Mi loca y cambiante vida

Autor: SUCULLEN
Género: + 18
Fecha Creación: 07/02/2012
Fecha Actualización: 19/08/2012
Finalizado: SI
Votos: 7
Comentarios: 47
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Capítulos: 36

Bella es una chica para nada convencional, vivió su vida en Inglaterra y ahora ocupa un cambio, regresa  a Los Ángeles, tratando de dejar su pasado atrás, pero ahí se dará cuenta de que la vida tiene muchos cambios para ella y entre esos es la nueva odisea del amor en su vida, al conocer a un joven, Edward Cullen.

Pero no será fácil, el amor nunca lo es.

Este es mi primer fic espero que les guste, no trae escenas triple x pero si lenguaje un poco pasado, digamos que son lemmones light. ;]   la verdad quise dar un cambio a como es nuestra Bella de  la saga y la quise hacer mas liberal, espero que les guste y nos leemos.

Los personajes son de la mas genial escritora para mí, STEPHENIE MEYER  pero la historia salió de mi cabeza, espero les guste(siempre la historia es relatada por Bella)

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Capítulo 36: RECUERDOS

-        Amor donde estas- llame una vez entrando a la casa.

-        En el cuarto- me grito mi bello esposo. Camine hasta ahí.

-        Hola amor- dije tirándome en la cama y dándole un pico. Este me atrajo a sus brazos, recosté mi cabeza en su pecho.

-        Hola preciosa- me dio un beso en la frente- dejaste a las niñas.

-        Sip- dije mirándolo a los ojos- apenas vieron a Esme, corrieron a ella y me olvidaron- dije con un puchero. Este río.

-        La quieren mucho, pero tu eres su mamá favorita- dijo besándome.

-        Soy su única mamá- dije sonriendo, este solo negó con la cabeza.

-        Estas cansada- me pregunto, acariciando mi cabello.

-        No- reí- sabes hace mucho que no estábamos solos- me acerque y le di un beso.

-        Cierto, ser padres consume mucho tiempo- acepto con una sonrisa- pero vale la pena- dijimos al mismo tiempo- reímos y volví a recostar mi cabeza en su pecho, tome su mano y la entrelace con la mía.

-        Que piensas- le pregunte, pues estaba callado.

-        En el pasado- dijo- recuerdas  cuando nos conocimos la primera vez- pregunto y sonreí

 

-         Alice dejaste tu celular en el auto- esa voz era divina, busque al chico que pertenecí, era alto de cabello cobrizo, muy desordenado pero lindo, pálido, de ojos verdes divinos y una boca que provocaba …

-         Ay gracias hermanito- dijo Alice tomando el celular- a mira quiero presentarte a mi gran amiga- dijo mirándome- Edward ella es Bella, Bella es mi hermano Edward- nos presentó y por mi estúpida costumbre, me acerque y le di un beso en la mejilla tocando con mi mano, su brazo, que debo decir esta bien formado, pero ya se no es para tanto, pero mi manera de hacerlo era de coqueteo, me arrepentí a penas lo hice y como pude salí de la situación.

-         Hola- dije algo avergonzada ya que para rematar las chicas me miraban con los ojos bien abiertos.

-        Hola- el chico me sonrió con esa boca tan irresistible, concéntrate Bella, no lo estropees, puedes arruinar una nueva amistad por tus estúpidas costumbres,  y tú ya no eres así- me regañe mentalmente. Y para mi gran suerte llegaron mis salvadores

 

 

-        Si lo recuerdo, te quise comer con la vista- ambos reímos- no sabes lo duro que fue no comerte ahí mismo.

-        Créeme, no me hubiera enojado, sabes- reí y le di un beso en el pecho- me gustaste desde el primer día.

-        Divertido- mi esposo me miro interrogado- como miles de cosas nos pasaron, la primera discusión que tuvimos- este asintió- la regué ese día:

 

-         Bella! que diablos estas haciendo- a como pude me levante de los regazos de Jake y miré a Edward, este estaba muy pero muy enojado y con justa razón, yo le dije que quería cambiar y ahora me ve en estas.

-         Pues tu que crees que estamos haciendo- le contesto Jake, con veneno en cada una de sus palabras.

-         Mira a ti no te estoy hablando- lo miró con odio y  luego a mi- Bella vístete al menos- baje mi vista y se me olvido que tenía la blusa abierta, con prisa me la acomode.

