El linaje (+18)

Autor: a_cullen
Género: Romance
Fecha Creación: 14/05/2011
Fecha Actualización: 28/05/2011
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 29
Visitas: 91835
Capítulos: 42

FINALIZADO

Las cosas no siempre suceden como uno las planea. La vida te da sorpresas, cosas inesperadas, y encuentras el amor en el momento en el que pensabas que lo que ibas a solucionar era otra cosa.

Bella está prometida con Jasper, pero pronto descubrirá que el destino tiene reservados otros planes para ella.

Bella Swan destinada a ser un vampiro. Edward Cullen destinado a estar con Bella.

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Capítulo 38: La decisión de Aro

El bebé que crecía en mi vientre era la prueba del amor entre Edward y yo. No era un sueño, y ese bebé haría que un pedacito de él estuviera siempre a mi lado.
Mis lagrimas resalaban por mis mejillas sin control, debía proteger a mi bebé, pero como? Como una simple semi vampiro podría proteger a su bebé?
Renata entró de nuevo en la habitación. Se veía animada y yo no entendía el motivo. Instintivamente mis manos viajaron de nuevo a mi vientre para proteger lo más preciado que tenía en mi vida, mi hijo y el de Edward, la prueba de nuestro amor.
- Bella, vamos, necesito que te vistas, Aro necesita hablarte – me dijo Renata cariñosamente.
No entendía nada, pero sólo sabía que Aro no me arrebataría a mi hijo, no sabía cómo lo iba a conseguir pero no lo haría.
Renata me ayudó a vestirme con ropa limpia. Un vestido de color violeta sin mangas y con un escote drapeado, que se adhería perfectamente a mi figura, que aún no se había visto afectada por el embarazo, pues apenas había pasado una semana…y como Renata podía saberlo?
- Renata, como has sabido que yo… - no terminé la frase pero Renata comprendió a que me refería.
- Ese es mi don, percibir a las personas, sus sentimientos y todo lo que les afecta, incluso puedo notar un embarazo aunque sólo sea de muy pocas semanas como es tu caso.
Los dones vampiricos nunca dejarían de sorprenderme.
- Renata ahora que va a pasar? – por alguna extraña razón Renata me inspiraba confianza y sentía que ella me ayudaría a saber cuál iba a ser mi destino desde éste momento.
- No te preocupes, los Voulturi no somos monstruos – me dijo cariñosamente.
Me puso unos tacones y salí de la habitación con Renata. Nos encaminamos hacía la misma sala de la que había salido hacía apenas unas horas.
Renata llamó antes de entrar y la puerta se abrió para nosotras.
Entramos en el despacho de Aro. Él nos esperaba sentado en uno de los sofás junto a su esposa, Victoria, la hermana de mi padre.
Nos sentamos en el sofá que había frente a donde ellos estaban sentados.
- Bella, Bella, Bella – empezó diciendo Aro – tenía grandes planes para ti.
Tenía? Eso no era buena señal.
- Pero veo que tus padres no supieron hacer que te cuidaras lo suficiente hasta el matrimonio, y está claro que ahora en tu estado no te puedes casar con Alec.
Algo positivo! No me tenía que casar con mi primo, el hijo de Aro y Victoria.
- Querido – habló Victoria – podemos desacernos del bebé y asunto arreglado.
- NO VOY A PERMITIR QUE SE ACERQUEN A MI BEBÉ.
Mi tia me miraba desafiante con una sonrisa malévola en su rostro. No podía creerlo, aquella mujer era la hermana de mi padre y proponía deshacerse de mi bebé. Ella que más que nadie había sufrido lo que era la pérdida cuando vio morir a su padre y se tuvo que casar con Aro.
Aro la fulminó con la mirada.
- Querida, sabes bien que los Voulturi no actuamos así. Escogemos, y si hay algún inconveniente solucionable, lo solucionamos. Pero éste no lo és. No podemos deshacernos del bebé de Isabella sin más, ya que de todos modos ella ya está desflorada y tampoco serviría de nada sacrificar a su hijo. Llegamos tarde y no podemos hacer nada al respecto.
