The dream of any teenager

Autor: CrissitaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 05/11/2011
Fecha Actualización: 05/11/2011
Finalizado: NO
Votos: 1
Comentarios: 1
Visitas: 13652
Capítulos: 11

A Bella Swan, una chica de un pequeño pueblo de Estados Unidos, le dan una beca para pasar unas vacaciones inlovidables en uno de los cruceros 'Cullen C&CO' por el Caribe. ¿Que pasará cuando conozca a un chico de pelo cobrizo y ojos verdes?

Disclaimer Los personajes reconocidos de esta historia pertenecen a Stephanie Meyer, la trama y los personajes no reconocidos son de LiseHarnett, tengo su total permiso para publicar esta historia en esta página.

He hablado con Lise y la hisotoria cuenta con aproximádamente unos 11 o 12 capitulos, asi que está en proceso de finalización, enjoy!

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Capítulo 5: Confesiones a la luz de la luna

Llevava ya dos horas en mi cama tumbada, pensando y también se me había escapado una lágrima que otra. No sabía que hacer, tampoco sabía si la respuesta que le había dado a Edward era la correcta o la incorrecta. Había sufrido demasiado anteriormente, y no quería que me pasara lo mismo. Tenía claro que alguna vez me tendría que enfrentar a esos miedos y volver a salir con algún chico. Pero no todabía, no estaba preparada, necesitaba tiempo para pensar. Hasta ahora no lo había echo porque no había habido ningún chico, hasta que llegó él. Tenía claro que no era una simple amistad lo que sentía por Edward, él me gustaba, le quería, y sabía que con el paso del tiempo me estaba enamorando de él, y eso no podía evitarlo.

De repente escuché el sonido de unas llaves y una puerta cerrarse, supuse que sería Ang y Rose que ya estaban de vuelta.

Miré el reloj, eran las dos de la madrugada, era la primera vez que miraba la hora en todo el tiempo que había estado tumbada en la cama.

La puerta se abrió.

-Bella, ¿Estás despierta?- Dijo Rose en un susurro- Tengo que contarte una cosa muy importante.

-Si Rose, estoy despierta- intenté simular una sonrisa, pero no me salió, en ese momento no podía.

-Oh genial, porque tengo que...- Se paró en seco al mirar mi cara llena de lágrimas, encendió la luz rápidamente y se sentó en mi cama- ¡Oh Bella! ¡¿Que te ha pasado? ¿Porque estás así?

-No ha sido nada Rose enserio, es solo que tengo alergia al agua de mar- Lamentablemente mis mentiras nunca habían sido demasiado creibles, y Rose me conocía demasiado bien, solo rezaba porque no me hubiera pillado.

-No,no Bella, a mi no me engañas- Dijo acariciandome la cara- Nos conocemos demasiado bien.

-Enserio Rose, gracias por intentar ayudarme, pero no tienes nada de lo que preocuparte- Le dije con una sonrisa, algo falsa, en mi cara- Cuentame que es eso tan importante que te ha pasado.

-No intentes cambiar de tema Isabella- Cuando me llamaba por mi nombre completo significaba que no me djaría tranquila hasta que no se lo contara- No me iré hasta que me lo cuentes- Efectivamente, tenía razón.

-Esta bien, pero no quiero que hagas nada al respecto- Suspiré en un claro gesto de intentar tranquilizarme a mi misma- Verás, estos días he estado pasando bastante tiempo con Edward, aparte de que es mi compañero de las clases y, me lo paso genial con él. Y bueno, se que me gusta, y puede que me esté enamorando de él- Rosalie sonrió de oreja a oreja.

-¿Y cuál es el problema? ¿No siente lo mismo o algo así?

-No Rose, déjame terminar. Hoy he estado todo el día con él. Y me ha llevado al área privada que tienen en el crucero, y bueno, me ha dicho que yo le gusto, y que le gustaría que fueramos algo más que amigos- En ese momento Rosalie sonrió como núnca la había visto sonreir, y tenía ese brillo de felicidad en los ojos- Le he dicho que a mi también me gustaba, pero que no estaba preparada para tener otra relacción- Ella entrecerró los ojos- Después de lo que me hizo Knaan no estoy con animos para estar con nadie.

