POV. BELLA
Correr, eso era lo único que podía hacer, una vez la ventana se abrió dejando entrar al viento, me relaje y me fusione con él, no podía hacerlo por mucho tiempo pero lo suficiente como para escapar. Cuando estuve fuera de la casa, volví a tomar forma humana, aun así me mantuve en movimiento. Sabía que los vampiros eran rápidos, por lo que aun debía mantenerme en contacto con el viento, corrí por lo que serian kilómetros, hasta que reduje mi velocidad, ¡diablos!, había estando dando vueltas en círculos. Me detuve entre las malezas y empecé a formular un hechizo de localización, estaba terminando cuando sentí el aire agitarse y el agarre alrededor de mi brazo, un escalofrió me recorrió cuando nuestra piel conecto, no, no fue un escalofrió, fue electricidad, puro y simple…magnetismo. Pase la mirada desde su pálido brazo hasta su hermoso rostro, sus ojos miel me taladraron con la misma intensidad que la vez interior, en la casa. Como Un ángel, demasiado hermoso y bello, hipnotizada por esa mirada, levante lentamente la mano para tocarlo, constatar que era real. Por unos segundos cuando mi mano se poso sobre su fría mejilla y el levanto la mano para posarla sobre la mía, sentí la extraña sensación de estar en casa.
Esta vez sí fue un escalofrió lo que me recorrió, ante lo que implicaba "casa", me solté de su agarre y di un paso atrás. Cuando él volvió a colocarse delante de mí en segundos, sabía que no podía escapar. Levante las manos en son de paz antes de que él me tocase.
-Un Cullen ¿verdad? – Dije fríamente mientras caminaba hacia un tronco caído y me sentaba- ¿Qué quieres?
-Una Swan ¿verdad? - repitió con una sonrisa de lado, demonios, si antes lo llame ángel, me equivoque, esa sonrisa no era angelical, había sido especialmente diseñada para acabar con corazones como el mío. Demasiado tentadora, junte mis manos para evitar tocarlo, otra vez.
Él vio mi reacción y rio suavemente, sentí mis mejillas enrojecer. Me levante bruscamente.
-Bien, ya que no vas a decir nada, me larg…- no termine de hablar cuando lo tuve otra vez frete a mí.
-¿Quién eres? O debería decir ¿Qué eres? - me ericé, con sus últimas palabras,
No te atrevas a compararme contigo, sanguijuela - escupí, alejándome
-Vaya, tienes garras – su voz también se había vuelto fría - pero eso no responde mi pregunta
-Ni lo hare – dije suavemente me encogí de hombros – tú tienes tus secretos y yo los míos, por que supongo que el pueblo no sabe que convive con chupasangres, ¿verdad?
-No es tan fácil- respondió la voz, que reconocí como la del patriarca del aquelarre, uno a uno lo seis vampiros restantes nos rodearon, tía rose dio un paso hacia mí pero yo retrocedí y clave mis ojos en Carlisle.
- Si, lo es – respondí tratando de ser educada - solo quiero una vida tranquila con mi padre y para ustedes debe ser igual, ¿verdad?
-En eso tiene razón, pero…
-Que prueba tenemos de que no nos traicionaras, eres solo una humana manipulable, es más fácil borrar la evidencia. – gruño el rubio delgado fríamente
-¿Manipulables? No podía negarlo, los humanos somos seres manipulables y débiles ante su molesta perfección. Una sonrisa de cualquiera de ellos y terminabas en un estanque de tus propias babas. Pufff
-Jasper… - advirtió Carlisle, atisbe que su mirada no implicaba si estaba a favor o en contra mío.
No tendremos problemas si ella mantiene silencio – intervino Esme, por alguna razón aparte la vista de ella, esa vampira me inspiraba recuerdos maternales, que prefería no recordar
-Eso no es una seguridad, Esme - replico el rubio
-No vamos a hacerle daño – gruño tía rose
-Es una simple humana – tía rose y Edward gruñeron, le mire de reojo pero el tenia su furiosa mirada fija en el rubio. Vaaaaya
Suspire, ¿de verdad pensaban que me quedaría callada mientras debatían si vivía o no? Era hora de dejar de ser el espectador.
