DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. La historia solamente mía.
"In the shadows"
INSTABILITY
(Inestabilidad)
Todo se hunde en la niebla del olvido,
Pero cuando la niebla se despeja,
el olvido está lleno de memoria.
...
Me encontraba a la salida de la tienda. Quería llevarle algún regalo a Sam aunque jamás pensé que se me haría tan difícil conseguir un regalo para una niña. Que equivocada estaba.
Iba tan concentrada viendo la etiqueta del producto hasta que sentí el chocar con otro cuerpo. Unos fuertes brazos me tomaron por sorpresa evitando que mi culo quedara pegado en el cemento.
- ¿Bella?
Levante mi vista para encontrarme con los cálidos ojos de Emmett.
- En vista y presencia - dije coqueta. Vestía una camisa que se apegaba muy bien a su tonificado pecho. Sus ojos me escanearon de arriba abajo. Ciertamente llevaba una mini falda y un top que levantaba mis senos diciendo: ¿Quieres lamerlos? , todo esto sólo para fastidiar a Sue.
- ¿Qué haces por aquí?
- Lo mismo digo. Yo pase a la tienda por un regalo ¿y tú?
- Bueno estaba siendo un día muy aburrido así que decidí salir y arrendar algunas películas. Estaba tan concentrado que ni cuenta me di por donde iba, lo siento Bells.
- Yo también los siento. Ya sabes cómo soy – dije levantando mis hombros. – Mi cuerpo aquí y mi cabeza a miles de kilómetros.
Mi dedo divagaba descuidado por todo su pecho. Me encantaba jugar con Emm. Era tan fácil pero ¿qué hombre no se deja llevar por sus deseos? Hombres.
Su mirada se encontró con la mía y en ese instante se me ocurrió una genial idea. Podía ir con Emmett a la estúpida fiesta ¡claro!
Decidí por mis encantos en acción.
- Oh bueno creo que me tengo que ir, sabes, me quedan mucho por recorre todavía para alcanzar el bus. Es el cumpleaños de mi hermanita y… - acerque más mi cuerpo, poniendo cara de atormentada. – Creo que no alcanzare a llegar a la comida pero al menos podre verla y darle su regalo.
Le di mi sonrisa marca patentada Bella perra Swan.
- Pero yo podría llevarte – dijo al instante. - Tengo estacionada mi camioneta unas calles más abajo.
¡Bien! Mi yo interna daba saltitos. - ¿Seguro? No quiero ser una molestia y a lo mejor ya debes tener planes para tu tarde.
Baje la mirada haciéndome la pobre damisela en peligro.
- Claro que no. Créeme, mi único plan de hoy era ver estúpidas películas de acción – rió, levantando las cajas de las películas. – En serio, vamos. Yo te llevo, nena.
Caminamos algunas calles, sólo por querer jugar, pase mi mano por debajo de su brazo. Rozando mi nariz por todo su brazo. Podía sentir su respiración acelerarse. ¡Mierda! Si no hubiese sido porque ya iba algo – bastante – tarde, hubiésemos hecho cosas muy divertidas en esa jodida camioneta.
Reí.
- ¿Se pude saber de qué te ríes diablilla?
Le guiñe un ojo sonriendo – Cosa mías Emm, cosas mías.
Llegamos hasta donde se hallaba la camioneta. No era muy lujosa, pero al menos era decente. Estaba limpia y tenía todas sus partes donde tenían que estar.
Baje el vidrio, dejando que el aire fresco entrara. Hacía que mi cabello danzara al ritmo del viento. Adoraba sentir la sensación de todo aquello, imaginaba que podía volar.
En el camino a casa de Charlie, mi mente me jugó una mala pasada. Al mirar a mi lado vi a Emmett. Era un chico guapo ¿bueno, tal vez? Pero no podía permitir que llegara a más. Era sexo – buen sexo – pero sólo sexo al fin y al cabo.
No me veía a mí haciendo esto por el resto de mi vida.
Tener un matrimonio común, visitar a la familia todos los jodidos domingos, tener llorones, sucios y pegajosos bebés. Simplemente eso no era para mí.
Emmett prendió la radio y comenzó a sonar I don't want miss a thing.
