Hogar ¿Dulce? hogar

Conducíamos a casa mientras Nessie me mostraba el resumen de lo que pasó en nuestra ausencia:

Las cazas con Jacob (mas bien competencias por quien atrapa al ciervo mas grande como siempre, son taaan infantiles)

Alice vistiéndola de Princesa (y vaya que parecía una princesa, hasta con tiara. Espero que la haya fotografiado, se veía tan encantadora)

Rose maquillándola y jugando con sus enormes tacos (a ella no pareció importarle que algunos se rompieran, de hecho se reía)

Esme alejándola de vez en cuando de Emmett (obviamente, ¿Cómo se le ocurría enseñarle a mi pequeña a andar en cuatriciclo cuando aún es una bebe?)

Carlisle llevándola a su trabajo… aguarden, ¿Llevándola a su trabajo? Carlisle… ¿Llevó a mi hija con humanos? ¿Debería preocuparme?

- ¿Carlisle, llevaste a mi hija a tu trabajo?

Se encogió de hombros

- Si. Pero de antemano te digo que no pasó nada. De todos modos ella ya te lo mostró. Fue… interesante.

Mmm… eso pudo resultar mal, pero… es Carlisle ¿No? No dejaría que nadie salga herido.

- Ah, ok

Se alivió

- ¿Pensaste que me enojaría?

- A decir verdad… si

Me reí de él.

- ¿Tan mala soy?

- No cariño pero tu temperamento es muy inestable

- Y eso quiere decir… - se confundió Ness

- Que tu mami se enoja fácilmente – le respondió

- ¡Eso no es verdad! Mami no se enoja conmigo. Es la mejooor mama del mundo – me defendió

Sonreí de oreja a oreja y abracé a mi princesita.

- Por favor Ness, eres su hija. Ella te ama y no es capaz de enojarse

- Pero me porto bien

Carlisle se aclaró la garganta.

¡Oye! Mi hija es un angelito

- Tu papá es peor Nessie

- ¡Hey! – reclamó mi amado

- No puedes negarlo. Esos ojos achocolatados te vuelven loco, no puedes reprenderla. Le festejas hasta cuando no se comporta.

El rodeo los ojos.

Bueno... algo de cierto tiene, pero… ¡Por favor, ella es su pequeño milagrito! Y… ¡si, adora sus ojos porque le recuerdan a mi! ¡Esa niña es irresistible! ¡Solo mírenla, parece un hermoso y angelical querubín! ¿¡Quien en su sano juicio se atrevería a reñirla!

- Que extraño – oí murmurar a Edward cuando aparcamos en casa

- ¿Qué Edward?

- Es que… - frunció el ceño – la mente de Emmett.. dijo ya llegan y la bloqueó. El está... haciendo sumas, ridículas sumas y ahora ¿cantando? Generalmente piensa en Rose y en su… - miró a Renesmee y se volteó hacia mi – tu sabes.

- ¿Qué está cantando?

- I'm to sexy – dijo burlonamente

¡Hmm! Típico de Emmett

- Está ocultándome algo – afirmó – Carlisle ¿sabes algo que yo no?

- A estas alturas, hijo, creo que no

- Extraño ¡Aún mas extraño! – parecía haberse vuelto loco – es que los demás también me bloquean.

Era realmente extraño y alarmante.

¿Y si Alice tuvo una visión de algo peligroso? ¿Y si venían los Volturis? ¿Y si venían por mi Nessie? ¡Oh, por Dios! ¡Con cualquiera menos con ella!

¡Que voy a hacer, que voy a hacer! ¡No pueden quitármela!

¡No, de ninguna manera! Yo…

Un momento… si Emmett bloqueaba su mente primero, y luego se le unieron los chicos… entonces…

¡Agh! ¡Emmett!

¡Como pude haberlo olvidado! En la carta decía que tenía otra sorpresa para nuestro regreso. ¡Es que me saca de quicio!

- Creo que se lo que es – dije en un suspiro

Alejé mi escudo para que pudiese leer mi mente y averiguarlo por si mismo. Le recordé la carta y gruñó

- Mierda, como no lo pensé

Abrí los ojos como platos. No es que nunca haya hablado así pero estábamos con Renesmee.

- Lo siento – se disculpó llevándose una mano a su boca.

Seguí con el recuerdo, cada letra, cada palabra, cuando me llevó a la habitación y…

Bloquee de nuevo mi mente, el me miró con su sonrisa torcida que tanto me gustaba y con sus dorados ojos lujuriosos. Si hubiera podido sonrojarme lo haría. Moría de vergüenza. ¿Y quien no en mi lugar?

Aunque lo único que importaba ahora era esa maldita sorpresa

Entré sigilosamente o mas bien con miedo de lo que llegaríamos a encontrar.

- ¿Emmett? – murmuré – Emmett

No respondió y eso fue peor porque mi desesperación y nerviosismo se iba incrementando segundo por segundo, mientras que Edward seguía afuera con Nessie y las maletas:

Papi quiero llevar una

No Ness, están pesadas

¡Pero quiero una!

Cielo, ya te dije que están pesadas

¡Que si puedo!

Vamos princesa

¡Nada Edward!

Ay mi hija… cada vez que se enojaba con su padre le llamaba por su nombre.

Renesmee te dije que no me llamaras Edward

Pues ese es tu nombre

Pero soy tu padre

Y bla, bla, bla…

- Bella deja de ignorarme, no desvíes el tema – escuché a Emmett desde mi habitación – ven a ver la sorpresa

- Emmett déjate de juegos – hablé al aire

- Llama a Edward

No le hice caso y subí de inmediato

Cuando entré lo divisé sentado sobre un piano ¿De donde lo sacó? Tal vez era un regalo para mi, digo... por lo rosa.

- ¿Lo reconoces Bellita?

¿Debería? Al parecer es nuevo. Tenía una placa, con la marca y era…

¡Es el piano de mi esposo!

¡Y es… es…rosa! ¡Pintó el hermoso piano de rosa!

- Emmett, el va… a… matarte – dije entrecortadamente como pude

- Eso no es todo, mira – me tomó del brazo jalándome porque me quedé plantada en el suelo.

Al costado decía "Amo a los licántropos, en especial a Jacob" con letras elegantes negras.

Jadee, esto está mal, muy mal

- ¡EDWAAAAAARD! – grité como loca

Al segundo se asomó por la puerta

- Aquí estoy, sabes amor, estuve en la sala y no vi mi piano… - paró en el momento en que levantó la mirada para encontrarse con lo que estaba buscando.

Su cara pasó de confusión a pánico, de pánico a ira, de ira a tristeza, y luego otra vez ira.

Yo solo me quedé allí esperando que explotara.

Se agarró de los cabellos y daba gritos ahogados sin ningún sonido.

- Corre… - amenazó bajito

- Eso te enseñará que nadie me humilla públicamente. En especial con los Denali – respondió mi hermano

- VOY A MATARTE!

Y empezó a corretearlo por toda la casa intentando atraparlo.

Rose se apareció a mi lado.

- Edward no tuvo que haberlo humillado contándoles a los Denali sobre su pulseada. Debe ser devastador el que tu hermana pequeñita te gane en algo como eso, ¿no crees Bella?

Solo suspiré

- Bienvenida a casa – soltó con resignación

- Hogar, dulce hogar – dije

- ¿Dulce? – dudó Alice

- Eso me lo planteo todos los días. Es mas bien aterrador y raro, muy raro hogar.

Tanto tiempo... pero se me había olvidado la contraseña!

Ahora si! la proxima semana nuevo capítulo!