El linaje (+18)

Autor: a_cullen
Género: Romance
Fecha Creación: 14/05/2011
Fecha Actualización: 28/05/2011
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 29
Visitas: 91830
Capítulos: 42

FINALIZADO

Las cosas no siempre suceden como uno las planea. La vida te da sorpresas, cosas inesperadas, y encuentras el amor en el momento en el que pensabas que lo que ibas a solucionar era otra cosa.

Bella está prometida con Jasper, pero pronto descubrirá que el destino tiene reservados otros planes para ella.

Bella Swan destinada a ser un vampiro. Edward Cullen destinado a estar con Bella.

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Capítulo 42: Epilogo

Hacía seis meses que nos habíamos casado y habíamos decidió retrasar la luna de miel hasta que nacieran los bebés, no consideramos oportuno irnos fuera del país en mi estado.
Pese a no haber ido de viaje para celebrar nuestra boda y luna de miel, Edward y yo si estábamos viviendo como en una luna de miel.
Tenía ya casi siete meses de embarazo y estaba enorme. Mi tripa parecía un barril. Edward se reía mucho cuando me miraba al espejo y me enfadaba porque la ropa me quedaba pequeña de una semana para otra, parecía que aquella tripa crecía por momentos.
Edward se había tomado un año sabático de la universidad, quería estar en casa conmigo y con nuestros hijos cuando nacieran.
Alice y Jasper se habían casado tres meses después que nosotros, y Alice también estaba embarazada. Se había mudado a una nueva urbanización cerca de casa de los padres de Edward. Allí también vivian Rosalie y Emmet, que estaban en Darmoth, ya que Rosalie quería esperar algún tiempo a ampliar la familia, y a Emmet no le importaba, decía que así “practicaba” para cuando se decidieran a tener niños.
Edward y yo también habíamos comprado una casa en la misma urbanización que sus hermanos, vivíamos todos en la misma calle. A  diez minutos de la casa familiar de los Cullen, y a quince minutos de los Swan.
Mis padres ya estaban instalados en la antigua casa de los Smith, que estaba al lado de la casa de tía Katheryn y tío Stefan.
Mi vida era todo lo que podía desear. Tenía un marido perfecto y a mi familia cerca, apoyándome cuando lo necesitaba.
Habíamos decidido tener a los bebé en el hospital de Forks, allí trabajaba Carlisle, y queríamos que él asistiera al parto.
Una tarde estaba en casa arreglando unas flores que Edward me había traído esa mañana. Estaba sola, ya que él se había ido a comprar algunas cosas que faltaba en la nevera, como por ejemplo helado. Durante el embarazo se había vuelto indispensable el helado en mi dieta, pero sólo de un sabor, vainilla cookies.
Estaba de pie en la sala cuando noté como agua bajando por mis piernas. Al principio pensé que se me había escapado el pis, pero al mirar al suelo y ver la cantidad y el color del agua, supe que el momento había llegado y los bebés estaban en camino.
Conseguí llegar hasta mi bolso que estaba en la entrada y cogí mi teléfono para llamar a Edward, necesitaba un hospital, ya empezaban las contracciones.
Edward contestó al segundo timbrazo.
- Si mi amor, necesitas que te traiga algo más del supermercado? – dijo alegremente
- NOOOOOOOO! – grité en medio de una contracción
- Bella? que pasa? algo va mal? – dijo el angustiado.
- NECESITO QUE TE TRAIGAS TU MISMO A CASA Y ME LLEVES AL HOSPITAAAAAAAAAAAAAAAAL!!!!!!! EDWARD VEN YAAAAAA!!!!!!! – colgué el teléfono y me senté en el suelo, no podía llegar hasta la sala.
Tomé el teléfono y marqué el número de Carlisle.
- Hola Bella, que tal estas? – pregunto Carlisle.
Yo no podía contestar, estaba respirando como me habían enseñado en las clases de preparto. Carlisle me escucho jadear por el teléfono.
- BELLA ESTAS DE PARTO? – pregunto desde el otro lado de la línea
- Ahá! – conseguí decir.
- Dónde estas Bella, vienen de camino? – pregunto Carlisle en todo profesional.
- Carlisle, estoy en casa, Edward viene de camino, pero no creo que lleguemos al hospital, las contracciones son ya muy seguidas – En ese momento Edward entraba por la puerta.
- Amor estas bien? Vamos – me dijo.
Negué con la cabeza y le pase el telefóno.
- Si? – pregunto Edward.
