La duquesa se acomodo en las almohadas. La medicina comenzaba a hacer efecto y se le veía menos cansada .
-Creo que es mejor que empecemos desde el principio -dijo- Que sucedió?
Isabella pálida como una muerta junto, las manos luchando por controlarse y trato de mantener la voz calmada.
-Fuimos muy pobres desde que murió mi padre -musito en voz baja-. En varias ocasiones le sugerí a mi madre que te escribiera para informarte de nuestra situación, pero nunca quiso preocuparte.
La duquesa lanzo un pequeño grito.
-Jamas lo imagine! Que injusta fui! Soy muy rica, siempre e tenido cuanto quiero! -se puso las manos sobre los ojos y dijo con voz temblorosa de emoción -: Debes perdonarme, estoy muy avergonzada.
-Ella no quería preocuparte y cuando vivía mi padre todo era diferente. Fue siempre orgulloso muy orgulloso. La duquesa agrego exaltada:
-El resentía que le diera a tu madre regalos muy costosos. Ella me suplico una ves que se debía a que el quería proporcionárselo todo.
-Es cierto, pero no necesitábamos regalos sino comida.
-Nunca pensé en eso. Cuando murió tu padre y tu madre me escribió para informármelo, pese: "ahora podré ayudar a Esme; Ahora podré enviarle regalos". Pero imagine que era conveniente esperar un poco y luego... si, Isabella. admito que se me olvido.
-Teníamos deudas al morir mi padre: cuentas de médicos, de enfermeras, medicinas y de tenderos que le enviaban especialidades, que era lo único que podía comer en los últimos meses. Vendimos muchas cosas de la casa, como muebles y objetos, por los que nos pagan poco, por supuesto. En realidad, en realidad no había mucho que vender.
-Que humillación! -suspiro la duquesa- Como pude ser tan tonta?
-No podías adivinarlo. Mi madre no permitió que te escribiera, a pesar de que se lo sugerí mil beses.
-Si lo hubiera sabido... -murmuro la duquesa.
-Realmente no había a quien acudir en busca de ayuda y sabes que la familia de papa rompió con el al casarse con mama, después de eso jamas volvió a saber de ellos.
No me sorprende -dijo la duquesa- estaban furiosos. Recuerdo haber visto algunas de las cartas que enviaron, y supongo que desde su punto de vista no fue correcto que tu padre dejara planta a la novia a dos días antes de la boda, simplemente por que conoció a alguien y se enamoro a primera vista.
-Mama solía hablarme de eso. Decía que, cuando vio a papa supo que el era el héroe de sus sueños. Entonces el le hablo y ambos supieron que era algo tan diferente, tan maravilloso, que les bastaba quedarse mirando uno al otro.
-Eso es lo que toda mujer ansia sentir alguna ves. -Dijo la duquesa suspirando.
-Supongo que lo único que podían hacer era fugarse. Hay estaba papa comprometido con la hija de Lord Delany para casarse en dos días y mama era una desconocida.
-Yo no diría eso, tu abuelo era un caballero y capitán de los hussars de joven. No tenia mucho dinero pero si lo suficiente para vivir y nos consideramos a la altura de cualquier Jones...
-Lo siento -se disculpo Isabella con una sonrisa.- No quise ser descortés tía Rene, pero desde un punto de vista mundano supongo que fue un mal matrimonio, a pesar de que papa no era el primogénito de la familia.
-Tu abuelo, Sir Aro Vulturí era un hombre pomposo y presumido -Dijo la duquesa enojada- Decidido a hacer sufrir a tu padre por haberse casado con la mujer que quería. Lo dejo sin un centavo y lo insulto. Insistiendo que sus viejos amigos lo abandonaran.
-No creo que a papa le importara mucho. Fue tan feliz con mama! Hasta el fin de su vida, solían tomarsen de la manos y mirarsen a los ojos olvidándose de todo, incluso mi existencia.
-Supongo que en cierto modo, yo le tenia envidia a Esme. Me amaron muchos hombre, me dieron riqueza, posición y maravillosas joyas, pero jamas ninguno me importo como le importo tu madre a tu padre.
-Por eso creo que entenderás cuando te diga, que mama murió de tristeza . Parece sentimental pero es verdad.
Cuando le falto papa, ya no se intereso por nada. No quería comer y no creo que durmiera mucho. Ni siquiera podía llorar. Solía sentarse cerca de la ventana mirando el jardín y yo sabia por la expresión de su cara que pensaba en el y quizás le hablaba. Estaba convencida de que cuando muriera, lo encontraría de nuevo. quería morir: Cuando se enfermo a causa del frió que hacia en la casa y no pudimos comprar carbón, no hizo intentos por preocuparse. Yo trataba de hablarle sobre el futuro, sobre lo que podíamos hacer juntas, pero se pasaba el tiempo ensimismada deseando estar de nuevo con papa y sin importarle realmente lo que sucediera.
La duquesa se enjuago las lagrimas.
-Y, que paso con tigo mi querida Isabella? -Pregunto.