-         Tu quien te crees que eres- le replicó Jake muy enojado.

-         Bella- dijo ignorando a Jake- tu no que querías cambiar, que esa parte de ti la querías dejar atrás- me dijo acercándose a mi lado-  y mírate ahora caes con el primero que te hace ojitos.

-         Oye tampoco, no me hables así- de verdad me estaba molestando  sus gritos.

-         Como quieres que te hable, si vengo y te encuentro a punto de acostarte con este… chico- dijo con despreció.

-         Mira cálmate porque así no podemos hablar- le dije ya enoja- y tú no puedes controlar mi vida.

-         Sabes que Bella acuéstate con el que te de la gana, pero luego no me vengas llorando arrepentida- esas palabras me dolieron, en lo más hondo de mi pecho-si quieres volver a ser la zorra que tanto odiaste, pues vuelve a serlo,  a mí ya no me interesa- dicho esto se fue dejándome sin habla, lo que dijo me dolió mucho, pero más porque tenía razón, él sabe que si me acostaba con Jake ya mas no le volvería a ver, sería solo diversión de una noche.

 

-        Fui una estúpida.

 

-        Amor no digas eso- yo negué.

-        Era una tonta hormonal en sequía- reí- siento haberlo hecho, aunque en mi defensa no sabía que yo te gustaba.

-        Desde el primer día- dijo besando mi cabeza- lo que me alegra es que tu sequía te la quitaste conmigo- reí.

-         Y  yo me alegra que yo fuera la primera- dije dándole un beso, me acosté encima de él, acomodando mi cabeza en mis manos, sobre su pecho, así lo veía frente a frente- fue realmente una buena noche…

 

 

-        Bailas demasiado sexi para tu seguridad- me susurro al oído…. - ya no aguanto más- me dijo y atacó mis labios con desesperación pero con el deseo grabado en cada centímetro de sus labios; - - Yo tampoco puedo más- le dije casi sin aire, debido al beso que acabábamos de cortar….

-         vamos a mi cuarto- él me miró y sonrió, teníamos las mismas intenciones.

.

 

Entre los besos le fui quitando los botones de la camisa y así el resto de nuestras ropas cayó al suelo…

 

-        Me vuelves loco con eso que traes - me dijo al oído…

 

….– vamos cariño, déjate llevar- con esto, llevo su boca a mi pecho y grite.

 

-         Edward ya no puedo más- lo necesitaba

-        Que quieres Bella- me dijo con una sonrisa de satisfacción ….

-        Te quiero dentro de mí, ya- le ordené la verdad luego le bajaría el ego, lo necesitaba - follame- casi le grite.

-        Tus deseos son mis órdenes- me dijo con una sonrisa de engreído pero de igual deseo que el mío. La lujuria lleno el cuarto, uniéndonos en uno solo, dejándonos llevar por el placer.

-        Ya no eres virgen- lo dije soltando una risa….

 

-        Y tu ya dejaste tu sequía- me dijo, acariciando mi rostro.

 

 

-        Ni que lo digas- dijo con una sonrisa, posando sus manos en mi cintura- sabes lo asustado que estaba- lo mire incrédula.

 

-        ¿Porqué?- dije.

 

-        ¿por qué?- dijo- solo porque era virgen, porque la mujer que me decía que la follase- reí ante eso, pero me callé por la cara que me puso- era la mujer mas hermosa que he conocido y yo a su lado era un niño- iba a replicar, pero puso un dedo en mis labios- a comparación contigo, que eras una diosa del sexo.

 

-        Así que una diosa del sexo- reí.

 

-        Pues sí, te parece poco- me miro con el seño fruncido- estaba aterrado.

 

-        Ósea que  todo el tiempo en el que hicimos el amor, estabas asustado- lo mire fijamente.

 

-        Claro que no- respire.

 

-        Entonces.

 

-        Digamos que en cuanto te vi desnuda- dijo acercándose a mi boca- se me olvido todo- dijo sobre mis labios, sonreímos y nos separamos.

 

-        Lo hiciste bien para ser virgen- dije y este sonrió.

 

-        Gracias, es un gran cumplido- dijo, me recosté otra vez en su pecho.- pero claro, no hay comparación con la noche en aquel pueblo olvidado.

 

-        Que pueblo- dijo para molestarlo, sonreí al ver su cara.

