Sueños: Crepúsculo con una fan (+18)

Autor: PaushisCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 09/05/2013
Fecha Actualización: 05/03/2014
Finalizado: SI
Votos: 7
Comentarios: 110
Visitas: 68378
Capítulos: 39

¿Como una chica, como tu y yo, tendría la posibilidad de siquiera pensar en que alguien como él, un príncipe azul, iba a dirigir una sola mirada a ella? 

Paulina era una chica normal de 22 años, vivía en México, estudiaba el último año de su carrera universitaria, tenía pocas amigas y a Maggie su hermana, cinco años menor. Sus padres estaban separados y ambas vivían con su madre.

Las hermanas no eran muy unidas pero se llevaban bien, Maggie era lo contrario a Paulina; era amiguera, sociable y era la fan número uno de los actores de la película Crepúsculo.

A partir de un hecho, cambia la vida de Paulina de forma radical. ¿Será que podrá lograr algo que parece imposible?

 


Te invito a que al leer mi Fic, cambies el nombre de Paulina por el tuyo y sueñes conmigo lo que toda buena fan de Robert Pattinson desearía; al fin que Soñar no cuesta nada. 

Bienvenidas y gracias por su lectura y comments, ellos me harán crecer como escritora.

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Capítulo 33: Misteriosa espera

Narrado por Paulina

 

Estaba tratando de adaptarme a esta nueva vida en Los Angeles, de haber sabido que sería así mejor me hubiera quedado con mi familia.

Por tratar de ser responsable, ahora estaba más sola que nada, Robert sólo venía los Domingos, acompañado de Nikki, Kellan, Ashley, Liz y Lautner principalmente; en la semana mientras grababan yo me dedicaba a hacer nada.

 

Las cosas entre Rob y yo estaban más tranquilas, yo estaba más relajada en algunos aspectos y no me portaba tan cortante con el.

 

Ya teníamos muchas cosas compradas para la bebe.

 

Me gustaba salir a caminar, aún tenía un poco de privacidad, a los paparazzis les interesaba Robert, a mi casi no me conocían.

 

Detecte que las que sí me seguían eran algunas fans de Rob, cosa que no me preocupaba en lo más mínimo.

 

Cuando cumplí 8 meses de embarazo, Robert y yo fuimos juntos al médico; todo estaba bien, me explico que a partir de ese día tenía que cuidarme más y estar pendiente de cualquier cambio que sintiera.

 

Las grabaciones de Rob iban a la mitad, por lo cual no podía estar mucho tiempo conmigo; decidió contratar a una persona para que me ayudarán con las cosas del apartamento y que estuvieran pendientes de mi.

 

A mi me preocupaba mucho el dolor que sentiría, decidí ir a preparación para el parto, el doctor me recomendó natación y caminata; así que decidí activarme.

 

Curiosamente me encontraba a menudo con una jovencita de unos 17 años, me recordaba mucho a mi hermana Maggie, sólo que su mirada era más dura.

 

Una semana antes de que naciera la bebe empece a encontrarla diariamente, yo suponía que éramos vecinas, me veía fijamente pero nunca me hablaba, yo supuse que era una fan de Robert, por ello no se lo comente.

 

El que el padre de mi hija fuera el galán del momento era sinónimo de que buena parte del resto de mi vida carecería de privacidad.

 

Me faltaba una semana para dar a luz y ya me sentía muy pesada, Robert llegaba ese día por la noche, había agilizado sus grabaciones y las terminaba ya para estar conmigo la última semana de embarazo y el primer mes de la bebe.

 

Decidí salir a comprar un café, ya en Starbucks me senté porque ya el caminar me cansaba mucho; de pronto vi a la jovencita que llevaba más de un mes encontrándome, tome la iniciativa y la salude con la mano.

 

Ella iba con otra jovencita y tímidamente se acercaron.

 

Paulina: hola, soy Paulina, nos hemos encontrado muchas veces

Ángela: si parece que somos vecinas, soy Ángela y ella es Verónica mi mejor amiga

Paulina: mucho gusto Ángela, hola Vero, siéntense, viven por aquí?

Ángela: yo si, justo a una cuadra de aquí

Paulina: yo también

Verónica: ya va a nacer tu hijo

Paulina: si ya en una semana

Ángela: debe ser muy bonito casarse y tener hijos

Paulina: bueno yo no estoy casada, el papá de mi hija y yo no estamos juntos

Ángela: lo siento, no quería ponerte triste

Paulina: no te preocupes, sabes, me recuerdas mucho a mi hermana, ella vive en México

Ángela: de verdad? A mi me hubiera encantado tener una hermana como tu, siempre he estado muy sola, mis padres trabajan todo el día, sino fuera por Vero me la pasaría aburridisima

Paulina: pues que te parece si a partir de hoy somos amigas, yo también estoy un poco sola

Ángela: me encantaría, veo que te ha costado trabajo caminar si quieres te acompáñamos a tu casa

Paulina: de verdad? Se los agradecería, la verdad es que la señora que me ayuda tuvo que irse y por ello tuve que salir y estoy agotada

 

Nos levantamos y nos encaminamos a la casa, algo en Ángela me hizo confiar en ella, indudablemente un grave error.

