Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 149984
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

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Capítulo 44: Cuento de hadas

Hoy nos daban el alta en el hospital, después de dos días mi hermoso hijo y yo podríamos volver a casa. Estaba tan maravilladla con mi lindo bebe, después de nacer Lydia nunca imagine volver a sentirme tan feliz, pero Edward, junto a mi hija me demostraron lo equivocada que estaba y ahora este bebe aumentaría aun mas nuestra felicidad, mi hermoso y tierno Jacobo.
En ese momento entro el médico seguido de Edward.
-    Lista para ir a casa Isabela? –me pregunto el Dr.
-    Claro que si Dr., los dos lo estamos. –dije refiriéndome a mi hijo y a mí.
-    En ese caso iré a firmar los papeles y te podrás ir de inmediato. Después debes regresar en un mes para que se te dé el alta y para el control del bebe, puedo recomendarles un pediatra si así lo quieren.
-    Gracias Dr. pero será atendido por el pediatra de nuestra hija. –le explico Ed.
-    Una decisión muy inteligente joven colega. –era tan gracioso ver cómo le hablaba. El Dr. se retiro y nos dejo solos. Edward cambio al pequeño Jake mientras yo me vestía. Lydia estaba con Alice, quien se encargo de cuidarla mientras Edward se quedo con nosotros en el hospital, a mi me pareció innecesario pero no fue inútil discutir al respecto.
Mi Ed se adelanto a salir con ambos bolsos en sus mano así podría esperarnos en la puerta con el auto, me llamo al celular cuando estuvo ahí y mi hijo y yo salimos a su encuentro. El camino a casa fue silencioso, Jake iba dormido y los dos estábamos complacidos disfrutando de la paz que nuestro hijo trasmitía, como si supiera que nos acercábamos se despertó cuando estábamos a una calle de nuestra casa.
Edward se bajo, me ayudo a salir, tomo los bolsos en una mano y con el otro brazo rodeo mi cintura. Una ricita se le escapo cuando estábamos por entrar a la casa, lo mire intrigado pero el solo negó con la cabeza. Abrió la puerta y me condujo en dirección a la sala.
-    Sorpresa!!! –ahí se encontraban Al, Jas, Esme, Carlisle, Lydia, Em, Rose, Ángela, Ben y para mi gran sorpresa mis padres, ambos. Jacobo miraba a todos atentamente, toda la familia y seres queridos se acercaron a saludarnos, yo aun no era capaz de decir ni una sola palabra.
-    Mi niña que feliz me siento, otro hermoso nieto, soy la abuela más afortunada del mundo. –obviamente esa fue Esme.
-    Gracias Esme, es muy importante para nosotros que estés hoy aquí, todos ustedes.
-    Que dulce eres Bella, a nosotros nos hace felices ver como la familia se agranda.
-    Es mi turno de saludar a mi sobri y a mi culi. –dijo Alice corriendo a sus padres.
-    Nos vimos ayer Al. –le recordé.
-    No me importa –dijo mirándome ofendida-. Como está el bebito de la tía? –le pregunto a Jake mientras le hacía caras graciosas-. Lo que me recuerda. –le pidió a Jasper una bolsa de la cual saco un enterito el cual tenía un estampado que rezaba “Soy de mi tía.”
-    Lo siento Bella. –dijo Jasper al ver mi cara incrédula.
-    Eso no es todo querida amiga… Lydia. –mi niña corrió a nuestro lado y Alice la hizo desprender su saquito, en su remera decía “De la tía mas fashion y cool del mundo.” Mi boca casi que tocaba el suelo.
-    Creo que te excediste. –la regaño Jasper bajito.
-    Alice porque mejor no vas a otra parte. –le pidió Edward.
-    Hermanita! –grito Emmett y me abrazo por los hombros ya que aun tenía a Jake en brazos- Por fin te ha salido un Swan. –dijo orgulloso, mi hijo era idéntico a mí, y yo que quería un Edward.
-    Un Cullen. –dijimos Ed y yo a la vez corrigiendo a Em.
-    Lo que digan, déjame tomar a este hermoso barón –se lo pase sin dudarlo-. Sabes quién te enseñara a jugar al futbol? –le pregunto mientras lo levantaba en el aire- El tío Em. –se respondió.
-    Bella, Edward, felicitaciones es un bebe hermoso. –nos felicito Rose dándonos un abrazo a cada uno.
-    Gracias Rose. –dijimos los dos a la vez y con eso se fue a jugar con Emmett y Jake.
Luego nos felicitaron Ángela y Ben, al igual que los demás nos expresaron su felicidad y fueron a ver a nuestro hijo que aun se encontraba con mi hermano.