 

-        A no te acuerdas de esa noche- negué sonriente- pequeña tramposa- y me volteó, quedando sobre mí, reí a más no poder, me repartió besos con cosquillas.

 

-        Ya, ya, ya, me acuerdo, me acuerdo- dejo de hacerme cosquillas, pero me siguió dando besos en el cuello- me acuerdo, es uno de los mejores días de mi vida- dije acariciando su mejilla, este me veía atento…

 

 

-         Isabela, que no te das cuenta- lo mire- soy tan poca cosa para ti, que no te das cuenta que estoy enamorado de ti, que solo quiero ser yo el que te toque, el que tenga tus besos, tu cuerpo, tu compañía, con el que te rías y seas feliz- …-

-         vamos Bella dime algo, que no me quieres, que me largue de tu vida, lo que sea pero dime algo…

-         Es… es verdad… eso- dije a como pude.

-         Sí Bella, te amo- esas palabras mi mayor alegría…-pero sé que tu no- dijo triste- solo necesitaba sacarlo y…- pero no lo deje seguir, salté a sus brazos, rodeando su cintura con mis piernas y lo besé, sí lo besé, se quedo quieto pero al rato correspondió mi beso, pero no deje profundizar, yo necesitaba decirle algo.

-         Te amo , te amo. Te amo, te amo- le dije mientras le daba pequeños besos en toda su cara.

-         Qué?- preguntó con una sonrisa en su cara.

-         Eres sordo o que?- le dije con una sonrisa- tu no eres poca cosa, eres mi todo,  porque te amo, siempre te he amado, pero pensé que tu no lo hacías y por eso me lo callé. 

-         Me estas hablando en serio- me sonrió, yo solo asentí y este me besó, ….- me haces el hombre más feliz de esta tierra, te amo Bella.

-         Y tu me haces la mujer más feliz del mundo- le di un beso en sus labios.

-         Que idiota fui- dijo sentándose en la cama, yo quede a horcadas de él.

-         Fuimos idiotas- le dije acariciando su cara, su cara tan perfecta, me deslumbraba con una hermosa sonrisa, verlo feliz me hacía feliz.

 

Se me quedo viendo, directo a los ojos.

 

-        Que pasa- pregunte.

-        Aun me acuerdo de esos “te amo”- sonreí, al igual que él- cada día de mi vida.

-        Aunque no todo fue color de rosa en ese viaje- frunció el ceño, le acaricie la frente.- o en esta relación.

-        No, no lo fue.

 

-         Tu eres la que provoca que me comporte así- me dijo enojado- te andas ofreciendo a quien se te cruce por delante- ante esto no pude y le di una bofetada…

-         Eres un imbécil, como me dices eso-  lo encaré-y lo que yo haga con mi vida, mi cuerpo y todo lo demás a ti NO TE IMPORTA- le resalté esas palabras….

-         Sabes es cierto no debería importarme pero igual me importa- dijo caminando de un lado a otro en la habitación.

-         A ti quien te entiende- dije levantándome de la cama- me tienes harta- le grite- pasas enojado todo el tiempo, ignorándome, pero llega un chico y tu apareces para estropearme todo.- respiré un segundo y él no dijo nada- sabes por eso dejamos de ser amigos, parece que te encanta arruinar mi vida…

-         No digas tonterías, no me encanta arruinar tu vida- dijo recostándose en la pared.

-         A no?- reí sin ganas- pues eso no parece, dime porque me tuviste que sacar de ese modo del bar.

-         No viste como ese tal Alec te estaba toqueteando- me dijo con muecas.

-         Y eso a ti que- le recordé- es MI CUERPO y puedo hacer con él lo que me de la gana y si quiero que me toquen pues dejo que me toquen- …

……….

 

 

 

-         Sabes que he tratado de estar bien contigo, pero últimamente te enojas de todo- me dijo muy enojado.

-         Has tratado- reí falsamente- si claro como hoy, me dejaste esperándote- respiro- al menos me vieras avisado que me ibas a dejar plantada por la mojigata de Jane.

-         Ves es que solo expulsas veneno cuando hablas, que diablos te pasa- me dijo tomándome del brazo, con una fuerza excesiva.