-¡¿QUE? ¿Todo esto por el estúpido de Knaan?-Asentí- Vamos Bella, era un idiota, ese no se merece tus lágrimas, no dejes que se cuele en tu cabeza después de lo que te hizo y tampoco dejes pasar esta oportunidad, él te quiere, no todos los días se te declara un hombre, tienes que aprovechar. No le des ese derecho Bella, no le des algo que no tiene, no se merece que llores por él y mucho menos que renuncies a otras personas por sus acciones. Se que no te sientes segura, pero creeme que Edward no da la impresión de ser el tipo de chico que te hace daño o que te la pega con otras. Es diferente, no le conozco ni la mitad que tú, pero es la impresión que causa.

-Creo que tienes razón- Sonreí un poco- No debería haberle dicho eso, él sabe que me gusta, y que pase lo que pase quiero seguir siendo su amiga, eso no quiero que cambie. Pero sé que está enfadado, o quizás molesto, no lo sé

.

-Deberías ir ha hablar con él, contarle todo lo que me has contado a mi, y decirle porque estás insegura, no le hagas creer que es su culpa, puede que sea eso por lo que esté molesto. Y ya que estás dile que aceptas su petición, que en realidad si que quieres salir con él, pero no te sientes segura, habla con él, intenta solucionarlo y las cosas irán mejor entre vosotros.

-Es verdad, mañana mismo iré ha hablar con él- Rose sonrio por mi respuesta.

-No Bella, no tienes porque esperar hasta mañana, vete ahora, estoy segura de que estará despierto.

-Si, tienes razón, tengo que ir a buscarle y decirle lo que siento.

-¡Esa es mi Bella! ¡Venga corre!

Y allí fuí, directa a decirle a Edward que mis sentimientos le correspondian, él tenía que saberlo. Superaría mis dudas, mis inseguridades, y lo más importante, le superaría a Knaan.

Me puse una sudadera y unos leggings, y me me digirí hacía la tercera planta; La de los Cullen. En el camino pensé lo que iva a decir, ordené mis ideas y ya lo tenía todo más o menos completo, quería que mi argumento sonará convincente, y que Edward entendiera cuales eran los motivos que me había llevado a rechazarle. Mientras pensaba había llegado a la planta sin darme cuenta, esta vez en la mesa de secretaria estaba Kate, y no María, lo que me alegró, con Kate tenía más confianza, me parecía una persona muy agradable, con ella podías hablar tranquilamente.

-Hola Kate- Le dije sonriendo, a lo que me respondió.

-Hola Bella, que alegría verte, ¿Vienes a verle a Edward?

-Igualmente Kate, si, la verdad es que sí, ¿Sabes si está por aquí?

-Ha salido ha uno de los pubs que hay en la cubierta, estoy segura de que estará en 'El templo'.

-¿'El Templo'?- No sabía cuál era ese pub.

-Si, es uno de los locales de los Cullen, cada uno es dueño de uno. Esme tiene una peluquería, Carlisle un restaurante, Alice una boutique de ropa, Emmett una tienda de deportes, y Edward tiene 'El Templo'. Todos suelen ir ahí algunas noches, Alice te ha estado buscando para ir contigo, le ha preguntado ha Ángela dónde estabas pero ella tampoco lo sabía.

- Oh vale, no importa, iré ahora.

-Esta bien, hasta luego. Y espero que vengas más de visita. Edward es un buen chico, y necesita una chica como tú.

-Gracias Kate, nos vemos.

