-A que debemos su visita a este lado del océano?

-Lo mismo estábamos por preguntar Félix y yo, cuando encontramos tu rastro. Se supone que el clan Cullen tiene residencia permanente en Grecia ahora. No?

-Como si me lo fuera a creer, ahora resulta que cambiaron a Demetri por un san Bernardo.

-Al parecer no fuimos lo suficientemente%85 sutiles o cuidados -decía Félix, con ínsulas de superioridad, pero eran tantos de ellos que no me podía concentrar en todo lo que pensaban; por un momento creí que notarían mi nerviosismo por eso trato de mantener mi mejor cara.

-Noto efluvio humano en ti? Tal vez una chica? o mas bien tu ex-chica?

-Si, Jane. Como bien sabes mi familia se mezcla mucho con humanos aunque debo reconocer que Carlisle es quien saca la cara por nosotros. Y no se de quien hablas cuando dices "mi es-chica".

-Por que no vamos al punto. Dijo Félix.

-Si lo mismo digo ya me canse de seguir sus mentiras y leer la verdad en sus mentes -dije con tono irritado, lo que no me espere es que me gritaran su nombre una y otra vez todos al tiempo en sus mentes.

-Aro requiere de vuestra presencia en el castillo lo antes posible. ** A las buenas o a las malas** -me dijo Jane, lo ultimo solo lo pensó; su cara mostraba la sonrisa mas falsa de todas.

-Por supuesto y créanme que no esta en mis manos desobedecerle, mañana mismo tomo el primer vuelo a Europa... -no me dejo terminar.

-Mira Edward de aquí nos vamos con un ocupante de mas en el avión, si entiendes de que hablamos? Hay muchas investigaciones que hacer. Lo que menos queremos es que el secreto%85 pues deje de ser tan secreto -esta vez fue Félix quien tomo la palabra, invitándome a una pelea.

Podía ver como me despedazaba miembro por miembro en su mente y no era mi intención darle ese placer no cuando a unos pocos kilómetros la podían encontrar. Debía tratar de alejarlos. Su pensamientos me atormentaban, no solo era yo ahora Félix pensaba cuan placentero seria enterrar sus colmillos en el cuello de Isabella mientras yo miraba. Disfrutaba con el sufrimiento que esto causaría en mi. Por suerte dos pares de brazos tomaron mi cuerpo antes del ataque.

Mi padre tomo la palabra.

-Jane, Félix un gusto verles de nuevo. Les seguimos -dijo Carlisle mientras hacia una reverencia con la mano para que Jane dirigiera la marcha.

**-Edward en verdad no aprendes, te vieron con Bella cuando se estaban besando era lo que necesitaban para tenerlos a los dos bajo su poder** Me gritaba Alice en su pensamiento.

Como fui tan estúpido debí abandonarla... por su seguridad; estaba mejor cuando no la recordaba y ahora que se. Que voy a hacer para vivir lejos de ella si soy un adicto a su piel, su olor, sus besos. Como podré continuar sabiendo que existe el paraíso. Lo mejor seria hacer que los ancianos acaben con mi vida, le evitaría problemas a bella a mi familia...

**NO! Edward deja de pensar idioteces, ya veras como todo va mejor ahora que estamos todos. Y pase lo que pase no les lleves la contraria, tu crees que el que te maten significa que la dejaran en paz a ella; los ancianos se están cuestionando el porque tu no le oyes y que hace, por que se les pierde del radar por tanto tiempo.***

Decía Alice con miradas acusadoras.

**-Sabias que Demetri podría estar frente a ella y no la capta? La quieren Edward; y no se detendrían hasta tenerla bajo su poder. Si tú les sigues el juego por un tiempo tal vez seria diferente.***

**-No, -contesto a mi pregunta no formulada en voz alta-. El que decidas convertirla no haría ninguna diferencia a este punto; por si no ves estamos rodeados. No veo que en los próximos días este en peligro no te preocupes, ella estará bien.** moví mi cabeza hacia abajo en agradecimiento a Alice.

Ya en Volterra y con los concejos de mi hermana, me uní a la corte acatando las reglas y por suerte mi familia abandono la ciudad 12 horas después sin ningún contratiempo.

