Lo siento mucho por no haber actualizado durante todos estos días... estoy muy ocupada y ahora me había venido un poco de inspiración, es que me había quedado super mega enganchada sin saber que poner, ahora ya se. Espero que os guste el cpaitulo, prometo actualizar lo antes posible!

POV Alma

Estaba caminando a velocidad normal hasta que empezó a llover y estaba tan cansada que me caí al suelo mojado del bosque. No sabía ni donde me situaba. Pero seguro que no muy lejos.

Pasaron varios minutos, o eso creía, a lo mejor eran horas. Pero aun era de noche. ¿Qué haría ahora? Mis parpados me caían y cerré los ojos.

Tenía los ojos hinchados de tanto llorar.

En ese instante empecé a soñar, seguro. La mujer rubia venía a por mí, la Vulturi. Me asusté pero esa visión empezó a ponerse borrosa y esta venía más rápido hacía a mí, pero abrí los ojos sin saber porque.

Y pude ver la razón por la que abrí los ojos.

Estaba ahí Nahuel.

Él me despertó.

-         ¿Alma? ¿Estás bien? –me preguntó.

-         Oh, ¿por qué me has despertado? –dije algo molesta.

-         Te vi sufriendo.

-         ¿Sufrir? Quería…. –bajé un poco la voz a continuación -…morir.

Nahuel me miró fijamente a los ojos, seguro que me escuchó. ¿Pero por que me miró así? ¿A él que le importa?

Me intenté levantar del suelo y mis piernas me fallaron.

-         Yo te ayudo. –me dijo levantándome del suelo cogiéndome cuidadosamente de la cintura.

-         Gracias. –le agradecí cuando me levantó y aun sujetándome de la cintura le dije – Puedes soltarme, ya.

-         Ups, lo siento. ¿Y a dónde ibas?  -dijo soltándome de la cintura.

-         A ningún sitio, como has escuchado esperaba la muerte dolorosamente.

Pareció cabrearse ante la expresión –Sabes que eres idiota, ¿verdad?

-         No me insultes.

-         Te digo la verdad. Estabas esperando a que esa tía rubia te matara, bueno… no se por que lo quería pero allá tú.

-         ¿Cómo sabes tú…?

-         Dios… Por que veo los sueños o pesadillas de la gente.

Estaba pensando ¿Por qué él estaba aquí?

-         ¿Y tú que hacías aquí?

-         Ya sabes, de vez en cuando vengo, la primera vez que he venido a verte.

-         ¿A mí?

-         Sí, a ti.

-         ¿Por qué?

Pareció dudoso.