Capitulo 36:
Nos subimos al avión.
Edward me condujo hasta los asientos de primera clase. Me acomodo entre sus brazos ya que debíamos dormir. La verdad es que estaba exhausta y se que él también.
Lo único malo serian todas las horas de viaje pero a su lado se pasarían rápido.
- llegaremos casi al anochecer. No será tan tarde.- me dijo Edward cuando desperté durante la noche.- como estas?
- Bien, aun que tengo los músculos un poco agarrotados.- le conteste.
- Si quieres te puedo soltar.- dijo ya retirando sus brazos de mi.
- No- le conteste de inmediato.- me gusta estar abrazada de ti.
- A mi también.- contesto él. deposite mi cabeza en su pecho y luego bostece.- duerme, cariño.- y comenzó a tararear mi nana tan bajito que solo yo podía escucharlo.
Como me había dicho Edward, llegamos al aeropuerto cuando el sol se estaba escondiendo.
Cuando ya tuvimos el equipaje, Edward me pido que lo esperara un momento mientras buscaba un taxi. Lo consiguió en unos minutos así que me subí al taxi mientras él y el chofer subían las maletas en la parte de atrás.
No entendía nada de lo que le decía al chofer, Edward hablaba un fluido y bien portugués. Cuando Edward le dio una pequeña tarjeta al chofer me di cuenta que el rostro del señor se deformaba por la impresión.
- por que puso esa cara?- le pregunte a Edward.
- Es adonde vamos- contesto.- es un barrio muy lujoso de Río.
- Debería haberlo imaginado- bufe. Edward soltó una carcajada.
El vehiculo paso entre la multitud. La gente bailaba al ritmo de la fuerte música: era un carnaval.
Poco a poco fuimos saliendo de la fiesta luego de la gente nos dejara pasar. De a poco me fui dando cuenta que nos alejábamos de las típicas casitas para dar paso a las mas lujosas.
El chofer dijo algo mas y luego dio unas vueltas llegando a un condominio donde a lo menos eran 20 casas o mejor llamadas; mansiones.
El taxi no se detuvo hasta llegar a la mansión más alejada y espaciosa de todas. Tuve que controlar mi expresión para no desmayarme de la sorpresa.
Bajamos del taxi y Edward saco las cuatro grandes maletas y después le pago al chofer.
Edward me dijo que solo debía presionar un botón y la puerta se abriría sola. Lo hice y fue verdad. Le pregunte como sabia eso y me dijo que Carlisle le había dicho como era la casa, todo de ella sin olvidar un detalle.
La verdad era muy hermosa por fuera y tenía un jardín espectacular: había esculturas de animales hechas en arbustos. Hermosos árboles y una vista preciosa. Era bastante amplio y podían construir unas 5 casas en él.
Nos quedamos en frente de la puerta que nos daba al interior de la casa.
- espérame aquí- pidió él.- vuelvo enseguida.
Asentí y me quede fuera mientras el entraba las maletas. Me acerque a los arbustos, el aire era caluroso a pesar de ya estar oscureciéndose pero me gustaba. El vestido que llevaba puesto me hacia sentir fresca.
- te ha gustado el jardín?- pregunto Edward a mi lado.
- Es muy hermoso.- le conteste girándome para mirarlo.
- Podemos recorrerlo.- propuso. Asentí y tomo de mi mano guiándome.
Íbamos los dos en silencio, era cómodo pero me sentía un poco nerviosa.
Pude apreciar el paisaje y me pareció encantador, muy hermoso.
Llegamos al punto donde comenzamos a recorrer el jardín y por siempre Edward me alzo entre sus brazos como novia. Lo quede mirando extrañada.
- no soy nada si no lo hago.- se excuso.
Camino con agilidad hacia la casa. Tenía mi mirada fija en la puerta de la entrada, mi corazón palpitaba a mil y el rubor subió a mis mejillas.
Sabia lo que se venia ahora por eso el nerviosismo. Por el silencio de Edward me di cuenta él también estaba nervioso. Pude notar que me observaba pero me rehúse a mirarlo por que no sabia que pasaría si lo hacia así que seguí mirando hacia el frente.
Abrió la puerta y entramos: la casa era maravillosa, no tenía más palabras para describirla. Tenía el mismo estilo de los Cullen, colores claros, grandes ventanales. La casa era de dos pisos pero se veía más amplia.
- que hermosa.- murmure mirando toda la gran sala.
- No más que tu.- confeso Edward.
El rubor se intensifico más en mis mejillas y me atreví a mirarlo.