-         Sabes que me pasa, quieres saber, que te - le dije apunto de explotar, que te amo imbécil, que me duele que te acuestes con esas zorras; dijo mi inconsciente, pero eso él no lo iba a saber- que te odio- le grite y me solté de su agarre, camine para las escaleras pero me tomo del brazo de nuevo, emití un gemido, el muy bruto me recostó bruscamente contra la pared- eres un imbécil- pero no me dejo decir más, me pego a su cuerpo y me beso con brusquedad, no había nada del niño dulce que me besaba, aparte la boca para que no me pudiera besar más, trate de soltarme pero el me mantenía prisionera entre sus brazos- suéltame Cullen- dije casi entre gemidos, ahora tenía su boca devorando mis senos, por más que lo detestara en estos momentos, mi cuerpo era débil ante él.

-         No parece que tu cuerpo quiera eso- me dijo mirándome con lujuria y volvió a mi pecho, quito los primeros botones de mi blusa, que dejaban ver el sostén rojo que llevaba- me encanta como te ves con esto- mordió el inicio de mi pecho, de seguro dejaría morete- quiero hacerte mía, hacerte el amor, hasta que no tengas fuerzas para hablar- como se atrevía a decirme eso, yo con él si hacía el amor, pero él a mi no, solo era sexo.

-         Suéltame imbécil- lo empuje había bajado su defensa por lo que lo pude apartar- no me digas que hacemos el amor, porque eso no es cierto, tu y yo solo tenemos sexo- me miro con mucha ira y creo ver dolor, pero debía estar mal- que Jane no te sacio hoy- le grite.

-         Bella a ti quien diablos te entiende- me dijo lleno de ira, me dolió y mucho- sabes que me tienes arto.

-         Pues ya somos dos…

 

 

 

 

 

-        Sí, fuiste muy bruto- pero me arrepentí, Edward puso una mirada triste- lo siento, no debí…

-        No, es cierto- me miro sonriente- fui un tonto, estaba celoso, eso no lo justifica, pero en ese momento lo único que llenaba mi mente, eras tu con otro tipo, con cada uno de tus citas y… mejor dejémoslo así.

-        Amor sabes algo- este me miro curioso- desde el día que  hice el amor contigo, no he vuelto a estar con nadie más que no seas tu- este me miro sorprendido y curioso.

-        Tu.. tu nunca.. en serio- asentí, este sonrió.

-        Pensaste.. – no termine la frase.

-        Sí, bueno, es que tu eras tu, y te vi con tus citas.

-        Cariño, créeme ninguno valía la pena, y aunque valiera no podía.

-        Pero ni siquiera con Luca, es que los vi en el club y…

-        No, no pude, tu eras lo único que me venía a la cabeza, no podía hacerlo y no lo hice.

-        Que bruto fui- dijo bufando y enterrando su cara en mi pecho.

-        Sí bastante- sentí soltar una risita en mi pecho…

 

 

-         Hola Bella- me dijo a unos centímetros de mi cara me tenía contra la pared atrapada entre su cuerpo y esta.

-         Que quieres- dije sin poner resistencia…

-         Muy civilizada- dijo con una sonrisa- como has pasado tu noche- dijo con algo de recelo y veneno en sus palabras.

-         Pues bien- mentira.

-         Me imagino, como te la pasaste con tu ex, duraron bastante no?- me miro mi boca, se acercó a la misma y hablo- no creí que fueras la de tríos, pero  que voy a saber  yo de tus gustos- dijo sobre mis labios, este a que se refería, y caí en cuenta.

-         Eso a ti que te importa- dije volteando la cara.

-         Nada- dijo- pero dime tienes fuerzas para mí ahora- dijo volteando mi cara- porque yo sí- se acercó y me beso, trate de zafarme pero como dije, inútil. No deje que lo profundizara por lo que se rindió en esa parte, pero bajo su boca y empezó a besar mi cuello.

-         Bas…ta- dije tartamudeando, la verdad me encantaba lo que me hacía su  boca podía decir una cosa pero mi cuerpo decía otra.

-         No parece que tu cuerpo quiera que me detenga- dijo sobre el yacimiento de mi pecho.

-         No quiero- dije apartando solo su cara, lo miré a los ojos y estaba dolido- crees que todo se arregla con sexo,  pues no- respire para lo que iba a decir, no sería fácil- no quiero volver a acostarme contigo, el trato terminó- su cara se lleno de confusión- ya no puedo estar con alguien que aunque sea solo sexo, me odie.

