BPOV
Llegue a casa después de tantas emociones en esta mañana, me sentía feliz de haber visto a Jacob, estaba igual, solo que ahora más hombre, estaba igual de bello que cuando niño. Pero la emoción más grande fue haber conocido a Edward Cullen, era perfecto, aunque no le conocía, lo que vi, sentí inmediatamente que era un buen chico. Además de bien parecido. Lo que me cautivo fue su timidez, como se sonrojaba como yo.
Llegue a casa y pedí un pizza para el almuerzo, para que comiéramos con Charlie. Estaba por llegar, estaba ansiosa de que llegara y contarle lo que me había pasado en el hospital y que me digiera más de Edward.
-¡Bella! Llegué ¿dónde estás?- Dijo mi padre al llegar a casa-
-¡Aquí papá en mi dormitorio! ¡Bajo inmediatamente!- Le conteste.-
Bajé las escaleras y me lancé a los brazos de Charlie saludándolo y dándole un beso en la mejilla por tanta emoción que me embargaba.
-parece que te fue bien en la entrevista- me dijo con curiosidad.
-¡Sí! Fue buena, empiezo el lunes a trabajar- le dije con emoción en mis palabras.
-¡qué bueno hija! Y ¿cómo te trato Carlisle?- Preguntó.
-él fue muy amable, me dio mucha confianza, fue como si ya nos conociéramos- le dije.
-me alegro mucho Bells, creo que él debe estar tan emocionado como tu, él tiene muchas expectativas contigo, ya que quiere lo mejor para el hospital- Me dijo con serenidad en su tono de voz. Y -¿qué más te sucedió? -Me preguntó como si supiera que tuve más emociones a parte de la entrevista.
-Bueno me encontré con Jacob, fue emocionante verlo después de tantos años, nos pusimos de acuerdo de salir el domingo- le dije con emoción.
-¿y nada más te sucedió?, te pregunto porque tienes una mirada que ayer no tenías- me dijo con una sonrisa en sus labios.
-Bueno papá, conocí a uno de los hijos de Carlisle- le dije sonrojándome.
-y ¿a quién de todos?- preguntó.
-Al que está a punto de salir de médico- le dije.
-Parece que te deslumbró Edward- rió.
-¡papá!.. Bueno es lindo- le dije sonriendo. –me pareció interesante- dije eso mordiéndome el labio inferior, sin percatarme que Charlie estaba con una sonrisa tan amplia que me dio a entender que le gustaba como me refería de Edward
-Edward es un buen muchacho, nunca ha tenido novia, es un chico ejemplar, inteligente, buen hijo, intachable- me dijo mirándome.
-¿a caso papá me lo estas recomendando?- le pregunte sintiendo mis mejillas arder.
-Bueno hija, él es un buen partido y si te pareció interesante, no deberías negar a conocerlo mejor, ¿cierto?- me guiñó el ojo como aprobando su sugerencia.
-¿Entonces estás de acuerdo que quiera conocer a Edward?- le pregunté.
-¡Claro hija! Yo lo conozco hace tiempo y me encantaría que pudiesen ser más que simples amigos y colegas- me guiñó el ojo y tomó mis manos.
Nos sentamos, nos servimos la pizza que encargue y nos levantamos de la mesa mientras lavaba los platos y los cubiertos. Charlie se fue a descansar unos minutos antes de irse a su trabajo y yo me fui a mi dormitorio. Al rato se despidió desde abajo y yo le contesté.
Me tiré en mi cama y me vino a mi mente esos ojos tan hermosos de Edward, me vinieron sensaciones extrañas, pero me gustaba, cerré los ojos imaginándome sus manos tocarme, y su piel rozando la mía, me vino una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, abrí los ojos y sentí mis mejillas ardiendo y como mi respiración era más agitada.
-Si fuera real este sueño- me dije sonriendo con ansiedad de verle de nuevo.
Era increíble lo que me había pasado con Edward, solo su mirada me cautivo inmediatamente, fue como un hechizo, ¿era a caso él la persona que esperaba encontrar? ¿Era a caso el hombre que sería para toda la vida?, con solo pensar así mi cuerpo se tenso, no era de miedo, sino de placer al pensar que podía ser la posibilidad de estar para siempre con Edward.
