POV Andrew
Por fin después de casi un mes me van a dar el alta.
Por suerte está todo bien. Y ahora podré ir con María a la playa como ella me dijo mientras estaba en coma.
Me levanté de la cama del hospital con ayuda de María. – Estoy bien.
Le dije, para que no se preocupase.
Al darme el alta, me vestí y bajé ya sin ayuda hasta el coche y hasta casa.
- María, como ya es tarde llama a tus padres y te quedas en casa. Si quieres, si no, te acercamos en un momento.
- Tranquila. En mi casa no hay nadie. Pero no os molestéis por mí.
- Tranquila. No se hable más. Te quedas. –le dijo mi madre con una gran sonrisa.
Le cogí de la mano a María y esta sin mirarme sonrió. Me alegré de verla así.
Al llegar a casa Celia salto a abrazarme.
- Por fin. Te echaba de menos aquí.
- Y yo a ti enana. Venga vamos adentro que empieza a refrescar.
Entramos y nos pusimos cómodos y pronto cenamos y María se fue arreglar la cama en la habitación de Celia para quedarse con ella.
Yo fui acostarme porque estaba un poco cansado. Me despedí de todos.
POV María
Recogí la mesa junto a Celia y Andrew se fue a la cama.
Cuando terminamos subí a ponerme el pijama que me dejó Celia.
- Gracias, Celia. Oye ya se que yo no debería decirte nada, pero si quieres preguntarme algo que no te atrevas a decirle a nadie. Que sepas que puedes confiar en mí. Yo he pasado por donde estás tú.
- Vale. Gracias.
- Ahora vengo, voy a ver a Andrew. Un momento.
Fui a la habitación de Andrew y llamé antes de entrar.
- Andrew… -susurré. Pero no me contestó.
Me arrimé hasta su cama y me senté a un lado. –Andrew… ¿estás aun despierto?
Abrí un poco la sábana para darle un beso, pero me sorprendí. No estaba.
De repente se abrió la puerta y era Andrew.
- Dios. Qué susto me has dado. –dijo. -¿Qué haces aquí?
- Pensaba que estabas acostado.
- Estaba. Pero fui al baño.
Se acostó y me señalo que me acostara con él pero le negué en la cabeza.
- Estamos en tu casa. –le sonreí. – Tan solo venía a verte como estabas antes de irme a dormir.
- Bueno… si te arrepientes. Aquí estaré. –me sonrió.
- Te quiero. –me agaché para darle un dulce beso al cual fui correspondida.
Salí de la habitación silenciosamente para entrar a la de Celia y ella estaba hablando por teléfono.
- Tranquila, habla yo estoy aquí en la cama. Soy una tumba… -le susurré. Y ella sonrió.
< Entonces mañana pasas a buscarme… sí… a las 7. Vale. Taylor, una cosa. No te olvides de eso, ¿Vale? Bueno cari, voy a acostarme. Calla… - se rió por lo bajo – Venga, mañana, y ya me dices que sorpresa es. Te quiero. No… y lo sabes. Adiós. > -Estaba hablando Celia con su novio.
Al terminar ella de hablar yo ya estaba acostada y cuando ella dijo las buenas noches yo le respondí y cerró las luces.
- María, ¿Estás despierta? –oí que me llamaba después de unos minutos.
- Sí. ¿Pasa algo?
- ¿Puedo preguntarte algo? De… chica a chica…
Entonces me puse nerviosa pero no mucho me gustaba que tuviera esa confianza en mí. Era como esa hermanita que nunca he tenido.
- Cuéntame lo que sea a ver.
- Bueno. Te lo cuento a ti porque confío en ti. Pues como habrás escuchado estaba hablando con Taylor. He quedado con él mañana. Pero no es una cita como las de siempre. Me ha dicho que va a darme una sorpresa.
- Te puedo preguntar una cosa. Ahora tú tienes…
- 18 y él 19.
- Vale. Continúa, lo siento por cortarte.
- Pues me ha dicho que tiene una sorpresa para mí. Que si me apetecía ir con él mañana a cenar y ver alguna película. Pero estoy nerviosa por si es… María, me cuesta decirlo. Soy virgen.
- Tranquila. No pasa nada. Tú lo tienes que hacer cuando estés lista. Preparada para esa ocasión. Si tú lo estás. Yo no soy quién para decirte lo que tienes que hacer. Pero tomad precauciones.
- Yo estoy lista, aunque un poco nerviosa, porque estoy muy enamorada de él y si no sale bien y me deja.
- Te digo una cosa, si no sale bien y él está contigo y te quiere, le dará igual. Si la primera falla. Pues la segunda, mujer.
- ¿Hace daño?
- A ver… a mi… no. Pero si que hay gente que la primera vez le ha hecho daño pero también porque están nerviosas. También le puede pasar a los chicos, me entiendes. Pero tú déjate llevar. No te preocupes por nada.
- Gracias.
|