Aquí les tenemos un nuevo capítulo... Esperemos que les guste... Gracias a BELLA96, MARIAM12 y MIKA.C. por sus comentarios. También agradecemos sus votos. Esperamos que les agrade el cap y que dejen sus votitos y comentarios :D
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Capítulo 5: Nueva vida
Pov Rose:
Cuando les conté a mis amigos que iba a marcharme y que no estaría para el penúltimo año se quedaron boquiabiertos.
-¡¿A dónde diablos irás?!- exclamó Ángela. Ella ya estaba casi llorando.
-A un internado- dije cabizbaja.
-¡¿En dónde?!- exigió saber Tanya.
-Aun no lo sé, y no creo que lo sepa hasta que me vaya, lo único que sé es que es en este país
-No puedes irte- sollozó Ángela abrazándome-. Tenía muchos planes para nuestro penúltimo y último año, no es justo que tus padres quieran mandarte a un estúpido internado
-Lo sé- dije suspirando-. Pero les prometo que en cuanto salga, iré a visitarlos, escaparé de esa academia en cuanto pueda ¿Si?
-Eso… Eso está bien- dijo un poco más tranquila. Tanya refunfuñaba y murmuraba cosas ininteligibles.
Esa promesa no la rompería. Por más que me gustase esa academia o me enamorara tendría que salir de allí. Sentía un dolor profundo por abandonar a Bella, pero yo no podía estar privada de mi libertad y tampoco cuidar de alguien a quien no conocía de nada. Simplemente no podía entenderlo.
Después de hablar por un buen rato volvimos a nuestras clases, las cuales ya no eran tales, solo eran despedidas. Al final no pude evitar ir al baño y derramar unas cuantas lágrimas. Me dolía lo que pasaba, mi posibilidad de tener un futuro normal se había esfumado de golpe pero… Me encargaría de recuperarla. No podía quedarme con los brazos cruzados y permitir que me convirtieran en una maldita esclava. No deseaba ser como Bella, yo ansiaba libertad y una vida completamente normal. Con eso yo sería feliz.
Los días pasaron más rápido y mi depresión aumentó. Ya casi se acercaba el día en que debíamos irnos de Nueva York para empezar nuestra nueva vida. Bella estaba preocupada por mí porque yo no comía casi nada, era una sombra de la Rose que fui.
No deseaba marcharme, de verdad que no, pero no decía nada porque mi hermana estaba emocionada y ansiosa por que pasaran los días.
-¡Rose, ya detén esto que estás haciendo!- me gritó dos días antes de irnos-. Sé qué haces esto porque no quieres ir a la Academia
-Lo siento, Bella…
Ella suspiró.
-Mira, si no quieres ir…
-Siempre juntas, ¿Lo recuerdas? Bella, déjame vivir mi dolor en paz… No te metas en este asunto, mi depresión es solo mía
-No, también es la mía… Me haces sentir culpable por arrastrarte a esto
-Ya se me quitará, por favor déjame
-Pero…
-¡Qué me dejes!- le grité antes de salir de la casa, completamente enfurecida. Me encontré con Mason allí.
-¿Qué tienes Rose?
-Por favor, ¿Me puedes llevar a alguna parte? Necesito salir a alguna parte, fingir que mi vida es normal… Ya no aguanto la presión
-Está bien, pero cálmate
Mason y yo nos dirigimos al auto y nos fuimos. Un rato más tarde nos encontrábamos en un parque, comiendo unos helados.
-¿Por qué no quieres ir?- me preguntó-. Tienes la posibilidad de alejarte de tus padres
-Pero yo no los odio, no me trates como si fuese Bella- gruñí-. Yo ansío una vida normal, tener familia… Si me voy a esa maldita academia, estaré perdida
-¿Todo este sacrificio es por tu hermana?- preguntó mirándome con ternura. Se me escapó una lágrima y asentí.
-No puedo mentirte, si, lo hago por ella… No quiero dejarla sola en esto… Me mataría no volverla a ver, además siempre quiero estar junto a ella… Sé que soy egoísta pero…
-No eres egoísta o por lo menos no tanto… Te estás sacrificando por Bella
-Soy egoísta- sollocé-. Yo debería ser fuerte como ella, pero no puedo… Al mostrarle mi sufrimiento le estoy demostrando que no quiero sacrificarme por ella… Tengo miedo de que ella lo piense así
-No tengas miedo- dijo acercando su rostro al mío. Me sentí nerviosa por aquello-. No lo había notado, pero eres demasiado hermosa
-¿Qué?
Antes de que pudiese apartarme, él pegó sus labios a los míos. Al principio me quedé petrificada pero después comencé a besarlo lentamente. Se sentía bien. De repente el beso se tornó apasionado. Por primera vez en mi vida, quise tener intimidad.
Cuando nos faltó el aire nos dejamos de besar y nos miramos. Él miró mis labios antes de volvernos a besar con la misma pasión.
-Perdóname Rose- dijo cuándo frenamos el beso-. No sé qué me sucedió
-No te preocupes, yo… Haré como si no hubiese pasado nada ¿De acuerdo?
-No le digas a Bella, sabes que la amo y aunque ella no esté interesada en mí, no quiero que lo sepa
-No se lo diré- sonreí-. Nada pasó ¿Ok?
-Perfecto- contestó-. ¿Ya te sientes mejor?
Asentí.
-Creo que estoy lista, volvamos a casa
-Está bien
Los dos nos levantamos y nos fuimos a la casa. Cuando llegamos Bella estaba hecha una furia.
