BAJO LA LUZ DE LA LUNA

Autor: fati_fitimeta
Género: Romance
Fecha Creación: 20/06/2010
Fecha Actualización: 22/06/2010
Finalizado: SI
Votos: 5
Comentarios: 11
Visitas: 59318
Capítulos: 55

 

En el amor vale todo, lo darías todo cuanto quieres a esa persona que te ilumina cada mañana, tan solo con esa sonrisa perfecta.

El lugar más bonito es bajo luz de la luna, a veces en situaciones, como la adolescencia pensamos que esa persona no es correspondida, ¿pero y si se trata de un hombre lobo?

¿Y si ese hombre lobo está imprimado de ti?

En tal caso, pasan obstáculos en nuestra vida, tanto buenos como malos.

Hay que fer valientes y afrontar a esas cosas.

¿Qué pasaría si fueras una chica semi vampira y semi humana?

Fantástico, ¡eh! Pero muchas veces las cosas cambian, pueden ocurrir cosas desagradables, que puedes llegar a tiempo a saber lo que pasa o no, incluso ¿Os habéis parado a pensar que los sueños se hacen realidad? Pues, en algunos casos, las pesadillas si… pueden llegar a ser horribles.

Y pase lo que pase, siempre tendrás a tu lado a la persona que realmente te ama.

Básicamente son cosas de adolescentes, una vida muy aventurera, con muchas cosas.

 Pero es como un cuento de hadas, ¿podrá tener un final feliz?

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 44: Día de Navidad

Narra Alma

 

 

Pasaron varios días, y porfin llegó la Navidad, de costumbre nos reuníamos la familia en este día, así que comimos parte de la manada y el resto de mi familia en casa de mis abuelos.

Cuando terminó la comida, Jake y yo nos fuimos a dar una vuelta por el bosque.

Juntamos nuestras manos, y caminamos a ritmo humano.

-         Me alegro de seguir siendo tu imprimación. – le dije con una sonrisa.

-         Yo nunca podría enamorarme de otra persona que no fueras tú.

-         Claro.

Continuamos nuestro paseo y nos sentamos en la húmeda y fría hierba. Contemplándonos fijamente, y entre beso y beso, transmitíamos lo mucho que nos queríamos. Pero ese silencio terminó. El móvil empezó a sonarme y de un salto casi me estampo contra la copa de un árbol.

-         Aix, que susto.

-         Puedes sentarte ya, tan solo es…- miró en mi móvil.- Andrew.

-         OH.

Seguidamente ya había descolgado y manteníamos una corta conversación.

-         Andrew, ¿Cómo estás?

-         Bien, ¿y tu? Por cierto Feliz Navidad.

-         Igualmente. Que como vas con María.

-         Bien, ahora nos vamos a mi casa, que tenemos la comida. Por cierto la nana de mi hermana dice que recuerdos para vosotros.

-         Jajá, dile lo mismo. Oye tenemos que quedar.

-         Claro, ¿Esta semana te viene bien? Oye pero tráete al novio, que envuelta de mujeres, que miedo.

-         ¡Oye! Por dios. No nos tengas tanto miedo, yo no hago nada ¡eh!

-         Claro…- susurró Jacob.

Le dediqué una sonrisa. Cuya me respondió.

-         ¿Esta semana?- me preguntó Andrew.

-         ¿Esta semana te viene bien?- le pregunté a Jacob.

-         Claro.- me contestó.

-         Vale pues esta semana ¿día?

-         No sé, ¿veinte ocho?

-         Vale, acudiremos al parque cerca de tu casa.

-         Bien. Adiós.

Colgué y Jacob se rió, y puse cara de ¿Qué?

-         De que te ríes haber chico lobo.

-         Nada… que si que das miedo.

-         ¿¡Qué!?

-         Sí, que das un poco de miedo, ¡cuando te enfadas!- dijo entre risas.

-         Jacob Black a mi no me hace ninguna gracia.

-         Lo siento. Pero era broma. Esto… ten, no es mucho, pero…- me dijo mientras me tendía una cajita en la mano.

-         Jacob, no tenías por qué, además no…

-         Ábrelo.

Lo abrí y vi una gargantilla preciosa, la medalla que tenía era de un lobo bajo la luz de la luna y una niña contemplándolo. Por mi mejilla derramó una lágrima, llena de alegría. Esa niña era yo de pequeña, y el lobo el símbolo de él.

-         Jake… es precioso. Gracias.

-         Supongo que si te hubiera regalado otra cosa como videojuegos no te hubiera gustado, pensé en algo simbólicamente de nosotros.

-         Es estupendo, en serio. Pero yo…- me quedé pensando, ¿yo le compré algo? Si, el día del centro comercial, le compré algo, pero no me acordaba.

-         Tranquila, me ha dicho tus tías, que lo tienen ellas, que cuando vayamos te lo darán para que lo reciba.

-         Lo malo es que… no me acuerdo de que te compré. Lo siento mucho.

-         Tranquila ¿si? No pasa nada.

-         Te quiero.

Nos dimos un frío y cálido beso. Con una carrera la cual le gané llegamos a casa de mis abuelos.

Mi tía Alice me entregó una bolsa de compra de una tienda, y me dio un flash, y me acordé de que era. Que extraño.

-         Ten Jacob, espero que te guste. Lo que me dio tiempo a comprar.

-         Seguro que sí.