Me quedé dormida pensando en Edward y comencé a soñar con él…
"Estaba sentada en un prado hermoso, lleno de flores silvestres, de pronto sentí detrás mío unas manos en mis hombros y unos suaves labios rozando mi cuello, sabía que era él, solo deje que hiciera lo que estaba dispuesto hacer, le tomé sus cabellos y me di vuelta para poder sentir sus labios en los míos, era dulce, tierno, nos devoramos con nuestras lenguas húmedas y jadeantes. Sentía que sus manos me acercaban hacía él y sentir como nuestros cuerpos reaccionaban, una de sus manos fueron a mis pechos para acariciándolos suavemente encima de mi blusa, sentía como con el tacto de sus manos empezaban a endurecerse y a erectarse mis pezones, sus labios no dejaban los míos, cuando bajaba por mi cuello y llegó a mi clavícula, sus manos luchaban con los botones de mi blusa para dejarme sin ella y así seguía besando mis hombros acariciándolos y bajando las tiras de mi brasier llegó al comienzo de mis pechos y sin más me lo quitó y besó mis pechos con locura, gemí de placer agarrando sus cabello, mi respiración era aun más agitada, mis manos reaccionaron e hicieron lo que deseaban que era tocarlo, le saque su camisa y bese su pecho que estaba deliciosamente marcado con un vientre duro y mis manos lo tocaban con desesperación y sin más llegué a la cremallera de su pantalón, y se lo bajé para liberar lo que quería salir, era enorme, solo suspiré y le miré con devoción, lo primero que hizo mi instinto fue llevar mis manos a él y acariciándolo, sentía como Edward gemía mi nombre y me tomaba de mis cabellos, sin más esperar me lo llevé a mi boca besándolo tragándomelo casi entero, ya que mi boca no era lo suficientemente grande para tenerlo entero ahí, salía y entraba sintiendo el exquisito sabor de su miembro. Estábamos extasiados, mi cuerpo lo reclamaba, le pedí que quería era sentirlo dentro de mí. Él sin más me sacó bragas y acaricio con sus dedos mi centro que estaba más que preparado para él, ya que estaba tan húmeda que Edward se mordió los labios con solo sentirme así, se posó encima de mí puso una pierna en uno de sus hombros y la otra rodeo su cintura y me folló suavemente, era mágica la sensación de tenerle así sentí como nuestros jugos se juntaban y al chocar en mi, sonaba nuestra fricción y era sensacional…"
De repente desperté agitada al escuchar mi teléfono sonar, quedé choqueada con el sueño que había tenido, era mi primer sueño tan real y con alguien real. Me levanté para coger mi fono y saber quién era, me sentí mojada entre mis piernas, y supe que había tenido un orgasmo con las imágenes de mi subconsciente.
Era Charlie para avisarme que no llegaría en la noche porque estaría arreglando algunos casos en la oficina. Así que me quedé tirada en la cama pensando que ponerme el día de mañana para la cena en la casa de los Cullen. Recorrí todo mi armario, que no era mucho, pero encontré un pantalón negro, era formal pero casual, una blusa azul petróleo con un escote que era especialmente para Edward, me reí al pensar eso, y encontré unos tacos, así estaba perfecto para estar un poco a la altura de Edward.
Quería deslumbrarlo, conquistarlo, al saber que nunca había tenido novia, era difícil entonces pensar que tenía alguna oportunidad con él, pero me la jugaría por completo hasta que él fuese mío, solo mío.
Me fui a bañar y me fui a la cama, nunca había deseado así a algún hombre, nadie me había llamado la atención de esa manera, ni de ninguna otra. Edward era el primero y el único, solo quería probar sus labios y tener su cuerpo solo para mí... En mis sueños se veía perfecto, pero no me importaba si era todo lo contrario en la realidad, lo quería solo a el. Y no importaba nada.
Desperté con la llegada de Charlie, pero solo sentí que entró a su dormitorio y no lo sentí más, supuse que estaría durmiendo después de una noche llena de trabajo. Desconocía mucho de la vida de mi padre, así que no sabía que en una de esas tuviera una pareja por ahí, pero me encantaría que la tuviera. Había estado mucho tiempo solo.
