Ola a Todas niñas Gracias por su apoyo, Saben ke las kiero mucho.

Aki les dejo un ed pov! no me Odiien, Pero Mi sexy guardaespaldas Necesitaba Deshaogarse un poco, Para el fue dificil tambien, jeje!

Niñas... Les tengo una Petiicion, Nuevas cosas Se avecinan, cosas inimaginables!

Kiero algo de ustedes....

RETO DE VOTOS =D!... 265 VOTOS Y KIERO KE TODOS ME DEJEN UN COMENTARIO, DIGANME... COMO TOMARIAN UN GRAN SUCESO EN LA HISTORIA. jeje espero su apoyo,

RETO LOGRADO Y YO LES REGALO.... 2 CAPITULOS =D

Paasence por mi nuevo fic y dejen sus lindisimos votos y comentarios ahi tmbiien, se los recompensare  con esos dos capitulos! 

Bodas por encargo!

La desesperación me inundo por un momento, me costaba tanto creer en la palabras de Ángela, como era posible que bella me amara tanto como yo a ella, después de todo lo que había pasado, ella me había lastimado, había arrancado mi corazón sin contemplaciones, pero después yo me porte como un completo patán, y era justo, las personas dolidas siempre hacen eso, pero no podía ser posible, que después de todo este tiempo y la distancia, de sus palabras, podría ser cierto que bella me amara?, en ese momento, no recordaba nada, no pensaba en reprocharle nada, ni exigirle explicaciones, solo quería volver a escuchar esas dos palabras, que haría que volviera a ser su esclavo en un instante.

Tome mi móvil, necesitaba hablar urgentemente con alguien, y conocía a la única persona que me entendería perfectamente.

Bueno - contesto.

Alice, necesito hablar con alguien - dije desesperado.

Cálmate Edward, dime que sucede - intento tranquilizarme.

Alice… recibí una carta de la mejor amiga de bella, dios Alice ella dice que bella me ama, que tuvo que mentirme - solloce.

Lo sabia - gruño - sabia que bella, te amaba, eso no se puede fingir Edward - mi corazón palpitaba como loco.

Alice, tengo miedo - confesé .

Tranquilo, ella te ama, no se las razones que la obligaron, pero debió ser algo que la sobrepasara, tienes que hablar con ella - dijo.

Y si no es cierto? - dije temeroso.

Ve y habla con ella - dijo seriamente - ya ha regresado? - pregunto.

No, esta en Londres, Ángela me ha enviado un boleto de avion - le conté.

Edward, se puede saber que haces hablando conmigo? - dijo furiosa - deberías de estar en un avión - concluyo.

Alice yo - me interrumpió.

Que sucede, tu no eres cobarde, tu vas y tomas lo que es tuyo, luchas - ese era yo antes, antes de haberla perdido - recuerda lo que me dijiste antes, que si tuvieses una minima oportunidad de estar con ella, lucharías?.

Lo recuerdo - conteste.

Pues ve y lucha Edward, recupera a bella y se feliz, ambos lo merecen - sonreí, sabia que Alice me ayudaría.

No se como reaccionare cuando la vea, no quiero hacerle daño, pero… - suspire.

Eres un caballero, y estoy segura que cuando la tengas frente a ti, olvidaras todo, así es el amor, solo recordaras cuanto la amas - mire el reloj, el vuelo salía en menos de una hora.

Alice gracias - dije con el corazón en la mano - tengo que irme, mi vuelo sale pronto - explique.

Te quiero Edward, no regreses aquí sin bella - contesto.

No lo hare , te lo prometo, te quiero hermanita - me despedí.

Adiós - dijo y colgó.

Suspire profundamente, estaba decidido, iría a Londres y recuperaría a Bella, la mantendría junto a mi a rastras si era necesario, pero no se volvería  a alejar de mi.

Metí mis cosas en una maleta y salí por el pasillo, Jessica me intercepto.

Edward cariño, a donde crees que vas - frunció el ceño.

Me voy señorita, hoy termina mi contrato - conteste.

Que? - abrió la boca - pero lo vas a renovar - casi grito.

Lo siento, tengo que irme, muchas gracias por todo - dije sinceramente.

No Edward, no te puedes ir - dijo histérica - explícame - exigió.

Tengo que irme de viaje - conteste.

Iras tras ella verdad? - agache la mirada - dime la verdad - parecía furiosa.

Si señorita, tengo que ir con ella - admití.

Se acerco a mi y me dio una bofetada - eres un imbecíl, como puedes ir tras esa insignificante, teniéndome  a mi - una llamarada de odio me inundo, no soportaba que hablara mal de ella.

No se atreva a hablar mal de ella - dije serio.

Vaya, como la defiendes, tu no le importas - me grito en la cara.

Respire profundamente - eso no es su problema, permiso - me di la vuelta.

Edward, no me dejes hablando sola - grito - Edward regresa, te vas a arrepentir - escuche mientras salía por la puerta.

