—¿Edward?
Edward reconoció su nombre,pero no se preocupó en prestarle atención.
—¡Eres tú!¿Qué estás haciendo aquí?
La pregunta era como una mosca irritante que zumbaba alrededor de su oreja y Edward habría sido feliz de hacer caso omiso de ella,pero Bella se separó de él para dirigirse al hablante.Suspirando,dobló también y miró a la morena bajita que los enfrentaba.Quedó tan pasmado al ver su hermana Alice,que tardó un momento en responder.
—¿Bien?—exigió impacientemente.
—¿Qué estás haciendo tú aquí?—contestó.
—Compras.
Alice dio una sacudida a la media docena de bolsas que sujetaba y luego levantó una ceja.
—Estamos haciendo la misma cosa,—respondió rápidamente a la pregunta.
Su hermana echó un vistazo hacia sus manos vacías y luego sonrió a Bella.
—Hola,soy su hermana Alice.¿Y tú eres?
—Bella—respondió despacio,su mirada cambiando de Alice a Edward.
— ¡Oh!,qué nombre tan encantador,—dijo su hermana y luego añadió con su franqueza acostumbrada—¿Puedo llamarte Bells?
—Muchas personas lo hacen,—estuvo de acuerdo Bella,su sonrisa se veía más natural.
—Bien.—Alice regresó a Edward—.¿Y?¿Qué estás haciendo aquí?Dijiste que ibas a estar en Italia esta semana.
—Mi vuelo fue cancelado,—espetó Edward—.Cuando traté de reprogramarlo,no podía conseguir ningún otro hasta el miércoles así que sólo cancelé el viaje.
—Uh…¡eh!—parecía que Alice le creía—.Y tú no me llamaste,porque…
Cuando Edward miró a su hermana sin comprender,Bella respondió por él.
—Eso fue probablemente mi culpa,Alice.Lo he mantenido ocupado en una cosa u otra durante el último par de días.
Edward se ahogó ante su elección de palabras.Había sido literalmente atado.
—¿De verdad?
Alice estaba sonriendo radiantemente.Una casamentera nata,obviamente olfateaba un romance.
Bella sólo sonrió y luego dijo:
—Los dejaré solos para que hablen mientras visito el servicio de damas.¿Me disculpan?
Edward la observó alejarse y dobló de mala gana nuevamente a su hermana.
—¿Así que te hicieron caer?—dijo Alice inmediatamente.
—¿Caer dónde?—preguntó Edward mientras lo asaltaba un repentino presentimiento.Su hermana lo tenía en sus garras.
Ella lanzó un suspiro de disgusto y luego le tendió bruscamente sus bolsas de compras.
—Toma,encuentra un asiento en el patio de comidas y cuida éstas.Repentinamente tengo que visitar también el servicio de damas.
—No,Alice,sólo…mierda,—murmuró entre dientes cuando ella fue rápidamente tras Bella.Su hermana se pegaría a Bella como lapa,haciéndole preguntas e impidiéndole comer,a menos que se alimentara de Alice.Edward parpadeó en la posibilidad.Le gustaba bastante la idea.Lo cual probablemente fuera algo malo,se dio cuenta.Agitando su cabeza,dobló y entró en el patio de comidas para encontrar una mesa vacía.
El patio de comidas estaba ocupado,pero Edward encontró una mesa vacía al final y puso en ella las bolsas de su hermana.Tomó asiento y echó un vistazo hacia los baños para ver a Bella y su hermana salir.
—Bien,debemos tomar un café,—dijo Alice dijo alegremente mientras alcanzaba la mesa.
—¡Oh!,no podemos,pero gracias,Alice—Edward dijo rápidamente.
—No seas absurdo,por supuesto que puedes.Pregunté y Bells dijo que no tenías ningún plan.
Echó un vistazo a Bella para verla ofrecerle una mueca arrepentida,pero estaba más interesado por su palidez.Obviamente—como había temido—no se las había arreglado para comer de su hermana para salir del paso.Edward regresó a su hermana.
—Sí,pero…
—No aceptaré un no por una respuesta.Te quedarás a tomar el café conmigo,¿tú no Bells?
Bella sonrió.
—¿Ves?—dijo Alice,tomando eso como uno sí—.¡Vamos!Edward,puedes ayudarme a conseguir el café mientras Bells cuida las bolsas y descansa.La pobre muchacha parece lista para caer.
Edward echó un vistazo de una mujer a la otra.Cuando Bella le dio una mirada comprensiva y le hizo señas de que lo hiciera,suspiró y se puso de pie para seguir a Alice.
—Es bonita,—dijo Alice cuando lo llevaba a una cafetería.
—Sí,—Edward dijo entre dientes.
—Sin embargo está muy pálida.¿Ha estado enferma recientemente?
—Eh…Gripe,—mintió Edward.
—Ah,claro.
Alice asintió con la cabeza seriamente cuando la persona en frente de ellos recibió su orden y arrancó.Caminó hasta el mostrador y pidió un capuchino y una medialuna de chocolate,luego se dirigió a él.
—¿Qué bebe Bella?¿Le gusta el capuchino?
Edward la miró sin comprender y entonces admitió:
—No traigo dinero conmigo.
Alice lo miró atentamente.
—¿Qué?
—Olvidé mi billetera—era la verdad,pero eso le dio una idea y agregó:
—En realidad,tal vez es bueno que haya tropezado contigo.¿Crees que podrías prestarme un poco de dinero por uno o dos días?
—Sí—abrió su billetera—.¿Cuánto quieres?
Edward vaciló.No habían sido capaces de ir a un hotel porque no tenían dinero,habían planeado por eso pedirle a Tanya un lugar dónde quedarse.Pero no podían encontrar a Tanya…no sería ningún problema si pudieran alojarse en un hotel.Tomando una amplia bocanada de aire,preguntó:
—¿Podrías prestarme un par de cientos?
La cabeza de Alice se sacudió hacia arriba con sorpresa,pero luego de un momento asintió con la cabeza despacio.
—Tendré que buscar un cajero para prestarte esa cantidad.Pasaremos por uno después de que tomemos nuestro café.Pagaré las bebidas.
Edward suspiró cuando regresó al mostrador y pidió dos capuchinos más y otras dos medialunas de chocolate.Pagó la orden y luego dobló para echarle un vistazo mientras esperaban que les entregaran su orden.
—Por cierto,¿desde hace cuánto tiempo conoces a Bella?
—No mucho tiempo—Edward dijo con evasivas.
—Le pregunté qué hacía y dijo que trabaja en el refugio.
—Sí.Trabajo social.
—Mmm.—sonrió Alice—.El trabajo social,la psicología,están muy cerca.Ustedes dos deben tener muchas cosas en común.
—Uh…Sí.—dijo Edward cautelosamente y luego agregó al ver que su orden estaba sobre el mostrador—.Aquí están.
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