Emmett Pov.

Al dia siguiente me despertó mi teléfono, estaba algo liquidado, no me pude dormir hasta muy tarde. El teléfono volvió a sonar y fue entonces cuando note que no era la alarma, era una llamada, mire el identificador y vi que se trataba de Bella, atendí de inmediato.

-                     Hola Bella, como esta la niña? –dije con voz entre asustada y somnolienta.

-                     Tranquilo Em, Lydia esta bien. Lamento despertarte, te he llamado para que puedas hablar con ella. –dijo tratando de calmarme.

-                     Pásamela Bells.

-                     Ven corazón el tio quiere hablarte. –la llamo Bella.

-                     Hola. –saludo algo extrañada.

-                     Hola princesa, como te estas portando con mami? –me hacia tan feliz escucharla.

-                     Hola tio, me estoy portando muy bien, como siempre. El doctor dijo que tengo nana, por lo que no voy al jardín y mami se queda tooodo el dia conmigo. No es genial? –se notaba que tenia la vocecita tomada.

-                     Oye como que es genial tener nana? –le pregunte entre risas.

-                     No, la nana es fea, me hace sentir mal. Lo genial es que mami pase todo el dia conmigo. –me aclaro con esa voz que usaba cuando explicaba lo obvio.

-                     A que no sabes quien te ha comprado unos lindos juguetes nuevos?

-                     La abu! –grito y luego tosió por el esfuerzo.

-                     Ve a descansar princesa, déjame hablar con tu madre. –no quería que empeorara por mi culpa.

-                     Te extraño mucho tio, cuando volverás? –pregunto muy triste.

-                     En una semana estaré ahí con ustedes y me quedare en tu casa hasta que ya no quieras verme. –la noche pasada decidí que me iria directo de la boda.

-                     Entonces tendrás que mudarte con nosotras. –dijo entre risas.

-                     Ya veremos –dije siguiéndole la broma-. Ahora anda, dame con tu mami y ve a la cama.

-                     Esta bien, pero mándale saludos a los abuelos y a la tia Tanya.

-                     Claro peque.

-                     Hola. –volví a escuchar la voz de Bella.

-                     Hola hermanita, como sigues? –me tenia muy preocupado su estado emocional, conociéndola era capaz de mudarse a la Antártida si pensaba que eso era lo mejor para la niña.

-                     La noche pasada pude dormir un poco mas, por suerte. Lydia se ve bastante mejor, en una hora aproximadamente llega el médico, no te quise asustar ayer, pero me ha sugerido internarla, espero que hoy al verla desista de esa idea. –me confesó esperanzada.

-                     Si llegan a internar a la niña no me importa la estúpida boda, ni el patético fraude que hacemos aquí, me regreso ya mismo para parís. –le asegure.

-                     Se positivo hermano. –pidió en tono suplicante.

-                     Bueno ya veremos. Llámame en cuando se haya ido.

-                     Lo prometo, ahora tengo que dejarte, voy a bañar a Lydia.

-                     Esta bien hermana, hablamos luego. –me colgó.

Baje a desayunar y ya estaban todos ahí.

-                     Acabo de hablar con Bella y Lydia. –les informe.

-                     Que te ha dicho? Como sigue la niña? –pregunto mi madre muy preocupada.

-                     La note muy bien de animo, aunque Bella me dijo que hoy le dirán si es o no necesario internarla. –todos me miraron con miedo.

-                     Si la internan nos vamos hoy mismos. –dijo Tanya dirigiéndose a mi.

-                     Le dije exactamente lo mismo a Bella. –sabia que ella tampoco se quedaría sabiendo que la niña se encuentra mal.

-                     Nosotros de todas formas nos quedaremos un par de días mas hasta la boda. –dijo mi madre, se notaba que mi padre no estaba de acuerdo con esa decisión.

Terminamos de desayunar tranquilamente. Mis padres se dirigirían donde los Cullen para almorzar con ellos y Tanya y yo iríamos a recorrer Seattle. Recorrimos todas las cosas interesantes que podía llegar a tener esta insignificante ciudad. Alrededor de las cinco de la tarde partimos rumbo a casa de los Cullen, a pedido de mis padres.

Esta vez nos abrió directamente la pequeña Alice.

