BAJO LA LUZ DE LA LUNA

Autor: fati_fitimeta
Género: Romance
Fecha Creación: 20/06/2010
Fecha Actualización: 22/06/2010
Finalizado: SI
Votos: 5
Comentarios: 11
Visitas: 59328
Capítulos: 55

 

En el amor vale todo, lo darías todo cuanto quieres a esa persona que te ilumina cada mañana, tan solo con esa sonrisa perfecta.

El lugar más bonito es bajo luz de la luna, a veces en situaciones, como la adolescencia pensamos que esa persona no es correspondida, ¿pero y si se trata de un hombre lobo?

¿Y si ese hombre lobo está imprimado de ti?

En tal caso, pasan obstáculos en nuestra vida, tanto buenos como malos.

Hay que fer valientes y afrontar a esas cosas.

¿Qué pasaría si fueras una chica semi vampira y semi humana?

Fantástico, ¡eh! Pero muchas veces las cosas cambian, pueden ocurrir cosas desagradables, que puedes llegar a tiempo a saber lo que pasa o no, incluso ¿Os habéis parado a pensar que los sueños se hacen realidad? Pues, en algunos casos, las pesadillas si… pueden llegar a ser horribles.

Y pase lo que pase, siempre tendrás a tu lado a la persona que realmente te ama.

Básicamente son cosas de adolescentes, una vida muy aventurera, con muchas cosas.

 Pero es como un cuento de hadas, ¿podrá tener un final feliz?

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 43: Regalos

Narra Andrew

 

 

Cenamos tranquilos, y muy bien. Cogí la cámara y le hice una comiendo. Me reí por que la pillé por sorpresa.

Luego de cenar pusimos en el lavavajillas los platos, etc.

Nos sentamos en el sofá.

-         ¿Qué hacemos ahora? – preguntó.

-         Te apetece ¿fotos?

-         Venga. Pero tu también tienes que salir eh, siempre sola yo no.

-         Tranquila.

-         Vale. Trato echo.

Sonreí y cogí la cámara, me volví a sentar junto a ella y empezamos hacernos fotos, riéndonos por las caras que poníamos a veces. Pero la foto que más me gustó fue, la que nos besamos. Me encanta. Así que ya sabía que hacerle otro regalo.

-         ¿Qué hora es? – me preguntó María.

-         Dios… las doce casi.- dije sorprendido.- como pasa el tiempo.

-         Ya ves. Puf… ¿te apetece hacer algo? – a que venia esa pregunta.

-         Lo que quieras.- dije un poco nervioso.

-         ¿Qué te pasa?- me preguntó envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello.

-         Nada, a mí, nada.

-         ¿Seguro? Estas nervioso…

-         No.

-         Puedo notarlo…- me susurró casi en los labios. Tragué saliva.

-         No, a tu lado no.

-         ¿Seguro?

-         Que si.

Nos dimos un dulce y apasionante beso. Continuamos con el beso.

Sonaron las campanas de las doce en la iglesia.

-         Feliz Navidad.- me dijo.

-         Igualmente cariño.

Nos volvimos a besar, y de ese impulso empezó a quitarme la chaqueta, ¡ay dios mío! Pero estaba tranquilo, la cogí de la cintura y la aproximé más a mí.

-         No quiero que estés tan lejos de mí.

-         Yo tampoco, quiero sentirte en mí.

¿Esa frase… que significado obtenía? Pero me daba igual, donde llegaría ella, yo la seguiría. No quería cagarla.

Me quitó la chaqueta, se abalanzó lentamente dejando caer encima de mí en el sofá.

Nos besamos como si su lengua fuera la presa y yo la cárcel.

Terminamos por levantarnos y entre beso y beso ir a la habitación de sus padres.

Entre acaricia y acaricia terminamos los dos desnudos y en la noche más perfecta de nuestras vidas. Al final el preservativo que me dio mi hermana tuvo uso.

Cuando terminamos nos miramos a la cara, y con una sonrisa juntamos nuestros rostros otra vez, y por fin fue el último beso de la noche.

 

 

 

-         Buenos días…- le susurré.

-         Feliz Navidad.- me contestó.

Me levanté y fui a mi mochila.

-         ¿Qué pasa?

-         Mira, no es gran cosa pero…- le dije dándole el colgante que estaba dentro de una caja.

-         Andrew… no tenías por que…

-         Tú ábrelo.

-         Andrew… es precioso. Debe haberte costado un pastón.- el colgante era de color rojo oscuro de piedra de cristal.

-         No más de lo que te quiero.

-         Gracias. Por cierto yo también tengo algo para ti.

-         ¿Ah si? Que es... ¿tú? – me reí.

-         Aparte…ten. No es gran cosa…

-         Seguro que si.

Eran unos calzoncillos de Calvin Klein, me encantaban.

-         Dios, gracias María, muchas gracias.

-         No es nada. El que va ahora, supongo que te gustará más. No se.

-         Joder… no quiero que te gastes tanto dinero conmigo. A mi lo único que me hace falta eres tu a mi lado.

-         Gracias, por eso ten esto, para nuestros momentos.

-         ¿Una videocámara?

-         ¿Te gusta? – me quedé boquiabierto

-         Pero que me estás contando María, es perfecto.

-         Me alegro.

-         OH, hay que estrenarla. Sonríe.- empecé a gravarla y a mi también diciendo cosas, nos reímos y cogí el otro regalo, que era la presentación que le hice.

-         Bueno… voy a ducharme.- dijo. – Hoy comida familiar.

-         Que nervios… Pero espera, ten.

-         ¿Qué pasa?

-         Te pensabas que solo tenía un regalo.

-         Si. Y me sobra.

-         Ten. – le entregué el CD que contenía la representación.

-         Luego lo vemos juntos. Ahora voy a la ducha.

-         Vale.

Se fue a la ducha y yo me cambié de ropa.

Preparé el desayuno y mientras que desayunábamos en el comedor mirábamos el CD, que habían videos y fotos.

Luego de todo nos preparamos para ir a mi casa.

Capítulo 42: Navidades Capítulo 44: Día de Navidad

 


 


 
14639736 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10859 usuarios