Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 150003
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 40: Cena en casa de Al y Jas

Estaba esperando por Edward que se había entretenido jugando con Lydia y ahora íbamos atrasados. Cuando por fin apareció por la puerta casi se me cae la baba, vestía muy sencillo con un jean y una remera de manga corta bien ajustada a su cuerpo, se veía de infarto, quería llevármelo a la habitación y encerrarme con el toda la noche.

-                     Amor te traigo el babero? –me pregunto el muy engreído.

-                     No seas engreído. –le regañe y me di la vuelta porque seguirlo mirando era perjudicial para mi.

-                     Papi estas muy lindo –dijo nuestra hija que venía del su cuarto-. Tu también estas linda mami.

-                     Gracias cielo. –le di un tierno abrazo.

-                     Tu mama nunca ha sido solo linda. –la contradijo Ed.

-                     Que es? –pregunto Lydia confundida.

-                     Es la mujer mas hermosa del mundo. –dijo haciendo que me derrita y que nuestra hija sonriera.

-                     Bueno vamos que aun hay que comprar el postre. –les dije sonrojada.

-                     Helado? –pregunto mi princesa.

-                     Claro que será helado mi amor, de chocolate y almendras. –era el preferido de las dos.

-                     No se puede negar que son madre e hija. –dijo Ed por lo bajo pero yo me hice la que no lo escuche.

Salimos los tres del apartamento, Lydia iba en brazos de su papa y yo abrazada a el, como siempre. Bajamos al estacionamiento y subimos al auto, una vez los tres acomodados partimos a la heladería.

-                     Espérenme aquí, asi será mas rápido y la enana no nos matara. –dijo Ed, yo solo asentí y el bajo del auto.

-                     Queremos también de arándanos. –le dijo nuestra hija antes de que cerrara la puerta.

-                     Que te parece si jugamos al veo veo mientras esperamos a tu papa? –por lo que llegaba a ver la heladería estaba llena.

-                     Yo empiezo –dijo dando saltitos en su asiento-. Veo veo.

-                     Que ves?

-                     Una cosa que empieza con la letra L. –comencé a mirar por las ventanas a ver que encontraba.

-                     Lámpara? –negó- Lentes? (había un hombre que usaba lentes parado cerca del auto) –negó- Limpia parabrisas? –se rio a carcajadas de mi último intento.

-                     Perdiste, eran las llaves. –dijo con una hermosa sonrisa iluminando su rostro.

-                     Eres una tramposa, no me diste pistas. –le dije haciéndome la ofendida, por lo que las dos reímos.

-                     Te toca. –dijo contenta. Comencé a mirar en todas las direcciones y se me ocurrió usar las sombrillas de la heladería.

-                     Veo veo.

-                     Que ves? –pregunto ya con cara de concentración.

-                     Una cosa rosada y blanca. –dije tratando de hacérselo fácil.

-                     Mmm… -comenzó a observar el entorno- La sombrilla?

-                     No es justo que adivines tan rápido. –mi princesa comenzó a aplaudir y dar saltitos en el asiento. En ese regreso llego Edward.

-                     De que se ríen? –nos pregunto en cuanto me vio, me dio la bolsa con los helados, el muy exagerado compro por lo menos cuatro litros.

-                     De mami. –dijo mi hija.

-                     Por que? –pregunto aun mas intrigado.

-                     Estábamos jugando y perdió muy rápido. –Edward me miro y le sonreí.

-                     No perdí tan rápido. –trate de defenderme.

-                     Si tu dices. –dijo Lydia girando los ojos, cuando hacia esa clase de gestos era como ver al reflejo de Edward. Le saque la lengua cual niña chica, las dos nos reímos.

-                     Que compraste? –le pregunte a Ed.

-                     Chocolate, arándanos, vainilla, menta, sabayón, frambuesa, limón y dulce de leche, medio litro de cada uno.

-                     No es mucho?

-                     No lo creo amor. –dijo mirándome de forma significativa.

El resto del viaje a casa de Alice y Jasper continuamos jugando adivinanzas. Cuando estacionamos en la puerta ya eran mas de 8 y 30, algo me dice que cierta enana estaría ya de mal humor. Bajamos del auto y caminamos hacia la puerta, Lydia iba entre medio de nosotros tomada de nuestras manos. Llegamos a la puerta y tocamos el timbre, en menos de dos minutos teníamos a Alice delante de nosotros, se veía muy enfadada.

-                     Dije a las ocho! –dijo cruzando los brazos delante de su cuerpito.

-                     Perdón Al. –le dije haciendo mi mejor carita de niña buena.

-                     No me vas a comprar con eso Isabela!

-                     Alice, amor déjalos entrar de una vez que si no será aun mas tarde. –salió Jasper en nuestra ayuda.

-                     No lo olvidare. –nos dijo antes de darnos la espalda.

-                     Hola Jas, como estas? –me le acerque para saludarlo.

-                     Muy bien Bella, gracias por ayudarme a no cocinar. –la última parte lo dijo bajito.

-                     Cuando quieras Jas. –le dije sonriente.

-                     Hola hermano, gracias por la ayuda. –lo saludo Ed.

-                     Hola Ed, como va todo.

-                     Perfectamente. –le aseguro con su sonrisa mas radiante.

