The Reason

Autor: dianacullenblack
Género: Romance
Fecha Creación: 30/10/2012
Fecha Actualización: 24/07/2013
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 5
Visitas: 7299
Capítulos: 7

 

"He encontrado una razón para mi.. para cambiar lo que yo solía ser. Una razón para empezar de nuevo.. y esa razón eres TU"

Stefan/ Bella

TODOS HUMANOS.

la historia pertenece a mary-paradice

yo solo publico con su permiso, espero le guste este fic como a mi ♥_♥

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Capítulo 6: Decisiones apresuradas.

Los personajes no son míos. Son de Meyer y L.J. Smith. la tram pertenece a Mary-Paradise

 

Capitulo Seis: Decisiones apresuradas.

¿Nunca haz sentido esa sensación que lo que era correcto era lo mas difícil y lo incorrecto era lo mas fácil? ¿Qué lo que mas deseas se ha vuelto algo tan inalcanzable, pero aun así, es lo mejor? Bueno, yo sentía exactamente eso.

Miraba el techo, pero sin ver nada en realidad. Ni siquiera en mis sueños me había sentido a salvo. Todos estaban llenos de pesadillas, pesadillas que ahora recordaba con resentimiento.

En mi sueño, yo estaba en un lugar lleno de luz pero después se lleno de sombras. Era como si mi subconsciente se hubiera puesto de acuerdo en recordar todo lo malo de mi vida. Y todo me recordaba a lo que había perdido… sabia que podía a perder a una persona que era en muchos sentidos, peligrosa.

Me senté y puse mis manos sobre mi cabello enmarañado. Ahora que sabia cuales eran mis sentimientos por el mas pequeño de los hermanos Salvatore, me asustaba de sobremanera la situación.

¿Acaso podía confiar en una persona que estaba envuelta en malos hábitos? ¿Era valiente como para enfrentarme a ese reto? No lo sabía.

Con un suspiro me levante, mirando hacia la ventana. Algo en mi corazón estaba creciendo, un sentimiento que gritaba que no importara lo que pasara, yo quería estar con el.

Salí de mi habitación. Nada de esto me estaba llevando a ningún lado, solo me daba dolor de cabeza.

Fui a la cocina y me dispuse a preparar el desayuno. A pesar de la discusión que había tenido con Alice, entendía sus intenciones y el porque me lo dijo. Ella estaba preocupada y asustada por mi. O más bien, con la persona con la que me estaba involucrando.

Mire hacia arriba y vi a Alice mirándome arrepentida. Suspire y le di una sonrisa cálida. Ella corrió y me abrazo. Sentí mis ojos humedecerse.

Alice era mi hermana en muchos aspectos. Incluso cuando paso lo de Edward, ya estuvo apoyándome. Pero igualmente extrañaba a Rose. Eran las mejores amigas que alguna vez iba a tener jamás.

-Perdóname, Bella. No debí comportarme de esa forma- me dijo después de soltarme. Sus grandes ojos estaban humedecidos.

-Hey, no importa… solo estas preocupada –le dije, tratando de tranquilizarla. Ahora, era yo quien iba a llorar.

-No quiero que te lastime –susurro quedamente. Oculte mi rostro entre mis manos. Un sollozo escapo de mi boca.

-Tengo miedo… no sé que hare o lo que pasara –. Mi voz sonó amortiguada por mis manos. Alice me abrazo.

-Todo va a salir bien. Pero quiero que me escuches, ¿esta bien? –asentí, aun siendo abrazada-. Se ve que él te quiere… te he visto mas tranquila y mas feliz cada vez que sabes de él. Stefan tal vez es reservado, pero contigo es otra persona, alguien bueno –me separo y me sonrió cariñosamente-. Si de verdad quieres que esto funcione, debes dar lo mejor de ti y lo más importante: demostrarle a el que va a funcionar.

-Pero estoy asustada… ¿y si me lastima?- pregunte, limpiando mis lagrimas. Ella me dio una sonrisa dulce.

-En el amor siempre hay riesgos… el punto es si somos lo suficiente fuertes para afrontarlos-.

Alice tenía razón. No podía dejarme vencer por el miedo. Tenia que ser fuerte.

Solo tenia que sobrevivir a una cena… ¿Qué tan malo podría ser?

Ok, tenia que respirar. Y tranquilizarme. Pensar en algo bonito, como unicornios o simplemente en cachorros. Estas paranoica, Bella. No hay razón para ser una gallina, me dijo mi subconsciente. Claro, era fácil decirlo.

Respire hondo. Pero seguía nerviosa.

