando sobre por qué se fue, la causa, lo comprendieron, pero como lo fue para todos, algo muy duro la ida de Alma.

HOLAAAA ULTIMAMENTE NO TENGO NADA DE FIRMAS... Y ESO ME ENTRISTECE PORQE YO ME ESFUERZO CON LOS CPAITULOS Y LUEGO VEO QUE NADA... BUENO PUES ,AÑAAN NO PODRÉ SUBIR CPAITULO PORQUE ME VOY A LA PLAYA TODO EL DÍA A DISFRUTAR, ASÍ QUE NADA, ADIÓS!