La respiración de Bella se torno corta y muy rápida. Edward sonrío como si su miedo le agradase mucho.
– Ve al colchón, mujer,y espera por mi - ordeno el.
Sophie, entretanto, no consiguió obedecer. Estaba muy ocupada intentando hacer llegar aire a sus pulmones Comienzo a arquearse y continuó hasta que Edward se alarmo.
- Que diablos está pasando? - preguntó el sacudiéndola levemente de los hombros.
Eso solo empeoro su estado. Ella no podía hacer nada excepto mirarlo fijamente . Antes de que el mareo la dominara, vio el rostro hermoso y terrible de su marido salirse de foco. Tambaleo y se sentíos levantada por los brazos fuertes y llevada a la cama.
- Por todos los santos! Como puedes respirar con ropa tan ajustada? - Edward preguntó buscando como a aflojar el vestido.
Enseguida se puso a masajearle las costillas.
Bella sintío el contacto de su mano caliente a través de la camisa. A pesar del as amenazas y de su propia desconfianza no lo hallo desagradable. Su pavor comienzo a disminuir. Para su sorpresa, encontró el ruido de la respiración de Edward , baja y rápida, relajante, mientras la punta de sus dedos tocaban su piel por encima de la camisa.
Abruptamente, se sintió tensa. Sentía su piel quemándose y una excitación indeseable la domino. Volvió a respirar con dificultad. Nicholas se aparto y se levantó de la cama .
Al volver, traía un jarro de cerveza en sus manos.
- Siéntate y bebe esto – le dijo el.
Ella obedeció y después de tomar unos tragos de la bebida, fue consciente de la proximidad de Edward sentado en la cama, irradiando calor.
- Estas mejor? Acostumbras a tener estas crisis? - el indago.
- No. Sólo cuando estoy... Raramente - Bella afirmo corrigiéndose a tiempo.
De ninguna manera dejaría que su marido saber cuando ella se sentía aterrorizada. El la miró fijamente pero ella desvío la mirada cuando elo se levantó de la cama.
- Perfecto. Espero no verte pero poseída por tales demonios.
Bella lo vio inclinarse hacia delante y poner su mano sobre su estómago antes de enderezar su cuerpo. El movimiento fue tan sutil que ella no lo hubiese notado si no estuviese observándolo de cerca. Su imbatible marido sufriría de algún mal?
La preocupación de Bella se evaporo cuando Edward volvió a fijar su mirada nuevamente con expresión cruel.
– Descansa. No quiero que mueras como tu tío traidor y me prives de mi venganza.
Salio del cuarto golpeando la puerta y Bella sintió un tensión en su pecho que nada había que ver con su problema respiratorio.
Se levantó a dejar el jarro apoyándolo sobre un Alcon al lado de la cama. Acabo de desvestirse y doble el vestido cuidadosamente. Después, se recostó sobre colchón cubriéndose con un una manta de piel.
Acostumbrada a dormir con otras mujeres compartiendo una habitación , hallo extraño el aposento vacío y silencioso. LAs brasas de la chimenea irradiaban calor , Bella comenzó a darse cuenta cuanto pero acogedora era su nueva cama comparada con el duro catre duro del convento. Tampoco debería levantarse a medianoche para rezar arrodillada en el piso de piedra de la capilla.
Volterran, por otro lado, ofrecía peligros inexistentes en el convento. Tal vez esa noche, su marido la dejase en paz y ella pudiese dormir un sueño reparador. Pero existían muchas noches por vivir y Bella sabia que el misterioso sirio no aparecería pero para tranquilizarla.
De repente, recordó el masaje en las costilla, rítmico , reconfortante y algo mas.
Una sensación curiosa y desconocida la domino.
Exasperada, Bella se dio vuelta y maldijo su propia flaqueza. Sin duda no estaba sucumbiendo al las manos de su marido. Ni el mismo rostro viril debería atraerla. No podía olvidarse del demonio que el apaleaba en su corazón. Edward la había tratado bien por unos breves momentos , sin embrago, ella conocía la pasión que lo dominaba. La había visto en los ojos cenicientos y la había oído de los labios de el .
La única preocupación de su marido era la venganza.
La claridad del amanecer ya se filtraba por las cortinas cuando Edward se levantó y se paro junto al colchón de Bella. Ella estaba acurrucada como una niña y había una de sus manos debajo de la almohada . Aun Dorinda, ella parecía mucho mas joven. Su rostro, casi siempre marcado por la furia del orgullo, estaba sereno, su piel casi luminosa, parecía real y accesible a causa de sus pecas.