Tocaron a la puerta.
- Adelante – dijo Aro con voz firme.
Renata se acercó hasta Aro y éste tomó sus manos.
- Oh! bien parece que tendremos visita mañana – dijo Aro alegremente.
Renata se retiró guiñándome un ojo. Yo no entendía nada.
- Bien joven Isabella, tendrás que pasar aquí la noche, y mañana dispondremos todo para tu partida – dijo Aro.
- Para mi partida?  - pregunté algo confusa A dónde pensaban llevarme? No entendía nada! Que iba a pasar conmigo y con mi bebé.
Renata entró de nuevo en la estancia.
- Bien Bella, mañana por la mañana solucionaremos éste tema  - dijo Aro – espero que disfrutes de nuestra hospitalidad y descanses. Buenas noches.
Renata me sacaba fuera de la habitación y sólo alcancé a decir buenas noches en un susurro.
- Vamos Isabella, antes de que Aro cambie de opinión, que espero que no lo haga.
Renata me arrastró literalmente hasta mi habitación y una vez allí empecé a sollozar. No podía creer que el momento más feliz de mi vida a la vez fuera el más amargo. Estaba embarazada del único amor de mi vida y no sabía que iba a pasar conmigo misma y con mi bebé, que ahora se había convertido en mi prioridad absoluta.
Renata se acercó a mi lentamente para no asustarme.
- Isabella, tranquila, eso no te hace bien en tu estado. Me permites – me dijo Renata mirando mis manos en mi barriga.
Aentí y aparté las manos de mi vientre y ella puso su mano sobre mi piel delicadamente. El contraste de su temperatura me hizo dar un respingo.
- Lo siento – dijo disculpándose – Colocó la otra mano en mi vientre y cerró los ojos. Estaba concentrada en algo. No hablaba y estaba con los ojos cerrados.
De pronto sacó mis manos de mi vientre y abrió los ojos sonriendo. Ambos están bien.
- Ambos? – pregunté confusa
- Si Isabella, son gemelos.
- Gemelos? Dos? – que pregunta más absurda, si son gemelos era evidente que eran dos.
- Si – contestó Renata con una sonrisa en sus labios.
No pude reprimir mis lágrimas ni lanzarme a los brazos de Renata. Ella era la única amiga que tenía en aquel castillo en el que no sabía por cuánto tiempo iba a permanecer.
- Isabella cálmate – me dijo ella apartándome de su abrazo para poder verme de frente –  todo se va a arreglar, te reunirás de nuevo con los tuyos, es lo que Aro ha decidido.
- Bella – Renata me miraba con cara de interrogación – me gusta que me digan Bella, no Isabella.
Ambas nos miramos con una sonrisa en los labios, no sé que habría sido de mi de no ser por Renata.
- Pero Victoria dijo que… - Renata no me dejó terminar.
- Victoria no decide, quien decide es Aro, en según qué temas no se deja asesorar por su esposa, ella es demasiado impulsiva y malévola, no tiene en cuenta que los Voulturi tienen una reputación que mantener y no pueden hacer según qué cosas. Aro si lo tiene presente y calibra sus decisiones, y más si afectan a una madre y a sus hijos.
- Eso significa que… voy a poder irme? – pregunté incrédula.
Renata solo asintió y nos abrazamos de nuevo. No entendía como una persona, bueno un vampiro como ella, podía permanecer al lado de los Voulturi, no era como ellos. Renata era cariñosa y amigable, y era la persona que me había dado la mejor noticia de mi vida, la más feliz. Y gracias a su don, Aro se había enterado de esa noticia y había tenido que cambiar sus planes.
- Ahora intenta dormir un rato. En la mañana temprano vendré para ayudarte a recoger tus cosas.
Asentí y Renata salió de la habitación. Me fui al baño y me cambié. Me puso mi pijama que había traído en mi pequeña bolsa y me metí en la cama. No sabía si conseguiría conciliar el sueño, pero tenía que intentarlo, por mis bebés debía empezar a cuidarme.