Me deshice de las amenazas de Jessica, nada importaba en este momento, nada mas que encontrarla y aclarar las cosas.

Tome un taxi y redije me llevara a aeropuerto, el trafico era horrible, podrían estar las cosas mas en mi contra?, claro que si, había un choque un poco adelante, y faltaba menos de media hora para abordar, baje del taxi y corrí mas de 10 cuadras, llegue al aeropuerto completamente exhausto y logre llegar hasta la sala de abordaje.

Le entregue mi boleto a la señorita y me miro curiosa.

Apresúrese señor, ya abordaron - señalo el pasillo.

Gra..cias - dije como pude.

Corrí de nuevo y por suerte logre abordar, me indicaron mi asiento y saque mi móvil, tenia una llamada importante que hacer.

Bueno - contestaron.

Ángela, soy yo Edward - le dije.

Edward… has decidido venir? - pregunto.

Acabo de abordar el avión - conteste.

Dios, eso es genial - sonó feliz.

Ángela… dime si es cierto por favor - casi suplique.

Claro que si, no tienes idea de lo que ha sufrido bella - mi corazón se oprimió solo de pensarlo.

Yo he sufrido demasiado - confesé.

Edward, eso se terminara, lo presiento, tu y ella se aman - sonreí solo de pensarlo.

Señor, vamos a despegar, por favor apague su móvil - dijo amablemente la aeromoza.

Si, disculpe - conteste.

Ángela, ya va a despegar el avión - dije.

De acuerdo, cuando llegues háblame, te diré lo que haremos - se despidió.

Adiós - colgué.

Recargue mi cabeza del asiento, tenia demasiado tiempo para pensar, era un vuelo muy largo; cerré los ojos dibujando su hermoso rostro en mi mente, me sentía tan nervioso, como nunca lo había estado, tenia miedo de la reacción de bella, que pensaría cuando me tuviese enfrente, como reaccionaria yo al tener su belleza y su aroma cerca de mi, solo de recordarlo me volva completamente loco.

Poco a poco me fui quedando dormido, con una sola imagen en mi rostro, mi diosa.

Sentí un leve moviendo y abrí los ojos de golpe.

Disculpe señor, ya vamos a aterrizar - dijo la aeromoza.

No se preocupe - me acomode y me puse el cinturón de seguridad.

Aterrizamos y me senté en una pequeña cafetería en el aeropuerto, no podía creer que dentro de unas horas iba a ver a bella de nuevo, después de estos meses, gracias al cielo ya había amanecido, pedí un capuchino para despejar un poco el cansancio, mi móvil sonó sacándome de mi distracción.

Bueno - conteste.

Edward, ya has llegado? - reconocí la vos de Ángela.

Si acabo de llegar - conteste.

Me alegra, esto es lo que haremos - preste mucha atención - en unas horas llevare a bella a desayunar al club Savoy, lo conoces? - pregunto.

Claro - continuo.

Bueno, desayunaremos y ya he arreglado todo con el gerente para que ella visite la biblioteca privada, estaba pensando que tu la esperas ahí y la sorprendieras - sugirió.

Me parece perfecto, será como la ves aquella en la librería - sonreí.

Lo se, por eso se me ha ocurrido - contesto.

Ángela, quiero prepararle una sorpresa después de que hablemos, tengo muchas esperanzas de que las cosas se arreglaran y quiero demostrarle cuanto la amo - confesé.

Ya veras que todo sale bien, y por mi no te preocupes, bella tiene todo el día libre, mañana regresaremos a Miami, ya no tiene ningún compromiso - sonreí tontamente.

De acuerdo, entonces me avisas cuando lleguen, iré a preparar todo - confirme.

Así será, confía en mi - dijo y colgó.

Tome mi maleta y salí del aeropuerto, las calles de Londres se veían un poco despejadas puesto que aun era temprano, hacia mas de tres meses esta hermosa ciudad había traído a mi al amor de mi vida y ahora e lo regresaría, no descansaría hasta que fueses así.

Tome un taxi hasta el club Savoy, no pasaban de las 8 de la mañana, tenia que darme prisa.

Un hombre muy amable me recibió en la entrada, le conté sobre mis planes y me sugirió que rentara una cabaña, dijo estaban en el área mas alejada del club, la sola idea de estar a solas con bella, me hacia temblar de placer, imaginarla entre mis brazo de nuevo; aleje todos esos pensamientos de mi mente, solo debía recordar que teníamos que aclarar las cosas primero.

Entre a la pequeña cabaña, era hermosa y acogedora, llame al servicio de decoración del club y pedí flores, quería poner flores por todas partes que adornaran la belleza de mi diosa, globos con frases bonitas y pétalos de rosas como aquella vez en su casa, quería demostrarle mi amor incondicional, que nunca se había alejado ni un segundo de mi mente ni de mi corazón.

