Pude notar como un rayo de sol me penetraba en la espalda hasta conseguir despertarme por completo. Abrí los ojos y no estaba. Robert no estaba. Estaba sola en aquella enorme cama. Me encontraba totalmente desnuda pero tapada por la blanca sábana hasta la altura del pecho. ¿Me habría dejado allí sola? No puede ser… su ropa estaba tirada en el suelo, excepto los boxers…Así que no andaría muy lejos. De pronto oí como unos pasos se acercaban cada vez más. Era él. Apareció por la puerta de la habitación con una bandeja en la que había un vaso de zumo y unos deliciosos cruasanes a los cuales se les podía captar su exquisito olor. Eran mis preferidos. Le sonreí.
-Hola Bella durmiente-me dijo con tono burlón mientras me dedicaba una excitante sonrisa torcida.
-Hola fiera-le contesté. Aquel apodo era el perfecto para él, porque era una auténtica fiera en la cama.
-Toma…te he preparado esto…para que comas un poco-me recosté y Rob me lo depositó encima de mis piernas.
-Mmmm… que rico…-me relamí los labios-Pero mejor lo dejamos para luego-cogí la bandeja y la deposité en la mesilla.-Tengo hambre-le cogí del cuello y le tiré encima de mí.
-Mmmm…Robeert-le susurré al oído. Este se rió y comenzó a darme húmedos besos desde el cuello hasta mi boca, deseosa de encontrar su lengua y juguetear con ella.
Rob se quitó el bóxer y me penetró en mi intimidad haciendo que soltara un fuerte gemido. Sus movimientos comenzaron siendo lentos, haciendo un placentero roce en mi interior que me hacía soltar leves gemidos junto con él. Sus besos me hipnotizaban, sus caricias me cegaban y sus movimientos me hacían perder la poca cordura que me quedaba. Enredé mis dedos en sus cabellos al ver que él se tensaba, al igual que yo, ambos alcanzamos juntos el orgasmo. Rob cayó sobre mí con la respiración agitada. Aún sin salir de mi interior, me propiciaba numerosas caricias que me hacían querer más de él. Susurré su nombre en su oído y él sonrió, respondiéndome con un apasionado beso que me hizo perder la respiración.
Entonces me di cuenta de algo…. Eran las 10 de la mañana y no había avisado a Alice de mi ausencia por la noche. Oh diós, mi hermana, tan buenacita y discreta que parecía….sí, mi hermana, me mataría…
-Mierda-pude las manos en el pecho de Rob y le aparté haciendo que saliera de mí y cayera a mi lado izquierdo de la cama. Me levanté corriendo, cogí mi ropa y entré al baño a asearme.
-¿Pero qué…?-pude notar como se levantaba de la cama y me seguía extrañado, pero al entrar al baño, le cerré la puerta en las narices. –Bella, ¿qué pasa?-dio unos toques en la puerta.
-Na…nada…-me vestí corriendo y salí de aquella habitación a la velocidad de la luz. No me dio tiempo a despedirme de Rob, el cual, supongo, que estaba bastante extrañado por la cara que puso cuando salí de allí corriendo.
ROBERT P.O.V
No entendía nada. Habíamos estado toda la noche juntos, disfrutando como dos niños pequeños en un parque lleno de golosinas, y ahora….y ahora sale de mi cama corriendo como si la fuese a matar, sin decirme nada….qué extraño.
Me quedé allí parado unos cuantos minutos pensando en lo que había ocurrido, como un tonto, hasta que me percaté de algo: quizás salió corriendo a su casa porque anoche no le avisó a su hermana de que se quedaba a dormir en un hotel, o mejor dicho, en mi habitación de hotel….y la verdad es que dormir, no hemos dormido mucho…
Salí de mis pensamientos y me metí en la ducha para asearme después del “ejercicio” que hice ayer con Isabella Newton.
La verdad es que, a pesar de que tenga 16 años, es una fiera en la cama. Jamás había disfrutado tanto como lo hice anoche con esa chica…me gustaría volver a probarla pero…después de haber visto como salía de mi habitación, como si no hubiese pasado nada…pues como que no creo que quiera volver a repetirlo, así que sería mejor que no me hiciera tantas ilusiones.
Hola a todas!! espero que os haya gustado tanto como a mí...por favor, dejad vuestros voltos y COMENTARIOS. Muchas gracias xicasss!! Besos!!
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