Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 150014
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 42: La Boda

TRES MESES DESPUES.


-    Bella! Me estás dando mas problema que Lydia! –me grito Alice enfadada.
-    Es que no me estás viendo? Parezco una ballena, todos se reirán de mi, avergonzare a Edward. –dije a punto de llorar.
-    No quiero volver a escucharte decir algo así! Para mi hermano eres la mujer mas hermosa del mundo, así vistas con harapos. –yo sabia que era cierto pero de todas formas no podía evitar mis miedos.
-    Pero el blanco no me favorece.
-    Bella es tu boda, de que otro color vestirías?
-    Pero…
-    No hay mas pero, en todas las pruebas del vestido fue lo mismo, esta es la decima vez que tenemos esta discusión. –la peluquera termino de ondular los últimos mechones y se retiro. Me pare de mi lugar para ponerme el vestido, con mis seis meses de embarazo ya casi no veía mis pies, por lo que elegí un vestido suelto, palabra de honor muy cómodo y que no me hace ver aun mas gorda.
Sentimos un par de golpes en la puerta.
-    Quien? –pregunto Al.
-    Soy yo tia. –dijo la voz de mi hija.
-    Entra cariño. –la invite antes de que Alice la echara, porque era capaz de hacerlo.
-    Gracias mami. Guau! Estas hermosa! –dijo sorprendida.
-    Tu también princesa, vas a ser la mas hermosa de la noche. –vestía un tierno vestido rosa, con una liga blanca a la altura de la cintura, zapatitos blancos y hermosos y definidos rizo en su cabello.
-    El tio Jas dijo que es tarde. –le informo mi hija a Al.
-    Dile al tio que la boda empieza cuando llega la novia y la novia nunca llega tarde. –dijo enfadada.
-    Solo dile que ya vamos amor. –mi hija se fue, por un momento la envidie, yo no me podría despegar de Alice hasta después de la boda.
Alice alisto los últimos detalles y bajamos por las escaleras de mi casa, hasta la sala donde nos esperaban Jas y mi hija para irnos a la iglesia.
Jas alago mi vestuario, al igual que mi hija lo había hecho antes. Fuimos los cuatro al auto que nos esperaba en la puerta, Jas condujo hacia la iglesia. Mis manos transpiraban por los nervios, hasta el pequeño Jacobo estaba como loco, no dejaba de dar pataditas.
Llegamos a la iglesia, Emmett nos esperaba afuera para ayudarme a bajar del auto, entraría de su brazo ya que por mis problemas con Renee mi padre no pudo venir.
-    Hermanita estas hermosa. –dijo Em, no pude evitar abrazarme a el, necesitaba su apoyo en este momento..
-    Gracias Em, gracias por estar aquí. –le dije con mis ojos llenos de lagrimas.
-    No seas tontita, no me perdería uno de los días mas importantes en la vida de mi hermanita por nada.
-    Nosotros iremos entrando. –dijo Jas.
-    Claro, es tarde. –en realidad era muy tarde.
Comenzamos a caminar en dirección a la puerta principal, nos paramos en nuestro puesto esperando que la música comenzara a sonar y las puertas se abrieran.
-    Tengo un obsequio para ti. –me aviso Em.
-    Se supone que debes dejarlo con los de los demás, Alice se enojara.
-    Sabrá perdonarme. –sentí un par de manos en mis hombros.
-    Estas hermosa. –dijo la voz detrás de mi.
-    Papa! –no podía ser cierto, mire a todos lados buscando a mi madre pero no estaba ahí.
-    Cariño, pensaste que me perdería la boda de mi única hija? –me reí, era casi lo mismo que me había dicho Emmett.
-    Pensé que mama no te dejaría venir. –le confesé algo avergonzada.
-    No negare que se opuso, pero cariño primero están mis hijos, tu sabes de que hablo –acaricio mi abultado vientre-. Como esta el pequeño Jake? –acaricie su mano aun en mi tripa.
-    Estamos bien, mejor ahora.
-    Debemos entrar antes de que le de un ataque a Edward –dijo Em trayéndonos de vuelta a la realidad-. Nunca había visto a un hombre tan nervioso. –recordé que mi amor, junto a nuestra hija y el resto de la familia nos esperaban. Cuadre mis hombros y espire hondo.
-    Vamos, mi futuro marido espera. –mi padre me sonrió y me tomo del brazo, Em deposito un beso en mi frente y entro por una puerta posterior.
-    Gracias por estar aquí papi. –me agarre aun mas de su brazo.
-    Siempre por y para ti amor. –la música comenzó a sonar en ese momento y las puertas se abrieron. Lo primero que sentí fue el fuerte olor a rosas y luego las vi, toda la iglesia estaba cubierta de rosas blancas. Todos estaban parados, mirándome a mi y a mi papa, pero yo no tenia cabeza para nadie mas que Edward, que se encontraba parado al fin del largo corredor con Carlisle a su lado. En su rostro se dibujaba una sonrisa de triunfo, me dieron ganas de pedir que apuren la música y correr a su lado, pero si lo hacia Alice me mataría.
Después de cuatro minutos, lo se porque conté los segundos, llegue al lado del amor de mi existencia. Charlie deposito mi mano sobre la de el y yo le entregue el ramo a Rose, la madrina.
El padre comenzó su sermón, no estuche ni una sola palabra solo podía pensar en esos penetrantes ojos verdes que me miraban con tanto amor, sentía las lagrimas resbalar por mis mejillas, pero en este momento no me importo el maquillaje o el enojo de Alice, solo éramos Edward y yo.