Edward raramente había la oportunidad de estudiar a esta mujer sin ser observado y, sin saber por que, sentía la necesidad de hacerlo . Ella era excelsa como un vino fino de uvas raras sazonado con hierbas especiales.
Debajo de sus velos, las mujeres del lejano este eran misteriosas y exóticas, pero Bella.. Ella relucía como un rubí entre las piedras inferiores, pero embriagadora que la pero ardiente residente de un harem y pero vibrante que sus pálidas hermanas de Inglaterra .
Los años transcurridos observando imparcialmente a estas mujeres llevaban a
Edward a reconocer tales cosas, aunque el no les daba importancia. Lo esencial era descubrir las flaquezas del enemigo. Y eso era lo que sin duda haría , . Recorrió con los ojos su silueta y paro en un hombro descubierto. No era anguloso ni gordo, pero bien presentaba una curva graciosa y tentadora.
También había pecas , verifico Edward sintiendo su sangre agitarse.
Deprisa, desvío su mirada y reparo en unos rizos sedosos que se habían escapado de la trenza y enmarcaban su bello rostro . Con su corazón galopando, Edward tuvo ganas de maldecirlos. Las hebras café de su cabello relucía como flama que lo atraían irresistiblemente.
Giró de costado e intento concentrarse en el odio alimentado hacia tanto tiempo y en que podría hacer ahora que la venganza estaba a su alcance. No había formulado un plan, sintiendo placer apenas con promesas de la imaginación.
En un principio , había pensado en encérala en la torre del castillo de su tío, donde el desgraciado mantuviera a su esposa hasta que esta murió. Pero en viaje de regreso del convento, cambio de idea. Bella era muy audaz y experta para estar lejos de los dos ojos de el y, muy orgullosa. Por otro lado ella no se quebraría con la reclusión. Precisaba encontrar otro medio para ejecutar la venganza.
Sin darse cuenta, Edward miró hacia la cama. Al volver a su cuarto esa noche, se había sorprendido de encontrar a Bella durmiendo en el colchón del suelo. Por un largo rato , se quedo parado en el medio del aposento, dominado por sensaciones extrañas como alivio, rabia, in tentación...
Rápidamente, se dio vuelta para evitar tal invasión de sensaciones . Todo no pasaba de ser una ilusión provocada por las sombras de la noche y por el perfume de mujer. No toleraría eso.
Sin mirar atrás, abandono su cuarto. Además de precisar recorrer sus tierras, sentía una necesidad urgente de poner distancia entre el y esa mujer de cabellos flameantes.
Bella se descerca con un golpe en la puerta. Se había quedado dormida? Las monjas la estarían esperando y la abadesa se enojaría con su atraso. Pero estaba tan acogedor allí...
-Lady Isabella? Señora está ahí?
En el mismo instante, ella se sentó y miró a su alrededor. La habitación de el.
Para su alivio , la cama grande estaba vacía. No le gustaba saber que su marido andaba por el aposento mientras ella dormía. Estremecida dio la orden para que Esme entrara. La compañía de la buena mujer le levantó un poco el espíritu .
- Oiga, Le traje vino caliente, mi señora. Por que está echada en el suelo ? Pero por el amor de Dios, comenzó a desconfiar de lord Edward. El totalmente era un cabeza dura.
El día comenzó y continuó con paso lento. Aunque Esme hubiese llamado a una moza para ayudarla, Bella insistió en coser ella también. Apresuradas, arreglaban un nuevo vestido pero presentable, usando prendas viejas de Alice
Trabajaban en otro fantástico aposento del castillo. Estaba bien iluminado, pues había muchas ventanas . Estaba lleno de muebles bonitos , alfombras y tapices. Bella mal podía concentrarse en la costura con lo encantada que estaba con el ambiente.
Terminaron el vestido que era una nueva creación. Que bien que se sentía el suave ruedo rozándoles las zapatillas
Jamás había usado algo tan fino. Leyendo sus pensamientos, Esme sonrío.
- Espere a ver las telas que lord Edward trajo del leste. La señora se va vestir con gran elegancia. No le parece que su casamiento tiene algunas ventajas?
Bella sonrío, pero no dijo nada. Las Ropas bonitas no compensarían la venganza de Edward. Había estado tan distraída que no había pensado en el. Mientras tanto, su marido estaba cercano como una araña tejiendo una tela para atraparla.
Sus pensamientos tristes fueron interrumpidos por la llegada de Ben, el criado que la había tratado bien. Sonriendo, el dijo:
- Lady, Isabella, le pido unos pocos momentos de su tiempo. El cocinero quiere saber si desea algo especial para la fiesta de esta noche.