Aro creía que al tocar la piel de Isabella, tal vez podría accesar a sus pensamientos. No era mi intención permitir que pusiera sus asquerosas manos en mi amada. Nadie mas que yo podía tocarle, aunque a este momento, el único que tenia el placer era el perro ese.

A Bella por el momento prometieron dejarle en paz; pero según me dijo Alice, la tenían vigilada. Lo cual me ponía muy nervioso y para liberar la tensión me escapaba, algunas veces, al que fue nuestro hogar. El apartamento de Roma, siempre con la escusa de alimentarme.

Aun conservaba su olor, su esencia. Además de nuestras pertenencias: fotos, ropa, libros, y lo mas sorprendente mi amado piano; me perdía por horas imaginándola frente a mi, disfrutando de las melodías que creaba para ella. Unas semanas después de vivir en el castillo tuve una discusión con Félix por que me estaban siguiendo y los ancianos estuvieron de acuerdo en que no necesitaba que me cuidaran puesto que no estaba contra mi voluntad y si en algún momento me quería ir lo podría hacer; pero bajo eso estaba la amenaza de" si te vas la traemos a ella".

Lo que nunca me imagine es que ella viniera a mi encuentro. Sin planearlo, solo así paso:

Estaba de espaldas a la puerta como esperando que la tierra me trague. Estaba tan concentrado en la música que mis manos creaban. No se como no percibí su fuerte olor, o al menos los latidos de su corazón. Lo primero que escuche fue mi nombre a través de sus labios y el demonio en mi interior despertó sediento y enloquecido reclamando su presa, incitándome a saciar mi sed con el elíxir de los dioses.

Que dijo de irse? No se puede se puede ir. No sin nadie que la cuide. Estaba hablando, podía ver como movía sus labios, pero no escuchaba nada de lo que decía. Los latidos de su corazón eran ensordecedores. Mis oídos estaban tan entregados a la caza que no me permitían escuchar nada mas a mi alrededor.

Concéntrate Edward, me regañe mentalmente.

Mis piernas cobran vida propia hechizados por su calor.

Nuevamente me regañe.

Avanzó muy lentamente, concentrándome en su delicada figura. No deseó asustarle, nuestros ojos están conectados; sus lagrimas que se acumulan y recuerdo ese frutal sabor por lo que mi boca llamea expectante. Mis labios pican, el hormigueo me esta matando. Imaginó recorriendo, limpiando sus mejillas; mi lengua quiero lamer la piel camino a su oreja. La piel de sus vena palpitante y caliente... borro rápidamente esa imagen, Como será sentir la vibración y el calor de esa vena en mi lengua mientras mis pulmones se llenan de su exquisita esencia.

**no, no, no. Déjame ver tus ojos** Y como la ultima ves mi mano se levanto sin una orden consciente para acariciarle tan gentilmente como si ella estuviera hecha del vidrio mas fino. Mis dedos acariciaron la suave piel que cubría su pómulo. Mi palma se acalora. Su contacto me quema, pero es tan placentero.

Mi cuerpo clama por ella. Ya no es el demonio en mi. Soy yo. El Edward de carne y hueso que alguna ves fui. No podía permitirme tener esas emociones, no. La pondría en peligro, no; nunca más.

Me devane los sesos buscando alguna salida, debía existir alguna forma de estar junto a ella sin poner en riesgo su humanidad. No podía pensar en nada, la única salida era alejarme de ella pero no tenía las ganas y la fuerza para ello.

Amarla, eso era lo único que podía hacer. Si, mi amor la salvaría. Ya que en estos momentos la amaba mas que a mi propia vida.

Cuanto tiempo seria capaz de justificar mi presencia en su vida? Cuanto tiempo me quedaba? Tendría otra oportunidad como esta; tendría otro momento como este?

Ella no estaría siempre dentro del alcance de mis brazos...

Deje mis pensamientos a un lado ya que mi cuerpo estaba actuando por si solo y eso requería mi completa concentración y una parte de mi cerebro quería disfrutar de todas las sensaciones que su tacto me producía, era muy diferente a cuando era humano. Mis ensoñaciones se hacían realidad, una a una.

Cuantas veces me comparé con Jacob? Trataba de mitigar el dolor imaginando que eran mis ojos los que disfrutaban el espectáculo y mis sentidos los que la excitaban con su perfume con su sabor. Ahora era toda mía. Aquí estaba para mi.