 Todo estaba listo, me bañe y me cambie el traje por algo mas cómodo, aunque también quería lucir elegante, verme guapo para ella, que sus luceros chocolate me volviera a mirar con deseo, ese deseo que me taladraba los  hueso y me robaba el aliento, la necesitaba tanto, era un hombre y tenia necesidades, pero su recuerdo me ayudaba a luchar contra mi deseo, no sabia como me había resistido a los constantes acosos e insinuaciones de Jessica, pero después recordaba a bella entre mis brazos, entregándose a mi por primera vez, recordaba lo que era hacer el amor y deseaba tenerla a ella, solo a ella.

Llego un mensaje a mi móvil:

Edward estamos en el restaurante, bella ira en unos minutos, por favor Edward, trátala bien, ella no merece reclamos.   Atte. Ángela.

Salí casi corriendo impaciente, llegue al área de la biblioteca y entre, era muy lujoso, había un enorme sillón negro en medio, pensé en sentarme ahí, pero quería sorprenderla, quería verla antes que ella ami, espere unos minutos y después escuche unas voces afuera.

Corrí y me escondí detrás de una repisa, me sentía mas nervioso que nunca, mis manos sudaban, estaba a escasos segundos de volver a verla.

Gracias - escuche su melodiosa voz decir.

Su voz me taladro los huesos de una manera que casi dolió.

Escuche como abría la puerta y entraba, sus pasos avanzaban, mi corazón latía desbocado, por estar en la misma habitación que ella.

Decidí salir y hacerle frente, estaba ahí parada frente a mi, pero me daba la espalda, mis pies se congelaron por un momento, esta imagen era un dejavu, pero al llevar mi mente hacia a tras me daba cuenta que aunque pareciera un sueño, en realidad  si había pasado, meses atrás había encontrado a bella en esta misma situación, pero ahora todo era diferente.

Disculpe, me podría decir en que estante encontró ese libro – me arme de valor para hablar por fin.

Ella no giro se quedo completamente quieta, el libro que hojeaba se resbalo de sus manos, no hizo ningún gesto de voltear y me sentí desesperado, me debatía en recorrer la corta distancia y obligarla a mirarme.

Giro lentamente, regalándome su maravillosa imagen, era perfecta simplemente perfecta y hermosa tal como la recordaba, pero este tiempo me hacia anhelarla mas…

Un hermoso vestido azul cubría cada una de sus perfectas y bien torneadas curvas, junto a unos tacones que hacían ver sus piernas kilométricas, su pálida y suave piel combinaba a la perfección con su vestido azul, su cabello castaño caía como una perfecta cortina sobre sus hombro, haciéndola parecer un visión; mis ojos se posaron sobre aquellos luceros chocolate y me sentí de mil maneras diferente, ese sueño de mujer me pertenecía y sentía rencor y odio de haberla tenido lejos tanto tiempo; ella me miraba sorprendida, sus manos temblaban un poco y su respiración era acelerada.

Edward - susurro.

El desconsuelo de mi corazón se hizo presente al escuchar mi nombre salir de sus labios, comencé a caminar hacia ella, odiando la distancia que nos separaba, ella retrocedió al mismo tiempo, me dolió demasiado ese acto.

Bella, por que lo hiciste – no pude evitar preguntarlo.

Hacer que? – parecía confundida, como se atrevía a negarlo.

Hacer que? – reí pero no de felicidad – te haces la inocente, o es que ya te has olvidado de lo que hiciste? – estaba siendo grosero lo sabia, pero no era dueño de mis palabras, me sentía tan dolido.

Lo pensó un momento - eso tiene mucho tiempo, que haces aquí, quieres seguirme torturando por eso – susurro.

Torturarte? – de que hablaba, como podía pensar eso – crees que estoy aquí para torturarte? – pregunte.

Si..ii – su voz se quebró, perdí la razón.

Aquí la única persona cruel eres tu – grite – me mentiste, me lastimaste, ni siquiera te importo cuanto te amaba – sus facciones denotaron dolor, pero no podía detenerme, nadie sufría como lo hacia yo.

No se de que hablas – dijo y no soporte mas.

A no? – acorte la distancia, quedando tan cerca de ella que su calor me quemaba – dime la verdad de una buena vez, termina ya con esto – exigí.

Me miro fijamente, no podía seguir mintiendo, la tenia acorralada, pero por un momento me perdí en sus ojos, me costo toda mi fuerza no tomarla en mis brazos.

Esta bien, eso es lo que quieres escuchar, tienes razón, te mentí, te deje por que Jacob me chantajeo, por que dejaría morir a mi padre y no tuve otra opción, fui cobarde lo se, pero ya no puedo hacer nada al respecto, y entiendo tu odio, pero no quiero seguir soportando esto – grito, las lagrimas salían sin cesar por sus ojos, me dolía verla sufrir.

Como fuiste capaz – una lagrima callo por mi mejilla, no me había dado cuenta que iba a llorar – no tenias otra opción?, yo estaba junto a ti, te ofrecía ayuda y no la aceptaste – recordaba  todas las veces que le di mi apoyo y como la descarto.