- Edward, soy Carlisle, me ha llamado Bella, dice que las contracciones son muy seguidas y que no llega al hospital -  a Edward se le habían puesto los ojos como platos, y yo tenia otra contracción.
- AAAAAAAAAAAAAAH!!! CARLISLE SON CADA CINCO MINUTOS!!!!!!!!! – dije a voz de grito.
- Edward hijo, pon agua a hervir, busca toallas limpias. En dos minutos estoy ahí, salgo corriendo para ahí, llegaré antes que con el coche.
Edward salió disparado a velocidad vampirica, creo que nunca lo había visto correr tanto. En dos minutos Carlisle entraba por la puerta.
- No ha querido moverse de ahí papá – le decía Edward a mi padre respondiendo alguna pregunta que se había formado en la mente de Carlisle.
- Bien. Bella no podemos quedarnos aquí tirados en el suelo, necesito que estemos en una cama para poder asistirte. Vamos a moverte entre Edward y yo, te levantaremos del suelo con cuidado e iremos al dormitorio.
No podía decir nada, sólo asentí.
Edward y Carlisle me cargaron entre ambos y me llevaron al dormitorio.
Carlisle me ayudo a quitarme la ropa de cintura para abajo para poder examinarme.
- Bella estas ya dilatada de diez centímetros, los bebés vienen ya. Edward, necesito que traigas las toallas y el agua caliente. Yo iré a por mí maletín.
En medio segundo ambos estaban de nuevo en la habitación. Carlisle abrió su maletín y sacó varias sabanas de quirófano con las que cubrieron la cama. Edward me levantó en vilo mientras Carlisle colocaba las sabanas. Colocó otra sabana en mi cintura cubriendo mis piernas.
Esme llegó a la habitación y se acercó hasta Carlisle.
- Cuanto a dilatado? – preguntó Esme. Pese a no ejercer, Esme era enfermera titulada, así que ayudaría a Carlisle a traer a mis hijos al mundo sanos y salvos.
- Ya está lista Esme, voy a necesitar tu ayuda.
Oí la puerta e imaginé que el resto de la familia había llegado. Estaban todos en la sala.
Edward se sentó en la cama al otro lado de la sabana, y me tomó de la mano. Carlisle y Esme ya estaban vestidos con los trajes de quirófano y preparados para el parto.
- Bella, no te puedo dar nada, ya estas dilatada y ha llegado el momento -  me dijo Carlisle de modo profesional – necesito que empujes cuando yo te lo diga y que pares cuando yo te lo diga, de acuerdo? – preguntó.
- Si, estoy lista – dije con voz firme.
Carlisle se sentó en un taburete frente a mis piernas flexionadas y mi dilatación. Estaba con el trasero al borde de los pies de la cama y con varios almohadones en mi espalda. Edward sentado en la cama me sujetaba la mano.
- Bien Bella, vamos a empezar, cuando te avise necesito que empujes seguido, no pares hasta que te lo diga.
Asentí. Noté las manos de Carlisle abriendo paso en mi zona intima.
- Ya veo al primero, empieza a asomar la cabeza. Bella cuando te venga la contracción tienes que empujar sí, no te detengas hasta que te lo diga.
- YA VIENE CARLISLE!!
- Empuja Bella VAMOS!
Empuje con todas mis fuerzas. Notaba una presión en la parte baja de mi intimidad, una presión que iba aumentando, pero no dejaba de apretar.
- Ya casi está la cabeza fuera Bella, sigue empujando.
No podía más, Edward me tomaba de la mano, y creo que si no fuera un vampiro tan fuerte se la habría roto ya!
- Bien Bella! para y respira! Ya tenemos la cabeza fuera.
Respiré y exhalé de modo acelerado, solo había una cabeza de uno de mis hijos fuera y ya estaba agotada, pero tenía que sacar fuerzas de donde fuera, ese era el momento más importante en sus vidas y yo tenía que ser fuerte.
- Viene otra contracción Carlisle!!!!
- Bien Bella empuja de nuevo!!!
Empuje con todas mis fuerzas. Notaba como Carlisle iba trabajando meticulosamente y en un momento dejé de notar la presión en mi parte baja para sentir el llanto de mi primer hijo.
Fue lo más maravilloso que había oído en mi vida, era mi hijo. Una parte de mi y una parte de Edward.
- Es una niña – dijo Carlisle emocionado.
No podía hablar, mis lágrimas empezaron a resbalar por mis mejillas.
- Edward quieres cortar el cordón? – le preguntó Carlisle a su hijo.
El me miró a los ojos y yo asentí. Se acercó hasta los pies de la cama y tomó las tijeras siguiendo las instrucciones de Carlisle.