Me levanté me hice desayuno y me fui a la sala a ver televisión. De repente sonó el teléfono y atendí.
-¡aló! ¿Quién habla? -Pregunte.
-¿Bella?, soy yo Jacob- me dijo
-¡Jacob!, que alegría- le dije con emoción.
-No hallaba la hora de poder conversar contigo, Bella- me dijo ¿podemos vernos hoy y no mañana?
-No puede ser Jacob- le dije. – hoy tenemos una cena en la casa de lo Cullen con mi papá y será una tarde llena de arreglo.
-¿A sí? ¿Irán a cenar?- preguntó con cierto desencanto en su voz.
-Sí, Carlisle nos invitó ayer después de mi entrevista, además sé que con mi padre son muy amigos, así que acepte de inmediato- le dije.
-¿y ya conociste a alguno de sus hijos?- me preguntó.
-En verdad de pasada conocí a Edward- le conteste. Si me hubiera visto vería como estaban mis mejillas de rojas con solo decir el nombre de mi dios.
-¡Ah Edward! Sí es uno de mis mejores amigos, hemos ido a la misma universidad, así que lo conozco muy bien- me dijo.
-¿así? Qué bueno que lo conozcas, así podré contar contigo…- le dije riéndome.
-¿perdón? ¿Contar conmigo?- me dijo riendo -¿para qué?
-mmm, bueno para conquistarlo- le dije con timidez.
-¿te gusta sin conocerlo?- me dijo.
-Bueno es lindo y he recibido buenas recomendaciones- le dije.
Bueno entonces debes hacer lo que dicta el corazón- me dijo. – Edward es un buen muchacho, un muy buen amigo, se merece una mujer como tu a su lado, no se le ha conocido ninguna novia, así que si logras conquistarlo serás la única.
-Gracias Jack, me halaga tus palabras- le dije. -No sé si seré la ideal para él, pero sé que me gusta con solo verle- ¿entonces puedo contar contigo?
-¡Claro! Puedes contar conmigo, Edward es un buen chico y estaría feliz viéndolo contigo- dijo.
-entonces nos vemos el domingo Jack, te espero, beso- le dije.
-Bye Bella, nos vemos el domingo, que te vaya bien en la cena- se despidió con un tono de decepción.
Estuve toda la mañana nerviosa, estuve ordenando mis cosas que aun las tenía en cajas, después almorzamos con Charlie, lave los cubiertos después de eso y me fui a mi dormitorio para dormir un poco antes de arreglarme para la cena con los Cullen.
Llegó la hora de irnos con mi padre hasta la casa de lo Cullen, estaba muy nerviosa con solo saber que él estaría ahí y lo vería de nuevo.
Bajamos de la patrulla de papá y tocamos el timbre de la mansión, sí, parecía una mansión. La casa de los Cullen era de tres pisos llenos de ventanales, era hermosa a comparación de la casa de Charlie, pero al entrar era aun más hermosa. Era muy clara, decoradamente entre lo antiguo y lo moderno, había un contraste. Nos recibió Carlisle dándonos la bienvenida y nos guió a la sala. Yo estaba embobada con todas las cosas que tenían, realmente era hermosa. En algún momento se me olvido el nerviosismo que tenía con lo deslumbrada que estaba admirando la casa. De pronto escuche voces que venían hacia nosotros y me di vuelta y lo vi.
Edward Cullen se veía divino con unos pantalones negros de tela y una camisa sin abotonarse en el pecho de color crema, se veía apetecible en especial al ver parte de su pecho descubierto, estaba supongo con su madre, una mujer joven con una sonrisa angelical, con un rostro que solo infundía amor y ternura.
-Charlie, Bella, ¡Bienvenidos!- dijo Edward, dándome un beso en la mejilla. Sentí mi rostro arder al ver que él también reaccionó igual. El sentir sus labios en mi mejilla, sentí como una corriente corrió por mi cuerpo. Era fascinante, verle como le contestaba a Charlie sobre su futuro examen.