Crees que para mi fue fácil – grito – tuve que dejar al hombre que amaba, por que la vida de mi padre corría peligro, tuve que soportar tu odio y tu desprecio mientras me derrumbaba por dentro, tenia que fingir hostilidad cuando quería llorar y gritarte la verdad, no sabes cuantas veces quise decirte la verdad y siempre todo terminaba peor, hasta que no pude mas, tuve que huir, correr lejos de tu desprecio – me quede helado, no podía hacer nada mas, no podía seguir reclamando nada, ella había sufrido, tanto o mas que yo, la amaba quería decirle que estaba aquí y que no me iría a ningún lado, que ni en mis peores pesadillas la podía despreciar..

Bella… - me miraba asustada se veía tan indefensa.

No digas nada, no necesito esto, ya he pagado por mis errores, he pagado con creces mi cobardía, haberte mentido, déjame vivir tranquila – suplico – tu ya has rehecho tu vida, te deseo que puedas ser feliz con ella – me sorprendieron sus palabras – déjame intentar recoger los pedazos de mi vida, es lo único que pido – concluyo entre sollozos, ahora necesitaba que me escuchara ella, jamás me alejaría de ella.

Bella yo no… - me interrumpió.

No quiero escuchar nada mas, ya no puedo – se dio la vuelta, escapando de nuevo, no se volvería a alejar de mi, no se lo permitiría.

Cuando estaba apunto de abrir la puerta, la jale por el brazo y la atrape entre mis brazos recargándola de la puerta.

Déjame ir  - sollozó.

No – conteste. – la encerré en mis brazos, la sensación era maravillosa, como extrañaba tenerla así, cerca de mi. – no te vas a ir nunca mas – inconcientemente me acerque a esos labios tan dulces que tanto extrañaba.

Me atreví a levantar mi mano y comencé a acariciar suavemente su rostro, tenia que tocarla para creer que era real, que era mía, y que no   desaparecería.

Edward, no me hagas esto por favor – susurro

Ignore sus palabras, lleve mis labios a su cuello y a sentí temblar entre mis brazos, su olor entraba hasta mis pulmones, inundándome con su dulzura.

Hacer que- susurre– besarte, acariciarte? – pregunte– eres mía y te quiero de vuelta – dije, no tenia dudas de que ella me seguía perteneciendo.

Edward, suéltame por favor – suplico

Que suced e? – por que seguía rechazándome, la mire fijamente - ya no me amas? - la simple pregunta me rompió el corazón en mil pedazos.

Ella solo me miro, no me contestaba, necesitaba desechar esa absurda idea de mi mente.

Contéstame- exigí – ya me has olvidado? – sus hermosos ojos me miraban fijamente.

Te amo – mi herido corazón pareció volver a latir frenéticamente, ya no dolía, no era como si se hubiese curado, era como si nunca hubiese existido el dolor.

Mi bella, dios como te he extrañado – me acerque hasta su oído a susurrarle.

No lo creo – dijo secamente – tu estas con ella – como podía pensar que yo estaba con otra, con una mujer que no fuese ella; agacho la mirada apenada.

Tome su mentón, la obligaría a escucharme si era necesario - bella, yo no tengo nada con Jessica - dije sinceramente; ella frunció el ceño.

Yo los vi en una revista – dijo segura.

Amor, escúchame por favor – suplique.

Te escucho – dijo después de uno minutos.

Ven – la tome de la mano y la conduje al gran sillón, por un momento pensé en dejarlo todo así, solamente hacerle el amor y demostrarle así cuanto la amaba, pero necesitábamos arreglar las cosas.

Bella, todo lo que pienses que hay entre ella y yo es mentira – necesitaba que notara mi sinceridad – ya sabes como son las revistas, ella se me ofrecía y se que no esta bien que lo diga, pero necesito que me creas  - acaricie sus pequeñas  suaves manos.

Pero… - coloque un dedo en sus labios.

Bella, no puedo amar a otra mujer que no seas tu – dije – todo lo que necesito en la vida, esta frente a mi – era lo unico que necesitaba, tenerla junto a mi..

Te creo – susurro.

Sonreí tontamente, no podía evitar amarla mas que nunca, me acerque mucho a ella inhalando su aroma y rodeando su frágil cintura con mis manos - te amo - dije con el corazón, ella sonrío de esa hermosa manera que tanto extrañaba - quiero besarte, quiero tocarte y amarte como lo he deseado todo este tiempo, te necesito - susurre contra sus labios.

Acaricio mi mejilla, su contacto me derretía completamente - bésame - me pidió, y en ese momento pude haber muerto de felicidad.

Acorte la distancia que nos separaba y la bese lentamente, como lo había deseado tanto tiempo, como la había anhelado cada segundo, ella me respondió podía sentir su alma y su corazón en el beso, su corazón martillaba como un colibrí batiendo las alas, sus labios eran suaves y deliciosos y su aliento subía hasta mi cabeza haciéndome perder la razón por completo, metí sin permiso alguno mi lengua en su boca y ambos gemidos ante el roce, era la sensación mas exquisita que existía; deje bajar mis manos recorriendo su cuerpo, delineando sus curvas, no cabía duda que era perfecta y sensual, mi miembro palpitaba como loco, la necesidad era devastadora, baje acariciando hasta sus largas y torneadas piernas mientras ella frotaba mi espalda, sus caricias me volvían loco, quería sus manos por todo mi cuerpo.