-         Bella que estas diciendo- dijo acercándose a mí, pero lo pare poniendo mis manos en su pecho

-         No lo ves, esto nos arruino, ya nuestra amistad se fue por la borda; ya rompimos las reglas del trato, prometimos que esto no se interferiría con nuestra amistad.

-         Tener sexo no la arruino, fueron tus enojos, tu búsqueda de pelear conmigo siempre- dijo soltándome.

-         No fui la única que peleaba- respire- pero no voy a pelear por eso ahora, la cosa es que ya no hay amistas entre nosotros solo odio y yo no puedo con eso, así que quiero que todo lo que haya entre tu y yo se acabe- …

-         Así nada más?- por su mirada me quería morir sabía que le dolía pero esto era por mi salud mental, él estaba perdiendo a una amiga, pero yo al hombre que amaba y si yo podía con esto, yo sé que él lo logrará.

-         Así nada más- repetí, me miro y por un momento volví a ver a ese niño lindo, el cual era antes, del que me enamoré pero se fue, llenando su mirada de rencor y me dio la espalda.

-         Entonces adiós – dijo cuando se iba…

 

 

 

-        Estaba celosa- aclare- por eso tantas discusiones- dije besando su cabello, me volteó a ver.

-        Éramos adolecentes- lo dijo como si fuera una excusa- cometimos tantos errores.

-        Pero muchos aciertos-  sonreímos- costo pero lo logramos.

 

 

 

-         Bueno llegamos- dijo apagando el auto, una ves dentro del porche de las cabinas …

-         Deben de estar aun dormidos- dije mirándolo y en eso se me vino una muy tentadora idea- Edward?- lo llamé, este me volteó a ver, le sonreí pícaramente y metí mis manos por debajo de mi vestido sin dejar de mirarlo, sus ojos se agrandaron y miraron a la dirección de mis  manos, que estaban sacando mi braga, la deje a un lado del asiento y me puse de rodillas en el mismo, me acerque a él, que no me dejaba de mirar, hice que su asiento se hiciera para atrás- nunca lo has hecho en un auto- le pregunte de forma seductora, mientras me subía a horcadas en él, trago en seco, parecía aquel chico inocente que una vez perdió su virginidad conmigo, me encantaba, que fuera ambos, el chico inocente y el para nada inocente, me tomo de la cintura, mientras negaba con su cabeza- pues es otra cosa en la que voy a hacer la primera- le dije al oído, mordiendo su cuello al pasar, me mordí el labio al ver su sonrisa y como iba entendiendo mi idea, empecé a besarlo, mientras le desabrochaba el pantalón.

 

 

……..

-         Sí, así te amo, engreído- este rio y unió nuestros labios, ese beso fue lleno de amor, dulzura, pero luego empezó por convertir en un beso apasionado, lleno de ansias, moría porque me tocase, que me hiciese el amor, pero el venía saliendo de un coma y no podía presionar- para- le dije en un susurro, la verdad sus manos ya estaban por todo mi cuerpo dándome caricias que me incitaban a más- para Edward- volví a decir.

-         No parece que quieras parar- me dijo dándome besos en el cuello, esa frase que siempre la utilizaba en mi contra; no se como pero ahora yo estaba debajo de él, y Dios, si que quería, podía sentir a su amigo más que listo y eso  no ayudo a estar cuerda- tu cuerpo me necesita, tanto como el mío necesita el tuyo- bajo a la línea de mis pechos, generándome una descarga de electricidad y fuego por todo mi cuerpo.

-         Edward acabas de salir del coma- dije apretando las sabanas con mis puños- y estamos en el hospital.

-         Estoy bien, ya oíste a Carlisle- dijo volviendo  verme y luego me dio un beso delicioso, podía sentir que estaba perdiendo la batalla- y vamos Bella tu no eres una chica de riesgos?, solo tenemos que tratar de no hacer tanto ruido- dijo mordiendo suavemente mi cuello, lo que me hiso gemir, no se como hice para que no se oyera tan fuerte- ves es fácil.

-         Sí claro- dije sin mucho aire, este rio- soy una mala influencia- dije entre risas mientras Edward me quitaba la blusa y yo su camisa de la piyama. Así hasta quedarnos desnudos.