-                     Hola hermosa sobrina, como te has portado? –saludo a nuestra hija y la tomo en brazos.

-                     Muy bien tio, como siempre. –le aseguro Lydia sonriéndole con carita angelical.

-                     Voy a dejar los helados en el refrigerador. –dijo Ed y camino en dirección a la cocina. Yo fui donde a la sala y me encontré a una Alice enfurruñada y a un Em y Rose muy melosos.

-                     Hola chicos. –los salude amistosamente.

-                     Hola de nuevo hermanita –me saludo Em-. Ya podemos pedir la pizza, muero de hambre?

-                     Es tu primer antojo? –me pregunto de forma casi amigable Alice.

-                     Se podría decir que si. Últimamente Edward me compra todas las cosas que me gustan asi que siempre encuentro lo que quiero en la despensa.

-                     Van a pensar que te estoy mal criando. –dijo Ed mientras me abrazaba por la espalda y acariciaba mi pancita can sus manos.

-                     Verdad que yo me porto mejor que mami? –pregunto mi hija que aun seguía en brazos de Jas pero ahora sentados al lado de Alice.

-                     Eso no lo dudes mi amor, pero no lo digamos delante de mami. –todos se rieron a excepción de mi que me cruce de brazos y mire a Edward de reojo.

-                     Muy gracioso. –dije con sarcasmo.

-                     No te enojes amorcito, tu sabes que para mi eres la mujer mas hermosa y perfecta en este mundo, solo es una pequeña bromita. –dijo con esa carita tierna y sonrisa torcida a la que no me puedo resistir.

-                     No te vuelvo a pedir nada, me hare cargo de los antojos de tu hijo. –dije como si nada.

-                     No te preocupes Bells, yo te ayudo con eso. –prometió Jas y le dedique una sonrisa de gratitud.

-                     Me deja tranquilo saber que mi hermana tendrá quien la cuide cuando yo me vaya. –dijo Em como si nada.

-                     Cuando te vaya? Cuando te iras? –pregunte histérica.

-                     Tu sabes que yo no me puedo quedar a vivir aquí.

-                     Si, pero no me puedes soltar esa noticia de esa forma. –le reclame.

-                     Lo siento Bells, estaba esperando a que te retiraran el reposo.

-                     Y cuando te vas?

-                     Nos vamos el miércoles.

-                     Miércoles –me cayo como un balde de agua fría-. Nos?

-                     Me voy con el. –dijo Rose y le tomo la mano fuertemente.

-                     Que genial. –dijo Alice de lo mas contenta.

-                     Los felicito. –no fui muy convincente.

-                     Yo no los voy a ver mas. –dijo Lydia con los ojitos llenos de lagrimas. Emmett la tomo de los brazos de Jas y la abrazo fuertemente.

-                     Claro que nos vamos a ver princesa, que clase de tio favorito seria se te abandono. Te prometo que vendremos siempre que podamos y que cuando logre convencer a tu mama te llevare de vacaciones conmigo, además de que estaremos aquí para cuando nazca tu hermanito. –me separe de Edward y fui a abrazarme a ellos.

-                     No es tierno. –escuche decir a Alice.

-                     Pero que te han hecho hermanita? Desde cuando tan cariñosa? –pregunto con sorna.

-                     Son las hormonas. –respondió mi hija haciéndonos reír a todos.

-                     Bueno llamemos a la pizzería que tanta charla seria me ha dado aun mas hambre. –se quejo el muy bestia.

Nos pusimos de acuerdo en que era lo que quería cada uno y llamamos, Emmett me conto sobre algunas de las cosas que tenia que hacer en parís y que realmente lo que esperaba era que Rose deje de trabajar en la perfumería, los regañe por no habérmelo dicho antes, a lo que ambos sonrieron. Se notaba que se amaban mucho y que estaban completamente seguros del paso a dar.

Media hora después llego el repartidor, pedimos una pizza para cada uno, salvo Em que se pidió tres, y aunque no lo creían capaz yo sabia que el muy bestia se las comería y se quedaría con ganas de mas.

La comida transcurrió en dos conversaciones, por un lado Alice le pedía a Rose lo que quería de regalo para cuando vinieran a visitarnos y por otro Ed, Jas, Em y yo hablábamos como nos fue hoy en el médico, de la reunión familiar del sábado, de cómo se tomarían mis suegros la noticia y de algunas otras cosas sin mayor importancia. Luego de la pizza vino el momento del helado, Lydia corrió a mi lado porque sabia que últimamente soy muy permisiva, Jas sirvió una porción a todos, luego de nuestra primera porción mi hija y yo seguimos comiendo y comiendo helado, a no ser el de dulce de leche y el de limón que no nos gustan terminamos con todos.

Después de cenar nos despedimos y nos retiramos, mañana nos tocaba madrugar, a todos.

 

 

 

HOLA CHICAS, PERDONEN LA DEMORA, ES QUE CON ESTO DE LAS FIESTAS ESTOY COMPLICADA, EN UN PAR DE DIAS EMPIEZO MI LICENCIA Y PROMETO PONERME AL DIA CON AMBAS HISTORIAS.

FELIZ NAVIDAD!!!

BESOS, FIO

Capítulo 39: Dia en familia y celos Capítulo 41: Primer dia de trabajo

 
14640708 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10860 usuarios