Como siempre era costumbre despues de una fiesta la Señora Lucas y su hija Charlotte venian a visitar a la familia Swan pues eran unidas y amigas, ademas que era estrictamente ¨necesario¨ compartir opiniones de los sucesos ocurridos en estas...

––Tú empezaste bien la noche, Charlotte ––dijo la señora Swan fingiendo toda amabilidad posible hacia la señorita Lucas––. Fuiste la primera que eligió el señor Hale.

––Sí, pero pareció gustarle más la segunda.

––¡Oh! Te refieres a Alice, supongo, porque bailó con ella dos veces. Sí, parece que le gustó; sí, creo que sí.

--Pobre Bella, no merecia la pena oír al señor Cullen, ¿no crees? ¡oh Bells! Decir sólo: «No está mal. »

––Te suplico que no le metas ideas en la cabeza a Bella que de hecho le desagrado el señor Cullen y que ahora se disguste por él, no merece tiempo alguno pensar en él. Es un hombre tan desagra­dable que la desgracia sería gustarle - Decia Rene Swan

––La señorita Hale me dijo ––comentó Alice­ que él no solía hablar mucho, a no ser con sus amigos íntimos. Con ellos es increíblemente agradable.

––No me creo una palabra, querida. Si fuese tan agradable habría hablado con las personas del salón. Pero ya me imagino qué pasó. Todo el mundo dice que el orgullo no le cabe en el cuerpo-decia la señora Swan

––A mí no me importa que no haya hablado con nadie––dijo la señorita Lucas––, pero desearía que hubiese bailado con Bella.

––Yo que tú, Bella ––agregó su madre––, no baila­ría con él nunca más.

––Creo, mamá, que puedo prometerte que nunca bailaré con él- decia una muy molesta Isabella Swan

––El orgullo ––dijo Charlotte–– ofende siem­pre, pero a mí el suyo no me resulta tan ofensivo. Él tiene disculpa. Es natural que un hombre atractivo, con familia, fortuna y todo a su favor tenga un alto concepto de sí mismo. Por decirlo de algún modo, tiene derecho a ser orgulloso.

––Es muy cierto ––replicó Bella––, podría per­donarle fácilmente su orgullo si no hubiese mortifica­do el mío.

––El orgullo ––observó Angela, que de todas las señoritas Swan era la mas profunda en sus reflexiones, pues a pesar de su juventud era realmente madura muy a parte de su timidez––, es un defecto muy común. La vanidad y el orgullo son cosas distintas, aunque mu­chas veces se usen como sinónimos. El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.

Así siguieron discutiendo hasta que se dio por finalizada la visita

--Con el transcurrir de la semana la atención que la señorita Hale le daba a Alice fue recibidacon agrado por parte de Alice por supuesto, pero Bella era otro caso pues ella seguía viendo arrogancia en su trato con todo el mundo, exceptuando, con reparos, a su hermana; no podía gustarle. Aunque valoraba su amabilidad con Alice, sabía que probablemente se debía a la influencia de la admiración que el hermano sentía por Alice. Era eviden­te, dondequiera que se encontrasen, que Jasper Hale admi­raba a Alice; y para Bellatambién era evidente que en su hermana aumentaba la inclinación que desde el principio sintió por él, lo que la predisponía a enamo­rarse de él; pero se daba cuenta, con gran satisfacción, de que la gente no podría notarlo, puesto que Alice unia sus sentimientos con moderación y una constante jovialidad, que ahuyentaría las sospe­chas de los impertinentes que quisieran sacar conclusiones. Así se lo comentó a su amiga, la señorita Lucas.

––Tal vez sea mejor en este caso ––replicó Charlot­te–– poder escapar a la curiosidad de la gente; pero a veces es malo ser tan reservada. Si una mujer disimula su afecto a la persona en cuestion, puede perder la oportu­nidad de conquistarle; y entonces de nada serviria que los demás ignoraran tus verdaderos sentimientos.