Lo abrió y me dio un beso, le gustó y yo me alegré un montón.

Toda la gente se iba yendo ya, llegaba la tarde y debían de regresar a sus hogares.

-         Nosotros nos vamos. Ya vendremos otro día.- anunció mi padre.

-         Papá, puedo ir con Jacob a la Push, ¿un rato?

-         Por supuesto.- dijo mi made, tan solo mi padre asintió.

-         Gracias.

-         Jacob luego si quieres venirte a casa a cenar, ven.- dijo mi padre.

-         Gracias.- dijo mi novio.

Fuimos con el coche de Jacob hasta la Push, y delante del atardecer nos quedamos en la playa contemplando como iba escondiéndose el sol y en vez salía nuestra queridísima luna.

Después de ahí fuimos a mi casa, donde cenamos nosotros dos y mis padres solo hablaban con nosotros.

A la hora después Jacob debía de regresar a su casa. Esa noche no tenía mucho  sueño y me quedé en vela junto a mis padres.

Otro don, el no dormir, solo dormía cuando estaba cansada. ¡Que vida!

 

 

Narra Andrew

 

 

-         Buenas.- dije al entrar.

María estaba sonrojada, así que le di la mano para que se tranquilizara.

Mi madre vino a la entrada a recibirnos.

-         Hola, debes de ser María ¿verdad?

-         Si, un gusto.- dijo mi novia un poco más tranquila.

-         Igualmente, no os quedéis ahí, venga pasad.

Entramos al comedor donde estaba la mesa lista y mi hermana jugando a la  play,  vino enseguida y le pegó dos besos a María.

-         OH, cuñada, que bien.

-         Jajá.- soltó unas risas las dos.- que bien tener a una cuñada, nos tendremos que ir de compras.

-         OH, ¡tete te has encontrado a la chica perfecta! Me caes muy bien, y de solo oír tú nombre.

-         La verdad es que nos conocíamos.

-         ¡Chica! Lo sé, pero que quieres estamos delante de mis padres, hay que actuar.

-         Ay ñaja… calladita estás más guapa.

Ayudé a mi madre igual que todos a preparar la comida, y a los pocos minutos estábamos comiendo. Cuando terminamos estuvimos todos hablando, y María ya se había acoplado, eso me gustaba, y encima a mis padres les caía bien.

Fui con mi madre a la cocina a dejar unos platos.

-         Es muy buena chica, me alegro un montón.

-         Gracias mamá.

-         Oye que me ha dicho tu hermana si se puede quedar.

-         Yo no sabía nada.

-         Dile que se puede quedar.

-         ¿Si? Gracias.

Salimos de la cocina y me encontré a mi hermana y a mi novia jugando y hablando sobre chicas.

Fuimos a dar un paseo por el pueblo y vino mi hermana.

-         ¿Quieres quedarte a dormir?- le preguntó mi hermana a María.

-         ¿A dormir?- me miró sorprendida, alcé los hombros.

-         Si, claro si quieres.

-         Vale.

-         ¡Si! Dormirás conmigo, no te importa ¿no?

-         Que va, mejor noche de chicas.

-         ¡Si!

-         Madre mía, mientras que me dejéis dormir…

-         OH, no… tú serás nuestro nenuco.

-         ¡¿Qué?! Estate bonita.

-         Bueno… pos cogeremos a otro nenuco a que ¿si?- le dijo a María.

-         Claro, hay muchos.- se echaron a reír.

-         Ja, ja que graciosas que sois ¡eh!

-         Lo sabemos.- dijeron a la vez.

Luego de ahí casi al atardecer fuimos a casa de María para que cogiera sus cosas.

Luego fuimos a mi casa y pasamos ahí el rato, jugando a la play, con el sing star que le había regalo a mi hermana.

A la hora de acostarnos pusimos otro colchón en la habitación de mi hermana para que pudiera acostarse allí.

Me tiraron de la habitación para cambiarse y yo fui a la mía para cambiarme.

A los pocos minutos me llamaron a la puerta y la abrí.

-         Te vienes nenuco mío.- me dijo María dándome un beso.

-         ¿Nenuco? Por dios. Vale, pero nada de ponerme mariconadas ¡eh!

-         Tranquilo.

-         ¡Tete! ¿Ya vienes o te as quedado atrapado en los brazos de María?

-         Puede…- dije susurrando, y le di un beso a María, otra vez.

-         Como lo sabía.

Nos pilló en pleno beso. María se puso sonrojada y mi hermana empezó a reírse.

-         Cuando tengas tú novio, verás, le enseñaré fotos de cuando eras peque. – le amenacé riéndome.

-         No me provoques que yo tengo más que eso. Videos.

-         Procura.

-         ¿Oh mi nenuco de peque? Puedo…

-         Otro momento. Ahora no.

-         Bueno…

Jugamos a un juego de mesa, pero en la cama y pasamos ahí la mayor parte de la noche hasta que empezaba a entrarme sueño.

-         Me voy a dormir, buenas noches. – dije.

-         Ahora si que disfrutaremos.- dijo Celia.

-         Pero no hagáis mucho ruido que estoy al lado.

-         Tranquilo, buenas noches.- me dio un corto beso y me fui a mi cama.

Pasó la noche tranquila, pero oí varias risas y shh…

Capítulo 43: Regalos Capítulo 45: Sedienta de sangre

 


 


 
14639736 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10859 usuarios