 

Al llegar a mi puerta las invite a pasar, sabía que Robert llegaría noche así que podía pasar la tarde platicando con ellas.

 

Estuvimos un buen rato platicando y decidí ir a preparar unas palomitas para invitarles. Ellas se quedaron en la sala, escuche que hablaron pero oí lo que decían, cuando regrese a la sala no estaban, se me hizo raro y comencé a buscarlas,de pronto escuche como que alguien había pasado hacia la cocina, al voltear vi a Verónica con un cuchillo en la mano. Sentí demasiado miedo por mi hija.

 

Paulina: que desean? Si quieren dinero solo digan cuanto, pero por favor no me hagan nada

 

En eso salió de la cocina Ángela, también con un cuchillo.

 

Ángela: no queremos dinero

Paulina: entonces?

Verónica: sólo tu eres tan tonta de dejar entrar a tu casa a unas desconocidas

 

Tenía que aceptarlo, había sido estúpido dejarlas entrar a mi casa. Pensé que eran unas jovencitas confiables, el recuerdo de mi hermana me había hecho actuar de esa forma.

 

Ángela: dame tu celular

Paulina: toma, Ángela estoy embarazada por favor no me hagas nada

Ángela: Vero desconecta todos los teléfonos corta los cables, tu Paulina, camina a tu recámara

 

Camine hacia mi cuarto ideando que podría hacer para escaparme, así de cansada como estaba sería difícil.

 

Ángela: que feo es quitarle el novio a otra, deberías arrepentirte

 

En ese momento no entendí lo que me estaba diciendo.

 

Verónica: listo Angie ya corté todos los teléfonos

Ángela: ya le llamaste a Gerardo? Dale la dirección de donde estamos y que traiga de todo porque aquí seguro no hay nada para que nazca la chamaca.

Paulina: que esta pasando Ángela? Por favor yo no te he hecho nada, si quieres dinero solo dime

Ángela: ya te hemos dicho que no queremos tu dinero, queremos que sufras la pérdida de un gran amor como lo hizo Kristen

 

No entendía del todo que me estaban diciendo.

 

Paulina: Kristen? Qué tiene que ver ella con ustedes?

Verónica: Gerardo, Ángela y yo somos los fans número uno y sabemos lo que ha sucedido con ella desde que Robert la dejo por ti y por el engendro que tienes ahí

 

Ahora entendí todo y el miedo creció, ahora que observaba bien la mirada de Ángela estaba perdida, ella sin duda estaba loca.

 

Paulina: yo no le quite a Robert, el y yo ni siquiera estamos juntos

Ángela: no mientas, el viene todos los fines de semana, lo hemos visto

Verónica: y Kristen cada día esta más triste y sumida por culpa tuya y de tu hija

Paulina: que quieren? Qué me aleje de Robert? Si quieren me voy ahora mismo y les juró que el no me vuelve a ver pero no me hagan nada.

Ángela: el volvería a buscarte por la escuincla y eso impediría que sea feliz con Kris

Paulina: que desean, por favor yo no soy enemiga de Kris, ella y yo estamos en buenos términos

Verónica: porque ella es un ángel y a pesar de todo no es capaz de hacerle daño ni a una mosca

 

No sabía que planeaban pero estaba segura que no era en contra mía ni de Robert, pero si de mi hija y eso me hacia tener aún más miedo, tenía que hacer algo para salir de ahí.

 

Ángela: si la escuincla desaparece el ya no tendrá nada que hacer contigo

Paulina: por favor es una bebe que ni siquiera a nacido, no le ha hecho daño a nadie

Verónica: a Kris le hizo daño y lo va a pagar

 

Empece a sollozar y a cubrir mi vientre con las manos. Pasaron 15 minutos en silencio mientras ellas no dejaban de vigilarme.

 

De pronto se escucharon las llaves abriendo la puerta, Robert había llegado más temprano.

 

Aproveche el momento de distracción de ambas e intente correr hacia la puerta, la mano de Verónica trató de detenerme y lo único que logró fue que me cayera y me pegara fuertemente en el vientre.

 

Robert al escuchar el ruido corrió hacia la recámara. Cuando estaba por acercarse a mi salió Ángela con un cuchillo.

 

Ángela: no te acerques o la mato

Verónica: dame tu celular ahora

 

Robert estaba atónito y yo estaba en el piso con un gran dolor en el vientre.

 

Capítulo 32: Sean responsables Capítulo 34: Doloroso nacimiento

 
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