Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 149994
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

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Capítulo 34: Dando la noticia.

Subimos al ascensor, me abrace a Edward con ambos brazos, el me abrazo por la cintura con su brazo libre.

-                     Porque tan mimosa? No me mal interpretes, me encanta. –se apuro a agregar la ultima parte.

-                     Estuvimos muy distanciados a causa de la perfumería, y te extrañe, además las hormonas están haciendo lo suyo. –nos reímos de mi comentario. Puse mi mano en su mentón para que agachara la cabeza, me pare en puntillas y le di un beso en esos labios que me volvían loca.

-                     Me haces el hombre mas feliz del mundo Bella, por eso es que te amo tanto. –me dijo de manera entrecortada, por la falta de aire, cuando nuestros labios se separaron.

-                     Tu también me haces la persona mas feliz del mundo, nunca imagine que llegara a tener una vida tan perfecta, todo es gracias a ti. Nos volvimos a besar hasta que las puertas del ascensor se abrieron.

Cuando entramos al departamento fuimos directo a la cocina, Edward me dio un ultimo beso y se fue a buscar las bolsas restantes.

“Ya estamos en casa.

Bella”

Le mande el mismo mensaje a Emmett y Alice, no quería llamarlos ya que ambos empezarían nuevamente con el interrogatorio.

Fui donde las bolsas con las compras y comencé a sacar todo para luego guardarlo, en eso estaba cuando llego Edward.

-                     Amor tienes que hacer reposo. –me regaño.

-                     Hagamos esto, me acercas un taburete al mesón y yo te ayudo a cortar los vegetales y te hago compañía. –propuse sabiendo que discutir con el era inútil.

-                     Perfecto. –dijo mas que complacido. Me acerco el taburete junto con una tabla, un cuchillo y los vegetales, me senté en mi lugar y me quede esperando a que terminara de guardar todo. Una vez término me dio un dulce beso en los labios y nos pusimos a cocinar, no habían pasado ni diez minutos cuando sonó el timbre.

-                     Yo voy. –dijo Ed y fue a atender el teléfono del portero. Regreso un par de minutos después con una gran sonrisa en el rostro.

-                     Porque tan sonriente mi amor? –le pregunte mientras acariciaba su mejilla.

-                     Llego nuestra princesa. –la manera en la que hablo de nuestra hija me contagio la sonrisa. A los cinco minutos escuchamos los gritos.

-                     Mami! Papi! –acompañado de los pequeños pasos corriendo por la casa, hasta que nos encontró en la cocina.

-                     Como esta mi princesita hermosa? –le pregunto Edward mientras la cargaba en brazos y la giraba por el aire.

-                     Muy bien papi –respondió mi bebe, bueno uno de mis bebes, una vez dejo de dar vueltas-. Me divertí mucho con los tios pero ya los extrañaba. –Edward se acerco a mi para que pudiera saludar a nuestra hija.

-                     Nosotros también te extrañábamos. –le asegure acariciando tiernamente su carita y dándole muchos besitos.

-                     Y para nosotros no hay abrazos? –pregunto mi hermano que se encontraba sentado en el desayunador con Rose parada a su lado.

-                     Hola chicos. –los saludo Edward.

-                     Hola, como pasaron el dia? Lydia se porto bien? –les pregunte saludándolos a la distancia, si me paraba Edward comenzaría con el discurso del reposo y arruinaría la sorpresa.

-                     Pasamos un espectacular dia con este lindo angelito. –me respondió Rose mirando a mi hija con amor. Note que Emmett me miraba con preocupación, por lo que le dedique una sonrisa tratando de tranquilizarlo.

-                     Vamos a buscar tus nuevos juguetes para mostrárselos a tus papis. –dijo Rose al notar el intercambio de miradas entre Emmett y yo. Agradecí que llevara a Lydia, no quería preocuparla sin sentido.

-                     Déjense de rodeos y díganme de una vez porque fueron al hospital esta tarde. –dijo Emmett ni bien se termino de ir Lydia.

-                     No es nada malo Em, pero preferimos decírselos a todos una vez llegue Alice. –le explique con tono sereno.

-                     Si no es nada malo porque lo tienen que saber todos? –pregunto mirándonos con ojos entrecerrados.