- I could stay awake just to hear you breathing, Watch you smile while you are sleeping, while you are far away and dreaming… - cantaba con una sonrisa en sus labios - …I could stay lost in this moment forever. Where every moment spent with you is a moment I treasure…I don't want to close my eyes, I don't want to fall asleep, Cause I miss you baby, and I don't want to miss a thing, Cause even when I dream of you, the sweetest dream will never do, I still miss you baby and I don't want to miss a thing…
Su mira se prendió de la mía. Podía sentirlo viendo a través de mí.
- Dios, Emm, cantas horrible - dije riendo.
- Canta conmigo, nena.
Moví mi cabeza negándome.
- Oh, vamos nena. Sabes que quieres – golpeó suavemente mi hombro con el suyo - And I don't want to miss one smile, I don't want to miss one kiss, I just want to be with you right here with you, Just like this, I just want to hold you close, I feel your heart so close to mine…
- And just stay here in this moment, For all of the rest of time – dije cantando despacio.
- !Más fuerte cariño! – dijo mientras le subía el volumen a la radio.
Reí, cerrando mis ojos y cantando mucho más fuerte el coro - I don't want to close my eyes, I don't want to fall asleep, Cause I miss you baby, and I don't want to miss a thing…
Seguimos cantando a todo pulmón el final de la canción hasta que termino mientras los dos nos partíamos de la risa.
- Definitivamente cantas mucho mejor que yo.
- Emm, cualquiera canta mejor que tú.
- No hieras a mi ego, nena. – Dijo tocando su corazón haciendo gestos de dolor.
En la radio salió otra y otra canción mientras nosotros las cantábamos a todo pulmón.
Era tan sencillo estar con él, tanto como respirar.
- Muy bien señorita, creo que hemos llegado.
Mi estomago dio un vuelco al ver la entrada de la casa. Odiaba venir, odiaba ver a toda esa gente reunida allí y especialmente odia la sensación de cómo me hacían sentir allí. Algo que no era definitivamente "hogareño".
- ¿Quisiera entrar? – pregunté mordiendo mi labio. Ciertamente si estaba nerviosa.
- ¿A la casa?
- No, Emmett, a un motel. - Rodee mis ojos. - ¡Claro que a la casa!
Emmett rió, pero yo no. Venir a este lugar ponía mi humor negro, más negro que nunca.
- ¿Y, quieres?
- ¿Segura? Porque se ve que es una fiesta familiar y…
- Emmett – dije tomando su mano. – No me llevo muy bien con la gente de ahí adentro así que repito la pregunta ¿Quieres entrar?
Él me observo por un momento y luego sonrió.
- Está bien, Bells. Entremos.
Sonreí mostrando todos mis dientes. Me acerque lentamente a él. Jugué con su labio inferior, luego mordí el superior y finalmente lo bese.
Los besos con Emmett siempre iban cargados de una rara mezcla entre lujuria y cariño.
Baje de la camioneta arreglando mi falda. Amaba usar faldas, ya que podía mostrar mis kilométricas piernas.
Juntos nos acercamos hasta la puerta. Mi yo interna me gritaba que tomara a Emmett y saliera corriendo por la carretera, pero mi pepe grillo feminista me ordenaba detrás de sus grandes gafas que hiciera lo correcto por Sam.
Saludar, ver a Charlie, y entregar el regalo. Ese era el plan. Parecía fácil ¿no?
- Creo que hay que tocar el timbre ¿no crees?
Al tocarlo sentí una pequeña corriente eléctrica recorrer mi cuerpo.
Muchas veces le había pedido a Renée que no lo tocara, que nos fuéramos, que no me dejara en esa casa, pero Renée en ese tiempo era una perra como mamá y siempre me dejaba al cuidado del nuevo matrimonio de mi padre. Aborrecía quedarme allí, Leah siempre rompía mis muñecas, quemaba sus vestidos y les cortaba el pelo. Sue me criticaba por todo haciéndome sentir peor que una mierda y Charlie, quién veía todo esto como arrebatos de una niñita y para no tener problemas con su nueva esposa siempre se ponía del lado de ellas.
El infierno mismo.
El fastidioso y familiar ding, dong sonó.
Emmett besó mi cabeza, acercándome a él. Desde detrás de la puerta pude sentir el sonido de los tacos al chocar contra el suelo.
Al abrir la puerta vi el agrio rostro de Sue aparecer.
- Isabella – dijo dando una falsa sonrisa. La manera en que decía mi nombre hacia que me dieran arcadas.
- Sue – dije con voz monótona.
- ¡Oh, querida! Que bueno que llegaste, y este guapo hombre quién es.