-         Por eso me encantas- dijo besándome apasionadamente. Gemí por el placer, solo él me hacía sentir de esta manera- y feliz cumpleaños atrasado mi amor- dijo metiendo dos dedos en mi ya húmedo interior, ahogue el grito en su cuello, mordiéndolo, este gimió- Bella.

-         Gracias- dije apenas en un susurro- mmm- ronronee, me estaban matando de placer, este era un gran regalo- te amo.

-         Te amo- capturo mis labios con los míos y nos dejamos llevar, volviendo a estar juntos; demostrando todo el amor que sentíamos.

 

 

 

-        Muy buenos- río dándome un beso, una de sus manos se fue a mi vientre y lo miré confundida- una parte de nuestra felicidad, creció aquí y otra la encontraste, como si fuera un milagro- uní mi mano con la suya, entrelazándola.

-        Mis pequeñas- dije con una sonrisa- sin ti no lo hubiera hecho.

-        Claro que no, solo yo te puedo ayudar a hacer a nuestras hijas- reí.

-         Solo tu, me ayudaste- recalque, este me miro como un niño que haría una travesura.

-         Aun puedo hacerlo- dijo acercándose a mi boca, lo mire sorprendida, era yo o me estaba tratando de decir, lo que yo creía que me decía.

-         Me estas diciendo que…- no termine, pues me empezó a besar el cuello, poniéndose sobre mí, acariciándome los brazos- Edward- trate de llamarlo, solo me respondió con un- mmm- quieres más hijos-

Levanto la vista y me sonrió ampliamente.

-         Me encantaría, mas hijos contigo- dijo besándome, yo quede aturdida.

-         Más, pero si ya tenemos dos y Emma apenas si tiene un año.

-         No tiene que ser ya- dijo besando mi mentón- podemos ir practicando- sonrió en mi boca.

-         Edward en serio- le puse las manos en el pecho- en verdad.

-         Sí, imagina tener más niños sería genial- reí- sabes que fui hijo único y siempre quise una familia grande  y cuando llegue a vivir con Esme y Carlisle obtuve la familia grande que quise, claro con unas cosas agregadas- dijo acariciando mis mejillas- entonces que dices- me pregunto con ojos de ilusión.

-         De acuerdo, pero- dije deteniendo su júbilo- más adelante, cuando las niñas estén más grandes- este asintió y me beso.

 

-         Edward no puedo- le dije entre llanto- ella es mía- él solo sonrió, con los ojos algo llorosos, asintió y nos dio un beso a ambas y se fue a hablar con ellos, yo solo quería estar con mi niña- mi niña, tu te quedaras conmigo.

-         Mami- sonreí- no quiero irme.

-         No te iras te lo prometo- volví mi vista a ellos y parecía que Edward estaba convenciendo a la señora, pues nadie se resistía a mi esposo. Entonces me miró y con esa sonrisa, supe que todo estaría bien- ya mi bebé, papá  resolverá las cosas.

 

……

 

-         Edward- grite, junto con una contracción- Edward.

 

-         Que pasa Bella,  porque gritas- dijo saliendo del cuarto, yo estaba en el sofá.

 

-         Tengo contracciones- dije como pude.

 

-         O por Dios- dijo mirándome, petrificado, genial mi esposo estaba quieto.

 

-         Edward reacciona- dije tirándole una almohada- parpadeo y vi como en sus ojos las cosas iban cobrando sentido.

 

-         A sí, ok, que tenía que hacer- si no me doliera tanto, me reiría.

 

-         Primero ve por mi bolso al cuarto de la bebé, ahí esta las cosas que preparamos- dije respirando.

 

-         Ok- salió corriendo, pobre estaba en otras, los hombres no pueden con esto.

 

-         Ameli- gritaba, me quede en silencio- Ameli, hija donde estas, tenemos que irnos- lo vi salir hacia nuestra habitación.

 

-         Edward…- dije pero una contracción me dio fuerte.

 

-         Bella, donde esta Ameli- dijo saliendo de la habitación, viéndome con desesperación, no aguante y me reí- Bella de que te ríes, tenemos que irnos y no encuentro a nuestra hija y…

 

-         Edward- dije en un grito- Ameli esta con Rose y Emmet, recuerdas la llevaron al parque- respire,

 

-         Cierto, porque no me lo dijiste antes- rodé los ojos.

 

-         Edward, llévame al hospital ya- dije tratándome de levantar- este se acercó a mi y me ayudo a salir.