-                     Porque somos una familia. –respondió Edward, el siempre tan dulce. En ese momento sonó el timbre otra vez.

-                     Te animas a abrir, es Alice y Jas. –le pedí a mi hermano.

-                     Claro. –se fue dejándonos solos. Acaricie el brazo de Edward y me acerque para darle un tierno beso en sus labios, nos separamos cuando alguien carraspeo detrás nuestro.

-                     Si siguen asi será mejor que pidamos pizza. –dijo mi hermano aguantándose la risa, por suerte se había relajado con nuestra respuesta.

-                     Mas respeto, solo nos estábamos dando un pequeño besito. –dije haciéndome la ofendida, los tres nos reímos.

-                     En que puedo ayudar? –nos pregunto acercándose a nosotros, cuando estuvo a mi lado me dio un beso en la frente.

-                     Que te parece si pones algo de música antes de que suba Alice y convierta la casa en un loquero? –mi cuñada escucha marcha y siempre en un volumen muy alto.

-                     Cuenta con eso. –dijo yendo a la sala, puso algo de música un hip-hop.

-                     No se cual es peor. –dijo Edward mientras negaba con la cabeza.

-                     Te escuche. –dijo Emmett, me reí de ellos.

-                     Hola, quien dejo poner música a Emmett? –pregunto Jas en cuanto entro a la cocina.

-                     Fui yo, por favor perdónenme! –dije de forma teatral, los tres reímos y Em nos miro con cara de póker. Jas se acerco a saludarnos.

-                     Donde esta Al? –pregunto Edward al notar la ausencia de su hermana.

-                     Se quedo con Rose y Lydia, yo solo pase a saludar y me vine a ver como iba la comida.

-                     Será mejor que hagan una picada (no se como se llama en otros países, pero son bocados de embutidos que se comen antes de la comida), la comida aun demora un poco y en el refrigerador encontraran todo lo necesario. –les sugerí.

-                     Será lo mejor, donde sigan con los besitos y caricias la cena se transformara en almuerzo. –dijo Em riendo de su propia broma.

-                     En que los ayudo? –se ofreció rápidamente Jas.

-                     Gracias, pero no es necesario, Emmett solo habla porque tiene boca, solo estamos haciendo una salsa de tomates y carne (tuco) para acompañar una pasta. –le explique.

-                     Como vas con eso mi amor? –me pregunto Ed dulcemente.

-                     Ya casi término –corte dos tomates que me faltaban y deje el cuchillo de lado-. Listo. –el fue a buscar una olla y comenzó a preparar la salsa.

-                     Hola cuñadita, ya estoy aquí –dijo Alice mientras entraba en la cocina-. Cuéntame! Cuéntame! –exigió.

-                     Ahora no Al –hizo su famoso puchero y pestaño lentamente un par de veces-. Eso no te va a funcionar. –le advertí y todos rieron.

-                     Isabella Swan vamos ya mismo a tu habitación debemos hablar. –dijo acercándose a mi y tomándome del brazo.

-                     No, ella se va a quedar exactamente donde esta, quieta y tranquila. –dijo Edward de una forma que no daba lugar a discusión, todos lo miraron extrañados pero el solo se dio vuelta y siguió con lo que estaba haciendo, por lo que las miradas se dirigieron a mi que me encogí de hombros haciéndome la que no sabia nada. Lydia se acerco a mi, me hizo señas para que me agachara a su altura y me hablo al oído.

-                     Papi esta enojado? –pregunto tímidamente.

-                     Claro que no mi amor. –le asegure y luego deposite un beso en su frente.

-                     Puedo cambar esta fea música? –me pregunto un poco mas alto.

-                     Oye! –se quejo Em.

-                     Claro princesa pídele a tia Rose que te ayude.

-                     Porque no a tia Alice? –se quejo Alice que seguía parada muy cerca de mi.

-                     Porque tia Alice pone lo que a ella le gusta y manipula a la niña ofreciéndole regalos para que no diga nada. –le dije enojada.

-                     Se lo contase? –dijo Alice incrédula mirando a mi hija, todos rieron menos yo.

-                     No me trajiste la muñeca que me prometiste. –se defendió mi hija.