Que fiesta seria aquella? Seria algún feriado?
- Mi señora ha estado muy ocupada para cuidar de ese asunto, pero ahora lo va a hacer . Vamos a ver que platos están siendo preparados? - sugeríos Esme
Medio confusa, Bella se dejo llevar por Ben hasta la ajetreada cocina al lado del gran salón. Allí , ella conoció a Tancred, el cocinero, un hombre capaz de supervisar las múltiples actividades en su dominio. Nunca había visto una operación a tan larga escala, Bella miró perpleja.
Había una cantidad inmensa de alimentos: venado, conejo, cerdo, pescado, paloma, garbanzos, panes de varios tipos y tartas rellenas con frutas.
- Y para mi señor, tengo un manjar especial hecho con trigo y leche. A El no le gusta nada con especies -Tancred explicó.
Bella hallo extraño ese paladar para un hombre que había vivido en el este.
Pero su pensamiento fue desviado por un acceso de tos a su costado. Giró y vio un muchachito tosiendo mientras avivaba el fuego. Aproximándose le preguntó:
- Estás con esa tos hace mucho tiempo?
- No, mi señora, pero el pecho me duele mucho.
– Lo Imagino. Quien se ocupa de los remedios aquí? - Bella preguntó a Osborn.
- Nadie desde que lady Alice se fue. La señora entiende de esas artes? - indago el criado, animado.
- Un poco - respondió ella que, en el convento, cuidaba de las plantas medicinales.
- Ah, eso es muy bueno , mi señora. Precisamos mucho de su habilidad – comentó Ben, encantado.
Con la ayuda de el, Sophie preparo un remedio para el niño . Verifico las reserva h de hierbas que precisaban ser renovadas con un urgencia.
- Me gustaría ver las plantas allá afuera - dijo.
Prontamente, el criado la llevo a través de una puerta baja que daba a la huerta. Dejándola sola se volvió a la cocina.
Satisfecha por estar sola, Bella recorrió con sus ojos los canteros.
Desgraciadamente, las plantas no usadas en la cocina estaban abandonadas. Sin duda, nadie conocía su valor.
La tarde estaba soleada y soplaba una brisa suave. Envuelta en la tranquilidad del lugar, Bella sonrío y se subió las mangas del vestido . Iba a trabajar.
Apreciando la privacidad inesperada y distraída por la actividad, ella perdió la noción del tiempo. Sólo cuando el sol descendía en el horizonte, se vio bruscamente traída a la realidad por un grito terrible que venia del castillo.
- Adonde?
Bella erguíos su cabeza y miró hacia la puerta de la cocina. En el instante siguiente, su marido surgía seguido por un soldado.
- Por que la dejo salir? No le ordene que la vigilase? - Edward indago con una voz exasperada.
– Eso era antes, lord. El señor no dijo nada sobre el día de hoy - protesto el soldado.
– Vuelva a sus deberes! - Edward dijo con los dientes apretados , negándose a admitir su propio error.
Típico de una criatura arrogante, pensó Bella. En un tono amenazador, su marido le preguntó:
- Que piensas que estas haciendo?
- Trabajando. - respondió ella.
- Que!
- Me obstes. Estoy trabajando. .
- Como? - espeto el.
Finalmente, Bella se levantó y, furiosa, grito:
- Estoy cuidando las plantas. Vos SOS ciego o sordo? Por un instante, ella pensó que su marido la golpearía, pero el permaneció inmóvil.
- No, oí muy bien ,pero quien tiene que prestar atención SOS vos .No tienes permiso para trabajar en la huerta, ni para preparar remedios o infectar mi cocina con tu presencia. Fui claro señora ?
Bella ya iba a protestar pero Edward se aproximó en actitud amenazadora. Ella retrocedió y tropezó con una raíz, cayendo sobre su traste, con Orly vestido levantado y las piernas expuestas. Con ojos agrandados, Bella lo vio inclinarse sobre ella. Bajo la expresión fría, el odio brillaba. – Ve al cuarto inmediatamente - ordeno el, yéndose sin ayudarla a levantarse.
Afirmándose en sus manos, Bella se erguíos y limpio la tierra del vestido. En seguida, paso por al lado de Edward rumbo a la cocina.
Allí encontró a los criados boquiabiertos, pero rehusándose a sentirse avergonzada , mantuvo la cabeza erguida. Un hombre bien vestido se aproximó a su marido.
- Pero mi señor, a que se debe la fiesta de hoy a la noche? Bella intento salir de allí deprisa, pero su marido la tomo del brazo.
