Capitulo 37:
Los días fueron pasando y ya llevábamos una semana. Habían sido los días mas geniales que había pasado con Edward.
Fuimos a muchos lados: fuimos a lugares turísticos que había. Hicimos muchos deportes como canopi, parapente.
Fuimos al zoológico, donde la pasamos muy bien. Podíamos darle de comer a los animales. Eran muchos animales que parecía que nunca íbamos a acabar de recorrer el recinto.
Edward me llevo a conocer lugares que la vez que vine a Brasil no visite. Fuimos a unos arrecifes que había en una isla que era preciosa. Ese día lo pasamos allí, nos bañamos en una cascada y el agua estaba helada pero igual lo disfrute
Conocimos el acuario más grande de Río de Janeiro. Quede fascinada con el lugar. Había peces tan hermosos y raros. Los peces que más me asustaron fueron los tiburones.
Tenían también espectáculos de Ballenas que eran muy entretenidos y mojaban a las personas. Ese fue el caso de nosotros que quedamos empapados.
Edward reservo algunos tickets para nadar con los delfines.
La pase también con esos animalitos ya que nos llevaban el agua, nos daban besos y hacían acrobacias.
Por salir tanto llegaba exhausta a la casa, llegue al hecho de quedarme dormida en la cena y Edward me cargaba hasta la cama. Pero no dejábamos de lado nuestra necesidad del uno por el otro.
Alice había llamado un par de veces diciendo que nos extrañaba pero que no nos preocupáramos por que igual estaba ocupada con algo de la universidad.
Me contó que ellos se Irian a estudiar a la misma universidad que Edward y yo pero con la excepción de que seguirían viviendo con Carlisle y Esme, o sea que Edward y yo viviríamos externos a ellos.
Hoy era domingo y con Edward teníamos planeado ir a cenar a un restaurante lujoso que a él le gustaba. Esta semana era especial para los dos por que cumplíamos nuestra primera semana de casados. Quizás parezca tonto pero queríamos celebrarlo. Él me dijo que si fuera necesario celebraríamos todos los mese y años. A mi me pareció un poco exagerado, yo solo me conformaba con que celebráramos cada año pero no todos los años.
Pero como decía, hoy iríamos a cenar.
Me coloque un vestido morado oscuro que me llegaba hasta la rodilla y unas zapatillas del mismo color ya que si me colocaba tacones me tropezaría cada 5 minutos arruinando todo. mi cabello lo ondule y me coloque un cintillo que combinaba. Hacia calor para ser de noche así que no que coloque ningún chaleco.
Edward me esperaba en la entrada de la casa. Vestía de un traje negro y su cabello despeinado. Estaba apoyado en la pared y cuando me vio se recompuso y sonrío para mi.
Edward había alquilado un auto para no estar llamando a un taxi cada vez que quisiéramos salir. Este auto era lujoso y hermoso. Un Mercedes de último modelo.
Me recibió al pie de las escaleras cuando ya estuve abajo.
- te vez encantadora.- me dijo con emoción. Me hizo ruborizar.
- Y tu te vez demasiado guapo.- le halague.
Inclino su cabeza para besarme. Fue un beso lento, lleno de pasión. Me descontrolo todos los sentidos por completo, lo atraje mas y mas a mi.
- la…cena.- murmuro en mis labios.
- Si, la…ce…na.- dije tratando de despegarme de sus labios pero me era imposible. Tuvo que se él quien terminara el beso soltándome a regañadientes. Me recompuse, tome aire y estuve mejor.
Tomo de mi mano y salimos a fuera. Me abrió la puerta del auto y dejo subir. Luego de entrar él al auto coloco música lenta y tranquila. Encendió el auto y comenzó a conducir, llevaba mi mano entrelazada a la suya y a veces acariciaba mi rostro.
A la velocidad que íbamos llegamos en poco tiempo al restorante. Era muy hermoso, tenía los típicos colores de Brasil pero su decoración era un poco mas recatada.
Se estaciono cerca de la entrada. Edward bajo y me abrió la puerta para ayudarme a salir.
- es muy bonito.- le dije. Sonrío y me guío hasta la entrada.
El recepcionista nos atendió he hizo pasar a nuestra mesa para dos.
Por dentro el lugar era muy luminoso y tranquilo. Había música de fondo muy melodiosa. Había una pequeña orquesta y una pequeña pista de baile.
Edward me miraba encantado por como yo admiraba el lugar.
- espero que celebremos de esta manera por muchos años mas- comento tomando mi mano que estaba sobre la mesa. Y yo acaricie la suya.
- Claro, mi amor.- le conteste.- no será por muchos años sino que para siempre.
Luego llegaron los platos con la comida. Edward había reservado la comida para los dos. Le pedí (en realidad, Edward traducía por mi) al mesero que si me podía traer la receta de alguna comida típica del país a lo que encantado pude entender que dijo si.
- debemos brindar por nuestra primera semana de casados.- levanto su copa de vino y yo lo seguí.
Me causo un poco de repugnancia el vino por su sabor un poco raro. Edward rió bajito por mi cara.
Luego comenzó una melodía de piano que llamo mi atención. (Se llama “Rivers flows in you” de Yiruma)
Edward se levanto y camino hasta ponerse frente a mi y luego estiro su mano.
- quiere conmigo bailar la Sra. Cullen?- dijo colocando su sonrisa torcida.