Me separe de ella, para concederle un poco de aire, pero no deje de besar todo su rostro, mis labios reclamaban su piel.

No sabes cuanto te extrañe – susurro – perdóname – dijo sinceramente.

Claro que lo se, yo también estuve sin ti – la atraje a mi pecho, no queria distancia alguna entre nosotros.

Me abraso por la cintura y yo bese sus cabellos – te amo, te amo mi niña – susurre - no tengo nada que perdonarte, todo lo que importa es el presente, sentirte entre mis brazos – para mi todo estaba borrado, nada importaba mas que ella.

sonrío – yo también te amo – contesto.

Quédate conmigo siempre bella, para siempre – suplique.

No pienso ir a ningún lado, quiero estar siempre junto a ti – suplicaba a Dios así fuera.

Así será, no importa cuantas veces digas que no me amas, nunca te creeré, te mantendré junto a mí – ella podía corre lejos de mi, pero siempre la traería de vuelta a mi lado.

Jamás volveré a mentirte mi amor – tomo mi rostro entre sus suaves manos – no podría vivir de nuevo sin ti – susurro

Sonreí -  Estas hermosa, ese vestido te hace lucir demasiado sensual para tu seguridad – el amor, el deseo que ella provocaba en mi, estaba inundando mi cuerpo.

Fue idea de Ángela – comento

Mmm..., tengo demasiado que agradecerle a Ángela – susurre contra su cuello – gracias a ella te puedo tener entre mis brazos de nuevo – Ángela era un ángel sin duda, viviría en deuda con ella.

Ángela? – Pregunto confusa – pero ella que… - se detuvo, seguramente comprendía todo.

Ella te dijo la verdad – afirmo.

Si fue ella mi amor, gracias a ella podemos estar aquí – dije feliz.

Pero como? – pregunto.

Ella me envío una carta, la cual pude leer ayer por la mañana, me contaba todo lo sucedido – explique – sentí tantas cosas, coraje, tristeza, rencor, pero no lo pude pensar demasiado, solo quería venir y poder aclarar las cosas, escuchar la verdad de tu labios – mientras hablaba, me perdía en sus facciones hermosas.

Entonces tengo que aumentarle el suelo por lo menos – bromeo – o regalarle algo – reí.

Si, yo te ayudare a escogerle algo, pero después – hora solo la necesitaba para mi – por que no pienso liberarte en varios días – parecía asustada.

Ya no tengo guarda espaldas que me proteja – susurro.

Hice un puchero – creí que… podrías recontratarme – dije tímidamente, seria hermoso volver a esos días en los que pude trabajar para ella.

Pero tu ya tienes una jefa – dijo molesta.

No, soy desempleado, como crees que se puso, cuando renuncie argumentando que tenia que venir a buscarte –  un brillo extraño se poso en sus ojos y se acerco a mis labios, dejando muchos besos sobre ellos, era tan linda.

Me alegra tanto, no puedo ni pensar en verte cerca de ella nuevamente – frunció el ceño, acaricie su frente lentamente.

Estas celosa? – me encantaba verla celosa.

Celosa no se compara siquiera – confeso.

No tienes nada que temer, yo solo te amo a ti, solo te necesito a ti amor y mi cuerpo solo desea tu cuerpo – dije.

Lo se, por que a mi me pasa lo mismo, solo te deseo a ti – sus palabras me hicieron estremecerme.

Mmm..., es bueno escucharlo – dije mientras bajaba por su cuello mordiendo su suave piel.

Edward nos puedes ver – susurro.

Quiero hacerte el amor – no podía mas, este fuego me quemaba por dentro, era abrasador..

Te amo – susurro cerca de mis labios.

Me acerque a ella, no me importaba la sorpresa, tenia a la mujer que amaba entre mis brazos y la haría mía de nuevo

Tocaron a la puerta, odie al interruptor, mi pobre erección se volvía dolorosa

Mire a bella, aunque me molesto, ahora todo era perfecto, no lo arruinaría.

Cuando el interruptor entro casi pierdo los cabales, era el idioma de Mike, aun no lograba olvidar la pelea que habíamos tenido, cuando se percato de mi presencia se torno posesivo con bella, que se creía ella era mi mujer, discutimos hasta que no soporte mas y lo golpee, nunca volvería a hablar mal de mi bella al menos que quisiera morir, después el muy traidor me golpeó cuando estaba distraído, me costo todo mi auto control no golpearlo hasta dejarlo inconciente, peri mi bella estaba muy asustaba, así que solo le pedí que se largara.