- Él es un amigo – dije seria, tome de la mano a Emm y le di un pequeño empujo a la puerta entrado con él. Me fastidiaba tener que hablar más de lo estrictamente necesario con esa mujer.
La casa no era muy grande, estaba ubicada en un barrio de clase media baja, pero a Sue le entraba los ataques de superioridad y al parecer invito a medida ciudad. Apostaba mí jodida cabeza a que a Sam no le importaba un carajo ni la mitad de todas estas personas.
Apreté fuerte la mano de Emmett al ver pasar a la tía Alissa por mi lado. Ella era la hermana de Charlie, sin embargo, cuando Renée engaño a papá ella la desterró conmigo incluida. Nos detestábamos mutuamente. Se creía que era muy buena para ser mi tía, o algo así.
Trate de ignorar a todas las personas de alrededor mío, cosa que era realmente difícil con Emmett a mi lado, ya que nunca traía a ningún chico a esto de "fiestas familiares" y por la forma en la que iba vestida.
Busque con la mirada de entre todo este mar de personas a Sam pero ya sabía que no la encontraría aquí.
- ¿Te importaría quedarte solo con estas viejas brujas por un momento? – le susurre en el odio.
Emmett rió. -¿No vas a huir cierto?
Negué con la cabeza dándole una sonrisa.
- Claro que no.
- Esta bien. Pero no tardes mucho. – Me guiño un ojo y soltó mi mano.
Subí rápidamente las escaleras. Camine por el angosto pasillo en busca del cuarto de Sam. Hubo un tiempo en que esa habitación fue mía. A Sue no le había importado apropiarse de ella y transformarla en una cosa horrorosa, por suerte Sam tenía mucho mejor gusto que ella y la había redecorado. Empuje suavemente la puerta abriéndola. A simple vista no se veía nadie en la habitación, sin embargo, yo sabía muy dónde estaba. Corrí fuertemente la puerta del armario mostrándome a Sam sentada en el suelo con las piernas dobladas.
- ¡Hey tú! – dije con una sonrisa.
- ¡Bella! – Sam se sorprendió al verme. Se paró de prisa para abrazarme. – Pensé que ya no vendrías. Mamá ha estado hecha una furia por tener que esperarte.
Reí. – Me alegro por eso. ¿De verdad crees que soy tan perra como para olvidarme de tu cumpleaños? Mira, te traje un regalo.
Sam tomo el regalo y me miro de arriba abajo. – Te ves woow. Apuesto que a mamá no le va a gustar eso.
Las dos reímos y nos sentamos en la cama.
- Te extrañaba. Me gusta cuando vienes.
Tome su suave cabello con mis manos que se deslizaba entre ellas. – Y yo apuesto a que tampoco le gusta como estas tú vestida ¿o no?
Ella asintió con los ojos tristes. A Sam le gustaba vestir jeans gastados y blusas anchas. Nada que ver con lo que a Sue le gustaba.
Jugo nerviosa con sus manos y señalo hacia el armario. – Se supone que debo usar eso.
De un perchero colgaba un pomposo vestido rosa palo con demasiadas flores y encaje. Era horrible.
Dio un cansado suspiro.
- Me gustaría ser como tu Bella. Poder vestir lo que yo quiero, poder hacer lo que yo quiero. Decidir. Y bueno… - volvió a mirarme. – Ser tan linda como tú.
- ¡Oye! Tú también eres linda Sam.
- Si claro. ¿Qué tengo de linda? No tengo los ojos de color como tú, ni un cuerpo de escándalo. ¡Por Dios! Ni siquiera tengo senos.
Reí, abrazándola. – Ya tendrás todo eso, enana. Además tus ojos si son de color.
Sam bufo. – El café color caca no cuenta Bella. – las dos volvimos a reír.
- Sabes lo mucho que me gusta hacer rabiar a Sue, pero creo que tenemos que bajar.
- Si… es sólo que… hay tanta gente. ¿Te vas a quedar todo el día?
- No lo creo nena. ¿Pero sabes que? Vine con un amigo – levante las cejas mientras sonreía. - ¿Quieres conocerlo?
Sam abrió ampliamente sus ojos. - ¿Es en serio? Claro que sí. ¡Vamos!
Me llevo de la mano por el mismo camino que había pasado hace un instante pero mucho más rápido.
- ¿Cómo es que Bella Swan Trajo un chico a la casa? Esto no pasa todos los días.