Tome sin pensar su mano que me guío a la pista. Como siempre era él quien llevaba el ritmo y yo me dejaba llevar en sus brazos. Éramos la única pareja que bailaba y era observada por todos, pero no me importaba. Edward me daba giros tras giros pero eran suaves y delicados. Era tan feliz con él, que perdí la noción del tiempo.
Finalmente me dio el ultimo giro y tomo mi rostro en sus manos para besarme. Todos estallaron en aplausos, era de esperarse que mi rubor apareciera y así fue.
- vamos a la playa.- me susurro al oído. Salimos del restorante luego que me dieran mi receta y de pagar la cuenta.
Nos dirigimos en el auto hasta la playa donde lo estaciono. Antes de salir del auto nos quitamos los zapatos y el se quito su saco para quedar solo en una camisa ajustada y de manga corta.
La playa estaba totalmente vacía; solo éramos los dos caminando por la playa y refrescándonos con la rica brisa del mar. Íbamos tomados de la mano, chapoteando en la orilla del agua.
- cuanto me amas?- pregunto de manera inocente mientras me abrazaba.
- Demasiado.- le respondí.
- Hasta el cielo?- pregunto de nuevo. Parecía un niño pequeño
- Hasta el infinito del universo.- le aclare.
- Podrías demostrarlo?- propuso. Rodee los ojos pero asentí.
Me solté de su abrazo y retrocedí casi 10 pasos de él. me quedo mirando con un poco de confusión pero sonreía.
“aquí voy” pensé. Tome aire y corrí hacia él. Antes de llegar a sus brazos, salte y lo hice caer a la arena quedando yo sobre él.
- te amo, tontito.- y lo bese.
La última semana que pasamos en brasil se paso súper bien.
Tenia algunos problemas, bueno, no eran graves pero extraños. No pasaban en la realidad pero a veces podría pasar como si lo fueran. A Edward no le había contado de mis sueños. Si, eran sueños y no quise decírselos para no preocuparlo.
A veces me daba miedo por lo real que parecían por que habían ocasiones en las que creía que estaba despierta. Eran muy coloridos, algunos debajo del agua, otros en el bosque. No me preocupe de ellos hasta que soñé uno que me impacto y se lo conté a Edward:
Estábamos en la mansión Cullen. Me encontraba en el sillón abrazado por Edward que sonreía y tenía un lindo brillito en sus ojos. Creo que estábamos solos porque no veía a nadie más en la sala. Me pareció conocer ese sentimiento de felicidad que irradiaban los ojos de Edward, recordé el día de la boda; su mirada de dicha, emoción y triunfo que parecía que iba a explotar.
Pero me di cuenta que esta felicidad no era solo por mi sino que por otra cosa mas. Esta vez pude apreciar mejor todo desde un nuevo Angulo y lo que vi me sorprendió mucho que sentí que el aire no pasaba a mis pulmones.
Era yo, abrazada por Edward que acariciaba un pequeño bulto en mí estomago. No era grande, era como si tuviera unos 3 meses. Edward acariciaba la pequeña barriga, mi barriga.
Luego el escenario cambio por completo. Esta vez no estábamos donde los Cullen sino que en otra casa. No era para nada distinta a la decoración de la mansión Cullen solo que un poquito mas pequeña, quizás no era una casa por que perfectamente podía pasar por un departamento.
En esa pequeña sala estábamos Edward y yo, pero él tenia a otra personita en sus brazos. El problema era que no podía verla, no sabia si era un o una bebe por su tamaño, no podía distinguirla. Y sentí como caían mis lágrimas por el rostro haciéndome despertar sobresaltada.
- Bella?- pregunto Edward despertando. Lo quede mirando apenada. Sus ojos me vieron sorprendidos.
- OH, Edward- me abrace a él. Edward me apego mas a su pecho rodeándome con sus brazos mientras yo derramaba lagrimas con desesperación.
- Que pasa? Has tenido una pesadilla?- pregunto desesperado.- ya paso, mi amor, ya paso.- trataba de calmarme.
- No, era un bonito sueño.- murmure en su pecho.
- Entonces, por que lloras?- pregunto extrañado.
- Por que quería que fuera real y también por no ver al bebe.- le confesé.- OH, Edward.
- Ya, tranquila, cariño.- acaricio mi cabello.- quieres contármelo? Digo, para entenderte mejor.- asentí y luego me acomode.
- Estábamos en tu casa, los dos sentados en el sofá y tu me tenias abrazada.- tome aire y luego dije lo demás sin pensar.- tu acariciabas mi estomago por que había un pequeño bulto.
No tuvo ninguna reacción rara, me esperaba otra cosa de él como ponerse rígido o nervioso pero estaba tranquilo y atento a todo lo que yo decía así que continúe:
- soñé que estábamos en otra parte, quizás una casa o departamento por lo pequeño y estábamos los dos pero tu cargabas a alguien en tus brazos.- y comenzaron a caer las lagrimas- no podía verlo, Edward. No podía ver a nuestro bebe!
- Bella, Bella, calma- me volvió a abrazar.
Estuvo toda la mañana calmándome y funciono. Me trajo el desayuno a la cama y comimos juntos. Durante el día no hablamos de mi sueño ya que por lo que pensé, no quería tocar el tema o pensaba que me había vuelto loca, creo.
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olaa!
espero ke less guste este kaaap! xikas mee keda pokito tiempo para salir de vacaciones y hooy estoy de cumplee! asike me dejaron estar en el pc i subir un kap para hacerlas feliz!
espeeroo ke les guste y aora me voi a ver la teeleton!
zhayto!
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