Empecé a notar otra vez la presión anterior en la parte baja de mi cuerpo. Mi otro bebé estaba en camino.
- Carlisle ya viene el otro…. – dije entrecortadamente.
Esme envolvió a mi hija con una toalla y se la entregó a Edward. Que se acercó hasta mi lado para poder ver a mi hija. Era perfecta. Sus manitas, sus ojitos…
- Te amo – dijo Edward sobre mis labios.
El momento era mágico, pero faltaba otro de mis hijos que empezaba a presionar por salir.
Carlisle me examinaba  de nuevo.
- Bien Bella, ya empieza a asomar la cabeza, vamos a repetir el mismo proceso. Lo has hecho muy bien la primera vez, así que ahora vamos a por el segundo. Cuando tengas la contracción empuja y no te detengas hasta que yo te lo diga.
La presión iba aumentando y pronto llegaron de nuevo las contracciones.
- AAAAAAAAAAAAAAH!!!!! – no pude contener un grito, un parto natural sin anestesia era muy doloroso.
- Empuja Bella!!! – me ordenó Carlisle
Empecé a empujar con todas mis fuerzas. Estaba agotada, pero viendo a mi hija en los brazos de su padre, sabía que otra vida estaba por llegar, y eso me daba fuerzas.
- Bien Bella descansa hasta la siguiente contracción. Ya tenemos la cabeza fuera.
Respiraba agitadamente mientras miraba a Edward con nuestra hija en los brazos. El sujetaba mi mano y con la otra tenia a la niña en sus brazos. La acunaba tiernamente.
Llegó la siguiente contracción.
- CARLISLEEEEEEE!!!!!!
- Empuja Bella, un último esfuerzo y ya lo tenemos fuera, vamos! – me dijo Carlisle para animarme.
Empuje con todas mis fuerzas.
- Bien Bella ya está fuera!!!! Descansa! ES UN NIÑO!!!!!!!!!
Un niño y una niña! No podía ser mejor noticia. Por fin tenía a mis hijos. No habíamos querido saber el sexo de los bebes hasta el momento de su nacimiento, así que era una sorpresa.
- Edward quieres cortar el cordón de tu hijo? – dijo Carlisle tiernamente.
Me dejó a nuestra hija en mi regazo tiernamente y fue a cortar el cordón de nuestro hijo.
- Hola Reneesme, que bonita eres – le dije a mi hija. Era uno de los nombres que había estado barajando en caso de que alguno de los bebes fuera niña. La combinación de los nombres de sus abuelas.
- Como la has llamado? – Edward ya estaba a mi lado con mi hijo en brazos.
- Rene y Esme junto, Reneesme. Si no te gusta podemos escoger otro nombre.
- Me encanta! – dijo Edward con lagrimas en los ojos.
Bien Bella, ahora si voy a pincharte algo de anestesia para coserte los puntos.
Carlisle había seguido trabajando retirando la placenta y limpiando todo  en mi interior. No podía creer que hasta ese momento no me había dado cuenta. Ya no me dolía nada, tenía el cuerpo de cintura hacía abajo entumecido. Estaba muy cansada.
- No te preocupes Carlisle, ya no me duele – eso fue lo último que alcancé a decir.
Creo que me desmayé, pues ya no estaba en aquella habitación, si no en el prado con Edward y con mis bebés. Estábamos tumbados en la hierba disfrutando de un día soleado en Forks, todo era maravilloso y fantástico hasta que de repente el cielo se puso gris. Unos nubarrones amenazaban con descargar una tormenta sobre nuestras cabezas.
De repente empezó a llover y Edward tomó a mis bebés en brazos y empezó a correr hacia el coche. Yo intentaba seguirlos pero no lo conseguía. Mis pies se hundían en el suelo, me había quedado clavada como si hubiera echado raíces. Edward seguía corriendo sin mirar atrás para proteger a nuestros hijos de la lluvia.
Intentaba correr, soltar mis pies de aquella trampa pero no lo conseguía. Ya no veía a Edward por ningún sitio. Por donde él había desaparecido con mis hijos apareció Victoria, no podía ser! Habría encontrado a Edward y a mis hijos?
Seguía clavada en el suelo y ella se iba acercando con su malévola sonrisa hasta donde yo estaba, no podía correr ni defenderme, seguía siendo semi humana, demasiado débil para ser rival para ella.
Estaba muy cerca….
- Bella, Bella despierta -  oía la voz de Carlisle, pero donde estaba él? – Bella.
- Vamos amor reacciona – la voz de mi ángel.
De pront abrí los ojos y estaba en mi habitación, en mi casa con mi familia. Edward estaba a mi lado tomandome la mano, y Esme junto a Carlisle.
- Bella como te sientes, estas mareada? – preguntó Carlisle en tono preocupado.
