POV Alma
Fui al baño y me lavé la cara. Tenía que hacer muchas cosas durante el fin de semana. Cuando salí del aseo me asusté y se me escapó un grito flojo.
Me miraba fijamente con esos ojos que en un momento me llenaron tranquilidad. Sonreí al verlo.
Se levantó de mi cama y vino hasta a mí y me abrazó.
- Estás bien.
- Nahuel. No te he visto en estas dos semanas. ¿Qué ha ocurrido?
- Tranquila… - nos separamos los dos y nos sentamos en la cama. – He estado pues como siempre de aquí para allá. Y… he venido a ver como estabas, no sabía nada de ti. Me alegro de verte así. Estás… radiante. – sonrió.
Y a mi me hizo sonrojarme. ¿Por qué?
- Bueno… ¿quieres que demos alguna vuelta o algo? – le pregunté.
- Tranquila. Prefiero estar aquí, contigo. Entonces esta es tu habitación. Hacía mucho que no venía por aquí.
- Oye… yo… cuando me mostraste aquello. Te puedo pedir que me muestres un poco más. Por favor.
Hizo una mueca pero me pidió que me acostara en la cama. Le hice caso.
- Tranquila. Estoy a tu lado. Si quieres me voy. Pero si no, ya te lo dije, estaré aquí.
- Gracias.
Cerré los ojos y entré en esa especie de neblina.
- Reneesme… ¿Qué vas hacer? – Reneesme cogió una aguja directa para infectársela.
Observe el escenario y estábamos en la casa grande.
- Reneesme. Escúchame. Aunque ya no pinto nada aquí. No hagas eso. No vas a solucionar nada, empeoraras. –dijo Jacob abriéndose paso entre mi familia.
Reneesme lloraba. –Jacob, lo siento. Pero voy a morir igualmente. Si me convierto en vampiro total, no sufrirás más por mí.
En ese instante delante de Jacob y delante de toda mi familia y de Nahuel se clavó en la barriga la inyección y Carlisle fue corriendo hacia ella pero ella cayó al suelo.
Empecé a llorar porque era idéntica a mí. Y si me pasaba lo mismo a mí. ¿Qué haría? ¿Cómo actuaría?
Me asusté.
Entonces Carlisle le tomó su muñeca y miró al resto y se levantó.
- Se ha acabado de matar.
Jacob salió corriendo de allí y yo quería saber que le pasó a Jacob y fui detrás de él.
Se fue al bosque de la Push y empezó a llorar y estaba tembloroso. Se transformó en lobo.
Me dolió mucho verlo así. La quería.
Jacob… Para por favor… estoy aquí, soy Alma… para…
Pero tan solo eran recuerdos, no oía nada. No podía parar.
Me fui de allí y parecí ver a Reneesme.
Me miraba a mí. ¿No?
- Alma. Hermana. – Se arrimó lo suficiente a mí.
- Reneesme.
- ¿Ya lo sabes todo? ¿O tan solo lo que te quieren decir?
- Creo que lo que me quieren decir.
- Ves con cuidado. Todos tus pasos los saben. Te controlan.
- ¿Me controlan? ¿Quiénes?
- Victoria. Los Vulturis.
- Pero…
- Ese collar es muy poderoso pero ¿crees que tanto como Los Vulturis?
Me quedé callada.
- ¿Qué me está ocurriendo?
- Nada, pronto lo sabrás. – me sonrió.
- Tengo miedo.
- Yo no lo tendría. Y aliméntate de sangre. Hazle caso a Jacob. Te quiere.
- Lo sé.
- Venga. – Me abrazó, mi hermana.
- ¿Te podré volver a ver?
- Piensa en mí y cierra los ojos y aquí estaré. Siempre.
Abrí los ojos y estaba aun llorando. Mis lágrimas recorrían todas mis mejillas.
- ¿Estás bien? Hace rato que no te he visto.
- He hablado con Reneesme. O tan solo es mi cabeza.
Me levanté de golpe y me mareé y casi me caigo al suelo pero por suerte me cogió Nahuel.
- Tranquila, a veces yo también hablo con ella.
- Estoy un poco mareada.
- Ahora te subo un poco de agua.
Estaba sentada en la cama y pronto subió Nahuel con un vaso de agua.
Me puso el mechón de pelo bien, detrás de la oreja.
- Eres tan bonita.
- Gracias.
- ¿Cómo te encuentras?
- Mejor.
Se acercó más a mí y este se quedó a escasos centímetros de mí.
- Me alegro de que estés aquí.
- Nahuel… tengo que estudiar, lo siento. Si quieres quedamos otro día.
- Alma… te quiero.
Abrí de par en par los ojos. – Nahuel, no. Por favor. Eso no. Estoy con Jacob.
- Lo sé. Siempre acabó enamorándome de la persona equivocada.
- Si te sirve, me alegro de que estés aquí. – le di la mano. – Eres un buen amigo.
Me miró a los ojos y se acercó más a mí y es que me trasmitía tanta tranquilidad que no pude moverme. Sus labios rozaron los míos. Noté el choque de sus labios contra los míos, era algo diferente que los de Jacob. Y me gustó. Hasta que me di cuenta de que esto no tenía que ser así, yo amaba a Jacob. Volví a la realidad y me separé de Nahuel.
Me levanté de la cama.
Por favor vete… tengo que estudiar. No digas esto a nadie. Olvídalo, ha sido un grande error.
Nahuel se levantó y se dio un beso en la mejilla. – Ha sido el mejor beso que me han dado en la vida.
No le dije nada y se marchó.
Espero que os haya sorprendido y que los siguientes capítulos os sorprendan más aun... ;)
|