'Necesita una chica como tú´, 'Necesita una chica como tú´, 'Necesita una chica como tú'... Esas palabras no dejaban de sonar en mi cabeza, yo también necesitaba un chico como él. Él era cariñoso, amable, divertido, y muy, muy atractivo. Y nos conocíamos bien el uno al otro, yo sabía como hacerle reir, como provocarle, relajarse, inculos enfadarle. Y viceversa. No era lo mismo que había sentido con James o con Knaan, él era diferente. Sabía cuando era el momento de dejar de hacer bromas, de hacerme reír, de ser divertido. Era como si estuvieramos sincronizados, por muy cursi que sonara, sí, eso había sonado muy cursi.

Empecé a caminar por los pasillos del área Cullen, subiendo escaleras y cogiendo un ascensor, después de dar un par de vueltas sin obtener resulato de dónde podía estar la cubierta, la encontré.

Había varios restaurantes abiertos, alguna que otra cafetería y finalmente, 'El templo'. Iva ha entrar, pero justo antes de hacerlo, me fije en uno de los bancos que estaban pegados a la barandilla del crucero, el chico que estaba ahí sentado me sonaba. Me acerqué un poco, y finalmente le ví la cara, era Ethan, mi compañero del instituto y uno de los 6 alumnos que venía con nosotros en el viaje.

-Hola Ethan- Me senté junto a él en el banco- Soy Bella, voy contigo al instituto.

-Si, sé quién eres- Me dijo mientras sonreía. Y hasta ese momento no me había dado cuenta de que tenía uan sonrisa de infarto, si él ya me parecía guapo de por sí, ahora me lo parecía mucho más. Era algo tímido, pero por lo que me había contado Emily, mi compañera de Física, cuando empezaba a conocer a la gente se iba soltando más. Muchas chicas del instituto estaban detrás de él, aunque él no les hacía el más mínimo caso. No me exrañaba que levantara pasiones en todo el instituto, tenía unos increibles ojos azules, acompañados por su negro y rebelde cabello, y que decir de los hoyuelos que se le formaban en la cara cuando sonreía. Ethan me sacó de mis cavilaciones

- Que raro que no estes dentro, debemos de ser las dos únicas personas que no entran en ese pub.

-Pensaba entrar ahora, aunque creeme, no me gusta demasiado estar entre tanta gente, no sé, me agobia.

-A mi también me agobia, es por eso por lo que me quedo aquí, la brisa del mar, nose, me gusta, me relaja.

-Si, esto es genial, me quedaría aquí toda la vida si fuera posible, Edward y sus hermanos tienen suerte de poder estar aquí siempre.

-¡Hey! A mi no me gustaría vivir aqui siempre, sería horrible- Me dijo en tono de broma, aunque iba claramente enserio- Sería dificil tener que comer el resto de mi vida a base de pescado, algo de carne nunca biene mal- Reí con él.

-Sí, tienes razón en ese sentido, pero ver el amanecer cada mañana- Suspiré- Creo que sería estupendo.

-¿Tú Crees?- Me dijo levantando una ceja, pero su sonrisa seguia intacta en su cara.

-Bueno, si, supongo, núnca he visto un amanecer- En ese momento su sonrisa se esfumó, y la intercambió por una mueca de horror.

-¿No será verdad?- Asentí- ¿Enserio nunca has visto el amanecer?

-Nunca- Le conteste seriamente.

-¿Y el atardecer?- Negué con la cabeza- Pues eso hay que solucionarlo, mañana mismo irás a ver las dos cosas conmigo, y no tomaré un no por respuesta- Otra vez volvió a sonreir intentando convencerme, y lo consiguió, valla que si lo consiguió.

-No pensaba negarme, siempre que querido hacerlo- Su sonrisa se ensanchó- Y es agradable pasar el tiempo contigo, sabes hablar y escuchar, no todas las personas saben- Se rió.

-Mañana es sábado, por lo que no hay clases. Podría ir a buscarte a las seis de la mañana a tu habitación, en el umbrál de tu puerta, yo me encargo del desayuno. Podríamos pasar el día juntos, ir a comer ha alguno de estos restaurantes y luego a las ocho de la tarde volveremos y veremos el atardecer, y luego ya se verá. Mi plan llega hasta ahí.