- No, me encuentro bien, me había quedado dormida Carlisle, estaba muy cansada y tenía las piernas entumecidas.
- Bella te desmayaste debido al esfuerzo del parto y la pérdida de sangre – dijo Carlisle en tono tranquilizador, creo que hablaba más para tranquilizar a Edward que a mí – esta lista para que te pinche la anestesia y te cosa.
- Ajá, lista – dije tranquilamente.
Esme ya tenía la jeringuilla preparada y todo el instrumental en una mesa improvisada junto a Carlisle.
Noté un pequeño pinchazo, soportable después de un parto natural.
- Sientes esto Bella – preguntó Carlisle concentrado.
- No, debería? – pregunté yo intrigada.
- No, es para comprobar si la anestesia ha hecho efecto.
Carlisle empezó a trabajar en mi zona íntima, yo no sentía nada, la anestesia era genial.
Mire a Edward a los ojos mientras Carlisle me cosía. Ya tenía el semblante algo más tranquilo. Noté que no tenía a ninguno de nuestros hijos en brazos, pero vi las dos cunitas al otro lado de la cama con un bultito en cada una de ellas que se agitaba. Allí estaban mis bebés lindos.
- Como le vamos a poner al niño? – le pregunté a Edward. El me miraba sorprendido, aún no se había relajado del todo, y aquella pregunta lo había cogido totalmente fuera de combate. Durante el embarazo habíamos comentado varios nombres, pero no lo teníamos decidido del todo al no saber el sexo de los bebés - Creo que lo justo sería que lo escogieras tú, yo escogí el de la niña – dije cariñosamente.
Así como el nombre de la niña lo había tenido muy claro desde el primer momento, para niño no lo teníamos decidido pues a mí me gustaba Edward, pero él no quería ponerle a su hijo su nombre.
- Bien terminado – dijo Carlisle -  Bella vamos a cambiar las sabanas rápidamente. Edward necesito que levantes a Bella sin moverla de la posición en la que se encuentra mientras Esme y yo retiramos toda la ropa de cama y ponemos ropa limpia para que pueda descansar Bella sin moverse de la cama.
- De acuerdo – dijo Edward firmemente.
Me levanto en vilo y me sacó de la cama manteniéndome en la misma postura. Era como si siguiera tumbada en la cama pero sin tener contacto alguno con nada que no fueran sus brazos.
- Listo, deja a Bella de nuevo en la cama suavemente.
Edward me dejó en la cama y Esme recolocó los almohadones y me tapó cariñosamente.
- Creo que ya podemos decir al resto de la familia que vengan.
Carlisle y Esme salieron a buscar al resto de nuestra familia que estaba en el salón esperando.
Mis padres subieron los primeros. Fue un momento muy emotivo, al menos para mí, que era la única que lloraba, hasta que entró Alice con Jasper y Rosalie con Emmet, ahí llorábamos las tres como magdalenas.
Mi tía Katheryn y tío Stefan también estaban felices.
El último en aparecer tímidamente por la puerta fue mi hermano Mike. Se quedó con medio cuerpo dentro y el otro medio fuera, hasta que le hice un gesto para que se acercara a conocer a sus sobrinos.
Con una sonrisa de oreja a oreja mi hermano se acerco hasta la cama donde yo tenía al niño y Edward a la niña.
- Toma Mike coge a tu sobrina – Edward en un gesto muy bonito le tendió a mi hija para que Mike la tomara en brazos.
Mi hermano se quedó con los ojos como platos y cogió a su sobrina, la miraba con ternura, hasta que empezó a llorar.
Toda la familia se quedó en silencio contemplando la escena.
- Y él es tu sobrino Anthony – miré a Edward y el asintió aprobando el nombre, era el nombre del padre de Charlie, y sabia que para él iba a significar mucho.
Miré a mi padre y se acercó hasta la cama, tenía una sonrisa tierna dibujada en su rostro, sin duda sus dos primeros nietos habían llenado de felicidad a mi padre, pero el haber elegido el nombre de Anthony que era el nombre de mi abuelo, de su padre, que murió a manos de los Voulturi, sabía que para mi padre era especial.
En aquel instante en aquella habitación, había tres generaciones de Cullen-Swan. La llegada de mis hijos había sido una alegría para toda la familia, y representaba la continuidad de la mezclas de sangre pura con sangre humana dentro de la misma generación. La estirpe familiar había seguido su curso, y Edward y yo habíamos completado el circulo.