- Que fiesta? - preguntó el como un demonio aterrador.
- Era para festejar su casamiento.
Sentado ala cabecera de la mesa, Edward probo el manjar de leche y trigo.
Hacia lo posible para ignorar la alegría reinante. Finalmente había dado permiso para un refrigerio especial. A pesar de no dar importancia a la opinión de las personas, no vio motivo para castigarlos por causa de los errores de su mujer.
Pero luego el dejaría en claro que Bella no debía ser tratada con deferencia, ni por la mismo entrometida de Esme.
Bella! Cuando no la encontraba había perdido el control. Como un loco y gritando, recorrió el castillo buscándola, sin importarle la perplejidad con que lo miraban las personas a su alrededor . Podía oír a su padre censurándolo: Un Cullen jamás levanta la voz.
Juntando pedazos de informaciones, Edward descubrió que Bella había estado en la cocina preparado un remedio para un niño y sin compañía había salido a la huerta.
Cuando finalmente la encontró, había sufrido un impacto como el de un gran golpe en el pecho. Lo invadió una mezcla de emociones tales como alivio, satisfacción y frustración creciente.
Aborreció verla arrodillada en la tierra como una campesina. No le había dado permiso para administrar remedios o para arruinarse las manos con la jardinería. Entonces, Bella lo había enfrentado desencadenándole una furia jamás sentida. Sin querer se le había aproximado y la había asustado. Al retroceder ella cayo hacia atrás dejando a la vista sus piernas bien torneadas.
El sentíos ganas de tocarlas, de caer sobre su mujer y aferrarle los cabellos.
El recuerdo de la escena lo enojaba. Su mente estaba ida y el se sentía fuera de control. Y ella era la culpable. A pesar de haberse alegrado con la existencia de la sobrina de James, admitía que Bella no era a criatura débil, cobarde o maleable como el la había imagina a causa de su educación en el convento.
Ella tampoco era fea ni vieja, pensó al verla enfrentarlo con la mirada . Con una audacia inesperada, su mujer levantó la copa para brindar y a continuación bebió hasta vaciarla.
Edward supuso que ella ya había bebido mucho vino. Sus ojos cafés revelaban una imprudencia bien diferente de la habitual expresión de desafío. La idea de que aquella jovencita estuviera ebria, le acelero el pulso, pero el no comprendió por que.
Mantuvo una mirada desconfiada sobre ella. No esperaba que Bella hiciese algo improperio delante de los moradores del castillo. Pero aun, ella mostraba ser una valiente nata, pues enfrentaba a las personas sin miedo.
El vestido no era adecuado. Además de ser obvio que se trataba de una prenda reformada, el trabajo en la huerta lo había ensuciado. Edward frunció el entrecejo. Que tipo de mujer removería la tierra sin importarle su ropa? Una monja o una novicia- que no precisase preocuparse de su hábito negro, pensó el horrorizado.
Edward la imagino envuelta en las sedas traídas del este, en varios tonos de azul y de verde. Este último color seria mejor. Resaltaría sus ojos.
Y Café? Bella quedaría hermosa con una tiara con incrustaciones de esas piedras raras.
El le había dicho a Esme que no le pusiera una toca a su mujer. Entonces, ella había prendido sus cabellos y los cubrió con una chalina dorada. De repente, sentíos ganas de verlos sueltos. Sorprendido, desvío la mirada de Bella.
Hacia algunos años que el se concentraba en un único objetivo. Y ahora que estaba a su alcance el propio instrumento de la venganza comenzaba embarullarse los planes. Delirios. Edward trataba de dominarlo pero la disciplina fallaba, desgastada por la heredera de James y por el constante dolor de estómago.
El vencería, lo juro. Miró a su esposa y vio que ella lo miraba con aire curioso. Seria ella capaz de leerle los pensamientos? AL observar su belleza, las personas a su alrededor y el barullo desaparecían. Hasta el aire parecía haberse detenido para revelar a Bella como el centro del mundo.
Desconfiados, los ojos color Café lo encaraban. El noto el color encantador de sus pestañas y la curva graciosa de sus cejas. Tuvo la impresión de que ella lo esperaba al final de un túnel. Bastaría con dar unos pasos en su dirección.
- Que dice, mi señor? LA voz del administrador sacó a Edward del trance. Sacudió un poco la cabeza y percibió la realidad del ambiente. Bella no estaba colocada como un premio al final de la jornada, sino que estaba sentada a la mesa al alcance de el. La expresión de los ojos café era de indignación
- Y entonces? - insistió el administrador a Edward maldiciendo su falta de atención.