-                     Emmett Swan porque no has venido antes? –pregunto ofendida.

-                     Lo siento? –sonó mas a pregunta que a disculpa.

-                     No quiero excusas. –dijo indignada.

-                     Hola –la saludo Tanya amablemente-. Lamentamos la tardanza, nos fuimos a recorrer Seattle y no nos dimos cuenta de la hora. –se disculpo.

-                     Te perdono solo porque es la primera vez que visitas la ciudad. –dijo Alice con esa sonrisa que la caracteriza.

Las chicas se pusieron a hablar de moda y los chicos de deportes, Jasper quería saber mas cosas sobre el mundo del comercio deportivo. Por un momento escuche parte de la conversación de las chicas, Alice quería saber de Lydia, los chicos al notarlo les prestaron atención.

-                     Es cierto eso de que la pequeña maquilla a Emmett de princesa? –Tanya soltó la carcajada y saco su móvil del bolsillo.

-                     Que si es cierto? Quieres ver las pruebas? –pregunto la muy maldita.

-                     Ni se te ocurra mostrar esa foto, te juro que no te vuelvo a contratar para ningún maldito comercial. –la amenace.

-                     Trabajo es lo que me sobra tonto, ni loca me pierdo ver como se ríen de ti. –dicho eso le dio el teléfono a Alice, mostrándole la foto que tenia en la que la niña me había maquillado de rosa y puesto una horrible corona. De inmediato Alice largo la carcajada y le empezó a mostrar al resto la humillante foto.

-                     Debes ser un buen tio para dejarte hacer eso. –observo Jasper.

-                     Somos sus únicos tios, además nadie puede negarle nada a esa niña. –dije sonriendo.

-                     Es muy majadera? –pregunto Alice.

-                     No, para nada, pero tiene una forma de pedir las cosas que te hace querer darle el mundo entero si ella lo quiere. –esto me hizo recordar que Bella aun no había llamado, saque mi teléfono del bolsillo de mis pantalones, no costaba nada comprobarlo.

-                     Ya llamara, capaz que ha salido todo bien y ahora están jugando muy entretenidas. –me dijo Tanya con voz muy triste pero esbozando una sonrisa. Todos nos estaban mirando.

-                     Tienes fotos de la niña en el teléfono? –pregunto Alice muy entusiasmada.

-                     No, lo siento. –respondió y guardo el teléfono de inmediato. En realidad debía de tener cientos de fotos de Lydia.

-                     Y de Bella? –pregunto Alice. Tanya me miro pidiendo permiso, yo solo asentí.

-                     Si –dijo sacando otra vez el móvil, miro las fotos por un minuto-. Todas las fotos de esta carpeta son de Bella y hay una en la que esta con la niña cuando era recién nacida. –Alice comenzó a ver las fotos con una sonrisa en la cara y algunas lágrimas corriendo por sus mejillas.

-                     Gracias Tanya, no imaginas lo feliz que me hace volver a ver a mi amiga, después de tantos años. –se notaba que realmente estaba agradecida.

-                     No tienes nada que agradecer Alice –le aseguro Tanya-. Ustedes quieren ver? –dijo dirigiéndose al resto. El primero en estirar la mano fue Edward, Tanya y yo intercambiamos una mirada. En ese instante sonó mi teléfono, lo agarre de forma desesperada, era Bella. Me aleje de inmediato del resto, Tanya en ningún momento me saco los ojos de arriba.

-                     Bella, que ha sucedido? Porque no llamaste? –pregunte enloquecido por el miedo.

-                     La han internado Em –casi no se entendía una palabra de tanto llanto-. El doctor dice que es solo por prevención, pero la han pinchado.

-                     Tranquila, ya mismo salgo para ahí aguanta unas horas mas Bells.

-                     No Emmett, no abandones a Alice en su boda, yo no puedo ir, pero si tu estas ahí es como si una parte de mi te acompañara. –me suplico.

-                     No vamos a discutir esto Isabela, si puedo regresar a la recepción lo hare, pero ahora me voy para parís. –le asegure y termine la llamada.

Me apure a volver donde los demás, Tanya comprendió de inmediato que las cosas no iban bien, le pidió a Edward que le devolviera el teléfono.