Capítulo 41: Por partida doble

 


Capítulos

Capitulo 1: Capitulo 1 : Maldita estirpe. Capitulo 2: Capitulo 2: Planes de viaje Capitulo 3: Capitulo 3: Forks Capitulo 4: Capitulo 4: Decisiones importante Capitulo 5: Capitulo 5: Noche de chicas y de sorpresas. Capitulo 6: Capitulo 6: El primer encuentro Capitulo 7: Capitulo 7: Conversaciones Capitulo 8: Capitulo 8: Bailando Capitulo 9: Capitulo 9: Revelaciones de alcoba. Capitulo 10: Capitulo 10: Soluciones para todo Capitulo 11: Capitulo 11: Preparativos finales Capitulo 12: Capitulo 12: La boda Capitulo 13: Capitulo 13: Recién casados Capitulo 14: Capitulo 14: El banquete de bodas Capitulo 15: Capitulo 15: El jardín de los Cullen Capitulo 16: Capitulo 16: Un paseo interesante Capitulo 17: Capitulo 17: Porque me reclamas si tu y yo no tenemos nada? Capitulo 18: Capitulo 18: Fin de fiesta Capitulo 19: Capitulo 19: After party Capitulo 20: Capitulo 20: Un nuevo día, más líos? Capitulo 21: Capitulo 21: Toda la verdad y nada más que la verdad lo juro. Capitulo 22: Capitulo 22: La reunión Capitulo 23: Capitulo 23: Visitando a los Cullen Capitulo 24: Capitulo 24: La cena Capitulo 25: Capitulo 25: La petición Capitulo 26: Capitulo 26: La Barbacoa Capitulo 27: Capitulo 27: La despedida en el prado Capitulo 28: Capitulo 28: Una semana eterna. Capitulo 29: Capitulo 29: Vuelta a Forks Capitulo 30: Capitulo 30: de compras, el deporte favorito de Alice. Capitulo 31: Capitulo 31: Jacob Capitulo 32: Capitulo 32: Visita a La Push Capitulo 33: Capitulo 33: No más visitas a los licántropos entendido señorita? Capitulo 34: NOTA DE LA AUTORA : Capitulo 1: Sorpresa inesperada. Capitulo 35: Capitulo 34: La semana infernal Capitulo 36: Capitulo 35: La huida Capitulo 37: Capitulo 36: Italia Capitulo 38: La decisión de Aro Capitulo 39: Como osas enfrentarte a una Voulturi? Capitulo 40: Juntos de nuevo Capitulo 41: Por partida doble Capitulo 42: Epilogo

 


 
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