Estaba nerviosa porque no sabia que esperar de esta velada, pero lo estaba a un mas porque iba a ser mi primera cita "real" con alguien, después de mucho tiempo. Era absurdo, lo sabia, pero no podía evitar sentirme así.

Al menos Alice me había ayudado a vestirme.

Vestía un blusa color negra con una falda de mezclilla, acompañada de unas medias y botas negras. Iba a usar mi chaqueta de cuero. Usaba muy poco maquillaje y mi cabello caía en ondas por mi rostro.

No quería sentirme incomoda, pero no quería verme como una idiota.

Escuche un suave pero seguro golpe a la puerta de mi apartamento. Sentí mi corazón dispararse. Me mire por ultima vez en el espejo y fui a abrir la puerta.

Cuando abrí me lleve la mas hermosa de las sorpresas. Stefan vestía una camisa azul oscuro y su pantalón era negro. Incluso estando apoyado en el marco de la puerta, se veía relajado. Aunque sus ojos se veían fijos, incluso tensos pero eso no decía su sonrisa.

-Hola- me dijo después de mi escrutinio. Me acomode insegura un mechón de mi cabello, que justamente cayó sobre mi frente.

-Hola- dije, sonriendo tenuemente. Los nervios me estaban matando.

-¿Nos vamos?- me pregunto. Asentí. Tome mi bolsa, mi chaqueta y mis llaves. Mire a Alice que estaba en el sillón, quien levanto sus pulgares y siguió hablando con Jasper.

Me gire para cerrar la puerta y lo mire. El extendió su brazo derecho. Me reí. Nunca nadie había hecho eso por mí.

El camino al restaurante fue silencioso. Pero no me importaba, no cuando él tomaba mi mano y me dedicaba sonrisas de lado. No cuando siempre que había una luz roja y se me quedaba viendo a los ojos. No cuando entrelazaba nuestros dedos.

Puede que era idiota, pero adoraba eso de el mas que nada en el mundo.

Cuando llegamos al lugar, era uno de los lugares más exclusivos de todo Nueva York. Su nombre era "Nuit étoilée". Incluso había gente que estaba formada para poder entrar. Vi como iban vestidas y de repente sentí vergüenza e inseguridad. Pero me distrajo un apretón.

-Hey, tranquila. Estas preciosa- otra vez esa mirada. No era que no me gustara, si no que no ayudaba en nada a la situación. Suspire. Tenia que controlar mis pensamientos.

Bajamos del coche y él le dio las llaves a un empleado, para que lo aparcara. Hablo por poco tiempo con el, quien me sonrió y nos dejo pasar sin formarnos. Adentro, el lugar era más asombroso. Había mucha gente en el bar de la esquina y muchos bailaban. Por sus ropas, era gente de mucho dinero.

Stefan tomo mi mano y me guio hasta la parte privada. Hubo varias personas que le regalaron un asentimiento con la cabeza y miradas curiosas hacia mi persona. Yo agarraba valor casi de la nada. Era obvio que ese era el mundo de Stefan.

Llegamos a una especie de habitación que estaba perfectamente amueblada. Incluso había una mesa para tres personas. Stefan me miro.

-Aquí podremos conversar y… decidir que es lo mejor. Me pareció lo mas apropiado- me dedico una sonrisa. Empecé a respirar mas tranquila.

Nos sentamos en la mesa y de la nada apareció un mesero. Miraba a Stefan con atención y con respeto. Fue muy profesional su comportamiento.

Cuando nos dejo solos, yo retorcí mis manos en mi regazo. Entonces, una mano acaricio mi brazo.

-¿Que sucede?- me pregunto suavemente. Levante la mirada. Sus ojos brillaban y buscaban secretos en los míos ¿pero como iba a decirle lo que sabía?

-No estoy acostumbrada a… este tipo de lugares- respondí. El me dedico una tierna sonrisa.

-No lo sabía… pero quería que vieras por ti misma en que tipo de lugares me relaciono- dijo calmadamente, como si hablara del clima.

-No esperaba esto. Aparte, estoy nerviosa-. Primer paso: la honestidad. Tenia que empezar por algún lado.

-¿Por qué estas nerviosa?- me pregunto, pero cuando estaba a punto de responderle, llego el mesero. Dejo las ordenes y se fue. Tome un sorbo de mi bebida.

-Stefan ¿Por qué quieres que vea tu mundo?- pregunte. El también tomo un sorbo de su bebida.

-Puedo responder tu pregunta… pero tengo que empezar desde al principio- dijo al fin. Eso me dejo frustrada y a la vez, ansiosa.