-                     Llamo al piloto? –me pregunto.

-                     Si por favor. –vi como se alejaba con el teléfono al oído y hablaba con el piloto.

-                     Que esta pasando Emmett? –me pregunto Alice con cara de susto.

-                     Alice lo lamento mucho pero Tanya y yo nos iremos cuanto antes, Bella no esta bien. –todos me miraron asustados, mi padre que me estaba viendo a la distancia se me acerco con cara de susto.

-                     Ha llamado? –me pregunto asustado.

-                     Si, Tanya esta llamando al piloto, le dirá que nos venga a buscar a Port Angeles cuanto antes –le explique-. Alice le prometí a Bella que trataría de venir a la recepción y te juro que si me es posible lo hare.

-                     Tranquilo Emmett, la familia es primero. –me aseguro.

-                     Tu eres familia para Bella, por eso no me quiere dejar ir antes de la boda. –Alice se abrazo a Edward y se largo a llorar.

-                     Emmett crees que Bella me dejara visitarla? –eso era un tanto complicado.

-                     No lo se Alice, pero te juro que en cuanto pase toda esta locura hare que te llame y se lo podrás preguntar tu misma. –le prometí, aunque no sabia como cumplirlo.

-                     Gracias Emmett. –me dijo entre llantos.

-                     Emmett esta todo listo, le pedía a un amigo que nos mandara su avión desde Nueva York para no demorar tanto, debemos empacar. –me dijo Tanya.

-                     Déjame avisarle a Renee. –me pidió Charlie.

-                     Claro, pero apúrate –el asintió y se fue-. Ha sido un gusto verlos de nuevo, lamento tener que irme asi pero le aseguro que vendré pronto a visitarlos. –dije a modo de despedida.

-                     Como si no hubiéramos escuchado eso antes. –soltó Rosalie. Respire hondo y me hice el que no escuche nada.

-                     Como te atreves a decir eso, el tenia planes de pasar su vida junto a ti, hasta que tu lo traicionaste. No viste en que estado estaban Bella y Emmett cuando los conocí, parecían vacios de todo sentimiento que no sea tristeza, y tu eres una de las causantes de su dolor asi que mide muy bien tus palabras. –me defendió Tanya, Rosalie quedo con los ojos abiertos como platos y con la boca en forma de “o”.

-                     Vamos Tanya, no me importan estos comentarios, tu sabes cual es mi prioridad ahora. –trate de calmarla.

-                     Claro Em, lo siento me agarro desapercibida. –me sonrió arrepentida.

-                     Alice, Jasper realmente lo siento, en ningún momento fue mi intención hacerles este desplante. –me sentía tan mal con ellos.

-                     Tranquilo Emmett, lo entendemos perfectamente. –me aseguro Jasper dándome la mana, Alice en cabio se me tiro en brazos y me dio un fuerte abrazo.

-                     Mándale todos mis saludo a Bella y dile que mi amor por ella es mas fuerte que nunca, que cuente con nosotros para lo que necesite. –ofreció.

En ese instante llegaron mis padres, nos despedimos del resto de forma muy superficial y nos marchamos a preparar todo.

-                     Estas segura que no quieres ir a ver como esta la salud de tu única nieta? Que prefieres quedarte a hacer sociedad en este estúpido pueblo? –pregunto papa a mama.

-                     Charlie no es quedarme a hacer sociedad, a la niña solo la han internado por las dudas, no es que tenga nada grave. –se defendió mi madre.

-                     Y el hecho de que tu hija se este volviendo loca en estos instantes tampoco es grave. –dijo mi padre sarcásticamente. Lo cierto es que en este tema pensábamos igual.

-                     Son situaciones que vienen de la mano con ser madre, solo queda aprender a superarlas. –ese comentario casi me hace estallar la cabeza.

-                     Se dejan de discutir en este instante, a mi si me importa la salud de mi sobrina y con sus comentarios la único que hacen es ponerme peor. –dije.

-                     Como te atreves a hablar asi a tu madre. –me regaño Renee.

-                     El tiene razón, esta discusión la seguiremos luego, en privado. –sentencio Charlie.

Llegamos al aeropuerto y embarcamos de inmediato. Mi único consuelo en estos momentos era que en unas horas estaría con Bella.