-Yo...Ethan...No sé...- Recordé que había venido ha hablar con Edward, mi principal objetivo era arreglar las cosas con él, he informarle sobre mis sentimientos hacía él. Y si iba ha hacer eso, no creía que fuera conveniente pactar ningún tipo de citas.

-Esta bien, tranquila, sin presiones, haz lo que tengas que hacer, y ya me dirás.

-Gracias, de verdad, eres muy amable- Tenía que despedirme si quería ir ha hablar con Edward- Tengo que entrar al pub, he quedado con Alice- Era una excusa muy pobre, pero en realidad, también quería verla a ella.

-Vale, yo estaré aquí si necesitas algo, lo que sea, solo dime- Asentí y a continuación le dí un beso en la mejilla, beso que el también respondio.

Me levanté del banco y me dirigí hacía 'El templo', había demasiada gente, podía ver a varias personas conocidas, entre ellas Erik, Emmett, Alice etc... Busqué lo que mis ojos querían ver, ha Edward. Pero no lo encontraba, mire por todos los lados, en las mesas, entre la gente, en la planta de arriba... Pero nada, Edward no estaba, en ese momento giré mi cabeza a uno de los extremos de la barra, y en ese mismo instante me arrepentí de haberlo echo, mis ojos vieron lo único que deseaba no ver; Edward se estaba besando con una chica. No quise ver mas y en ese mismo instante noté como una lágrima caía por mis mejillas, no me lo podía creer. Salí lo más rápido que pude del pub y me senté en el banco en el que habíamos estado Ethan y yo, con la diferencía de que Ethan ya no estaba.

No me podía creer que el chico que hace unas horas me había confesado que estaba enamorado de mí unas horas despues estuviera besandose tranquilamente con otra chica. Él no era diferente a los demás chicos, era igual que todos. Solo querían lo que querían, y leas daba igual que fuera una que otra.

En ese momento sentí ha alguien a mi lado, abrí los ojos inmediatamente, sonreí, me alegré de que fuera él.

-¡Bella!- Su sonrisa se esfumó cuando vio las lágrimas en mi cara- Hey ¿Que te ha pasado?- Me abrazó rápidamente y empezo ha acariciarme la espalda, haciendo circulos sin ningún sentido, intentando tranquilizarme.

-No es nada Ethan, en serio-Intenté separarme, no quería estropear su camiseta con mis lágrimas.

-Nadie llora sin sentido, y una chica como tú no puede llorar- Me dijo con media sonrisa.

-¿Como yo?- Le dije frunciendo el ceño, no sabía a qué se refería, y tampoco me quedaba claro si esa matización era un halago o mas bien un insulto.

-Si, como tú- Me dijo acariciando mi mejilla, y ese gesto me inspiró tranquilidad- Eres hermosa, y no me gusta verte llorar, estas mucho más guapa cuando estas felíz y sonriendo- En ese momento le sonreí, Ethan era un chico demasiado amable- ¿Ves? Así es como quiero verte siempre; sonriendo.

Nos quedamos mirandonos unos segundos, hasta que él se fue acercando a mi poco a poco, sabía cúal era su intención; besarme. Y yo no me iva a negar. Ethan de algún modo me gustaba, sabía que era algo más que físico, porque se veía claramente que era un chico atractivo, pero no solo eso, era amable y simpático, y podías confiar en él. Por lo que simplemente me deje hacer cuando sus labios tocaron los mios. No eran tan frios como los de Edward, pero se amoldaron perfectamente a los mios, eran mas calidos. Acercó su lengua a mis labios pidiendome permiso para profundizar más el beso, permiso que le concedí. Estuvimos un rato así hasta que oímos un ruido detrás nuestro, nos giramos y no había nadie. Solo había un jersey a rayas en el suelo, me levanté para recojerlo y me quedé mirandolo, sabía perfectamente de quién era ese jersey.

Capítulo 4: Interrupciones y recompensas Capítulo 6: Solo amistad

 
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