 

 

-         Amor mira es preciosa- Edward me puso a la bebé en mis brazos, la habían ido a bañar.

-         Sí, lo es- le acaricie su bella carita, tan parecida a él como a mí.- eres una hermosura mi amor- le di un beso en su naricita- esta jugaba con la mano de su padre.

-         Mami- vimos que Ameli se acercaba, cautelosa, se había quedado dormida en los brazos de su padre, él la puso en el sofá, para traerme a la bebé.

-         Ven mi amor- dije, Edward la alzó, le dio un beso en su mejilla y esta sonrió, la acostó en la cama junto a mi, acomode a la bebé para que quedara en mi brazo y con el otro abrase a Ameli por los hombros. Edward estaba junto a nosotras con una de las más grandes sonrisas que le había visto.

-         Es muy chiquita- dijo Ameli, tomando su manita, la bebé la apretó.

-         Si mi amor, pronto crecerá y será como tu- dije.

-         Es linda- dijo dándole un beso- Edward y yo nos miramos y sonreímos.

 

 

-        Te amo, sabías- me dijo con una hermosa sonrisa.

-        Yo también- lo iba a besar pero sonó mi teléfono, escucho un bufido de mi esposo, sonreí-  mejor contesto, es Dulce.- este asintió y se acostó en la cama.

 

-        Hola- pregunte al teléfono.

-        Hola hermanita querida- la voz de mi hermana menor, ya con sus 21 años, era toda una mujer.

-        Hola enana, que pasa-pregunte sentada en la cama, esta sería una larga conversación.

-        Tengo que querer algo para llamar a mi hermana favorita- dijo resentida.

-        Sí claro- quedamos en silencio, sabía que iba a explotar en cualquier momento.

-        Ay bueno- y exploto- mamá me tiene loca, ay Bella, como la aguantabas-  reí y mi esposo se me quedo mirando curioso, solo negué con la cabeza y le puse atención a mi hermana.

-        Que hiso ahora- le di cuerda.

-        Tengo un paseo con mis compañeros de universidad y mamá, esta de necia a no dejarme ir, oye ya estoy grandecita no crees- dijo casi llorando.

-        Tranquila enana, tu sabes como es René- mi esposo frunció el ceño.

-        Es que, que  tiene de malo, me voy a ir a relajar, tu sabes como me estreso con los estudios, solo quiero un poco de paz- dijo frustrada- ósea estoy en la universidad, son los mejores años de mi vida, no debería disfrutar- se me escapo una sonrisa, acaricie la frente de Edward y su sonrisa, hiso que recordara esos años, tantas equivocaciones y aciertos, pero todo valió la pena, le sonreí a mi chico, acto que él imitó.- me estas siquiera escuchando, Bella- casi me grito.

-        Si, enana, tranquila, ella es así, y es cierto que mereces unas vacaciones y yo lo se, solo siempre piensa las consecuencias de lo que hagas- dije a sabiendas de que ella no era en nada parecida a mí, pero no estaba de mal, prevenir.

-        Sí, ya lo se, me los  has repetido hasta el cansancio y mamá también- la pobre la seguían  cuidando como una niña.- pero dime que hacías tu a esa edad, no sé que hacer.

-        Ay hermanita, si no lo recuerdas a tu edad yo ya estaba casada- reí y mi hermoso esposo, me dio un beso en la boca y salió del cuarto.

-        Ay ya sé, pero tu me entiendes, ayúdame.

-        Ay ya enana, hablaré con René, pero no prometo nada- en eso mi esposo, volvió a entrar en el cuarto.

-        Eres la mejor- en el fondo oí a Owen llamarla.

-        Estas con Owen- le pregunte.

-        Pues si, estamos viendo si lo llevo por un helado, porque se lo prometí- dijo con fastidio.

-        Me debes más de uno- oí decir a  mi hermanito de ya casi ocho años- hola hermanota- me reí.

-        Voy a ponerlo en alta voz- dijo Dulce.

-        Hola pequeño.

-        Oye Bella me tiene loca, no quieres cuidarlo. Necesito ir a ver a Rose.

-        Oye no necesito que me cuiden me se cuidar solo- ya empezaban.

-        Ya niños, compórtense- Edward solo reía y se abrasó a mi estomago, poniendo su cabeza en ella, dándole un beso, yo le daba caricias a su cabello.