-¿Cómo que desde al principio?- pregunte. Él se acercó y beso mi mejilla. Eso me dejo fuera de combate y sus ojos tenían una mirada decidida, pero a la vez con dudas.

-El porqué de mis acciones. ¿Por qué no comes y yo te explico? –me pregunte. Empecé a comer despacio. Él se acomodó en la silla y se dispuso a hablar.

-Cuando tenía 17, mi vida tenía un…cierto orden y era muy ingenuo. Pensaba solo en la Universidad y en chicas –sonrió con si se acordara de algo o alguien-. Era como cualquier otro muchacho- su sonrisa decayó. Se veía perdido entre sus recuerdos, por lo que no me atrevía a interrumpirlo.

-Me enamore por primera vez el 23 de Octubre… hace ya tanto tiempo. Su nombre era Elena –vi en su mirada una sombra de algo: amor y tristeza. Después desapareció-. Ella era especial, tenía su manera de ver el mundo. Incluso por muy malas que se pusieran las cosas era fuerte. No se dejaba intimidar por nadie-. De repente, me sentí triste. Él la había amado mucho. Tal vez aun lo hacia.

-¿Cuánto tiempo estuviste con ella?- pregunte suavemente. El entrelazo sus dedos.

-Como alrededor de dos años y medio, pero antes de cumplir un año y ocho meses empezaron los problemas- termino con una voz siniestra. Y me miro como si quisiera decirme algo crucial. Suspire y seguí comiendo. Él sonrió.

-Yo conocí a Klaus al año de estar con Elena. No sabía nada de sus negocios, hasta que me entere que Damon había complicado un plan. Nick es demasiado arrogante y también es un gran amigo, pero él iba a lastimar a mi hermano y no lo iba a permitir –tuve un odio grandísimo por el modo familiar en que hablaba de él. Solo apreté mis dientes-. Tiempo después, el empezó a confiar en mi y yo en el. Se volvió mi mejor amigo.

-¿Por qué? ¿Torturo a tu hermano y de la nada empezaste a confiar en el? ¿Es enserio, Stefan? – le pregunte, frustrada y a la vez enojada con el. El solo se me quedo viendo.

-No fue tanto así, Bella. El me ayudo- me dijo tranquilo. Apreté mis dientes y seguí comiendo. El suspiro.

-Hubo una vez en que Elena y yo tuvimos una pelea fuerte, por mis salidas nocturnas con Klaus. No le dije nada porque ella era mi mundo y no iba a ponerla en peligro, Bella. Pero por mucho que quería protegerla, no pude- su voz volvió a volverse triste. Extendí una mano hacia él.

-¿Qué paso después de eso?- pregunte acariciando su mano. El miro nuestras manos y agarro la mía. Sus hombros se tensaron.

-Ella me siguió. Había llegado al muelle para vigilar una entrega, entonces… algo salió mal –miro hacia la nada, reviviendo ese recuerdo-. Empezaron los disparos y… ella… -se quedo en silencio. Sus ojos tan expresivos se llenaron con rabia, odio y con tristeza.

-No pude hacer nada… no pude salvarla. Estuve como en un trance, para evitar el dolor. Si no fuera por Nick… creo que me habría acabado con todo: mi dinero, mi cordura… mi vida-. Me quede tiesa por esa declaración, pero empecé a sentirme mal ¿Acaso no había sentido esa sensación? ¿Acaso nadie había sentido esas ganas de terminar con todo, para no sentir mas dolor?

Me levante y le di la espalda. Quería ir a casa, algo que no estaba aquí.

Unos brazos me abrazaron por detrás. Ni siquiera lo evite. Su contacto me hizo sentir bien, a salvo.

-Bella, quiero que esto funcione… he estado tan perdido, y estoy asustado. Como sé que tu también lo estas- susurro entre mi cabello. Me gire para estar frente a él.

Lleve mis manos a su cabello, me puse de puntitas y lo bese. Si, estaba asustada. Muerta de miedo, pero no por el sino por la situación. Quería que se diera cuenta de que con ese beso yo estaba ahí, que no iba a huir.

Me pego más a su cuerpo y subió una de sus manos hasta mi mejilla, para no separarme de él.

Cuando nos falto el aire, separamos nuestros labios pero seguíamos juntos. Su frente recargada a la mía.

-De verdad quiero intentarlo, Bella. Quiero que seas mi razón- me dijo suavemente. Lleve una de mis manos a su mejilla.

-¿Tu razón? ¿Para que?- pregunte. El beso mi nariz.

-Mi razón para ser feliz- respondió y me volvió a besar.

Capítulo 5: Caótico Presente Capítulo 7: Noche de locura.

 


 


 
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