-¡¿Por qué te fuiste así?!- me gritó mientras me sacudía por los hombros-. Estás muy rara, dime de una vez si irás o no
-Iré, Bella, tranquila- le dije calmada y convencida de mis palabras. De todas maneras escaparía.
-Mira, si no quieres…
-Iré, por favor ya no insistas más… Te prometo que ya no estaré más deprimida
Bella suspiró.
-Está bien, te dejaré tranquila… Pero dime si cambias de opinión
Puse los ojos en blanco. Bella no se cansaba de decirme lo mismo.
-Iré, tenlo por seguro, ahora déjame, necesito terminar de empacar
-Está bien
Subí a mi habitación y comencé a meter más ropa en mi maleta. Suspiré. Quería escaparme de esto lo más pronto posible, aunque eso implicara dejar a Bella. Sabía que no volvería a funcionar del todo después de eso… Bella lo era todo para mí, pero tendría que arreglármelas para que de algún modo pudiese verla sin necesidad de ser una guardiana.
Pensando en eso, terminé de hacer mi maleta. La puse a un lado de mi cama y después me acosté para pensar y prometerme a mí misma no tener apego a nadie en esa maldita academia a la cual debía irme.
Esos dos últimos días que me quedaban, pasaron volando. Ahora Bella y yo nos encontrábamos en el aeropuerto junto a Mason. Los tres nos estábamos despidiendo de Lizzy quien le decía una y otra vez a su hijo que desistiera de esto. No lo consiguió. Nos subimos a ese maldito avión.
Quise dormirme, olvidarme por un momento de que mi vida estaba por cambiar. Quería pretender por lo menos por algunas horas que todo estaba bien, que nunca me había despedido de mis amigos y que mi vida era normal como siempre.
Lo conseguí por fortuna. Dormí durante todo el camino y soñé cosas agradables, que nunca había valorado, como la escuela, mis maestros, la ciudad, etcétera.
De repente una voz me despertó. Era Bella.
-Rose, despiértate, ya no falta mucho para que aterricemos
Maldije para mis adentros cuando me di cuenta de la realidad. Por más que intentara dormir, no escaparía de mi destino de ir a esa estúpida academia.
-¿Ya llegamos a Montana?- pregunté como si lo que hubiese dicho mi hermana no fuera en serio.
-Sí, lo acaban de anunciar
-Ah- respondí incorporándome.
Abroché mi cinturón al igual que todos los pasajeros. El aterrizaje no tuvo complicaciones por desgracia. Nada impediría que fuese a esa academia de mierda.
-No será tan malo, Rose- Bella intentó animarme una vez que llegamos al aeropuerto. Le gruñí y miré a Mason quien estaba sonriente. Quise borrarle esa estúpida sonrisa porque nada de esta situación ameritaba el estar contento.
-Quiero comer algo- mascullé. En verdad no deseaba probar bocado pero mientras más tiempo retrasáramos el encuentro con ese chofer que nos llevaría a la academia, mejor.
-No podemos ahora, lo haremos ya que nos instalemos en la academia
-Vamos a pasar horas en coche- me quejé-. Debemos ir a comer algo
-Bien, pasemos a comprar algo y lo comes en el camino
-No, quiero comer tranquila
-Rose, te conozco y sé que no tienes hambre- mi hermana me lanzó una mirada furiosa mientras ponía las manos en la cintura y se plantaba frente a mí-. Tú no quieres encontrarte con el chofer…
-No, de verdad tengo hambre, demonios…
Arqueó una ceja.
-En ese caso te pediré una hamburguesa con doble carne, dos órdenes de papas fritas, dos helados, un refresco, un postre y unas galletas, ¿Qué te parece?
Se me revolvió el estómago al pensarlo. Por alguna razón, odiaba las hamburguesas y comer demasiado.
-Mejor vámonos- murmuré y Bella sonrió triunfante.
Los tres nos dirigimos hacia la salida del aeropuerto. Me puse los audífonos para no escuchar la animada conversación sobre animes de Mason y Bella.
Mi corazón comenzó a acelerarse cuando cruzamos la puerta de entrada. Algo iba a cambiar en mí, estaba segura y estaba a segundos de que me sucediera. Al instante deseché ese pensamiento y sonreí burlonamente.
Me quité los audífonos cuando vi que Bella señalaba un auto. Desde lejos pude notar que el chofer era una persona joven y recostada contra el auto. Al vernos, el chico se puso derecho y se acercó a nosotros.
Cuando lo vi casi me quedó boquiabierta. Era más alto y fornido de lo que yo alcancé a ver de lejos, el cabello oscuro le llegaba hasta los hombros; tenía unas facciones hermosas pero… Lo que más impresionaba era la profundidad de esos ojos marrones que ahora mismo me estaban observando. Después de unos segundos se volvió hacia mi hermana y Mason para presentarse.
-Mucho gusto, me llamo Dimitri Belikov, yo seré su chofer en este viaje y me verán mucho por la academia, ahora suban al auto- su acento era muy diferente al de nosotros… Tenía un acento… Ruso. Sí… Y qué sexy sonaba.
Me quedé paralizada cuando esos ojos volvieron a mirarme. Un escalofrió me recorrió por el cuerpo. Este hombre me provocaba miedo y atracción a la vez.
Dimitri nos ayudó con el equipaje y entre él y Mason subieron todo a la cajuela del Volvo mientras Bella y yo subíamos. Después Dimitri se subió al mismo tiempo que Mason. Este último quedó al lado mío y me percaté de una cosa. Quedé en el medio y en el espejo retrovisor vislumbré una mirada color marrón que estaba dirigida a mí.
Por alguna razón… Presentía que él estaría relacionado a mi nueva vida.
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