Deseo Sombrío (+18)

Autor: Sombra_De_Amor
Género: Misterio
Fecha Creación: 24/06/2013
Fecha Actualización: 26/06/2013
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 8
Visitas: 5290
Capítulos: 7

En las profundas sombras de las montañas Tenebrosas se escondían monstruos. En aquel lugar se ocultaban las bestias del mal, que se alimentaban de los débiles; criaturas no humanas.

Edward Cullen lo supo a los diez años. Su padre era uno de ellos.

Ahora Edward lo estaba persiguiendo. Se estaba adentrando en el denso bosque, tenía que salvar a su madre, y el feroz viento le abofeteaba la cara y le cortaba las manos.

Su madre era un ángel de Luz, una vez oyó a su padre llamarla así. Pero eso fue antes de que el lado oscuro se apoderase de él y lo poseyese por completo.

Ojos amarillos y penetrantes acechaban a Edward a cada paso que daba en el bosque. Se quedó sin aliento al tropezar con un tronco astillado y cayó entre zarzas y troncos cubiertos de hielo. Las agujas de pino se le clavaron en las palmas de las manos y las yemas de los dedos se le llenaron de espinas. Se puso de rodillas y se hurgó en los bolsillos para intentar vaciarlos de hojas y hierbajos; sabía que su padre podía estar vigilándolo y que probablemente estaría preparado para saltar sobre él en cualquier momento.

 

Una historia intrigante que te envolverá, está es la adaptación del libro "Deseo Sombrío" de Rita Herron; y los personajes de S.M.

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Capítulo 5: Cap.-4

Un día, los chicos habían estado metiéndose con él en el colegio y ella lo había defendido. Él le había dicho que no necesitaba su ayuda y que lo dejase tranquilo, pero aquella niña era una auténtica testaruda y lo había seguido hasta casa.

Se sentía absolutamente humillado. Su padre había descubierto que él se ponía aquel amuleto que tenía un ángel dibujado y le había gritado que eso era de chicas. Se lo había arrancado del cuello de un tirón. En plena bronca, su padre descubrió a Isabella espiando por la ventana y se lanzó a por ella ferozmente.

Edward se interpuso para protegerla. Aquello le resultó muy gracioso a su padre y al final echó a Isabella a empujones y le gritó que no volviera por allí. Para terminar, le había propinado una buena paliza a Edward sin razón aparente.

—Míralo de esta manera —dijo Jones, interrumpiendo sus pensamientos—. Puedes quedar con el sheriff, hacerle ver que no han sido más que dos desgraciados accidentes, y pasarte un fin de semana de descanso en las montañas. Hasta podrías ir a pescar.

Edward se rió de forma sarcástica. No quería descansar. Joder. No podía. Y el único pasatiempo que tenía, aparte de trabajar, era tirarse tías.

Se fijó en que tenía sangre. Salía de un corte en el brazo, se lo había hecho aquella chica mientras follaban.

Mala sangre, mala sangre, mala sangre… Lo había heredado de su padre.

No podía cambiar lo que era. Era un cabronazo malo hasta la médula. No tenía excusas para esto tampoco.

Lo primero que haría mañana, antes de dirigirse a Tennessee, sería pasar por el centro de analíticas BloodCore y se haría análisis. Estaban investigando las conductas anormales y violentas. Buscaban indicadores genéticos para localizar y predecir las tendencias a la agresividad, la violencia, y el comportamiento criminal. En definitiva, para analizar las conductas sociópatas propias de asesinos en serie.

El objetivo del proyecto era encontrar una cura, que los médicos pudieran cambiar la composición genética de una persona para modificar tal actitud.

Deseaba con todas sus fuerzas que diesen con ella. Edward sería el primero en hacer cola para someterse a ese tratamiento. Esta podría ser su única forma de salvación.

Una brisa helada asaltó a Isabella. Esa mañana había oído otros lamentos. El espíritu de esa mujer no tenía suficiente energía para materializarse todavía, pero a la vidente le había atormentado su inconfundible llanto de terror en las horas previas al amanecer. Lobo también lo había oído y había aullado al reconocerlo.

Llamó al sheriff Newton inmediatamente y le preguntó si alguien en la ciudad había denunciado una desaparición. No. Hasta el momento.

Pero lo harían. Sus premoniciones raramente fallaban.

Parecía como si Isabella hubiese convocado a los espíritus cuando un viento arremolinado la rodeó y dejó un leve aroma a jazmín entre el olor a humedad.

Del umbrío bosque, colindante con su casa, salió una imagen fantasmal que se arrastró en su busca hasta traspasar las nudosas paredes de madera de pino de su vivienda. Esa masa atormentada llenó el silencio con el miedo y el trauma de haber sido tomada.

 

Reconoció el espíritu al momento. Jane Vulturi, una cajera del banco. Se había ahogado en el arroyo de la Cola Roja hacía tres días.

 

Ahora estaba allí, en pie, pálida, un cadáver blanco con la ropa empapada, el pelo chorreando y enredado, las extremidades llenas de barro y unos rasgos distorsionados, perdida en su propio mar de los horrores.

 

Isabella quiso acercarse y abrazarla para brindarle su consuelo, pero fue imposible. Lo único que podía hacer por ella era ayudar para encontrar al asesino y así Jane Vulturi podría cruzar hacia la luz.

 

Además de Jane Vulturi, apareció otro espíritu que resplandecía en la oscuridad. Era el de la directora de la comunidad de feligreses, tenía unos veinticinco años y se llamaba Leah Clearwater. Sus ojos de color verde claro miraron hacia atrás, estaban marcados por el dolor y el terror que habitaba en su carcasa. Su cuerpo estaba lleno de ronchas hinchadas y descoloridas, una media docena de arañas reclusas marrones trepaban por su pelo y otras tejían telarañas en sus brazos y piernas.