Mi bella me consoló por el golpe, acariciaba mi mejilla suavemente, era maravillosa, la mujer mas buena y hermosa que conocía, la amaba con locura, ahora mas que nunca, no quería nada mas que tenerla entre mis brazos, después de conversar un poco sobre lo sucedido, nos besamos de nuevo con esa pasión y ese deseo que nos embargaba, pero no quería hacerle el amor a mi diosa en un sillón, así que la lleve por fin a que viera la sorpresa que le había preparado.

Una lágrima rodó por la mejilla de mi niña cuando vio su sorpresa, me dio miedo pensar que no le había gustado.

Que pasa amor, por que lloras – pregunte preocupado.

Estoy feliz, todo es hermoso – sonrío – desde cuando tenias planeado esto – enarco una ceja – tan seguro estaba de que volveríamos? – mi niña siempre ocurrente.

La tome por la cintura – cruce el mundo para venir hasta ti, no aceptaría una negativa de tu parte – conteste – te robaría si fuese necesario – susurre en su oído.

Edward, dime que es real, que esto es real – me abraso.

Te lo demostrare – era momento de demostrarle que en realidad estábamos juntos y seria así para siempre.

Recorrí con deseo todo su cuerpo, era tan sensual, que con solo mirarla sentía mi cuerpo reaccionar.

Recorrí cada centímetro de su rostro, ami también me costaba pensar que ella fuera real, sus ojos cerrados me denotaban que estaba disfrutando mis caricias, me permití bajar las manos por su cuerpo, aunque con ansias me dirigí al cierre de su vestido, quería rosar su piel desnuda, el vestido fue cediendo a mis manos hasta que callo al suelo.

La imagen de mi diosa en esa pequeña lencería, era el paraíso, por el que seria bueno toda la vida, con tal de llegar un día hasta ahí, mi pantalón se sentía demasiado incomodo en este momento.

Eres tan hermosa, perfecta - susurre contra su cuello mientras besaba y mordía levemente su piel, embriagándome de su sabor, los gemidos que escapaban de su boca me extasiaban, era el sonido mas hermoso del mundo, y yo era el único que podía provocarlos.

Me atrajo hacia ella, tomando mi rostro entre sus manos, devorando mis labios como solo ella podía hacerlo, me encantaba que ella tomara la iniciativa, que se mostrara provocadora, metí mi lengua en su boca disfrutando su sabor, su saliva, probando la miel de sus labios, mis manos tentadoras acariciaban su vientre suave y plano, subiendo hasta rosar la orilla de su sostén.

Metió sus manos debajo de mi camisa acariciando mi abdomen y arañando un poco, sentí un estremecimiento ante sus caricias.

Que pasa? – susurro contra mis labios.

Es que… me vuelves loco, no dejes de acariciarme – suplique mientras volvía a comerme sus labios.

Comenzó a desabotonar mi camisa, quería arrancármela para que me tocara, pero la dejaría jugar conmigo, que lo hiciera asu manera, cerré los ojos disfrutando sus caricias, sus dedos eran como la seda, una corriente eléctrica me recorría todo el cuerpo, mi erección era casi dolorosa, no podía evitar gemir ante su contacto.

Quito mi cinturón y desabotono mi pantalón, bajo el cierre rozando mi erección, eso casi me descontrola totalmente, un gruñido escapo de mi boca, mi diosa quería volverme loco y lo estaba logrando, la mire fijamente y sonreía complacidamente.

Disfrutas haciéndome sufrir? – pregunte.

Puso cara inocente – no se de que hablas – contesto.

Enarque una ceja – ahora veras – la jale contra mi cuerpo.

Esta era la mujer que me encantaba, mi diosa podía ser una niña tímida con sus mejillas sonrojadas y a la vez la mujer sensual que me  tocaba de esa manera tan extraordinaria, yo las amaba a las dos, por que formaban parte de ella.

La bese apasionadamente mientras la llevaba a la gran cama, la recosté sobre ella, deleitándome en su cuerpo, la miraba fijamente, como un ciego que mira el sol por primera vez.

Ven  - extendió su mano.

No, ahora es mi turno – le dije, la venganza era dulce.

Me quite el pantalón llevándome de paso el boxer, se sintió tan bien liberar mi excitación, bella me miraba fijamente, de arriba abajo, deteniéndose en mi erección.

Ves algo que te guste? – pregunte.

Todo – casi me lanzo sobre ella.

Sonreí gustoso, me encantaba gustarle – es solo tuyo – concluí.

Me acerque a ella y la bese tiernamente, ella enredo sus manos en mi cabello intensificando el beso, el calor me quemaba como el fuego, pero quería hacerla disfrutar, quería amarla lentamente; fui bajando por su cuello y mordiendo su piel, los gemidos de mi diosa inundaban toda la habitación, eran música para mis oídos, mordí sus pechos por encima del sostén, sintiendo como se arqueaba de placer.

Edward.. – susurro.

Se sentó y comencé a desabrochar su sostén, mientras jugaba con el lóbulo de su oreja - eres tan suave, calida - susurre mientras desnudaba sus pecho.