Me perdí en su mirada de color esmeralda. Sus ojos mostraban Amor, Pasión, Deseo y muchas cosas más que podría estar nombrándolas toda la noche.
Me acerco más a él y me beso lentamente; yo enrede mis manos en su cabello atrayéndolo hacia mi.
No sabía si nos movíamos hacia algún lado ya que la maravillosa casa había desaparecido y solo recordaba que solo estaba en los brazos de Edward y que me besaba.
Sentí que me soltaba con una de sus manos aun sin parar de besarme y luego la coloco en su lugar.
Él tuvo que terminar el beso murmurando en mis labios.
- nuestra habitación.- dijo.
Mire la gran habitación. Era muy amplia y tenia un enorme ventanal con balcón incluido. Era sencilla y lujosa. Las maletas estaban en la esquina de ella, junto al closet. Pero lo que mas llamo mi atención fue la gran cama blanca que había en el centro de la habitación.
Mire la cama y luego volví a mirar a Edward que me observaba. Esta vez fui yo la que lo atrajo para que me besara. Me respondió con la misma pasión que como lo besaba yo.
Me deposito en la cama y comenzamos a entregarnos Amor, Pasión y Placer el uno al otro…disfrutando de nuestra noche de bodas.
El calor me despertó, era sofocante.
Me sentía feliz, llena de dicha por que había pasado la mejor noche de mi vida. Sabía perfectamente que estaba en la gran cama blanca, tendida en su pecho perfecto.
Sentí como Edward trazaba pequeños círculos por mi espalda desnuda, se había dado cuenta que estaba despierta.
Abrí mis ojos y el me miraba con dulzura, se veía tan hermoso!
Coloco esa sonrisa torcida que me encantaba.
- buenos días, mi amor- lo salude.
- Buenos días, mi vida.- saludo él.
Me acerque mas a él para besarlo a lo que Edward también me ayudo acercándose a mi. Me sentí feliz de sentir sus labios, era una adicta a ellos.
Pero como era yo la que arruinaba todo, esta seria la excepción, mi estomago rugió.
- parece que alguien tiene hambre.- dijo aun besándome.
- Puedo aguantar un poco mas- lo atraje hacia mí.
Nos seguimos besando hasta otra vez las tripas me sonaron. Suspire resignada y me parte de él.
- ha sido la más maravillosa noche de toda mi vida- le confesé.
- Para mi también ha sido maravilloso.- contesto él.- eres tan perfecta. Te amo.
- Verdad?- pregunte expectante.
- Bella,- me dijo serio.- eres todo para mi y claro que ha sido importante para mi. Eres mi primera vez y quería que tu fueras la primera, en realidad tu siempre serás la primera por que no tengo ojos para nadie mas que tu.- no pude resistir el besarlo. Termino el beso y comenzó a levantarse.
- Preparare el desayuno.
- Puedo hacerlo yo- le propuse.
- Nada de eso.- me freno.- quiero ser yo quien le prepare el desayuno a mi mujer.- solté unas pequeñas carajadas.
Se puso el pantalón de chándal y salio de la habitación.
Me levante y tome la maleta en la cual estaba mi ropa solté un pequeño gemido por lo que encontré en las dos maletas que eran mías.
En una había lencería francesa demasiado atractiva y en la otra maleta había ropa un poco normal, se podría decir.
Me vestí con un vestido blanco delgadito. Mi pelo lo deje en una coleta y baje descalza. Tuve que seguir el olor a huevos para saber donde estaba la cocina ya que me iba a perder.
Edward me vio entrar así que coloco mi comida en un plato y lo dejo sobre la mesa. Él también se sirvió su desayuno. Nos sentamos en la mesa de la cocina.
El desayuno era huevo con tocino y un jugo de naranja. Estaba todo rico que no me importo quemarme la boca. Edward también comía y me miraba.
- esto esta buenísimo.- le felicite.
- Mamá me enseña.-se encogió de hombros.
Terminamos de desayunar así que lave los platos mientras él sacaba las cosas de la mesa.
De repente siento sus brazos rodeándome, me hizo sobre saltar y le lance espuma en la cara.
- no he hecho nada malo!- se defendió. Al verlo con espuma me reí.
- Me…asustaste!- le acuse apenas por la risa. Me miro malévolamente y tomo un poco de espuma y me la lanzo al cabello y en la cara.
- Estamos a mano- concluyo-
- Claro que no.- le dije yo y tome mas espuma pero esta vez se la eche en el pelo.