Di una carcajada. – Cállate enana.
- ¿Y… es guapo?
- Ya lo veras.
En el fondo de la sala estaba Emmett sentado en el sillón prisionero de la Tía Jenny. Al verme sus ojos brillaron al ver que sería rescatado. Se disculpo con la tía Jenny y camino en mi dirección.
- ¿Es él? – pregunto sorprendida Sam.
- Sip.
- ¡Hey! Tu tía si que tiene temas de conversación. – las dos reímos y Emmett se dio cuenta de que estaba Sam. – Tú debes ser la cumpleañera ¿no es así?
- Si. Pero yo no sé quién eres tú.
- Enana – dije reprimiéndola. – Él es Emmett, un amigo.
Emmett sonrió y se inclinó a decirle algo al oído de Sam pero no pude escuchar lo que era.
La irritante voz de Sue nos llamo para que fuéramos a sentarnos a la mesa en la parte trasera de la casa.
- Sabía que podrías hacerla bajar. – dijo Charlie mientras me abrazaba. – Gracias.
Le guiñe un ojo riendo.
- Un pajarito me contó que trajiste compañía.
- Que pajarito más entrometido. – dije rodando mis ojos. - No imagines cosas Charlie, es sólo un amigo.
- Me parece bien.
Me gustaba estar cerca de él, aunque cuando Sue estaba cerca, el aire se contaminaba.
La comida paso realmente insoportable. Sue y Leah a cada momento hacían comentarios muy vejatorias y para que decir las incontables preguntas de sus amigas. Mátenme por favor.
- Ya vengo – le dije al oído a Emm.
El asintió viendo lo incomoda que me hallaba. A la salida del baño me encontré con Leah quien sonreía sínicamente.
- Esperaba que no vinieras. Suponía que ibas a estar con alguna resaca… por el estilo de vida que llevas. – dijo escupiendo sus agrias palabras.
Esta mujer sacaba lo peor de mí. - Qué no tenga una aburrida vida de mierda como la tuya no quiere decir que la mía sea así. – Juegue con mi pelo mirándola fijamente. - Sabes, hay personas que tienen más que un marido que lo único que se le para es el auto. – Oh si, había despertado a la perra que llevaba dentro. – Pero claro como tú eres tan frígida que, que se le va a parar al pobre ¿no? – dije con una suave voz.
- Vete a la mierda.
- No cariño, Vete tú.
Pase a la cocina por un vaso de agua. En ella se escuchaban los murmullos de la plática de Sue con unas primas de Charlie. Sue no dejaba de alardear sobre lo afortunada que era Leah poniéndola como una jodida reina. Iba a salir cuando escuche mi nombre.
- ¿E Isabella que hace aquí?
- No lo sé. Créeme hice todo lo posible para que su presencia no arruinara el día, pero ya ves que la escoria se pega como lapa. – escupía sus palabras con tanto odio.
Perra.
- Esa chica sí que es un desastre. Aunque que más se va a esperar de la hija de Renée. Tal palo tal astilla.
Todas rieron como hienas.
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Agobiada con toda le gente decidí huir de aquella farsa llamada "familia". Cuando ya me hallaba bastante lejos de esa casa me acorde que había dejado a Emmett sólo en ese nido de serpientes ¡maldición!
Otra cosa que había olvidado allí era mi chaqueta, había salido tan deprisa que ni cuenta me di. El viento gélido calaba hondo dentro de mí. Mi cuerpo entero comenzó a tiritar.
A la mierda todo. ¿Había algo peor que mi vida? Realmente no lo creía. El sonido de una bocina llego a mis oídos, y luego otro y otro. Me di la vuelta para ver quién era el jodido imbécil que la hacía sonar.
- Hola, nena - su asquerosa sonrisa quemaba mi vista.
Carlisle.
El mismo asqueroso, imbécil, asno andante que me dejo botada como si fuera un pañuelo usado en ese inmundo motel. Oír su voz me recordó por toda la miseria que había pasado. Que había pasado ¡por su culpa!
Estaba igual, era como si los años no hubiesen pasado por él. Llevaba una desapercibida barba, lentes de sol, una camisa a medio abrochar y esa sonrisa de superioridad que sabía que me fastidiaba. Tenía sus manos en el manubrio en una postura relajada. Su presencia me hizo sentir como si volviera a tener diecisiete años. Esa chica torpe, llena de inseguridades, y con un sólo deseo: ser amada.