Clave mi vista en ellos, eran tan perfectos y no dude ni un segundo en tocarlos, bella se aferraba a mi hombros mitigando los estremecimientos que recorrían su cuerpo.

Acerque mis labios concisos y probé su suave y delicada piel, mordí sus pezones mientras me frotaba contra ella, mi erección rozaba su pierna, necesitaba liberarme de este calor abrasador, necesitaba estar dentro de ella.

Edward, por favor.. - susurro entrecortadamente.

La mire fijamente, sus ojos chocolate me miraban deseosos, me dejaba ver hasta el fondo de su alma, la bese suavemente mientras bajaba su bikini, despojándola de la única prenda que nos separaba, bella aferraba las manos a mi espalda acariciándome suavemente.

Te amo – susurre en su oído.

Te amo – respondió.

Me puse el condón y entre lentamente en ella, cerré los ojos sintiendo la fricción de nuestros cuerpos, me enterré completamente el ella y casi me vuelvo loco de placer.

Be…lla – gruñí en su oído – Dios, eres tan suave, tan calida – la sentí temblar entre mis brazos.

Bese impaciente sus labios mientra me movía lentamente dentro de ella, el placer era demasiado, nadie debería morir sin sentir esta hermosa sensación, mi diosa me recibía en su abrasador cuerpo, que se amoldaba lentamente a mi, era como si hubiésemos nacido para ser uno solo.

Enrollo sus piernas en mi cintura pegándose mas a mi, los gemidos eran audibles por toda la habitación, cerré los ojos disfrutando del roce, de la unión, por si no fuera poco bella quería volverme un completo loco, comenzó a mover sus caderas acelerando las embestidas, mientras los besos, las caricias y las palabras de amor inundaban el espacio.

La sentí contraerse y el calor era insoportable, sentía mi clímax muy cerca, mientras ella llegaba al suyo, me empujo quedando encima mío y se movió descontroladamente haciéndome llegar por fin al mejor orgasmo que había tenido en mi vida, al mismo tiempo que mi diosa temblaba llegando también.

Bella…. –grite y toque el cielo junto a ella.

Nuestras respiraciones eran incontrolables, mi niña exhausta dejos caer su cabeza sobre mi hombro, yo no la liberaba de mis brazos, quería tenerla así junto a mi toda vida, bese suavemente sus labios, no era con pasión, ni con deseo, solo con ese amor tan inmenso que esta hermosa mujer me hacia sentir.

Te amo – susurro mientras la besaba.

Yo también te amo – me separe de ella, y la mire perdiéndome en sus ojos.

Dios lucia tan sensual y a la vez tan tierna, sus mejillas eran de un rojo intenso, unas gotas de sudor surcaban su frente y sus enorme ojos parecían brillar con luz propia.

Me recosté en la cama, tomándola entre mis brazos, mientras la rodeaba mi cintura y se recostaba en mi pecho.

Mi bella, eres maravillosa – acaricie su i cabello – solo contigo puedo hacer el amor – dije sin temor.

Quiero que sea así para siempre, te quiero en mi cama cada noche, despertar entre tus brazos – murmuro.

Estaré ahí, nadie podría alejarme de ti – lucharía contra cualquiera o cualquier cosa que quisiera alejarla de mi.

Nunca lo permitiré –dijo segura.

Nadie se volverá a acercar a ti con intenciones de conquistarte, quiero que todo mundo sepa que eres mía – quería que fuese mía delante de los ojos de todo el mundo.

Solo soy tuya – un lindo bostezó escapo de sus labios, mi niña estaba muy cansada.

Descansa amor – le di un suave beso en los labios.

Te amo – susurro mientras se quedaba dormida.

Yo más – conteste.

Mi niña se quedo completamente con sus manos sobre mi pecho, era un sueño estar así con ella, tenerla en mis brazos después de tantas noches de soledad, tantos despertares vacíos, la apreté mas contra mi cuerpo, queriendo traspasar su cuerpo, que nos convirtiéramos en uno mismo.

Mi niña durmió profundamente varias horas, suspiraba en sueños y decía mi nombre, era el momento mas feliz de mi vida.

Mire el reloj y marcaba mas de las 7 de la noche, mi bella no había comido nada desde la mañana, alcé un poco la cobija y mire su cuerpo desnudo, era hermoso como siempre, pero lucia mucho mas delgada y esas leves ojeras debajo de sus ojos no me gustaban nada, la gira había dejado estragos en ella, pero gracias al cielo ya había terminado, ahora yo la cuidaría.

Con mucho cuidado me separe de ella, sentí un enorme vacío al instante, pero tenia que ir por algo de comer y quería que descansara.

Me vestí con unos jeans y una playera, le di un beso y tome mi móvil antes de salir.

Muchas personas iban de un lado a otro del club, parecía que por las noches se llenaba mas, fui a un restaurante y pedí una gran variedad de platillos, así mi niña podría escoger lo que quisiera, tome mi móvil y marque el numero de Ángela.