-    Hijita! –dijo mi padre y me dio un fuerte abrazo- No sea dura con ella. –me pidió al oído antes de separarse, lo mire incrédula, como me podía pedir eso después de todas las cosas horribles que ella me dijo? Cuando Edward vio a mi madre acercarse a mi me abrazo por la cintura y me pego a él, obviamente a él tampoco le gustaba mucho la situación.
-    Bella, Edward felicitaciones, es un niño hermoso. –dijo Renee mirando el piso.
-    Si, lo sabemos, gracias. –mi padre me miro feo.
-    Bella, creo que debo disculparme por las cosas que dije.
-    Solo lo cree. –dijo Edward bajito pero los cuatro lo escuchamos, Renee no le hizo caso y siguió hablando.
-    Estaba molesta porque te alejaste de nosotros, a pesar de vivir en otro país al trabajar para nosotros siempre pude tener un poco controlada tu vida, al mudarte a otro continente, sin ni siquiera preguntarnos estabas quitándome ese control, y eso fue algo que no supe sobrellevar. –no entendía si se estaba disculpando o que, vi la misma expresión de duda en el rostro de Ed.
-    Bueno… -no estaba muy segura de que decir- no voy a decir que todo queda olvidado porque no es así, yo no soy un títere al que puedes mover a tu antojo, y todo lo que hice fue pensando en la felicidad de mi hija y la mía, por lo que no me arrepiento de nada.
-    No eres un títere Bella, pero eres mi hija y como tu madre tengo derecho a opinar en tu vida. –mi padre su aclaro la garganta, supuse que para hacerle notar que otra vez iba por el camino equivocado.
-    Creo que lo mejor será que vayamos a ver a Carlisle y Esme. –le dije a Ed, me estaba sintiendo muy incómoda con la conversación. Edward solo asintió y me condujo donde sus padres, que se encontraban alrededor de Emmett, el cual aun tenía en brazos a mi hijo.
-    Em creo que lo mejor será que lo dejes descansar un poso. –mi voz casi que sonó a suplica. El solo asintió con un puchero y me lo dio. Yo me aparte de los demás me senté en uno de los sillones y comencé a hacerlo dormir. Casi de inmediato Lydia de acomodo a mi lado.
-    Hola mami. –me dijo con su encantadora voz.
-    Hola mi amor, te enloqueció mucho Alice?
-    Ella se encargo de preparar la bienvenida mientras tío Jas y yo nos escondíamos en el cuarto de juegos. –no pude evitar reírme.
-    No está bien esconderse de los adultos amor, pero creo que si estas en casa y el adulto es tu tía Alice esconderse puede ser lo mejor. –en ese momento me dio por examinar la sala, en el ventanal habían puesto un cartel enorme que decía “Bienvenido a la familia Jacobo Cullen Swan” y también habían globos celestes y muñecos de felpa gigantes por toda la sala.
-    Te gusta? –me pregunto mi hija una vez termine de verlo todo.
-    Si, les quedo muy bonito, gracias corazón. –le di un beso en cada una de sus mejillas.
-    Que hacen mis tres soles? –pregunto Edward acercándose a nosotros, tomo a nuestra hija en brazos, se sentó a mi lado y la acomodo a ella en sus piernas.
-    Hablábamos de la decoración. –le explico Lydia.
-    Si que ha quedado hermosa, has ayudado?
-    Un poco.
-    Parece que Jake quedo rendido después de estar cinco minutos en brazos de Em, lo llevare a la cuna. –me iba a parar pero Ed me detuvo.
-    Mejor traigo la portátil así lo tenemos más cerca. –me sugirió, yo solo asentí. Se paro dejo a Lydia a mi lado y se fue escaleras arriba.
Llevamos la cuna de Jake a la cocina, yo lo quería tener cerca y visto que Alice planeo la bienvenida a la hora del almuerzo pero no planeo almuerzo, me tocaba cocina. Rose y Em se ofrecieron a ayudarme para así contarme todo lo que habían hecho en estos meses, resulta que Rose nunca había visitado Francia por lo que su dedicado novio le estaba dando un tour por todo el país y es las ciudades que a ella le gustaban se quedaban unos día, y tratándose de Francia todas las ciudades son hermosas.
En algún momento mientras me encontraba en la cocina mis padres se fueron, por un lado lo agradecí, hoy era un día para estar feliz, pero por otro me dio pena que no fueran capaces de pasar a despedirse de su nieto.
El almuerzo transcurrió entre bromas y anécdotas, una vez terminamos de comer Edward propuso un brindes.
