Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 149975
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 38: Sorpresas.

HOLA CHICAS, ME DISCULPO POR LO CORTO QUE FUE EL CAP DE AYER, ESPERO REDIMIRME CON ESTE, TAMBIEN QUERIA DECIRLES QUE AUNQUE NO SIEMPRE RESPONDO LOS COMENTARIOS SIEMPRE LOS LEO Y ME ALEGRA MUCHO SABER QUE LA HISTORIA LES GUSTA, POR ESO ME ANIME A EMPEZAR OTRA QUE SE LLAMA "PERDERLO TODO" (http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539) SI QUIEREN Y PUEDEN LEANLA ASI ME DAN SU OPINION QUE ES MUY IMPORTANTE PARA MI.

ESPERO QUE LES GUSTE ESTE CAP.

BESOS, FIO

 

 

6 semanas después.

 

Estábamos camino al hospital, hoy teníamos control otra vez y si todo salía bien mañana ya podría estar trabajando y encargándome de la casa de forma activa.

La pancita ya se me notaba, no mucho en realidad pero lo suficiente para poder mimar y sentir a mi bebe.

Hoy tal vez podríamos saber el sexo de nuestro bebe, eso nos tenia de lo mas felices a los dos.

-                     Que piensa mi hermosa reina? –me pregunto Edward cuando ya estábamos a un par de calles del hospital.

-                     En que hoy tal vez nos enteremos del sexo del bebe. –le dije feliz, el me dio una de sus sonrisas mas radiante.

-                     Eso seria fantástico mi amor. –llegamos al hospital y fuimos directo a ginecología.

-                     Este fin de semana vienen Carlisle y Esme, no? –le pregunte mientras esperábamos.

-                     Si, me llamaron ayer para confirmarlo. Papa tiene una semana libre y la pasaran aquí con nosotros, aunque en realidad lo que quieren es pasarla contigo. –dijo para molestarme.

-                     No conmigo, con nuestros hijos. –le corregí.

-                     Srta. Swan. –llamo la enfermera.

-                     Nosotros. –le dije mientras nos parábamos y caminábamos en su dirección.

-                     Hola chicos. –nos saludo el Dr. cuando entramos al consultorio.

-                     Hola. –lo saludamos los dos.

-                     Como ha estado la madre.

-                     Muy bien, gracias. –dije feliz.

-                     En ese caso hagamos la eco y veamos al bebe. –me acosté en la camilla y me prepare para la eco, me coloco el gel frio y enseguida apareció nuestro lindo bebe en la pantalla y Edward me sostuvo de la mano.

-                     Quieren saber el sexo? –ya lo habíamos hablado y los dos estábamos de acuerdo en que si.

-                     Claro. –dije yo contenta.

-                     Vamos a ver si se deja ver, algunos bebes se ponen difíciles cuando de ver sus partecitas se trata. –dijo tiernamente.

-                     Como esta de salud? –pregunte.

-                     Perfectamente, tamaño y peso perfectos. Además déjeme decirle que ya podrá dejar de hacer reposo, retomar su vida tal y como era antes, solo que con mas tranquilidad y sin agotarse mucho usted ni el bebe. –me advirtió.

-                     Claro Dr., tenga por seguro que se cuidara como corresponde y que seguiremos todas las indicaciones que usted nos de. –le aseguro Ed.

-                     Me alegra mucho escuchar eso. –seguimos viendo a nuestro hijo y escuchando los latidos de su corazoncito, era tan diferente vivir esta experiencia con Edward a mi lado, me sentía tan feliz, contenida, apoyada y completa.

-                     Los felicito papas están esperando un lindo y sano barón. –mis ojos se llenaron de lagrimas, iba a tener a mi mini Edward, Ed me abrazo fuerte al notar que estaba llorando.

-                     Muchas gracias Dr. –le dije sinceramente.

-                     De nada. Los dejare unos minutos mientras les lleno las recetas para las nuevas vitaminas. Nos dio un par de minutos a solas que le agradecí de corazón.

-                     Es un barón. –le dije a Edward.

-                     Si mi amor, pero hasta a la idea de que hasta que no tenga otra princesa seguiremos teniendo hijos. –dijo haciéndose el ofendido, los dos nos reímos, sabia que el estaba tan feliz que yo.

Me ayudo a limpiarme y arreglarme la ropa y fuimos donde el médico. Nos dio las recetas y salimos del consultorio.

-                     Podemos ir a tomar un helado. –le pedi.

-                     No, te tengo una sorpresa. –dijo pícaramente pero se veía nervioso.

-                     Que sorpresa?

-                     Si te lo digo deja de ser sorpresa. –dijo rodando los ojos.

-                     Pero a mi no me gustan las sorpresas. –me queje.