De pronto vi venir a ser pequeño con un vestido verde con unos cabellos cortos como duendecillo, con un rostro hermoso y con los mismos ojos de Edward.
-Bueno como nadie me presenta, me presento yo- dijo acercándose -¡Soy Alice, hermana menor de Edward! Es un placer conocerte- dijo abrazándome tomándome de los hombros -Él es Jasper mi novio-
-Soy Bella, es un gusto Alice y Jasper- Dije.
-Bella ella es mi madre, Esme, Esme ella es Bella- me presentó Edward.
Esme me abrazó y me dio un beso en la mejilla, era muy tierna -Es un gusto señora, Charlie me ha hablado mucho de ustedes y de lo cálidos que son y creo que tenía razón. Dije con mucha pasión dándole una mirada a mi dios que tenía en frente.
-Qué bueno que tengas una buena impresión de nosotros, así como nos vez, somos, dijo Esme.
Esme dijo que pasáramos a la mesa que ya la cena estaba lista, así que nos dirigimos todos y nos sentamos, Edward se sentó frente a mi, Alice al lado de Jasper, Charlie frente a Carlisle al lado mío y Esme frente a Charlie. La cena fue hermosa, comimos todos riéndonos, contando nuestras anécdotas, hablamos de partidos de béisbol, hasta que salió el tema de parejas. Sentí a Edward tensarse cuando hable del tema.
-¿Así que no tienes novia Edward?- Dije dándole una mirada entre ojos.
-No, aun no- contestó todo tímido agachando la cabeza.
Todos se callaron al escuchar lo que estábamos diciendo y Charlie y Carlisle se estaban riendo junto con Esme como cómplices de algo.
-¿Supongo que tu dejaste tu novio en Andrew?- preguntó con curiosidad.
-Reí antes de contestar, ¡Nop! No deje a nadie, espero encontrarlo aquí- dije levantando la mirada hacia él sonrojándome levemente mis mejillas.
Edward se quedó en silencio solo me miró con una sonrisa hermosa en su rostro y una mirada de esperanzas.
Esme se levantó diciendo – es la hora del postre, ¿Por qué mejor no vamos a la sala de música a escuchar una nueva composición de Edward?-
Edward miró con asombro a su mamá por sus palabras, yo me levanté y Edward me dirigió a la sala, me senté en uno de los sofás frente a Edward, al mirarlo me sonrió. Él se sentó en el banco del piano y el resto me acompañó en los lugares de mi lado. Sin dejar de mirarme puso sus manos en las teclas y comenzó a tocar, sus manos fluían con libertad, sus ojos se penetraban en los míos, mi respiración era agitada. Al terminar la pieza quedé hipnotizada por su talento y por lo hermosa pieza musical. Sentí como los aplausos de su familia y los de Charlie eran sinceros. Yo no dije nada solo lo miraba, les dio las gracias y Carlisle los llevó a la sala. Yo no me moví de donde estaba.
-¡Fue hermoso!- Susurré desde donde estaba.
Se percató que yo estaba ahí y que estábamos solos. Me miró y preguntó -¿Te gustó?
-Sí y mucho, no sabía que tocabas piano y menos que fueses compositor- Le dije con asombro.
-Es mi hobbie favorito, pero hace mucho que no componía, no había tenido inspiración- me dijo.
-¿Y por qué ahora compusiste?- Pregunté con curiosidad. ¿A caso tienes una musa de inspiración?
-Me inspiran muchas cosas, pero para esta me inspiró un rostro hermoso que conocí, como de una muñeca, con los ojos más hermosos que jamás había conocido- Me dijo sin dejar de mirarme. Dándome a entender que era yo su musa inspiradora.
-Debe sentirse orgullosa esa musa que tienes, por lo hermoso que le has compuesto- le dije sin dejar mirarlo acercándome cada vez más cerca de él.
-Yo soy el orgulloso de haber tenido la oportunidad de haberla conocido y de enamorarme de su hermoso rostro- me confesó sin temor.
-¿Te enamoraste de ella? ¿Sin conocerla?- Le dije ya a casi a pocos centímetros de mi rostro.
-Creo que sí, me hipnotizó con sus ojos, aunque creo que cuando la conozca más me enamoraré de todo de ella- me dijo agitando mi pecho casi jadeando por lo cerca que estábamos.
