Estaba esperando por Edward que se había entretenido jugando con Lydia y ahora íbamos atrasados. Cuando por fin apareció por la puerta casi se me cae la baba, vestía muy sencillo con un jean y una remera de manga corta bien ajustada a su cuerpo, se veía de infarto, quería llevármelo a la habitación y encerrarme con el toda la noche.
- Amor te traigo el babero? –me pregunto el muy engreído.
- No seas engreído. –le regañe y me di la vuelta porque seguirlo mirando era perjudicial para mi.
- Papi estas muy lindo –dijo nuestra hija que venía del su cuarto-. Tu también estas linda mami.
- Gracias cielo. –le di un tierno abrazo.
- Tu mama nunca ha sido solo linda. –la contradijo Ed.
- Que es? –pregunto Lydia confundida.
- Es la mujer mas hermosa del mundo. –dijo haciendo que me derrita y que nuestra hija sonriera.
- Bueno vamos que aun hay que comprar el postre. –les dije sonrojada.
- Helado? –pregunto mi princesa.
- Claro que será helado mi amor, de chocolate y almendras. –era el preferido de las dos.
- No se puede negar que son madre e hija. –dijo Ed por lo bajo pero yo me hice la que no lo escuche.
Salimos los tres del apartamento, Lydia iba en brazos de su papa y yo abrazada a el, como siempre. Bajamos al estacionamiento y subimos al auto, una vez los tres acomodados partimos a la heladería.
- Espérenme aquí, asi será mas rápido y la enana no nos matara. –dijo Ed, yo solo asentí y el bajo del auto.
- Queremos también de arándanos. –le dijo nuestra hija antes de que cerrara la puerta.
- Que te parece si jugamos al veo veo mientras esperamos a tu papa? –por lo que llegaba a ver la heladería estaba llena.
- Yo empiezo –dijo dando saltitos en su asiento-. Veo veo.
- Que ves?
- Una cosa que empieza con la letra L. –comencé a mirar por las ventanas a ver que encontraba.
- Lámpara? –negó- Lentes? (había un hombre que usaba lentes parado cerca del auto) –negó- Limpia parabrisas? –se rio a carcajadas de mi último intento.
- Perdiste, eran las llaves. –dijo con una hermosa sonrisa iluminando su rostro.
- Eres una tramposa, no me diste pistas. –le dije haciéndome la ofendida, por lo que las dos reímos.
- Te toca. –dijo contenta. Comencé a mirar en todas las direcciones y se me ocurrió usar las sombrillas de la heladería.
- Veo veo.
- Que ves? –pregunto ya con cara de concentración.
- Una cosa rosada y blanca. –dije tratando de hacérselo fácil.
- Mmm… -comenzó a observar el entorno- La sombrilla?
- No es justo que adivines tan rápido. –mi princesa comenzó a aplaudir y dar saltitos en el asiento. En ese regreso llego Edward.
- De que se ríen? –nos pregunto en cuanto me vio, me dio la bolsa con los helados, el muy exagerado compro por lo menos cuatro litros.
- De mami. –dijo mi hija.
- Por que? –pregunto aun mas intrigado.
- Estábamos jugando y perdió muy rápido. –Edward me miro y le sonreí.
- No perdí tan rápido. –trate de defenderme.
- Si tu dices. –dijo Lydia girando los ojos, cuando hacia esa clase de gestos era como ver al reflejo de Edward. Le saque la lengua cual niña chica, las dos nos reímos.
- Que compraste? –le pregunte a Ed.
- Chocolate, arándanos, vainilla, menta, sabayón, frambuesa, limón y dulce de leche, medio litro de cada uno.
- No es mucho?
- No lo creo amor. –dijo mirándome de forma significativa.
El resto del viaje a casa de Alice y Jasper continuamos jugando adivinanzas. Cuando estacionamos en la puerta ya eran mas de 8 y 30, algo me dice que cierta enana estaría ya de mal humor. Bajamos del auto y caminamos hacia la puerta, Lydia iba entre medio de nosotros tomada de nuestras manos. Llegamos a la puerta y tocamos el timbre, en menos de dos minutos teníamos a Alice delante de nosotros, se veía muy enfadada.
- Dije a las ocho! –dijo cruzando los brazos delante de su cuerpito.
- Perdón Al. –le dije haciendo mi mejor carita de niña buena.
- No me vas a comprar con eso Isabela!
- Alice, amor déjalos entrar de una vez que si no será aun mas tarde. –salió Jasper en nuestra ayuda.
- No lo olvidare. –nos dijo antes de darnos la espalda.
- Hola Jas, como estas? –me le acerque para saludarlo.
- Muy bien Bella, gracias por ayudarme a no cocinar. –la última parte lo dijo bajito.
- Cuando quieras Jas. –le dije sonriente.
- Hola hermano, gracias por la ayuda. –lo saludo Ed.
- Hola Ed, como va todo.
- Perfectamente. –le aseguro con su sonrisa mas radiante.