- Es mejor que corras.-aconsejo.
Le hice caso y corrí directo a la salida de la casa. Fue raro pero fue raro pero no me caí o tropecé. Nosé como logre escabullirme en los arbustos sin que lograra encontrarme.
- te encontrare, Bella!- dijo en voz alta. Yo solté una pequeña risita.
Comenzó a buscar por los arbustos y poco a poco se acercaba a mi escondite hasta que le perdí de vista.
No sabia donde se había metido así que Salí de mi escondite para ser yo la que lo buscara.
El problema era por donde empezar ya que el jardín no era nada pequeño. Justo en el momento en que iba a comenzar a buscarlo algo se movió en los arbustos mas alejados y que me parecieron tenebrosos.
- quien esta allí?- llame dando algunos pasos. Los arbustos dejaron de moverse.
Debía ser Edward, quizás me este haciendo una broma. Y si no? “OH, OH” pensé y mi rostro cambio a susto. Y si le había pasado algo? Que tal si era un delincuente? Le habría hecho algo a Edward? Me aterrorice.
- Edward!- llame alarmada. Los arbustos volvieron a moverse- vamos, Edward. No me gusta esta broma.
Nuevamente los arbustos se quedaron quietos. Me gire dándole la espalda y comencé a caminar en dirección a la casa sin mirar hacia atrás. Debía buscar rápido a Edward si es que algo malo le paso, podría estar herido…
- bu!- me dijeron lanzándome al suelo.- te ha gustado la broma?- me pregunto Edward sonriente. Lo mire extrañada.- que si te gusto mi broma- volvió a repetir.
- Fuiste tu!- le reclame tratando soltarme y levantarme enojada.
- Que pasa?- pregunto.
- Me he llevado un susto tremendo.- le conteste ya de pie y furiosa.- creí que te había pasado algo malo!
- No creí que te asustaras.- me comento.
- Pues claro o acaso no me escuchaste cuando dije que no me gustaba esta broma?- le inquirí.
- Cariño, no escucho a mucha distancia.- recordó.
- Es que…- dije sollozando.- es que tuve miedo a perderte.
- OH, Bella- me abrazo.- lo siento, mi amor.- se disculpo y yo me abrace a él.
Gracias a sus palabras lindas me pude calmar y relajar.
Yo prepare el almuerzo y comimos al aire libre. Era entretenido, por que a veces le pillaba desprevenido y me lanzaba sobre él para llenarlo de besos a los que Edward recibía encantado.
Me dio un Tour completo por toda la casa ya que aquí estaríamos por dos semanas y debía saber donde quedaban las cosas y las otras habitaciones.
Ese día fuimos a la playa con lo necesario. Me coloque el nuevo y atractivo bikini de color azul marino.
No estaba tan llena la playa así que me coloque bronceador en el cuerpo para ir al agua con Edward que me esperaba y no me quitaba la mirada de encima lo que me hacia ruborizar. Edward se veía tan hermoso con su short plomo y su torso desnudo.
El agua estaba tibia así que disfrutamos mucho, estuvimos un buen rato en el agua hasta que salimos por que teníamos un poco de hambre. Nos recostamos en la arena, le di una manzana y yo también me comencé a comer una.
- como la has pasado?- me pregunto.
- Realmente bien para ser solo el primer día.- le confesé.- aun que hay algunas excepciones.
Me quedo mirando extrañado. Yo desvíe la vista de él y la dirigí a un par de chicas que estaban a unos metros de nosotros pero que no paraban de mirar a Edward de una manera lujuriosa.
Edward siguió mi mirada. En verdad eran muy guapas; las dos tenían el pelo rojizo y liso. Piel color crema y altas con ojos color café claro. No tenia por donde competir, ese era el problema: no ser lo suficientemente bonita.
- estas celosa?- me pregunto Edward volviendo a mirarme.
- Este loco- hice como si nada. Claro que estaba celosa pero no se lo iba a decir.
- Creo que si estas celosa- argumento.- pero no te preocupes, solo soy tuyo.
- Edward, no estoy celosa.- le deje en claro. Vi como las tipas lo volvían a mirar. Las fulmine con la mirada.
- Eres más hermosa así de celosa.- murmuro.
- Este bien, no te lo negare. Estoy celosa y si, tienes razón: tú eres solo mío.- dije posesivamente.
Se me quedo mirando sorprendido por que jamás había tenido una actitud
de esa manera. Le sonreí y lo atraje hacia mí para besarlo.
Espero kee les haya gustado chicas! J
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