-Lo de simple humano me lo tomo como un cumplido, sanguijuela – sonreí – y hablas como si os tocara decidir qué hacerme.
-No creas que por… - no termino de hablar cuando estuvo colgando en el aire por uno de sus tobillos junto con todos sus hermanos, no tenía suficiente energía para hacerlo con Esme y Carlisle, además, de que parecería una falta de educación hacerle eso a los mayores, volví la vista a los hermanos Cullen, suponía que todos eran mayores, pero no lo parecían, así q no me iba a disculpar ¡y querían matarme, por dios!, o por lo menos uno de ellos…daba igual no iba a preocuparme por los sentimientos de una sanguijuela.
Sonreí cuando escuche sus maldiciones, y volví la vista a Carlisle
-Vaya – comento el señor Cullen con una mirada sorprendida hacia mí – parece que eres bastante… inusual
Me encogí de hombros, lo que fue un error, cuando una punzada se clavo en mi sien, empezaba a sentirme muy cansada, había usado demasiada magia en tan poco tiempo, sino tenia cuidado iba a terminar desmayándome, lo que no era una opción con chupasangres tan cerca
-Supongo que podría decir lo mismo de ustedes – dije mirando el dorado brillante de sus ojos – el grandote dijo que se alimentaban de animales
-si lo escuchaste, ¿Por qué diablos intentaste quemarme? – gruño el grandote aun seguía forcejeando, los demás solo se habían quedado quietos, balanceándose, pero quietos y en silencio, salvo la pequeña que parecía divertirse mientras se bamboleaba de un lado a otro. Vampiros raros, muy raros.
-No podía comprobarlo – respondí
-Y decidiste convertirte en un cazador de vampiros, ¿por pura inspiración? – siseo el rubio amargado
-Bueeeno, que esperabas que hiciese si un gran vampiro sale tras de mi maldiciendo cosas sobre matar.
-¡No estaba diciendo que te mataría! ¡Si no que me matarían a mí! - se quejo el grandote
-¡¿Y te quejas?, yo lo iba a hacer antes! – me queje también
-¿Podrían seguir con su conversación cuando nos sueltes? – gruño Edward, maldición porque me sabia ya su nombre, si era muy mala para recodar los nombres.
Diablos, estaba cansada, y eso hacía que lo viese como un ángel, puja, un vampiro angelical. Si descansar no funcionaba iba a emborracharme y charle la culpa al alcohol, ¡y le había tocado la cara! Tenía que desinfectar mis manos. Bueno eso era demasiado, pero iba a hacer algo para quitarme la sensación de su piel en mis manos.
-¿Creen que podrían, uhmmm , hacer como si nada de esto hubiese pasado? – Pregunte desesperada – ¿ustedes no me vieron ni yo a ustedes?
-Cielo, eso nos gustaría pero –Esme miro a su pareja y luego a sus… ¿hijos? – ¿podrías bajarlos? Creo que ya has dejado probado que también tienes un secreto y al igual que nosotros quieres mantenerlo fuera de miradas… ¿humanas? – me ericé ¿humana?
- ¡Soy humana!- chillé
- Si, ya, porque es muy común que una humana sea más rápida que un vampiro – mascullo Edwa…uno de los hijos de Esme, eso, ya no me acordaba de su nombre.
- Soy humana, un poco distinta – murmure en respuesta
-¿un poco? ¡Estamos colgando en el aire! – Gritó el grandote- ¿humana? ¡JA!
-Bueno soy…distinta, sanguijuela – maldije por lo bajo cuando mi mirada se topo con la de tía Rose, - preguntadle a ella, y dejadme en paz
Necesitaba descansar, sin esperar a que siguiesen hablando camine hacia el árbol más cercano, cerré los ojos, aliviada cuando sentí sus hojas cubrirme rápidamente, lo último que escuche fueron los cuerpos de cinco vampiros caer al suelo. Solo esperaba que no hubiesen caído sobre Esme, aun así…. No, no iba a disculparme por eso.
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