- Hola hermosa sobrina, como te has portado? –saludo a nuestra hija y la tomo en brazos.
- Muy bien tio, como siempre. –le aseguro Lydia sonriéndole con carita angelical.
- Voy a dejar los helados en el refrigerador. –dijo Ed y camino en dirección a la cocina. Yo fui donde a la sala y me encontré a una Alice enfurruñada y a un Em y Rose muy melosos.
- Hola chicos. –los salude amistosamente.
- Hola de nuevo hermanita –me saludo Em-. Ya podemos pedir la pizza, muero de hambre?
- Es tu primer antojo? –me pregunto de forma casi amigable Alice.
- Se podría decir que si. Últimamente Edward me compra todas las cosas que me gustan asi que siempre encuentro lo que quiero en la despensa.
- Van a pensar que te estoy mal criando. –dijo Ed mientras me abrazaba por la espalda y acariciaba mi pancita can sus manos.
- Verdad que yo me porto mejor que mami? –pregunto mi hija que aun seguía en brazos de Jas pero ahora sentados al lado de Alice.
- Eso no lo dudes mi amor, pero no lo digamos delante de mami. –todos se rieron a excepción de mi que me cruce de brazos y mire a Edward de reojo.
- Muy gracioso. –dije con sarcasmo.
- No te enojes amorcito, tu sabes que para mi eres la mujer mas hermosa y perfecta en este mundo, solo es una pequeña bromita. –dijo con esa carita tierna y sonrisa torcida a la que no me puedo resistir.
- No te vuelvo a pedir nada, me hare cargo de los antojos de tu hijo. –dije como si nada.
- No te preocupes Bells, yo te ayudo con eso. –prometió Jas y le dedique una sonrisa de gratitud.
- Me deja tranquilo saber que mi hermana tendrá quien la cuide cuando yo me vaya. –dijo Em como si nada.
- Cuando te vaya? Cuando te iras? –pregunte histérica.
- Tu sabes que yo no me puedo quedar a vivir aquí.
- Si, pero no me puedes soltar esa noticia de esa forma. –le reclame.
- Lo siento Bells, estaba esperando a que te retiraran el reposo.
- Y cuando te vas?
- Nos vamos el miércoles.
- Miércoles –me cayo como un balde de agua fría-. Nos?
- Me voy con el. –dijo Rose y le tomo la mano fuertemente.
- Que genial. –dijo Alice de lo mas contenta.
- Los felicito. –no fui muy convincente.
- Yo no los voy a ver mas. –dijo Lydia con los ojitos llenos de lagrimas. Emmett la tomo de los brazos de Jas y la abrazo fuertemente.
- Claro que nos vamos a ver princesa, que clase de tio favorito seria se te abandono. Te prometo que vendremos siempre que podamos y que cuando logre convencer a tu mama te llevare de vacaciones conmigo, además de que estaremos aquí para cuando nazca tu hermanito. –me separe de Edward y fui a abrazarme a ellos.
- No es tierno. –escuche decir a Alice.
- Pero que te han hecho hermanita? Desde cuando tan cariñosa? –pregunto con sorna.
- Son las hormonas. –respondió mi hija haciéndonos reír a todos.
- Bueno llamemos a la pizzería que tanta charla seria me ha dado aun mas hambre. –se quejo el muy bestia.
Nos pusimos de acuerdo en que era lo que quería cada uno y llamamos, Emmett me conto sobre algunas de las cosas que tenia que hacer en parís y que realmente lo que esperaba era que Rose deje de trabajar en la perfumería, los regañe por no habérmelo dicho antes, a lo que ambos sonrieron. Se notaba que se amaban mucho y que estaban completamente seguros del paso a dar.
Media hora después llego el repartidor, pedimos una pizza para cada uno, salvo Em que se pidió tres, y aunque no lo creían capaz yo sabia que el muy bestia se las comería y se quedaría con ganas de mas.
La comida transcurrió en dos conversaciones, por un lado Alice le pedía a Rose lo que quería de regalo para cuando vinieran a visitarnos y por otro Ed, Jas, Em y yo hablábamos como nos fue hoy en el médico, de la reunión familiar del sábado, de cómo se tomarían mis suegros la noticia y de algunas otras cosas sin mayor importancia. Luego de la pizza vino el momento del helado, Lydia corrió a mi lado porque sabia que últimamente soy muy permisiva, Jas sirvió una porción a todos, luego de nuestra primera porción mi hija y yo seguimos comiendo y comiendo helado, a no ser el de dulce de leche y el de limón que no nos gustan terminamos con todos.
Después de cenar nos despedimos y nos retiramos, mañana nos tocaba madrugar, a todos.
HOLA CHICAS, PERDONEN LA DEMORA, ES QUE CON ESTO DE LAS FIESTAS ESTOY COMPLICADA, EN UN PAR DE DIAS EMPIEZO MI LICENCIA Y PROMETO PONERME AL DIA CON AMBAS HISTORIAS.
FELIZ NAVIDAD!!!
BESOS, FIO
|