Había confiado en él. En su amor, sus palabras, promesas, en su protección. Pero como siempre era una estúpida en lo que a materia de hombres concernía. Acaecían muchos años desde la última vez que lo vi, desde que me dejo en la asquerosa habitación, para ser más exactos.
Como si el diablo hubiese poseído mi cuerpo, una cierta energía negativa recorrió mi cuerpo. Me revivió, me alentó. Con todos esos recuerdos acuesta y esos sentimientos encontrados me dirigí en su dirección.
Le di mi sonrisa más sínica que tenia, que expedía seguridad, con la que manipulaba a las personas, esa sonrisa que se había quedado grabada bajo hierro forzado en mi rostro. Camine felina a su encuentro quedando frente a frente.
Y con todas las ganas le di la cachetada de su vida. Su cara quedo marcada con mi mano al rojo ardiente. Fue lo más liberador que he hecho en toda mi puta vida. La adrenalina corría veloz por mi sangre. Es más, si en ese momento hubiese tenido algún arma, no lo hubiese pensado dos veces antes de tirar del gatillo, sin embargo, muy a mi pesar el maldito en ningún momento borro su petulante sonrisa.
- Veo que me recuerdas preciosa – dijo bajando sus gafas. Su mirada penetrante se clavo en mí. Mi traicionero cuerpo le reconoció. Aquella mirada que me deslumbraba, con la que me miraba a la salida del colegio, con la que me prendía, con la que me calentaba.
En un rápido flash pasaron ante mis ojos las imágenes más caliente de nosotros. Carlisle y yo en el baño, Carlisle y yo en el cine, en mi cama, en su auto, en los miles de moteles que pise.
Si en algún tiempo atrás pensé que él había sido sólo un escape, en ese momento me di cuenta que era mentira.
De algo estaba segura, había amado a este hombre con cada parte de mí, sin embargo, había algo de lo que no podía acertar. ¿Ya no lo amaba?
Su mano subió cadenciosa por mi brazo erizando mi piel, su mirada atrapo la mía, y ciertamente me pillo volando bajo. Cerré mis ojos para sentir su toque más profundo. Ni cuenta me di cuando salió del auto y en una fracción de segundo tenía su cuerpo presionado junto al mío. Carlisle siempre supo como tocarme, como manipularme, como controlarme. Paso su mano por mi pelo, bajando por mi cintura, acercando mucho más nuestros cuerpos
¿Cayendo de nuevo en su poder? Pero qué más se podía esperar de alguien como tú ¿no?
Las palabras retumbaron dentro de mi cabeza. Y como si mi tatuaje cobrase vida, quemaba dentro de mi piel.
Mis ojos se abrieron ampliamente viendo en perspectiva lo estúpida que era ¿qué acaso tenía 17?
No.
Así que a la mierda.
Saque mi lengua, pasándola por sus labios. Su aliento se entrelazo con el mío.
Lo aparte con un dedo de mí, apuntando con mi dedo su pecho.
- Lo siento, bebé. Ya no salgo con perdedores.
Me di la vuelta siguiendo con mi camino.
¡Diablos, sí!
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¡uhh chan chan! ¿Qué les pareció? Sé que muchas querían a Edward en este capítulo peroooo no se pudo ya que estaba escrito hace tiempo este capítulo *O* Aunque déjenme decirles que desde el próximo cap Edward vuelve con todo *O* La historia tomara un giro diferente ;)
Como siempre un graaan abrazo a todas aquellas personitas que se detienen un momento en comentar uy son fabulosas jijiji :D
Tengo varias cosas que decirles espero que no se me olvide nadita. Aquí va:
1.- Hice un playlist del fic, ya saben una lista en youtube con las canciones que escucho para inspirarme y canciones que pongo al comienzo de algunos capítulos ¿cachilupi no? :3 el link esta en el grupo de facebook.
2.- Para las que no sepan hay un grupo de mis fics, este es el link https://www.facebook.com/groups/nala.matter/
3.- Cito la canción de the beatles que estoy escuchando ahora: ¡help! ¡help me! voten por mi os en la batalla de los os ¿siiii? :3 para las que no sepan igualmente estoy participando en el contest con mi one shoot JUNTO AL LAGO. Pasen a leerlo es todo lo contrario de este fic ñ.ñ
Eso seria todo nos vemos en otra actu ñ.ñ
¡saludos!