La música había terminado y las personas pedían jugar al "O Ciego Encapuchado". La confusión de Bella era evidente. El se dio cuenta que en el convento ella no tuvo la oportunidad de aprender tales cosas. Se Inclino hacia ella y sintío su perfume. Asustada ella se aparto.
– Es nada más que un juego. La persona con una capucha en la cabeza tiene que encontrar a otra persona -le explicó el.
- Pero ellos hablan de una prenda, de dar un beso - dijo Bella.
- No se preocupe, muchachita . Ninguno la tocara excepto yo.
La promesa la tranquilizo y el sonrio satisfecho.
Levantando la mano al aire, Edward dio permiso para el juego. Se vio obligado a ponerse de pie , pues un anciano caballero lo tomaba por el brazo.
- Que tal si nuestro amo y señor encontrarse a su esposa?
Demasiado Tarde, se dio cuenta Edward del precio de su falta de atención. No hubiese aprobado la prenda si hubiese sabido que iba a participar del juego. Algunas mujeres ya forzaban a Bella para que se levantase y una capucha era puesta sobre la cabeza de Edward . Fue llevado al centro del salón donde lo hicieron girar varias veces.
A pesar do vino ingerido, Edward no se desoriento y comenzó a buscar. Ignorando las risas de las mozas que eran empujadas contra el, Edward se movía buscando un perfume conocido. Al sentirlo pensó en las flores del campo, en pecas y cabellos flameantes. A pesar de que una moza intercepto sus pasos, el se desvío y en instantes, tomó a Bella en sus brazos.
Los aplausos hicieron eco en el aire y el, impaciente, tiro de la capucha. Admiró a la criatura alta, elegante, de piel sedosa y curvas graciosas. Los ojos café expresaban aturdimiento..
-
La prenda! Un beso, mi señor! - gritaban las personas.
La primera reacción de Edward fue no atender al pedido. Mas estaba al frente a Bella con rostro colorado y los labios entreabiertos como si esperasen ser tocados por los de el y entonces hallo natural satisfacer la voluntad de las personas . Bajo su cabeza.
Rozo sus labios con los suyos sin la intención de prologar el contacto, pero este fue tan excitante que el aumento la presión. Con una receptividad sorprendente, Bella abrió pero la boca y la lengua de el la penetro.
Caliente. Poderosa. Edward la puso contra su pecho y ella no protesto . Ella lo tomo por el cuello. Sus dedos le acariciaban la nuca y sus senos se apretaban contra el mientras Bella le tocaba la lengua con la suya. Impaciente y ansioso, Edward recorría el cuerpo femenino con sus manos hasta que un barullo ensordecedor, lo hizo levantar la cabeza.
- Dios salve a lord y lady de Culle! Que su descendencia prospere para siempre! - los habitantes del castillo gritaban.
Descendencia? Edward dio un paso atrás y retiró sus manos del cuerpo de Bella como si este le quemase! Y en verdad ella se sentía como si hubiese caminado sobre fuego. Trémulo, intento recomponer la compostura pero las aclamaciones continuaban.
hola !!! q tal el capi? es de sus agrado¡??'
ha ya se diero su primer beso, cambiara en algo las cosas y viero los cambio de setimiento de edward, buehhhhhhh eso los veremos en los prox, capi,
P.D voy a doptar tre historia de la autora :belly bells cullen- salvatore, por motivos personales no la puede continuar y yo tengo el permiso para continaurla esta son:
Halloween:bella swam es un achica que a sus 15 años sufrió una terrible tragedia en halloween: un asesino la quiso matar. Ella fue la única sobreviviente de 4 asesinatos esa misma noche por la misma persona. El halloween siguiente su pasado regresara, pero, un hermoso vampiro de ojos dorados la querrá salvar
No todo se olvida con el tiempo: Ambientado luego de luna nueva. Bella encontró la peor forma de convertirse en vampiro; solo dos palabras: Los Volturi.
Es que ya tu no me quieres: situado en luna nueva cuando edward deja bella sola el en bosque y el tenia razon hay muchas otra cosa peligrosa ese mismo bosque.
Esta historia estara en mi cuenta de fanfition :nyleve cullen por horita no se si la subiere a esta pag. y cuando la monte le estare avisando cuando la subas por que horita esta en pceso y ninguna esta en mi cuenta todavia.
y solo me queda desarle una FELIZ NAVIDAD, HAPPT BIRTHDAY, BUON NATALE, JOYEUX NOËL, 聖誕快樂, FELIZ NATAL
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