BAJO LA LUZ DE LA LUNA

Autor: fati_fitimeta
Género: Romance
Fecha Creación: 20/06/2010
Fecha Actualización: 22/06/2010
Finalizado: SI
Votos: 5
Comentarios: 11
Visitas: 59305
Capítulos: 55

 

En el amor vale todo, lo darías todo cuanto quieres a esa persona que te ilumina cada mañana, tan solo con esa sonrisa perfecta.

El lugar más bonito es bajo luz de la luna, a veces en situaciones, como la adolescencia pensamos que esa persona no es correspondida, ¿pero y si se trata de un hombre lobo?

¿Y si ese hombre lobo está imprimado de ti?

En tal caso, pasan obstáculos en nuestra vida, tanto buenos como malos.

Hay que fer valientes y afrontar a esas cosas.

¿Qué pasaría si fueras una chica semi vampira y semi humana?

Fantástico, ¡eh! Pero muchas veces las cosas cambian, pueden ocurrir cosas desagradables, que puedes llegar a tiempo a saber lo que pasa o no, incluso ¿Os habéis parado a pensar que los sueños se hacen realidad? Pues, en algunos casos, las pesadillas si… pueden llegar a ser horribles.

Y pase lo que pase, siempre tendrás a tu lado a la persona que realmente te ama.

Básicamente son cosas de adolescentes, una vida muy aventurera, con muchas cosas.

 Pero es como un cuento de hadas, ¿podrá tener un final feliz?

 

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Capítulo 39: Siempre contigo

Narra Andrew


 

-         Mamá, tengo las notas.

-         OH – mi madre terminó de verlas- me alegro un montón.

Entonces me sonó el móvil, María.

-         Hola

-         Andrew ¿Qué hace mañana?

-         E… nada

-         ¿Salimos?

-         Vale. Te invito al cine.

-         Bueno…

-         Venga, tranquila.

-         ¿Luego cena?

-         OK.

-         Asta mañana entonces, te quiero.

-         Y yo.

Mi madre se quedó mirándome, aun no le había comentado mi relación con María. Debería de decírselo ya, no podía ocultárselo más.

-         ¿Quién era? Te veía muy feliz.

-         La novia... ¡eh tete! Vaya pillada… jojo…- pasó mi hermana Celia.

-         Cállate enana.- le chillé, pero me puse rojo.

-         ¿Es eso verdad, Andrew? – me miró seria

-         Mamá iba a decírtelo…

-         Lo es.- lo afirmó ella.

-         Si, lo siento por no habértelo dicho antes.

-         Lo entiendo, mi niño esta echo un hombre ya.

-         Mamá…

-         ¿Cómo se llama?

-         María, es compañera mía.

-         Nos la tendrás que presentar

-         Claro.

-         Solo por curiosidad ¿lleváis mucho?

-         Un mes y poco más.

-         Vaya, vais enserio…

-         Eso parece.

-         ¿Por qué no la traes el día de Navidad?

-         Lo preguntaré.

-         Vale.

Terminó la vergüenza que pasé en ese momento. Subí a mi habitación, pero me crucé con mi hermana en el pasillo.

-         Tú como…- la seguí hasta su habitación.

-         Oye… no es por nada no soy tonta. Y además deberías hablar más bajito por teléfono cuando hablaras con ella…” te quiero”- hizo morritos dando besos al aire.

Le di un empujón y cayó en la cama. Cogí un cojín y se lo tiré. Entre risas empezó una guerra de cojines.

 

Al día siguiente fui a por María, le conté que se lo dije a mis padres. Ella aun no se lo pudo contar a los suyos, estaban en America.

-         iba preguntarte si quieres venir el día de Navidad a mi casa.

-         ¿Con tu familia?

-         Si

-         Que vergüenza

-         Tranquila, pero si estas con tus padres… no hay problema, eh.

-         Esto… mis padres me han llamado de buena mañana… no van a estar aquí estas Navidades, las pasaré sola, una vez más. – empezó a llorar y le di un fuerte abrazo.

-         Me tienes aquí.

-         Gracias…- se limpió las lágrimas que se derramaron por su carita de ángel.

-         Te quiero.

-         Y yo, por eso si que acepto ir con tu familia.