-    Brindo por mi hermosa esposa, mi princesita tierna y mi príncipe adorado, por estas tres personas que desde que están en mi vida no has dejado de darme felicidad y amor. Te amo Bella Cullen. –no pude evitar derramar una lagrima ante tan lindas palabras.
-    Ya también te amo Eddy Cullen. –todos se rieron y Ed puso cara de fastidio por el sobrenombre pero se le paso enseguida y me dio un tierno beso en los labios.
-    Si me disculpan, yo también quiero brindar por mi hermosa prometida la futura señora Swan. –dijo Emmett. Todos comenzamos a felicitarlos y abrazarlos, Alice estaba como loca diciendo que organizaría otra boda.
-    Bueno creo que ya que todos estamos dando noticias nos toca a nosotros –dijo Jas abrazando a Alice y dejándonos a todos expectantes-. Pronto se sumara otro pequeñín a la familia, Al y yo estamos esperando un bebe. –a Esme casi le da algo, pero en cuanto se recupero los abrazo y empezó a hablar de lo lindo que sería su bebe y tener otro nieto, una vez Carlisle logro controlarla todos los felicitamos y abrazamos.
-    Mami eso quiere decir que tendré un primito? –pregunto mi hija emocionada.
-    Si mi amor. –le contesto Edward mientras la tomaba en brazos.
-    O primita. –agrego Alice que como es de esperarse quería tener una nena.
-    También ayudare a cuidar a su bebe. –les prometió mi hija.
-    Muchas gracias princesa. –le dijo Jas tiernamente.
La velada siguió aun más feliz, tanta felicidad era inimaginable para mi, veía a toda mi familia, riendo y disfrutando y sentía mi corazón hincharse cada vez mas.
Todos se fueron cerca de las ocho de la noche, había sido un día agotador y Edward y yo estábamos fundidos, Lydia se había quedado dormida en el sillón hacia ya un rato, yo tenía en brazos a Jake y Edward tomo a Lydia, la dejo en su cama mientras yo me dirigía a nuestra habitación con nuestra hijo.
-    Cuídalo un momento mientras me baño. –le pedí cuando se entro en la habitación.
-    Claro amor. –me dijo, pase a su lado le di un corto beso en los labios y seguí mi camino al baño.
Cuando salí me encontré a mis dos hombres favoritos jugando en la cama.
-    Estas hermosa. –me dijo Ed cuando me acerque a él, me abrazo por la cintura y deposito un beso en mi vientre ahora plano.
-    No exageres. –le dije avergonzada.
-    Sé que te compraste toda la ropa de cama azul a propósito. –me acuso, no pude evitar sonreír.
-    Es solo porque es en la que más te esmeras para quitar. –le explique.
-    Oye! No digas esas cosas delante de Jake! –me regaño, yo me reí y me senté en la cama con ellos.
-    Le daré de comer a ver si se duerme y de paso nosotros dormimos un poco. –tome a nuestro hijo en brazos y comencé a amamantarlo, Edward aprovecho para ir a ducharse también. Para cuando regreso Jake ya estaba dormido en su cuna, los primeros días dormiría en nuestro cuarto, y yo lo estaba esperando en la cama.
-    Hay a sido un gran día. –dijo mientras se acostaba. En cuanto entro a la cama nos abrazamos.
-    Si, de muchas sorpresas y noticias felices. –coincidí.
-    Nunca me imagine que Al fuera a tener hijos tan pronto, te la imaginas como madre?
-    A ella no, pero a Jas si y estoy segura que lo harán estupendo.
-    Yo también estoy seguro de eso. –me removí entre sus brazos para darle un beso en el cuello.
-    Ese beso? –pregunto con una hermosa sonrisa adornando su rostro.
-    Es de gratitud. –le explique.
-    Gratitud? –eso si no lo entendió.
-    Si, por hacerme la mujer más feliz del mundo.
-    En ese caso el que tiene que estar agradecido seria yo, no sería nada sin ti y nuestros hijos Bella.
-    Te amo Ed. –me volví a remover pero esta vez para besar sus labios.
-    Yo te amo a ti Bella. –me dijo una vez nos quedamos sin aire.
-    Nunca imagine que pudiera llegar a ser tan feliz. –le confesé.
-    Yo tampoco, pero sabes, seremos cada día más felices. –y con esa promesa cerro sus ojos. Dejándose llevar al mundo de los sueños entre los brazos del hombre que amaba y viviendo su cuento de hadas.

 

                                         ¡¡¡FIN!!!

 

Capítulo 43: Jacobo Cullen

 
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