-¿Y ella siente lo mismo?- Le pregunté.
-Aun no lo sé, pero de todos modos la conquistaré y será mía, solo mía, para siempre- Me dijo casi rozando mis labios.
-¿Estás seguro que la podrás conquistar?- Dije ya casi sintiendo sus labios encima de los míos.
-¡Sí! Estoy seguro- me dijo alejándose de mí -Mejor vamos a la sala con el resto antes que nos vengan buscar- me tomó la mano y nos fuimos.
Al sentir mis manos entre las suyas otra vez la corriente sentí por mi cuerpo, más cuando puso sus dedos entre los míos, sus dedos eran largos, su piel cálida. Estaba en las nubes. Me puse nerviosa al ver las miradas de todos cuando llegamos a la sala de la mano ya que todos nos miraban con asombro.
Estaban todos ya instalados para ponernos a ver una película, me senté al lado de mi papá y Edward al otro lado, al sentarnos nos soltamos de las manos. Al sentir que no tenía sus manos, me vino una sensación de vacío. Apagaron las luces y nos acomodamos, nos quedamos quietitos y vi que Edward se cruzó de brazos, yo sin pensarlo puse mi mano por debajo de sus brazos y le tomé la mano y nos acariciamos por más de la mitad de la película. No dijimos nada, solo estábamos sintiendo nuestros roces tiernos. De repente pensé en que esa era la oportunidad de decirle lo que estaba sintiendo, me levante y le pregunte a Alice que me llevara al baño, lo hizo y no me demoré nada.
Dentro de él, saque mi libreta y un lápiz y escribí:
Edward,
No quiero que pienses que soy de esas mujeres sueltas y atrevidas, pero desde que te vi ayer en el hospital, no sé lo que me pasa, pero me vienes a todo momento, tu sonrisa, tus cabellos, tus labios, todo. Nunca he tenido novio, pero creo que esto es algo nuevo.
El roce de tu mano en la mía ha sido la sensación más hermosa que he sentido en mi vida.
¿Cómo me gustaría ser tu musa inspiradora de tan hermosa melodía?
Espero que tengas una buena impresión de mi persona, solo quiero que sepas que pienso en ti en ti en cada momento desde que te conocí por primera vez en el día de ayer.
Duerme bien y sueña conmigo como lo haré yo contigo,
Bella.
Salí del baño y volvimos rápidamente a mi lugar, llevaba la nota entre mis manos y volví a mi posición de mis manos. Le entregué la nota en sus manos a escondidas y seguimos con nuestras manos tomadas. Él disimuladamente la guardó entre sus pantalones. Ni siquiera nos mirábamos, solo nos tocábamos.
Llegó el final de la película y mi papá se levantó y dijo que era hora de irnos.
Me acerqué a Edward, lo miré y le susurré en el oído –Léela- me despedí dándole un beso en la comisura de sus labios. Estuve a punto de besarlo, ahí sí que no sé que hubiese pasado después.
Nos fuimos a casa y me fui en silencio pero con una sonrisa en mi rostro que no me la quitaba nadie. Charlie se percató de eso.
-¿parece que te gustó la familia Cullen?- Dijo.
-Sí, son muy agradables- dije sin mirarle.
-Edward y tu se ven hermosos juntos- me dijo con una sonrisa en sus labios.
-Papá ¿tú crees? ¿A caso te gusta para mí?- le dije.
-Hija tu sabes que tienes mi consentimiento con Edward, así que no lo dudes, a él quiero para ti, lo conozco desde que llegaron a Forks y es como tú lo vez, un chico sano, inteligente, buena persona, así que no debes preocuparte de lo que pienso yo. Solo deja llevarte por tus sentimientos y si son correspondidos mejor aún- me dijo guiñándome el ojo.
-Gracias papá, me haces muy feliz- le dije.
Llegamos a la casa, me despedí de Charlie y me fui a mi dormitorio. Me puse mi ropa de dormir y me quede dormida pensando en Edward y si ya habría leído mi nota y mi declaración. Ahora sabía más que nada que quería a Edward solo para mí. Solo mío.
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