-        Perdón- dijeron ambos.

-        Porque no van donde Esme, allá técnicamente están todos, y si mal no recuerdo, Rose irá en cuanto su cita al medico acabe.

-        Ay, si quiero saber como esta el bebé- dijo mi hermana con ilusión.

-        Ay sí, por fin un hombre más en esta familia de puras niñas- oí un golpe- auch, Dulce.

-        Deja de molestar tanto.

-        Y tu deja de ser….

-        Ya a callar los dos- dije perdiendo mi paciencia- Dios  me siento como su madre, pero ni con mis hijas se me acaba tanto la paciencia y eso que son unas inquietas- Edward solo río en mi estomago.

-        Ya nos calmamos, bueno mejor lo llevo a casa de los Cullen originales- reí- gracias hermanita, recuerda hacerme ese favor.

-        Adiós hermanota.

-        Si niños adiós y no se me olvida Dulce- colgué cansada por esto.

-        Problemas- pregunto.

-        Sí, ya sabes, Dulce me da quejas de Rene, Owen de Dulce- suspire- ya me van a volver loca- el me miraba riendo, le puse la almohada sobre la cabeza- no te burles de tu esposa.-  en un acto veloz y no sé como estaba  debajo de él.

-        Pequeña, te estas portando muy mal conmigo- dijo besándome el cuello.

-        A sí- dije siguiendo el juego.

-        Pídeme perdón-  dijo acercando su boca a la mía, solo rosándolos, me moría porque me besase, me estaba torturando.

-        No- dije levantando la cabeza para besarlo, pero no me dejo.

-        No, no, no; si no me pides perdón…

-        Que me vas a hacer- dije retándolo, lo más seductoramente posible.

-        Bella- acerco sus labios a mi oído, succionando mi lóbulo, gemí con fuerza, trataba de liberarme de él, necesitaba tocarlo, pero mis piernas eran aprisionadas por las suyas.

-        Suéltame, déjame tocarte- dije casi en suplica,  sonrió en victoria, pero no me importaba, lo necesitaba- acerco sus labios a los míos, hablo sobre ellos.

-        Pídemelo- sonaba como un maldito, pero esto estaba resultando, estaba lista para él.

-        Amor- dije, vi que me sonreía con cariño, listo, se sensibilizo, era mío.- amor, te amo- dije acercándome a su boca y me beso, pero retire la cara rápido, arrugo el seño y me miro; me acerque  a él de nuevo- amor suéltame- le susurre.

-        No- dijo mirando mis labios.

-        Mi amor, yo te amo y nunca hago nada para dañarte- dije dando besos en su mejilla- pero…- llevé mi boca a su labio y lo succioné, gimió- pero  te necesito, amor- zafe mis manos y dirigí las suyas a puntos estratégicos, gimió.

-        Amor, siempre lista para mí- dijo en mi oído.

-        Siempre- dije, me miro a los ojos donde me perdí- Por favor.

 

 

-         Eres la criatura, mas hermosa que he conocido, eres simplemente mi mujer perfecta-me decía él, frente a mí, en el altar- eres una persona admirable y ahora te prometo- tomo mis manos- que te cuidare siempre, estaré para ti en las buenas y en las malas, te amo y toda mi vida  lo haré, siempre para ti.

-         Siempre para ti- dije en un susurro. Me sonrió y beso mis labios.

 

 

-        Siempre para ti, mi amor.

-        Y yo siempre para ti.- nos miramos y sonreímos. “Siempre para ti”, no son solo palabras, es una promesa.

 

 

 

 

 

Hola chicas, lo siento por hasta ahora publicar, pero mi musa, se fue no me inspiro, así que decidi hacerlo sin ella, espero allá quedado bien....

Bueno, ahora sí, estes el último capitulo. el final del final :[ pero como todo en la vida tiene un final, este no es la execcion, espero les haya gustado, este capitulo y toda la serie en total....

Mil gracias por todos sus comentarios, votos y visitas, se los agradesco de corazón....

Me encanto escribir esto y espero a ustedes  allán disfrutado de esta...

Mil gracias y suerte en su vida.... recuerden la vida son cambios. Suerte con ellos...

 

SALUDOS DESDE COSTA RICA

SUCULLEN

PURA VIDA

GRACIAS

 

 

Capítulo 35: Epitólogo II

 
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