El clérigo y la feligresa

Autor: olguijidu
Género: Romance
Fecha Creación: 26/03/2013
Fecha Actualización: 09/04/2013
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 0
Visitas: 5022
Capítulos: 8

Subi corriendo por las escaleras, tanta fue mi desesperacion que deje el coche abierto, en la entrada del edificio y ni espere al acensor, pero despues de recibir esa llamada de Isabella, que estabana tan desesperada, no pense en nada mas, que en su bienestar...


...Flashback...
Ed...Edward, dime si es verdad lo que me dijo mi hermano, que te fuiste a hablar con monseñor Aro, para pedir un traslado a ciudad de Roma..
-Isa.. -me interrumpio-
solo quiero que sepas que si te alejas de mi no podre vivir, sabes que tu eres lo unico que esta en mi vida, por eso trate de cambiar...pero si te vas... mejor acabo con esta porqueria...
- Bella...Bella
solo escuche al otro lado su llanto, luego escuche un chillido.
-que le sucedio padre Edward, no me diga que es esa chica, -interrumpi a monceñor se llama isabella-bueno, no creo que usted quiera perder todo lo que ha ganado por una mujer-, mire que le perdone su falta e intercedi ante Dios, para que usted no fuese descomulgado, asi que haga lo que tenga que hacer para que esa chica comprenda que no puede estar con usted..
...Fin Flashback...


Cuando al fin llegue a la puerta del apartamento, el lugar donde habia pasado los momentos mas felices con Bella,senti un frio cepulcral, imagine lo peor, entre corriendo y al llegar al cuarto solo la vi hay tendida en la cama...


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Capítulo 5: solo un beso

Edward pov:
Cuando vi a Isabella, se me olvido que me había engañado para escaparse, en compinche de su tonto amigo Jacob Black; en ese instante ella estaba indefensa y en las garras de un león, era un chico por su apariencia algo mayor que ella, rubio y alto, ella se notaba que estaba muy drogada y no tenía conciencia de lo que sucedía, en ese instante sentí que me surgió un impulso que llego a mi cabeza y sin mediar palabra solo le di un puño en la cara a aquel joven, isabella aun semi consiente, me miró fijamente y susurro algo antes de caer desmayada, yo la tome y la saque de aquel lugar de perdición, menos mal y antes de entrar me quite mi clerigman*, para que nadie se diese cuenta que era un sacerdote.
Cuando llegamos a la casa entre rápido a la ducha la deje ahí recostada y le abrí la regadera del lado del agua fría, enseguida despertó y comenzó a maldecir, yo solo me di vuelta y me fui a mi habitación, estaba recostado en mi cama con las manos en el cuello, pensando que esa chica era un verdadero problema, ya no encontraba que método usar para que pudiera mejorar, por lo menos en un poquito y así lograr mi cometido, ya estaba poniendo en duda mi vocación como psicólogo y como sacerdote, ya que había intentado y aún no había logrado nada; cuando de repente tocaron a mi puerta-
Toc-toc
-Adelante, está abierta- era isabella, con cara de niña buena, aunque ya no me engañaba, y menos con la que me hizo hoy-
- quiero pedirte disculpas ya que no me comporte… de la mejor manera, mmm-bajo su mirada –quiero pedirte las gracias por salvarme de ese idio... disculpa,, chico, si no hubiese sido por mi estupidez no habría pasado nada, pero almenos le doy agracias a tu amigo-con su mano haca referencia a Dios- que llegaste y me salvaste.
-no es nada, cualquiera en mi situación lo hubiese hecho- lo dije lo más sincero posible, la verdad estaba lleno de cólera por lo pasado, pero solo era una chiquilla descarriada y tenía que encaminarla en el buen sendero- y era solo eso, te puedes retirar
- no también quería darte esto- se acercó temerosa y me dio un tierno beso en la mejilla, con este me di cuenta lo sincera que era ya que era un beso que me hizo mover el corazón , al menos ya había logrado que cambiara de aptitud conmigo, apenas se separó de mi salió corriendo fuera del cuarto-
No podía creer que la chiquilla malcriada tuviese por lo menos un buen sentimiento, pero que estoy diciendo y todas las ovejas del señor tienen aunque sea un poquito de bondad en su alma, con esta reflexión me quede dormido hasta que sentí un exquisito olor a huevos revueltos que provenía de la cocina, aun dormido Salí del cuarto y al llegar al mesón veo de espaldas a isabella, preparando el desayudo.
- Espero que te gusten porque es lo único que se preparar, huevos revueltos con tostada y jugo de naranja- volteo con una gran sonrisa y los dos platos-
- Huele muy bien, espero que sepan igual- me extrañaba su nueva actitud, será que tramaba algo, no sé pero igual tendría que estar alerta, ella era una chica muy astuta.

Capítulo 4: El super heroe Capítulo 6: SENTIMIENTOS

 


 


 
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