Sueño de Bella
Corría por el bosque con una gran barriga, casi no podía más, estaba al límite de mis fuerzas.
Ella me seguía, la tenia pegada a mis talones…
- Bella no vas a poder huir. Te voy a destruir a ti y a tus hijos, ellos no van a llegar a nacer jamás!
Por más que corría no conseguía que mis pies avanzaran y poder escapar de mi tía. Con su cabello rojo como una leona y su labio superior curvado hacía arriba mostrando sus caninos, me seguía por el bosque. Me estaba dando caza, a mi i a mis hijos, que aun no habían nacido.
Alguien me agarró y empezó a zarandearme.
- Bella, Bella
Fin del sueño de Bella
Me desperté con una voz que me llamaba desde mi inconsciencia…
- Bella despierta, debes levantarte.
Renata estaba a mi lado intentado despertarme. Cuando fui consciente de dónde me encontraba unos sollozos llegaron a mi garganta y no pude contener el llanto. Me llevé las manos a mi vientre para proteger a mis hijos. Me sorprendía que estuviera más abultado que ayer. Me levanté el pijama y observé mi barriga. Se había empezado  a abultar en tan solo una semana de embarazo. Para cualquier otra persona era imperceptible, pero yo conocía mi cuerpo y ya notaba los efectos del embarazo en él.
- Vamos Bella es la hora – dijo Renata seria.
Me tensé al pensar a que se refería con “es la hora” y ella lo noto. Me dedicó una sonrisa y se acercó a mi lado. Colocó sus manos en mis hombros y me dijo.
- Todo va a estar bien, tú y tus hijos van a estar bien. Date una ducha mientras voy a por tu desayuno.
Me dí una ducha rápida, y ésta vez me llevé ropa al baño. Cuando estaba a punto de salir del baño oí la puerta de mi habitación.
- Ahora salgo Renata, casi he terminado
Acabé de peinar mi pelo y salí del baño, pero no era Renata la que me esperaba en mi habitación.

Capítulo 37: Capitulo 36: Italia Capítulo 39: Como osas enfrentarte a una Voulturi?

 


Capítulos

Capitulo 1: Capitulo 1 : Maldita estirpe. Capitulo 2: Capitulo 2: Planes de viaje Capitulo 3: Capitulo 3: Forks Capitulo 4: Capitulo 4: Decisiones importante Capitulo 5: Capitulo 5: Noche de chicas y de sorpresas. Capitulo 6: Capitulo 6: El primer encuentro Capitulo 7: Capitulo 7: Conversaciones Capitulo 8: Capitulo 8: Bailando Capitulo 9: Capitulo 9: Revelaciones de alcoba. Capitulo 10: Capitulo 10: Soluciones para todo Capitulo 11: Capitulo 11: Preparativos finales Capitulo 12: Capitulo 12: La boda Capitulo 13: Capitulo 13: Recién casados Capitulo 14: Capitulo 14: El banquete de bodas Capitulo 15: Capitulo 15: El jardín de los Cullen Capitulo 16: Capitulo 16: Un paseo interesante Capitulo 17: Capitulo 17: Porque me reclamas si tu y yo no tenemos nada? Capitulo 18: Capitulo 18: Fin de fiesta Capitulo 19: Capitulo 19: After party Capitulo 20: Capitulo 20: Un nuevo día, más líos? Capitulo 21: Capitulo 21: Toda la verdad y nada más que la verdad lo juro. Capitulo 22: Capitulo 22: La reunión Capitulo 23: Capitulo 23: Visitando a los Cullen Capitulo 24: Capitulo 24: La cena Capitulo 25: Capitulo 25: La petición Capitulo 26: Capitulo 26: La Barbacoa Capitulo 27: Capitulo 27: La despedida en el prado Capitulo 28: Capitulo 28: Una semana eterna. Capitulo 29: Capitulo 29: Vuelta a Forks Capitulo 30: Capitulo 30: de compras, el deporte favorito de Alice. Capitulo 31: Capitulo 31: Jacob Capitulo 32: Capitulo 32: Visita a La Push Capitulo 33: Capitulo 33: No más visitas a los licántropos entendido señorita? Capitulo 34: NOTA DE LA AUTORA : Capitulo 1: Sorpresa inesperada. Capitulo 35: Capitulo 34: La semana infernal Capitulo 36: Capitulo 35: La huida Capitulo 37: Capitulo 36: Italia Capitulo 38: La decisión de Aro Capitulo 39: Como osas enfrentarte a una Voulturi? Capitulo 40: Juntos de nuevo Capitulo 41: Por partida doble Capitulo 42: Epilogo

 


 
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