--Normalmente todos empezamos por una ligera preferencia, y puede darse sin miramientos ni motivo; pero hay otros casos en que entregas totalmente el corazón para enamorarse sin necesidad de haber sido movidos a esos sentimientos -- decia Bella

--En nueve de cada diez casos, una mujer debe mostrar más cariño del que siente. Al señor Hale le gusta tu hermana, indudablemente; pero si ella no le ayuda, la cosa no pasará de ahí-- analizaba Charlotte

––Ella le ayuda tanto como se lo permite su forma de ser. Si yo puedo notar su cariño hacia él, él, desde luego, sería tonto si no lo descubriese.

––Recuerda,Bella, que él no conoce el carácter de Alicecomo tú.

––Pero si una mujer está interesada por un hombre y no trata de ocultarlo, él tendrá que acabar por descubrirlo-- decia una acongojada Bella

––Tal vez sí, si él la ve lo bastante. Pero aunque Hale y Aliceestán juntos a menudo, nunca es por mucho tiempo; y además como sólo se ven en fiestas con mucha gente, no pueden hablar a solas. Así que Alicee debería aprovechar al máximo cada minuto en el que pueda llamar su atención. Y cuando lo tenga seguro, ya tendrá tiempo para enamorarse de él todo lo que quiera.--reia Charlotte por su loco comentario

––Tu plan es bueno ––contestó Bella––, cuan­do la cuestión se trata sólo de casarse bien; y si yo estuviese decidida a conseguir un marido rico, o cual­quier marido, casi puedo decir que lo llevaría a cabo-- decia Bella

-- Que ocurrencias las tuyas Bella, jajajaj..,Pero esos no son los sentimientos de Alice, ella no actúa con premeditación. Todavía no puede estar segura de hasta qué punto le gusta, ni el porqué. Sólo hace un mes que le conoce. Bailó cuatro veces con él en Meryton; le vio una mañana en su casa, y desde entonces ha cenado en su compañía cuatro veces. Esto no es suficiente para que ella conozca su carácter.

––No tal y como tú lo planteas. Si solamente hubiese cenado con él no habría descubierto otra cosa que si tiene buen apetito o no; pero no debes olvidar que pasaron cuatro veladas juntos; y cuatro veladas pueden significar bastante-- Decia una muy pensativa Bella

––Sí; en esas cuatro veladas lo único que pudieron hacer es averiguar qué clase de bailes les gustaba a cada uno, pero no creo que hayan podido descubrir las cosas realmente importantes de su carácter...

Asi una vez mas se dio por terminada la conversación entre estas amigas de como hacer para que ese par se emparejara pronto.

Ocupada en observar las atenciones de Hale para con su hermana, Bella estaba lejos de sospechar que también estaba siendo objeto de interés a los ojos del amigo del señor Hale. Al principio, el señor Cullen apenas se dignó admitir que era bonita; no había demostrado ninguna admiración por ella en el baile; y la siguiente vez que se vieron, él sólo se fijó en ella para criticarla, tipico en Edward Cullen, pero algo estaba cambiando.

Pero tan pronto como dejó claro ante sí mismo y ante sus amigos que los rasgos de su cara apenas le gustaban, empezó a darse cuenta de que la bella expresión de sus ojos claros le daban un aire de extraordinaria inteligencia. A este descubrimiento si­guieron otros igualmente mortificantes. Aunque detec­tó con ojo crítico más de un fallo en la perfecta simetría de sus formas, tan quisquilloso como siempre, pero tuvo que reconocer que su figura era grácil y esbelta; y a pesar de que afirmaba que sus maneras no eran las de la gente refinada, se sentía atraído por su naturalidad y alegría.

De este asunto  Bella no tenía  la más remota idea.  Para ella  Cullen era  el  hombre que  se hacía   antipático donde­quiera que fuese y el hombre que no la había conside­rado lo bastante hermosa como para sacarla a bailar...

El destino hace sus jugadas.

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hola otra vez chicas aqui les dejo otro capi espero que les guste porque a mi me gusta lo que esta pasando, oh por Dios que pasara....

votitos y comentarios plis, besos y abrazos

su amiga

Johacullen