Bueno - contesto.

Ángela, soy yo - respondí feliz.

Edward!, que paso - casi grito.

Tranquila, todo esta bien, bueno mas que bien, bella esta dormida en la cabaña - dije un poco apenado.

Ahhhhh!, Que bien, estoy feliz - grito emocionada.

Lo se Ángela, gracias a ti - dije sinceramente.

Sabes que quiero que bella sea feliz y que mejor contigo - sonreí.

Eres una gran amiga - dije con el corazón.

Bueno basta de halagos y regresa con bella antes de que despierte - bromeo.

Si, solo vine por la cena, pero ya voy para aya - conteste.

Esta bien, nos vemos mañana, estoy en la suite 503 - se despidió.

Hasta mañana - colgué.

Camine hasta la cabaña con las bolsas de comida, esperaba que bella no hubiera despertado y no me encontrara ahí.

Tome una charola que había cerca de la alberca y acomode ahí la cena.

Cuando entre vi a mi niña con su pelo alborotado y la cobija cubriendo su cuerpo, miraba un poco ansiosa hacia todas partes, cuando se fijo en mi sonrío al instante y se relajo.

Buenas noches dormilona – puse la charola a un lado de la cama.

Bese suavemente sus labios – como estas amor – pregunte.

Feliz – contesto con una enorme sonrisa.

Lo se, tenemos muchas razones para estarlo – sonreí tontamente, embodado viéndola..

Ya empiezas a alimentarme – señalo la bandeja.

Claro que si, has bajado mucho de peso en estos meses – dije preocupado.

Sonrío restándole importancia – no te preocupes, así es cuando se esta de gira, no da tiempo ni de comer – bufe.

Eso ya termino, yo me encargare de que recuperes fuerzas – le di un beso en la frente.

Cenamos entre jugos y bromas, como extrañaba cenar, desayunar o almorzar con ella, cualquier momento era perfecto, ella le ponía ese toque personal que lo hacia especial.

Bella, regresaras a Miami? – pregunte de la nada, tal ves ella tenia otros planes.

Claro, regresaremos – dijo en plural, sonreí.

Bella, quiero hacer las cosas bien – me fije en sus ojos – quiero conocer a tu padre y quiero que seamos novios, que salgamos a cenar o al parque – comenzó a reír – quiero conquistarte cada día - susurre.

Edward, tu me conquistaste desde el primer día que te ví – dijo mientras se sonrojaba.

Bella, conseguiré un nuevo empleo, lo he pensado seriamente – frunció un poco el ceño.

A que te refieres? – pregunto.

Volveré a ejercer como medico – conteste, lo había pensado hacia unos meses y ahora tal vez seria lo mejor.

Edward, pero pensé que no te gustaba? – me encogí de hombros, eso no importaba..

Quiero que estés orgullosa de mi, ofrecerte algo, por mis propios medios – por ella valía la pena cualquier cosa.

Tomo mi rostro entre sus manos, me miro de esa forma que me derretía – amor, te amo así, tal y como eres, un hermoso y sexy guardaespaldas – acaricio mi mejilla – el hombre mas bueno y valiente que he conocido – concluyo, bella, me aceptaba tal y como era, no le importaba nada, ella me amaba al igual que yo, de ese amor que te hace pensar en lo mejor para el otro o que no te importaría dar tu vida por tu amor.

Mi bella, eres tan buena – bese su frente.

Te amo y quiero que seas feliz, haciendo lo que te gusta – mi niña era un angelito, me la habían mandado del cielo, para que me enseñara lo que era el amor.

Gracias – susurre.

Nos besamos dulcemente, saboreando nuestros labios , acariciaba la piel desnuda de su espalda y su cabello.

Se separo de mi un poco sobresaltada, me asuste un momento.

Que pasa? – hice un puchero.

Edward, Ángela, la deje en el restaurante – se puso de pie dejándome ver por completo su desnudes.

sonreí – no te preocupes, he hablado con ella, esta muy feliz por nosotros – me miro confundida.

Esta aquí? – pregunto.

Si rento una suite, no te preocupes, la veremos mañana temprano – la abrace, su cuerpo desnudo se pego totalmente al mío.

Ahora solo déjate llevar – dije sobre sus labios.

Nos besamos apasionadamente como si fuese nuestro primer beso, cada segundo descubría sensaciones nuevas junto a ella, mi ropa salio volando lo mas rápido que pude sacarla, nuestros besos eran suaves y apasionados, amaba hacer el amor con ella, no me sentía como el instrumento que tenia que darle placer a la mujer o el ogro que solo pensaba en su propio placer.

Con ella todo era equitativo, nos amábamos, nos besábamos y nos tocábamos disfrutando los dos, formando una sola persona al fundir nuestros cuerpos.

Quería estar dentro de ella para siempre, jamás separarme de su sensual cuerpo, jamás dejar de hablar con ella, ganarme su confianza cada momento y preservar nuestro amor hasta el ultimo de nuestros alientos.