-         Nochebuena… si quieres… quedarte en mi casa a dormir, estarías en la habitación de mi hermana, o en la mía, yo iría al sofá.- acercó más su rostro al mío y nos fundimos en un dulce beso.

-         Claro.

Fuimos al cine a ver una película de miedo.

-         ¿Paranormal activity? – me preguntó sorprendida

-         Claro, no me digas que tienes miedo

-         ¿Yo? No… va vamos.

-         ¿Segura? Si prefieres mira… Cuento de Navidad…- le dije riendome, me llevé una ostia en el brazo.

-         Aux.… pica…- me quejé.

-         A la otra vuelves.

Entramos a ver la película. Me cogió de la mano, estaba tensa.

-         María…- le susurré.

-         Que…- dijo sin apartar la vista de la pantalla.

-         Estas un poco tensa…

-         Que va… shh…

-         Mírame.

Giró la cabeza y le di un beso sorpresa.

Cuando terminó el rato de tensión sobre la película fuimos a su casa a cenar.

Preparamos juntos la cena. Mientras los macarrones estaban en el horno, fuimos a ver la televisión. Cuando pasó los quince minutos lo sacó del horno y yo mientras tanto preparé la mesa.

-         ¿Te quedarás sola?

-         No que va…- sonrió.

-         ¿No?

-         Tengo ahí en la habitación un moreno, uff… no sabes como está, deberías verlo, está esperándome.- me sorprendí.

-         ¿Qué?

-         Que si… ¿Quieres que te lo presente?

-         ….  –

-         No me digas que te lo as tragado.- se echó a reír.

-         No le veo la gracia.

-         Venga no te enfades.- se acercó y enrolló sus brazos alrededor de mi cuello.

Juntamos nuestros labios.

-         La verdad no estaré sola.

-         ¿Eing?

-         Tengo a mi perro.

-         ¡Pues!- nos echamos a reír.

-         Ojala te quedaras…- susurró.

-         Ojala…- me ocurrió una idea.

-         Bueno…- proseguí- en nochebuena si quieres que cenemos tu y yo juntos. Y … pasemos la noche aquí, tu y yo…solos.

-         Bueno… si te dejan tus padres…

-         Claro. Lo preguntaré.

 

Cuando regresé a mi casa, se lo pregunté a mis padres. Les dije antes la buena noticia… que si que venía mi novia  a la comida de Navidad.

-         Pues el día de noche buena estaba pensando si podía pasarla con ella.

-         Claro.

-         Me refiero cena, y dormir.

-         ¡No!- exclamó mi madre.

-         Mari Carmen, yo creo que nuestro hijo, es mayor. Deberíamos…- intentó mi padre apoyarme.

-         Pero yo no…con ella… ¡no!

Mi hermana empezó a reírse, pasé de ella.

-         Claro… bueno lo pensaré.- dijo mi madre finalmente.

Asentí y sin decir nada me subí a mi habitación.

Me puse el pijama, estaba un poco molesto porque mi madre no confiaba conmigo, me metí en la cama luego de cerrar la puerta.

Llamaron a los pocos minutos a la puerta.

-         Pasa.

-         Hijo… quiero hablar contigo.- dijo mi padre.

-         Dime.

-         Antes que nada…si te puedes quedar a dormir en su casa.

-         ¿Cómo…?

-         Le echo entrar en razón y también e prometido hablar contigo sobre…sexo…

-         ¡¿Qué?! No papá.- solté unas risas- lo dirás en broma ¿verdad?

-         No hijo. Yo ya sé que tu sabes, pero no viene mal el consejo de tu propio padre.

-         Si piensas que yo… te digo soy virgen. Y si te piensas que me quedo con ella por… estás equivocado.

-         Eso me da igual a mí, es tu vida privada. Pero siempre usa el preservativo.

-         Papá me da corte pero… ya que estamos hablando de este tema…

-         Dime, tranquilo.

-         ¿La primera vez duele?

-         Un poco… cuando vayas a penetrarla, despacio sin prisas algunas, luego tranquilo. Es solo que el primer polvo que echas es el mejor, pero te lo pasarás un poco mal, sobre todo la chica si aun es virgen.

-         Vaya…

-         Pregunta siempre que tengas alguna duda.

-         Gracias. Buenas noches.

Me quedé frito a la media hora.

Capítulo 38: Dolores insoportables Capítulo 40: Apoyo

 


 


 
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