-Mama murió el sábado pasado -contesto ella con un suspiro-. En el ultimo momento después de estar inconsciente casi todo el día. Abrió de pronto los ojos y sonrió. No hablo, no vio cuando me inclinaba sobre ella. Era como si estuviera mirando a papa y le alegraba verlo de nuevo.
Se le quebró la voz por un instante y no pudo continuar. Luego con un esfuerzo continuo diciendo:
-Cuando se supo la noticia de la muerte de mama, recibí una carta de la empresa que tenia la hipoteca de la casa, informándome que se disponían a embargarla de inmediato.
Era gente sin sentimientos que nos amenazaban si nos retrasábamos un solo día en los pagos. Creo que ya tenían un comprador para la casa y de todas formas me advirtieron que debía desocuparla. No deseaba quedarme, pues como no tenia dinero me apenaba enfrentarme a los acreedores.
-Por supuesto le pagare a todos ellos. -Dijo la duquesa.
-Esperaba que dijeras eso! Todos fueron muy amables dándonos crédito semana tras semana y cuando mama se puso mal le mandaron flores y hasta enviaron comida especial para enfermos que yo no había ordenado, por si eso la podía ayudar.
-Les enviare el dinero hoy mismo. -dijo la duquesa con energía-. Mi secretario enviara los cheques hoy mismo. Oh mi niña! Si hubiera sabido todo esto! Por que no me escribiste a pesar de lo que dijera tu madre?
-Debes recordar tía, Rene que no te había visto en siete años. Creo que solo te he visto dos veces en la vida. La primera cuando nací, y se que fue por ti que me llaman "bella".
-Si, si por supuesto lo había olvidado. Fui a ver a tu madre unos días después de que naciste. Llevaba un gran cesto lleno de flores y cuando tu madre las vio se rió. "Es muy propio de ti, Rene" me dijo " Y espero que la niña sea tan hermosa como tu. La llamaremos Bella, Mi hermosa Isabella "
-Mi madre me hablo en varias ocasiones de tu regalo y se reía por que resulta una extravagancia , si se considera que ella y papa se preguntaban como iban a pagarle al medico y la enfermeras y hasta por mi canastilla que era muy simple.
-Así que esa era la razón! No lo comprendí entonces. había sido rica durante tanto tiempo, disponiendo de cuanto deseaba que olvide lo que ser pobre. Yo era mayor que tu madre y cuando ella creció ya me había casado y vivía en Paris. Oh Isabella que egoísta he sido! Pero en verdad quise mucho a Esme.
-No te aflijas -replico Isabella confortándola-. Mama nunca espero nada y te quería. Solía hablar de o hermosa que eras y como cuando ibas a la iglesia de niñas , todos volvían la cabeza para mirarte y que los muchachos del coro casi no podían cantar por atisbarte a hurtadillas entre los libros de himnos.
-Y el párroco se enamoro de mi! -dijo riendo la duquesa- Solía venir a tomar el te y se sonrojaba cada ves que le hablaba. Yo lo incitaba a propósito, por que estaba tratando de descubrir el poder que tenia sobre los hombres. Oh! querida! Hace tanto tiempo!
Miro a través de la cama a Isabella y prosiguió.
-Yo a tu edad ya estaba casada. quería irme lejos de casa. También descubrí lo guapo que era Phil Dwyer. No estaba enamorada de el, solo me encapriche. Mi padre me previno contra el, pero yo no quise escucharlo. Que chica lo hubiera hecho, cuando me ofrecía llevarme a Londres y a Paris, y todo lo que tenia en casa era la vida del pueblo y el párroco?
-Mama me decía que parecías un ángel con tu traje de novia. Hablaba mucho de ti. Yo deseaba conocerte y cuando nos visitaste en Junio de 1902 , observaras que recuerdo la feche, me pareció que no exageraba al ponderarte. Eras la mujer mas hermosa que jamas había visto.
La duquesa sonrió agradecida por el cumplido.
-Hace siete años -señalo- Y mirame ahora estoy vieja llena de arrugas. Oh no te molestes en negarlo! El espejo dice la verdad. Mi belleza Isabella es cosa del pasado pero trato y seguiré tratando de recuperarla. He oído hablar de un nuevo descubrimiento, algo extraordinario que inventaron los húngaros. Es un tratamiento especial para...
La duquesa callo de y desapareció la excitación de su rostro.
-Pero no quiero hablar de eso por el momento -añadió- quiero discutir tu situación. Hiciste bien en acudir a mi, querida . No tienes a nadie mas y creo que fuiste muy valiente en hacer el viaje sola.
-No pude hacer otra cosa, supongo que debí escribirte primero , pero como ya debía desocupar la casa. Vendí lo que quedaba de muebles a nuestros amigos del pueblo. No había mucho que vender y tuve que cobrar poco por que les debía dinero casi a todos. Pero reuní lo suficiente para pagarme el pasaje a Paris. Apenas lo suficiente. No me atreví a tocar un centavo para enviarte un telegrama.
