A la mañana siguiente, vinieron a despertarme –después de haber hablado la noche anterior con Alec al dar un bostezo me vine a mi habitación-. Dijeron que tenía que bajar en 15 minutos… hacia la extraña habitación donde se encontrarían los 2 señores. Esto era todo, ahora podía ser que descubriría la razón de mi llegada a este lugar. Fui caminando con la mirada baja, cuando por fin me estaba aproximando a las grandes puertas de madera gruesa, unos gritos me dejaron escuchando fuera de ella.
- ¿CÓMO QUE NO HAN LLEGADO? –la voz de Cayo se escuchaba exaltada.
- Si, nos acaban de informar de su llegada hoy. Pero, no saben la hora. Pasaron inconvenientes –se excusaba una voz femenina.
- ¡Esto es inaudito! ¡No puedo esperarlos todo el día! Esto se viene muy mal… muy mal… -se lamentaba Cayo.
- ¿Qué hacemos mientras con la hibrida? Los planes se están atrasando, se lo recuerdo.
- ¡Ya lo sé! –decía exaltado el vampiro viejo-. No necesitas recordármelo. ¿Te dijeron a la hora en qué vendrían?
- Solo dijeron: pronto. Ya en estos momentos han de estar entrando a Volterra -¿Cómo? ¿Se encontraba enojado por qué aún las visitas que esperaba apenas entraban a Volterra en lugar de estar aquí ya?
- Si encuentras a Renesmee viniendo hasta acá, detenla, retrásala un poco.
- De acuerdo.
Me fui corriendo fuera de las grandes puertas, y me quede en un pasillo un tanto obscuro para que no creyera que hubiera llegado, para empezar a distraerme. Ya estaba a una distancia no cercana a las puertas. Eso estaba bien. Me fui tratando de concentrar más y más en Jasper. Necesitaba hablar con él en estos momentos, no tenía a nadie más con quien pudiera hacerlo. Poco a poco todos mis sentidos se fueron juntando para enfocar un solo objetivo. Fui metiendo mi mente en conexión a sus pensamientos, más…y un poco más.
- ¿Jasper? ¿Me escuchas? –hablaba la voz de mi tío con lo que yo había pensado, claro que ya había entrado en su cabeza-. ¿Nessie?
“¿Qué sucede? ¡No sabes cómo me alegra escuchas tu voz de nuevo! ¿Te encuentras bien? Perdí conexión completamente la otra vez…”
“Sí, lo sé, lo sé. Por favor, tienes que ayudarme. En este lugar están sucediendo cosas sumamente extrañas, tanto que Cayo se escuchaba tan nervioso… ¿Tío? ..Tengo miedo, no imaginas cuanto. Creía que Aro tenía que ver más que nada con esto, pero pienso que Cayo está más enterado que él en la situación”.
Empecé a recordar lo que había escuchado tras.
En eso, varios flashes llegaron a su cabeza y pude ir observando una guerra de vampiros neófitos. Parecían dementes, atacaban sin un sentido, solo a lanzarse a la yugular unos a otro, un pequeño pueblo de México… Una joven de 20 años abrazando a 2 bultos con la poca energía que le quedaba… La sangre que corría me estaba envolviendo, las cicatrices cobraban vida, la obscuridad se iba apoderando más y más. Grité inconsolablemente al notar que me encontraba entre cadáveres, unos pidiendo ayuda antes de morir, otros con la venganza pintada en sus pupilas. Mi rostro estaba manchado sobre sangre ajena. Las llamas se iban incrementando.
- Ayúdame…ayúdame… -rogaba la señora que abrazaba 2 bultos que lloraban hacia una sombra que se aproximaba.
“ALTO”, ordenó Jasper en su mente y dejé de poder ver el recuerdo cuando estaba a punto de verle el rostro a la sombra.
“¿Qué fue eso, tío? Dime, ¿Por qué pensaste en eso? ¿Qué era esa guerra? ¿Quién era ella?”
no necesitaba hablar, a veces era más fácil notar el miedo en los pensamientos que en la misma voz, pero muchas veces uno no puede escucharse a sí mismo gritar interiormente.
“Nessie…no debiste de haber visto… ¿Recuerdas cuando…hace unos años te conté…mi historia? El por qué de mi transformación”.
Fui recordando cuando aparentaba tener 13 años, pero realmente me encontraba acabada de cumplir los 3. Estaba sentada en la parte trasera de la gran casa de cristal, observando a Bella ejercer su escudo a grandes distancias jamás creídas por ella misma. Después de tiempo, unos se habían ido de caza, otros fueron a hacer labores adentro de la casa, y al final solo quedábamos Jasper –que a veces le ayudaba a mi mamá a pensar en sentimientos que le ayudaran-, Edward –que era el maniquí-, y yo.
- Exacto. Esa noche –coincidió él al también poder ver ms recuerdos, como si lo estuviera tocando para que viese lo que quería.
Ahora me percataba de que se encontraba al frente del gran río que había que saltar para llegar a la gran casa, seguramente venía de caza.
“Como verás, mi historia no es grata, nada tiene con un cuento de hadas. Mis pensamientos eran guiados únicamente para el poder… el control de todo”
Más imágenes de diversas batallas pintadas con rojo se iban haciendo presentes, gritos desgarradores que alimentaban los oídos para posar una sonrisa ante el dolor.
“Y…la señora que estaba tirada entre los escombros, cenizas y fuego…era la madre de Jane y Alec”.
Alec al dar un bostezo me vine a mi habitación-. Dijeron que tenía que bajar en 15 minutos…
hacia la extraña habitación donde se encontrarían los 2 señores. Esto era todo, ahora podía ser
que descubriría la razón de mi llegada a este lugar. Fui caminando con la mirada baja, cuando por
fin me estaba aproximando a las grandes puertas de madera gruesa, unos gritos me dejaron escuchando
fuera de ella.
- ¿CÓMO QUE NO HAN LLEGADO? –la voz de Cayo se escuchaba exaltada.