Bella (pov)

 
He tomado la decisión de dejar a Jacob, no es justo que siga con esta relación impidiendo que Jacob sea feliz con una mujer que en verdad le ame y le de lo que el en vedad merece.

Llevaba días tratando de conversar con Jacob pero el trabajo y los nuevos proyectos lo tienen completamente ocupado, o es que algo Intuye y simplemente me evade?.


Con Ángela la galería todo va muy bien y al parecer piensa en entablar la demanda de divorcio lo que me parece muy bien por ella.


A veces pienso que me equivoque en permitirme un paso tan grande, vivir esta vida no es lo mío. Sole lastimo a mi Jacob, no debi venir a la gran ciudad con el. Me ama, me complace, me mantiene ocupada pero lo nuestro gracias a mi no va a pasar de aquí. No tengo nada mas para dar.


Lleno mis tardes libre en actos de caridad con niños huérfanos o en casas de ancianos lo cual me llena de paz y felicidad; Ver la cara de los niños cuando llego con regalos o la compañía que le brindo a los ancianos; que también son como huérfanos abandonados por sus familias, ver sus caras triste que confundimos por sus arrugas y les creemos personas amargadas solo son caparazones para no mostrarle al mundo que están desolados y decepcionados al ver lo que lo que forjaron al pasar de los años no les ayudo de nada. Yo se lo que se ciente estar solo, el sentirse abandonado. Pero para ellos es mas fácil, con solo escuchar sus historias los haces felices. No pasa así con migo.


En las noches llego y me encuentro con un departamento solo, decorado con lujos, pisos brillante y cosas que no tiene sentido para nadie. No refleja un estilo propio, no hay nada en estas cuatro paredes, nada que este aferrado a mi piel. E tratado de todo para encariñarme con esto o por lo menos con su dueño pero veo que al pasar del tiempo nada. Simplemente no puedo

Todo en mi interior sigue como al principio, es más rememorando nada de lo que e forjado en mis últimos cuatro años tiene peso para mí, en este momento podría escapar de esta jungla y no me seria indispensable nada. Nada de esto añoraria. Mi vida seguiría igual de vacía aquí o, allá. Da igual.

Me senté en el sofá que da vista a mi derecha al parque central con el propósito de esperar a Jacob despierta y encararlo para hablar con el antes de caer dormida. Decidí enviarle un mensaje a Ángela para dejarle saber de mi decisión y pedirle un gran favor.

Pasada la media noche escuche ruidos tras la puerta.

-Que haces despierta a esta hora amor? -me pregunto Jacob con el seno fruncido al ver mi cara seria y con el anuncio en mis ojos de "tenemos que hablar".

-Ven toma asiento.-le senale el lugar a mi derecha y en su ojos pude ver el desconcierto al percatarse de mis maletas.

-Jacob...me voy! -su cara era de total asombro, cambio a tristeza. Se hizo en la sala un silencio incomodo pero yo espere a que el rompiera el hielo.

-Yo se que te tengo muy abandonada pero la película termina en unas semanas y te pro...

-No, créeme que intento amarte, intento que lo nuestro crezca pero simplemente esta fuera de mi manos; ya sabes que en el corazón no se manda-. Le dije mientras con mis manos tocaba mi pecho agachando la mirada presa del dolor que le estaba causando por mis malas acciones. Me abrasó fuertemente y me llevo a su regazo acunando mi cara aun baja contra su pecho y con sus manos tomo mi rostro entre su manos mientras sus labios chocaban contra los míos en beso cálido y desesperado como queriendo encontrar la llave para abrir la puerta al alma.

Pude sentir sus pulgares contra mis mejillas mojadas tratando de limpiar la humedad.

-Perdóname Bella, prometí cuidarte y sanar tu herido corazón pero te falle.

-Tu no tienes la culpa de nada entiéndeme por favor esto no tiene nada que ver con eso. Tu eres excepcional y cualquier mujer...

-Yo no quiero a cualquiera. Te quiero a ti...pero antes que nada prométeme que nunca me vas a olvidar y siempre me guardaras en tu recuerdo.

-Siempre. -no hacían falta palabras para entender que esto se acabo.

Me dispuse hacer mis maletas pero Jacob me detuvo y pidió que me quedara esta noche y el mismo me llevaría al aeropuerto en la mañana y se lo concedí.