-Y llegaste anoche? No acertaba a creer cuando Jessica me lo informo. " que mi sobrina estaba en casa"
-Debió sorprenderte mucho, pero no imagine que tuvieras una fiesta. Fui una tonta al no avisarte. Pensé que al llegar te explicaría lo sucedido y entenderías.
-Comprendo... comprendo - Dijo la duquesa-, pero ahora tenemos que hacer algunos planes. Como ya te dije no creo que puedas quedarte aquí.
-Ni siquiera por un tiempo? -pregunto Isabella con vos lastimera- Se bien que debo trabajar. Lo pensé durante el viaje pero, que puedo hacer? No estoy capacitada para ser una institutriz; Mi educación fue insuficiente. Hablo francés pues mama insistió en que lo aprendiera. Toco el piano y pinto un poco, pero soy terrible para la aritmética y no se deletrear bien las palabras.
-La vida de una institutriz es dura para cualquiera. Ademas tu eres mi sobrina.
-Ya lo se, que otra cosa puedo ser? Dama de compañía? -Ninguna mujer acompaña a otra. Tendrás que casarte mi niña.
Isabela enrojeció.
-Espero -dijo algo turbada-, que como todas las chicas, me enamore algún día. Pero con la enfermedad de papa y luego la de mama no he tenido oportunidad de conocer a ningún hombre.
-Si, tendrás que casarte -insistió la duquesa con firmeza-. El problema es como lo haremos.
-Podría quedarme aquí por algún tiempo? -Pregunto Isabella algo nerviosa-. No te molestare tía Rene y tal vez pueda ayudarte en la casa de algún modo. Se cocer...
-Mi querida niña, tengo docenas de sirvientas, docenas de ellos, que hacen lo que les ordeno. Pero quiero encontrarte un esposo y ... -se detuvo, Isabella observo su expresión apenada-. Querida, no se que decir. No conozco a nadie que pueda ser tu chaperona, a nadie que acepte una joven bajo mi recomendación.
-No comprendo.
-No, por supuesto que no. Pero existen problemas. No es que no quiera tenerte con migo, pero es que es una situación muy difícil.
-Si temes que interfiera en tus fiesta, te prometo no asistir a ellas. Pude escuchar lo alegre que estuvo la noche, pero cuando quise subir a avisarte que había llegado, Lord Cullen me convenció de que hubiera sido una tontería.
-Lord Cullen! Ya lo conoces?
-Si. Yo estaba esperando en el vestíbulo, y el y el Conde Emmet ... he olvidado su nombre, me hablaron.
Decidió no hablarle a su tía del comportamiento del Conde.
-Debió ser Emmet McCarty . Les dijiste quien eras?
-A Lord Cullen le dije que era su sobrina. Hice mal?
-No, no desde luego que no. Pareció sorprendido?
-Bien, sucedió algo desagradable. Me desmalle tal por que no me alimente bien durante el viaje y me llevo en brazos a la sala de estar.
-Fue muy amable de su parte. Lord Cullen no suele tomarse molestias por nadie. Es un joven presuntuoso, de carácter difícil. Cuado asiste a mis fiestas, tengo la impresión de que me mira con desprecio.
-Oh tía Rene! Como podría ser eso? -Exclamo Isabella, y al mismo tiempo hubo el presentimiento de que eso exactamente era lo que hacia.
-Entonces ya te vio. Y Emmet también. Eso empeora las cosas.
-Pero por que?
-No lo entenderías. Bien, debemos sacar partido de ello.
Pero si permito que te quedes, Isabella, de veras prometerme que harás todo lo que te diga. Si te digo que te bayas a la cama a determinada hora, tendrás que obedecer. Si te ordeno que no hables con determinadas personas tendrás que hacerme caso.
-Por supuesto que haré caso. Oh tía Rene! Quieres decir que puedo quedarme?
-No veo que otra cosa puedo hacer -Respondió la duquesa y luego sonrió-. Si , querida niña, será un placer tenerte con migo y gracias a Dios, aunque eres muy joven , no eres una belleza tan deslumbrante como para opacarme por completo.
-Una belleza yo? -Isabella echo hacia atrás la cabeza y se rió- Papa dijo que nunca aria honor a mi nombre.
-A pesar de eso, tienes posibilidades. Tenemos que ocuparnos de ti y ver que se puede hacer. No puedes llevar el cabello en esa forma tan anticuada y en cuanto a tu vestido parece sacado del arca de Noe.
-Es algo viejo. -admitió Isabella.
-Y no te vestirás de negro si te quedas con migo. Es muy deprimente. Te dará el aspecto de una parienta pobre y es o es suficiente para desanimar a cualquier hombre. No, Isabella, si he de encontrarte marido de vestir con elegancia y verte como todas esperan que te veas, como mi sobrina. Y como no tengo hijos , mi heredera.
-Oh, tía Rene! no espero nada de eso -protesto Isabella.
-Querida, ser mi sobrina no es tan maravilloso como supones. Puedo ser duquesa y una mujer rica, pero hay mucha gente en Paris que no desearía conocerte solo por ser mi parienta.
Gracias...
Actualizo el viernes.
Besos.
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