-                     Pero esta agotada, quedamos en que esperaríamos un mes mas. –dijo la muy hipócrita.

-                     Mejor cállate Alice, cada vez te perjudicas mas. –le sugerí.

-                     En que quedo la picada? Tengo hambre. –dijo Emmett sobándose el estomago.

-                     Te tocara ayudarme por glotón. –respondió Jas mientras sacaba los embutidos del refrigerador.

Lydia y Rose cambiaron la música por una del agrado de mi hija, no era ni mejor ni peor que la de Emmett, pero ya estaba mas acostumbrada. Jas y Em prepararon algo para ir comiendo, Alice se puso a hablarme sobre una nueva clienta, me conto la decoración que esta quería y entre las dos la criticamos ya que era horrible, Ed, una vez termino de encaminar la comida, se paro a mi lado, me abrazo por la cintura y disimuladamente me acariciaba el vientre con el dedo pulgar, también opino alguna que otra cosa en la conversación que teníamos con Alice.

Una hora después nos sentamos a cenar, a medida que los platos se iban vaciando me iba poniendo cada vez mas nerviosa, no paraba de preguntarme que pasaría si decían que aun era muy pronto para otro bebe, tal vez que no estaban de acuerdo o que Lydia hiciera un berrinche. Una vez todos terminamos Edward me miro significativamente.

-                     Ya viene la noticia! –dijo Alice al percibir nuestro intercambio de miradas.

-                     Creo que lo mejor es llamar a tus padres y decírselos a todos a la vez, quien sabe cuando podamos ir a Forks. –le sugerí.

-                     Claro amor. –saco el teléfono del bolsillo del pantalón y marco un numero, puso el altavoz y todos escuchamos como sonaba, todos estábamos en un profundo silencio.

-                     Hola hijo. –saludo la voz de Esme.

-                     Hola mama, estas en el altavoz y estamos todos aquí. –le explico Edward.

-                     Hola a todos –todos respondimos hola-. Pasa algo? –pregunto un poco mas seria?

-                     Esta papa en casa? –pregunto Edward.

-                     Si, quieres hablar con el. –me di cuenta que mi pobre suegra no entendía nada.

-                     Con los dos. Tenemos una noticia que dar y queremos que la escuche toda la familia. –una sonrisa se dibujo en su rostro y me beso dulcemente en los labios. Escuchamos como Esme iba a buscar a Carlisle y le explicaba de la mini conferencia.

-                     Hola chicos. –nos saludo Carlisle animadamente. Otra vez todos respondimos hola.

-                     Comenzare por el principio –dijo Edward quien tomo la batuta al ver que a mi no me salían las palabras a causa de los nervios-, esta tarde Bella no se sintió bien por lo que fuimos al hospital… -Jas y Al me miraron asombrados y mi hija, que estaba sentada al lado mio, me dio la mano y me miro con miedo, negué con la cabeza y le di un beso en las mejillas para hacerle entender que no pasaba nada malo.

-                     Esta bien, quieres que vaya? –pregunto mi suegro preocupado.

-                     No fue nada malo papa –dijo Edward rápidamente-. Bueno como les decía, le sacaron sangre y le dieron calmantes, después de una larga siesta –dijo riéndose recordando que me la pase durmiendo todo el rato mientras esperábamos- llego el doctor a darnos los resultados y resulta que… -me quedo mirando como queriendo infundirme coraje.

-                     Estoy embarazada! –casi lo grite. Todos quedaron callados mirándome con la boca abierta, la primera en reaccionar fue Alice que pego un grito que casi nos deja sordos.

-                     No lo puedo creer! Voy a ser tia otra vez! Podre comprar ropa para bebe! La cuna! Bolsos a juego con la ropa de Bella! –Jasper se acerco a ella para tratar de tranquilizarla.

-                     Por favor cállenla, me esta dando miedo. –pedí.

-                     Además de Alice, nadie dirá nada? –pregunto Edward claramente decepcionado.

-                     Nos agarraron por sorpresa, no sabíamos que querían tener otro tan pronto. –dijo mi hermano.

-                     Porque se sintió mal? Esta todo bien? –pregunto Carlisle.