Mi hija se acerco con la almohadilla donde reposaban nuestros anillos, eso quería decir que el momento había llegado.
-    Señorita Isabela Marie Swan acepta usted como esposo al Sr. Edward Cullen para amarlo y respetarlo, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, hasta que la muerte los separe? –me pregunto el sacerdote.
-    Si, acepto. –dijo con la voz mas clara que pude. Tome el anillo que me ofrecía mi hija, ella estaba tan feliz como nosotros, lo coloque en el dedo corazón de Edward.
-    Señor Edward Anthony Cullen Mason acepta usted como esposa a la Sr. Isabela Swan para amarla y respetarla, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, hasta que la muerte los separe?
-    Acepto. –casi lo grito a los cuatro vientos, todos rieron pero yo sabía que lo hacía porque se sentía orgulloso de estar a mi lado, igual de orgullosa que yo me sentía por tenerlo a el a mi lado. Edward se agacho a la altura de nuestra hija, tomo el anillo, dejo un beso en la frente de Lydia, se paro y puso el anillo en mi dedo.
-    Por el poder que me otorga la iglesia yo los declaro marido y mujer, puede besar a la novia Sr. Cullen. –a Edward no le hizo falta ningún permiso para darme el beso mas cargado de sentimientos que había recibido jamás. El beso tuvo que terminar cuando la mitad de los presentes se aclararon la garganta, no pude evitar sonrojarme por lo que escondí la cara en el pecho de Edward.
-    La primer persona en llegar a abrazarnos fue nuestra Lydia, Edward la tomo en brazos y entre los dos la llenamos de besos, luego vino el resto de nuestra familia, nos dieron sus felicitaciones y cálidos abrazos.
Desde la iglesia nos fuimos a la recepción en uno de los hoteles mas glamorosos de la ciudad, el mismo en el que pasaríamos nuestra noche de bodas, para la que veníamos practicando durante días, y desde donde partiríamos en la mañana a nuestra luna de miel.
La fiesta fue muy divertida, aunque agotadora para mi y mis dimensiones.
Después de cortar el pastel y del brindis nos despedimos de nuestra hija, nos íbamos solo tres días ya que no podíamos estar lejos de ella, en esos días se quedaría con sus abuelos. Em esperaría a nuestro regreso para despedirse y luego volver a parís con Rose, Charlie aparentemente haría lo mismo, quería pasar un tiempo con Lydia, la echaba mucho de menos, igual que ella a sus abuelos, pero a Renee no le importaba su nieta.
Nos fuimos a nuestra habitación, Edward me cargo en brazos para atravesar el umbral.
-    Ya no peso 60kg amor. –no pude evitar ruborizarme.
-    Para mi siempre serás como una pluma, suave y liviana. –me beso para transmitirme confianza.
-    Te amo.
-    Yo te amo a ti. –para ese momento ya nos encontrábamos al lado de la cama. Nos comenzamos a besar con pasión y deseo, lo necesitaba mas cerca, quería ser un solo cuerpo con el hombre que ahora es mi esposo.
A la mañana siguiente me desperté agotada después de toda una noche de sexo con mi esposo, creo que nunca me aburriría de decirle esposo. Mire a Edward que seguía durmiendo, con una hermosa sonrisa dibujada en su tierno rostro, le di un beso en la comisura de los labios, no quería despertarlo, y me fui a dar una ducha.
Cuando sali del baño la comida ya estaba en la salita, tome la bandeja y me regrese a la cama.
-    Hola esposo. –dije al oído de Edward provocando que se removiera.
-    Mmm… -se quejo, abrió los ojos y me miro raro- Acabas de llamarme esposo?
-    Cuanto tomaste ayer amor? No se si recuerdas la parte de la iglesia pero es justamente eso lo que hicimos.
-    Lo se tontita, es solo que no me esperaba… no importa –sacudió la cabeza-. Como esta la esposa mas hermosa del mundo?
-    Supongo que te refieres a mi, aun estoy algo cansada, pero menos de lo que estaré mañana. –le dije picara.
-    Que le ha pasado a mi mujercita? Desde cuando tan picarita?
-    Lo siento, es el efecto del matrimonio.
-    No te disculpes, me encanta esta Bella picara.
-    No digas esas cosas que Jake va a pensar cualquier cosa de su mama. –puse mis manos a los lados de mi panza como si le estuviera tapando los oídos.
-    Esta bien, esta bien, todo sea por la inocencia de nuestro hijo. –me acaricio la panza protectoramente.
-    Desayunemos, tengo hambre. –me pare a recoger la bandeja de la mesita de noche.
-    Si mi pequeña quiere desayunar, desayunaremos. –tomo la bandeja de mis manos para ayudarme a sentar.
Desayunamos entre besos, chistes y bromitas, luego Ed se baño mientras yo me vestía y luego nos fuimos a nuestra luna de miel, una cabaña en la playa, algo rustico y acogedor.
Nuestros días en la playa fueron fantásticos, hacia mucho que no teníamos tiempo para nosotros solos por lo que estos tres días nos vinieron geniales, aunque sea poco tiempo. Luego de que nazca nuestro hijo tendríamos aun menos tiempo para nosotros, con el trabajo, el bebe y nuestra hija, pero sabíamos que solo era por un tiempo.

 

 

HOLA CHICAS, LAMENTO NO HABER ACTUALIZADO ANTES, LA VERDAD ES QUE NO TENIA "INSPIRACION" PARA ESCRIBIR EL CAP.

BESOS Y DISCULPEN

Capítulo 41: Primer dia de trabajo Capítulo 43: Jacobo Cullen

 
14640709 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10860 usuarios