 

Isabella se estremeció. Tenía que ayudar a las chicas. Tenía que convencer a Edward de que estaba diciendo la verdad. Tenía que hacerle entender que la gente de Quebranto necesitaba ayuda. Había un monstruo ahí fuera, asaltando mujeres. Pero ¿cómo lograría atraerlo?

 

—Necesito que me deis algo más —suplicaba en la oscuridad—. Una pista, algo que le aporte a la policía información para ayudarla a averiguar qué fue lo que os sucedió.

 

Pero los espíritus de las mujeres trataban de alcanzarla con sus dedos quebradizos y estirados y, cuando intentaban hablar, lo único que lograban producir era un hilo de voz estrangulado por la agonía que cortaba el aire. Era demasiado pronto. Necesitaban más tiempo para aclimatarse a sus espíritus astrales y ser capaces de comunicarse.

 

Agotada y sabiendo que necesitaría toda su energía para el día siguiente, Isabella se tumbó en la cama, cerró los ojos y en silencio deseó que los espíritus descansasen y la dejasen dormir. No quería verlos más esta noche. No quería oír más sus alaridos aterrados.

 

Pero una carcajada histérica golpeó su pecho cuando sintió que los espíritus le susurraban cerca de la nuca. Sus cacareos agónicos astillaron el silencio. Nunca podría librarse de ellos. No importaba lo que hubiese vivido los últimos años ni el empeño que pusiese en escapar, los espíritus siempre le suplicaban que los escuchase.

 

Fuera, las nubes corrían a esconder a la luna. Un mar de oscuridad sepultó la habitación y el rumor de muchas respiraciones entrecortadas recorrió el aire.

 

En menos de un mes se produciría un eclipse. El momento en el que los demonios salen de sus agujeros para sembrar el caos.

 

La gente de Quebranto tenía que prepararse. Ella estaba destinada a auxiliar a todos aquellos que pudieran necesitarla.

 

Incluso si eso significaba quedarse sola para siempre.

 

O incluso si significaba terminar colgada del árbol Diabólico, como su madre.

 

 

El miedo se apoderó de Bree Tanner. Iba a morir allí, en el bosque, sola, donde nadie podría encontrarla. Los insectos mordisqueaban su piel y las lágrimas le caían por las mejillas, mezclándose con el sudor y la

sangre que le chorreaba por la cara. El monstruo que la atacó la había bañado en su propia sangre después de haberle cortado las venas con un cuchillo.

Había intentado gritar y pedir ayuda, pero ningún sonido había salido de su garganta, era como si su voz y su cuerpo se hubiesen paralizado.

En cuanto la había tocado se había quedado paralizada por el terror.

¿Cómo había hecho eso? ¿Por qué? Dios, ¿por qué? Era demasiado joven para morir.

Se frotó los ojos, los cerró, y trató de recordar por qué se había subido al coche con él. Su coche se había estropeado… Necesitaba que la llevasen. Lo conocía. Había confiado en él. Tenía ojos amables.

Nada que ver con la malvada y espantosa criatura que la agredía ahora.

Las agujas de los pinos se le clavaron en la espalda y en la cabeza cuando él hincó la rodilla en su cuerpo, descargando todo su peso sobre ella y dirigiendo el cuchillo hacia su muslo. Emitió un grito ahogado, aspiró su rancio aliento cuando el dolor explotó en su pierna. Fue incapaz de gritar más, se sacudió entre sollozos y trató desesperadamente de hacerle frente, pero sus miembros no respondían. En lugar de eso, permaneció allí, como una muñeca sin vida, bajo su cuerpo, incapaz de impedir que la cortase en pedazos.

Él agitó el cuchillo frente a ella, el filo brillaba con gotas carmesíes. Sus músculos se contrajeron y sintió náuseas. Entre la niebla, los ojos de aquel ser se volvieron amarillos, de un color macabro, y la atravesaron. A continuación, aquel monstruo recogió una gota de sangre con el dedo y le pintó los labios con la pegajosa sustancia.

A ella le dieron arcadas y se atragantó con el asqueroso sabor a óxido. Sabía que iba a desmayarse, así que cerró los ojos otra vez y rezó para que terminase aquella tortura.

La desesperación y la tristeza la inundaron. El día anterior tenía toda la vida por delante. Le hubiera gustado casarse, tener hijos, ir a la universidad.

Nada de eso iba a pasar.

Le clavó el puñal en el hombro y su cuerpo se retorció a causa del sufrimiento. En un último esfuerzo desesperado por salvar su vida, rezó para sus adentros pidiendo que la dejase marchar. Pero una carcajada vil retumbó en las montañas y aquel ser una vez más levantó el puñal, del que resbalaba la sangre, para rebanarle la garganta. La sangre salió a borbotones y un chillido ahogado y moribundo se perdió en el aire.

Finalmente, el agujero negro de la muerte se la tragó.


Hola Mis Lector@s jejej suena bien e.e ya vamos en el 4to. Capitulo de esta Misteriosa historia; cautivadora la cual me hechizo y me hace compartirlas con ustedes, eperando su apoyo :D.

Este Capitulo va dedicado a KIMBERLYCULLEN; pues ella fue la primera en comentarme y se lo agradesco mucho!! <3 Asi que chic@s si quieren actualización solo pidanla y is cumpliré...

 

XOXOXOX :-*

Capítulo 4: Cap.-3 Capítulo 6: Cap.-5

 


 


 
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