No me importo ser un monstruo, no me importo nada. Ya que estoy peleando contra el destino tengo que disfrutar de lo poco que tengo al alcance de mi mano. Y antes había tomado la determinación de seguir peleando contra el mundo; decidí disfrutar y aceptar lo me trajera... me la trajo a ella.

Me levante del suelo mientras la sostenía de sus muslos. Mi cadera disfruto del candente contacto despertando de paso mi hombría, que palpitaba expectante por ser liberado. Llegue al cuarto sin soltarla me recosté lo mas suavemente que pude. Serré mis ojos mientras ella calentaba con su lengua mi cuello mi pecho, cuando lamió mi cuello el ardor hizo que mi garganta liberara la excitación en sonoros rugidos. Abrí los ojos extasiado de placer y dolor. Los dos iguales de intensos.

Quería acariciarla fundirla en mi piel, quería recorrer mi lengua por todo su cuerpo tan fuerte que la hiciera gritar mi nombre, pero no podía; a cambio me dejaba hacer de ella lo que quisiera. estaba siendo presa de sus besos, mientras mis manos luchaban contra mi por tocarla. Las flexione y no fue suficiente, luego la curve en un puño, pero continuaron picando dolorosamente, como la sed, quemando en mi garganta y esparciéndose, prolongándose a lo largo de mi cuerpo.

Ella continuaba a su tarea de despojarme de mi ropa. Vi sus intención de igualarme en desnudes y eso no lo podía permitir. Quería ser yo mismo por un momento, ser lo suficiente hombre y ser capas de dejar mis demonios a un lado para poderla hacer mujer. Deje de luchar y me concentre en hacerla feliz, mi cuerpo automáticamente libero la tensión, el miedo se fue a la basura, el monstruo que vivía en mi se fue de paseo por un momento; solo Edward y Bella haciendo el amor.

Los sentimiento que un día se guardo en un baúl renació nuevo, potente; dos seres completamente diferentes para ser uno solo. Los polos opuestos entrando en empate demostrando que el hielo y el fuego si pueden coexistir sin llegar a la destrucción.

Sus grito inflamaban mi pecho:

-Mas Edward... mas... ahh ... ooo...!

Solo provocaron mi mayor excitación como si eso fuera posible.

-Te amo ... agrrr... Bellaaaaaaaarrgggg mi amor...

Después de que mi diosa inundo el ambiente con sus gritos de placer y sus jugos bañaron todo mi miembro una y otra vez callo presa del cansancio. Mis labios y mi lengua seguían acariciando su piel tan solo a un mili milímetro de altura para que el frío no la hiciera despertar. Lo mas asombroso era ver sus pechos que se levantaban como colinas con el rose de mi aliento y me podía imaginar todo el día lamiéndolos y enterrándome nuevamente en ella una y otra ves sin cansancio. No ya; será mejor dejarla descansar.

Tome una manta y cubrí su cuerpo por completo. Salí un momento para ver si nadie nos cuidaba o si los gritos no despertaban sospechas entre los vecinos y al parecer hasta el momento todo iba bien.

Cuando volví al apartamento mi afrodita aun seguía dormida plácidamente así que me propuse hacerle un suculento desayuno para celebrar nuestro reencuentro.

Llame a Alice quien prometió estar al pendiente de cualquier decisión o cambio en nuestro futuro. También me comento que hablarían con algunos amigos aquí en Roma para prevenirlos si algo llegaba a salir mal. Lo ultimo me dejo mucho mas tranquilo.

Ahora lo mas difícil de todo.

Que voy a decirle a bella? Como voy a hacer para mantenerla escondida? Aceptara quedarse aquí sola mientras yo cumplo mi papel en Volterra y vuelvo? Lo más importante Me creerá si le digo que todo esto es un secreto y su vida corre peligro si la hago participe?

Lo peor de todo es que no tendré respuesta hasta que ella vuelva del reino de los sueños ya que yo no soy bienvenido allí.

Me acosté nuevamente junto ella para velar los sueños de mi amada. Mi cara tenia tatuada una sonrisa tan grande que en cualquier momento me dolerían los músculos...