Nos acurrucamos en la cama con las ropas que aun traíamos puestas en un abrazo frente a frente.

-Por favor Bella no me dejes, no me abandones...- Cuando vi sus ojos nublados por el llanto no pensé en otra cosa que callarlo con un beso largo placentero tan cálido y familiar. Demostrando así todo el amor que tenia por el.


Espere hasta que presa del cansancio por fin se durmió y como si de un ladrón se tratase salí por la puerta sin emitir ruido con mis bolso. En la plata baja tome un taxi al aeropuerto con destino a casa. A mi única casa, de donde nunca debi partir.

Al entrar a mi apartamento me sentí mejor y peor al mismo tiempo; este es el único lugar que siempre podré llamar hogar, sin importar el tiempo que pase, sin importar lo desolado que este.

Me acurruque en el sofá y deje que todo lo que traía dentro explotara en mis ojos, el mar de lagrimas no paraba.

abrace mis piernas contra mi pecho tratando de sostener mi corazón que sentía colgar de una hebra delgada, en algún momento me quede dormida y al despertar una dulce melodía llenaba estancia como en un sueño. Sabia que no estaba soñando, mis musculo dolían por estar acurrucada tanto tiempo. Cuando levante mi cara por encima del respaldo del sofá lo vi. Era como un espejismo, tan real, tan hermoso como un ángel.

Edward estaba de espaldas con sus manos en las teclas de su amado piano. Era el; a pesar que no veía su cara podía ver su cuerpo tenso en máxima concentración.

-Edward eres tu? -Apenas fue un murmullo el que salio de mis labios, pero el me escucho y como un borrón, en un segundo su espalda estaba contra la puerta de la entrada con sus ojos como platos.

Estaba tan cambiado pero tan igual al mismo tiempo hasta puedo decir que mas guapo o es que mi recuerdo no le hacia justicia.

Sus facciones eran las mismas tal vez puedo decir que mas maduras o mas simétricas; su piel mucho mas pálida, mucho mas que la mia, sus ojos tenían el cambio mas significativo: completamente diferentes en color, en expresión, en calidez. Me atrevo a decir que estaba mucho mas asombrado que yo.

-Por favor no te vallas... si...- Levante mis manos en señal de rendición y por mi cabeza pasaron las ultimas palabras del investigador y si tal vez el se estaba tratando de esconder? -soy yo, la que se va... no debí venir aquí. -le dije con el alma colgando del mismo hilo del que ya colgaba mi corazón, apreté los dientes tragando el nudo que se formaba en mi garganta.

Poco a poco su cuero se relajo y camino lentamente a mi encuentro. Mis ojos se negaban a dejarle. Se arrodillo dejando su cara a mi altura.

-Que haces aquí? Sentí su aliento acariciar mi rostro después de tanto tiempo, cerré mis ojos. Mareada por su exquisito olor me debane los sesos por darle una respuesta, pero mis ideas abandonaron mi cabeza. Sentí su gélido contacto en mis mejillas. Fuerte, frío, contundente y tan electrisante que me hizo vibrar de pies a cabeza.

-Mírame por favor.

Su aliento puedo decir que es el perfume mas dulce y malditamente toxico, embriagador que e tenido la suerte de disfrutar. Tenia un toque de deja vu, como si me fuera familiar. En otra vida o un sueño quizás?

Mi cerebro no se prestaba para pensar en estos momentos. Estaba idiotizada.

estrelle mis labios presa de hambre de la lujuria de su contacto. A pesar de ser gélido y duro como mármol provocaba en mi las misma descargas del ayer. Mi cuerpo despertando nuevamente el enjambre que habita en mi vientre también le reconoció, mientras nuestras lenguas danzaban en un cordial saludo.


Pensé en el tal vez, en el quizás, en el podría o debería. Pero ya nada importaba. Viviría quinientos años a pan y agua en el desierto sin protestar una sola vez si se que al final me esperaba tan solo uno de sus besos, escalaría la montaña mas alta tan solo por su roce y seria capaz de dar mi vida y mi alma por el disfrutar de su aliento en mi rostro.

Edward no protesto cuando poco a poco mis torpes manos recorrieron su cuerpo. Me abrazo fundiendome en su piel. Me acogió, me recibió y lo mejor de todo fue que me amo.