-                     Mas o menos, me mandaron a hacer reposo. –respondí yo, nunca me gusto que hablen de mi como si no estuviera presente.

-                     Yo los felicito a los dos, me hace muy feliz tener otra nietita hermosa. –dijo Esme que se escuchaba emocionada.

-                     O nietito. –agrego Em.

-                     Yo quiero un varón. –pensé en voz alta.

-                     Pero será nena. –dijo Edward y todos rieron.

-                     Estoy muy feliz por ustedes, es fantástico que Lydia tenga una hermanita con quien jugar. –dijo Rose.

-                     A esa hermanita la van a querer mas que a mi? –pregunto Lydia muy triste.

-                     Eso nunca princesa, lo vamos a querer igual. –le asegure abrazándola bien fuerte.

-                     Gracias a los que se alegraron con la noticia, la verdad que nos agarro por sorpresa, pero estamos muy felices. –dijo Edward.

-                     No digas eso amor, es solo que aun no saben como reaccionar, debes entender que tus papas hace un mes conocieron a su nieta y ahora ya van a tener otro. –trate de razonar con Ed.

-                     Bella tiene razón hijo, no es que no nos pongamos felices es solo que no lo esperábamos. –le explico Carlisle.

-                     Espero que sea un varón, hace falta otro hombrecito en la familia. –dijo Em con una enorme sonrisa iluminando su rostro.

-                     Un Edward miniatura. –dije yo otra vez pensando en voz alta.

-                     Los felicito chicos, y estoy de acuerdo con Em, hace falta otro hombrecito. –dijo Jas que estaba sentado frente a mi por lo que estire mi brazo con la palma de la mano abierta para que la chocara.

-                     Como vas a hacer con el local si debes hacer reposo? –pregunto Alice.

-                     La verdad que aun no lo había pensado, pero creo que no nos quedara otra que posponer la inauguración, la salud de mi hijo es primero. –dije muy segura tocándome el vientre, Edward y Lydia me imitaron.

-                     No iba a ser una nena? –pregunto mi hija sorprendida.

-                     No lo sabemos aun, pero a mi me gustaría un nene y a tu papa una nena. –le explique.

-                     Yo también quiero nena. –dijo segura.

-                     No puedes cancelar ahora, estamos a muy pocos días. –dijo Alice continuando con lo de la perfumería.

-                     Al no puedo salir del departamento. –le explique, a mi tampoco me hacia feliz tener que cancelar después de haber trabajado tanto y tan duro, pero tenia claras mis prioridades.

-                     Yo te cubriré en el trabajo mientras debas están en reposo. –dijo Rose para sorpresa de todos.

-                     No puedo permitirlo Rose, tu ya me has ayudado mucho y no voy a abusar de tu generosidad. –le dije firme.

-                     Bella para eso el la familia, y las amigas, para ayudarse y apoyarse siempre, no solo cuando nos va bien. –dijo también firme, Emmett la miro con mucho amor al escucharla hablar de ese modo.

-                     Pero no se cuanto tiempo pueda durar esto del reposo. –le explique.

-                     No me importa, yo se que si la que se encontrara en tu lugar fuera yo tu harías lo mismo por mi. –en realidad era cierto, nunca dejaría abandonada a mi familia o amigas.

-                     Esta bien Rose, pero con una condición. –ella me miro algo desconfiada.

-                     Cual?

-                     Que me dejes pagarte un sueldo. –eso si que no estaba en discusión.

-                     No seas absurda.

-                     No hay trato. –dije y me cruce de brazos.

-                     Esta bien. –dijo rindiéndose.

-                     Bueno chicos, para nosotros ya es tarde. –dijo Esme.

-                     Que descanses mama. –le respondió Edward.

-                     Buenas noches chicos y saludos a mis nietas. –dijo mi suegro y se rio por entrar en la batalla de niño o niña.

-                     Carlisle. –lo regañe.

-                     Que descansen, y bella cuídense. –dijo una vez se termino de reír.

Terminamos la llamada, Edward y yo quedamos mas tranquilos y la familia estaba feliz, una vez digirieron la noticia. Ahora solo me quedaba aguantar el encierro.

Capítulo 33: Las mejores noticias Capítulo 35: Inauguracion

 
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