-                     Espero que esta si. –nos subimos al auto y fuimos todo el camino en silencio, Edward estaba nervioso y yo intrigada. Se paro en mitad de un barrio residencial y me vendo los ojos. Volvió a arrancar el auto, condujo unos minutos mas y se me volvió a detener. Lo escuche bajar del auto, abrir mi puerta, luego me ayudo a bajar, caminamos unos metros, aun vendada, escuche como se abría una puerta, caminamos diez pasos mas y se detuvo.

-                     Lista? –me pregunto muy cerca del oído.

-                     Muero de la intriga. –le confesé. Me quito la venda de los ojos. Nos encontrábamos en la sala de una enorme casa, delante de una esplendorosa escalera de mármol blanco, el piso en el que me encontraba parada también era de mármol, mire a mi alrededor y vi un lindo juego de living, también en colores claros, la casa en realidad era una mansión, algo ostentosa pero hermosa por donde se la mire.

-                     Donde estamos? –le pregunte ya que no entendía nada.

-                     En nuestro nuevo hogar. –me dijo, se veía entre feliz y preocupado.

-                     Compraste esta casa? –no lo podía creer.

-                     Si, este será el hogar de nuestra familia. –me explico.

-                     Guau! –fue lo único que pude decir. Comencé a recorrer la planta baja y realmente era hermosa (al final del cap. están las fotos)

-                     Te gusta? –me pregunto ansioso.

-                     Ciertamente es hermosa. –y si que lo era.

-                     Pero, te gusta la sorpresa?

-                     Si amor, es solo que me parece demasiado, no me lo esperaba. –le confesé sinceramente.

-                     No podíamos seguir viviendo en el departamento, se hacía chico para los tres, y mas para los cuatro, esta casa tiene un lindo fondo para que jueguen nuestros hijos. –me explico aun nervioso.

-                     Ahora entiendo los regalos de cumpleaños. –dije recordado el auto y la casita. El solo se rio de mi comentario.

Termine de recorrer la casa y me sorprendí al notar que ya todo estaba listo para mudarnos, solo debíamos traer nuestras ropas y listo.

-                     Que harás con los muebles del departamento?

-                     Creo que lo mejor será ponerlo en alquiler ya amueblado, o dejarlo por las dudas de que un dia lo necesitemos. –no era mala idea.

-                     Creo que será mejor alquilarlo, esta en una buena zona y asi alguien le dará uso.

-                     Será mejor que nos vayamos, aun te tengo otra sorpresa. –dijo tomándome de la mano para llevarme afuera.

-                     Otra sorpresa? No crees que estas abusando? –se rio de mi comentario y me dio un tierno beso en los labios.

-                     Si te portas bien luego vamos por tu helado. –me dijo entre risas cuando subíamos al auto.

-                     Eso no es gracioso. –me queje.

-                     Si lo es. –puso el auto en marcha y condujo en dirección al muelle, fuimos todo el camino en un muy cómodo silencio.

-                     Que hacemos aquí. –le pregunte cuando estaciono.

-                     Es sorpresa amor. –me recordó.

Me ayudo a bajar del auto y me condujo a un yate que estaba anclado, subimos y en el solo había un conductor. Nos acomodamos y el vehículo tomo vida. Después de media hora nos detuvimos en medio del mar. Edward me dejo sola un momento y regreso con una bandeja en la que estaba nuestro almuerzo. Nos acomodamos en una mesita para dos, el momento era muy tierno. Todo el tiempo sonó música clásica muy romántica de fondo, luego de comer Edward me invito a bailar, esta era la velada mas tierna que había tenido en mi vida.

Después de un par de pistas comenzó a sonar una melodía que reconocí de inmediato, se trataba de la nana que Edward había compuesto para mi cuando empezó nuestro noviazgo, hace tantos años. En ese momento se arrodillo delante mio, saco una pequeña cajita de terciopelo roja de su bolsillo, la abrió y pude ver el mas hermoso de los anillos, era una trenza de oro blanco con un diamante en forma de corazón.

-                     Isabella Marie Swan me harías el honor de ser mi esposa, amiga y compañera por lo que resta de nuestras vidas. –las palabras no salían de mi garganta, quería decirle que si, que claro que si, pero no podía, por lo que me le tire arriba y lo bese con todo el amor que sentía por el.

-                     Eso quiere decir que si? –me pregunto algo agitado cuando nos separamos por falta de aire. Le dedique una enorme sonrisa y asentí eufóricamente.

-                     Te amo. –le dije antes de volver a besarlo.

-                     Yo te amo a ti hermosa. –deslizo el anillo por mi dedo y me volvió a besar.

Pedimos al capitán que nos lleve otra vez al muelle, quería decírselo a todos, pero acordamos que lo mejor seria esperar al fin de semana que estaría toda la familia presente, de todas formas ya era jueves.

Capítulo 37: Control. (Repetido) Capítulo 39: Dia en familia y celos

 
14640703 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10860 usuarios